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El aluminio es uno de los metales más utilizados en la industria moderna. Su durabilidad y su plasticidad hacen de él un material ideal para cumplir diversas funciones. Por ello, se trata de un estupendo metal para forjar de manera casera. Con la información y los materiales adecuados, forjar aluminio puede ser una actividad divertida o una fuente de ingresos extra.

Método 1
Método 1 de 3:

Fundir aluminio en un horno de fundición pequeño

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  1. Coloca el horno de fundición en un soporte metálico o en una superficie aislante como, por ejemplo, la gravilla, la arena o la tierra natural (el concreto se agrietaría con los derrames). Asegúrate de que la superficie pueda soportar los más de 600 °C (1220 °F) necesarios para fundir el aluminio. Evita cualquier superficie de madera o plástico, ya que se derretirá o quemará inmediatamente. Para obtener un resultado óptimo, coloca el horno de fundición sobre un soporte metálico resistente y estable, que no se vuelque con facilidad. [1]
  2. Asegúrate de que el crisol esté en el centro del horno de fundición. Un crisol de acero funciona mejor para fundir aluminio. [2]
    • Si utilizas un horno de fundición que funcione con carbón en vez de con propano, extiende una capa de carbón al fondo y coloca el crisol encima. Después, llena el espacio entre la superficie aislante y el crisol con más carbón. Colocar una capa de carbón bajo el crisol ayudará a que se caliente de forma más rápida y uniforme.
  3. Si utilizas un horno de fundición que funcione con propano, conecta el extremo del soplete (con combustible y tubos incluidos) a la abertura que hay en el lateral del horno. Sigue las instrucciones del fabricante (el uso casero de los hornos de fundición de carbón es algo más seguro).
    • Si tu horno de fundición funciona con carbón, coloca el fuelle después de echar el carbón y poner el crisol dentro. Coloca el extremo de acero del soplete dentro del horno de fundición. Puedes soplar por el extremo de plástico para mantener el flujo de aire o conectar un secador para el pelo, que proveerá aire de forma más constante. [3]
    • Dado que quedará inclinado, debes colocar algo (como uno o dos ladrillos) bajo el soplete para sostenerlo recto. De esta forma, evitarás que el horno de fundición se rompa o se dañe.
  4. Si es un horno de fundición de propano, abre la salida del gas y sigue las instrucciones del fabricante para encender el aparato. Si es un horno de fundición de carbón, el método más rápido para encenderlo es usar un soplete de propano, pero puedes hacerlo incluso con una cerilla. Cuando el carbón se vaya calentando, sopla a través del soplete o conecta un secador para el pelo seleccionando la opción de mínima intensidad. Coloca la tapa del horno de fundición y deja que se caliente. [4]
    • Deja que el horno de fundición se caliente durante unos 10 minutos antes de meter el aluminio.
    • La temperatura del horno de fundición debe superar los 660 °C (1220 °F).
    • Una vez que el crisol esté al rojo vivo, el horno de fundición estará suficientemente caliente como para fundir aluminio.
  5. Una vez que el horno de fundición esté suficientemente caliente, podrás empezar a fundir aluminio. Puedes retirar la tapa y colocar latas sin aplastar en el crisol, o dejar la tapa puesta y meter latas aplastadas en el crisol a través del agujero de ventilación. Ambos métodos son válidos, pero si dejas la tapa puesta, la cantidad de metal oxidado será menor. Las latas se fundirán en cuestión de segundos, así que tienes echar más aluminio en el crisol rápidamente. [5]
    • Es importante añadir nuevas latas rápidamente para crear una piscina de aluminio fundido. Esto es necesario para evitar que las latas se calienten en exceso y se transformen en gas, un proceso conocido como oxidación.
    • Puedes echar el aluminio en el crisol utilizando unos guantes resistentes al calor, pero lo más seguro es utilizar también unas pinzas largas de metal.
  6. Utiliza una vara o unas pinzas de metal para eliminar los desechos (grumos espesos de materiales no compuestos por aluminio) de la superficie del aluminio licuado. Después, extrae lentamente el crisol del horno de fundición utilizando unas pinzas de metal. Para evitar la oxidación, asegúrate de retirar el aluminio fundido del horno de fundición al menos tres minutos después de que la última pieza se haya licuado. [6]
  7. Una vez que hayas fundido suficiente aluminio como para llenar el crisol, tendrás que eliminar cualquier impureza que quede. Los objetos como las latas de aluminio contienen muchos otros materiales (plásticos y otros metales) que formarán grumos residuales o suciedad. Los residuos crearán una capa grumosa sobre el aluminio puro fundido. La forma más sencilla de eliminar los residuos consiste en utilizar las pinzas para verter lentamente el aluminio fundido sobre un molde de acero y, después, dar golpecitos en el crisol para que los desechos caigan sobre una losa cuadrada de concreto colocada encima de una superficie de arena o tierra. [7]
    • Mantener el crisol limpio te permitirá fundir más aluminio inmediatamente.
  8. Puedes dejar que los lingotes de aluminio se enfríen de forma natural y, después, extraerlos de los moldes, o utilizar agua para acelerar el proceso. Para enfriar el aluminio con agua, agarra las pinzas y coloca el lingote y el molde dentro del agua durante unos 10 segundos. Después de remojar el lingote en agua, este debería haberse enfriado lo suficiente como para no quemarte al tocarlo. Sin embargo, debes usar las pinzas para evitar cualquier riesgo de quemadura. [8]
    • Ahora, los lingotes de aluminio puro se pueden reutilizar para nuevas fundiciones y no producirán tantos residuos como esta vez.
  9. Cuando hayas terminado de fundir aluminio, apaga el soplete o el soplador (siguiendo las instrucciones del fabricante) y deja que el horno de fundición se enfríe de forma natural durante varias horas. Cuando el horno de fundición se haya enfriado totalmente, desconecta y guarda los componentes del soplete o el soplador, y retira cualquier resto de carbón, ceniza u otros residuos que hayan quedado en el interior. [9]
    • Supervisa el proceso de enfriamiento, especialmente al comienzo, cuando el horno de fundición aún esté suficientemente caliente como para hacer arder materiales como la madera, el papel o la tela.
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Método 2
Método 2 de 3:

Hacer tu propio horno de fundición

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  1. Compra un cubo de acero de 30 x 30 cm (12 x 12 pulgadas) y 9,5 litros (10 cuartos de galón) con la parte superior abierta. Este tipo de cubo de acero tan común se puede encontrar la mayoría de las tiendas de jardinería y artículos para el hogar. [10]
    • Debido al calor que se va a generar, es importante que el cubo sea de acero. Otros materiales pueden derretirse o volverse quebradizos bajo el intenso calor generado por el horno de fundición.
  2. En un cubo de unos 5 litros (5 cuartos de galón), mezcla 21 cucharones de yeso tipo París, 21 cucharones de arena cinética y 15 cucharadas de agua (el cucharón debe tener la capacidad aproximada de una taza o 250 ml). Remueve rápidamente los ingredientes para mezclarlos a mano. Es importante humedecer todo el polvo seco y deshacer todos los grumos. Después de unos cuantos minutos removiendo, la mezcla debe estar licuada y con un color homogéneo. [11]
    • Dado que la mezcla se asentará en 15 minutos aproximadamente, es importante que realices este paso con cierta urgencia.
  3. Una vez que hayas deshecho todos los grumos, vierte lentamente la mezcla aislante en el cubo de acero. El fluido debe llenar el cubo, dejando solo unos 8 cm (3 pulgadas) de espacio libre arriba. [12]
    • Vierte la mezcla lentamente para que no salpique, evitando así ensuciarlo todo.
  4. Llena un cubo de 2,5 litros (2,5 cuartos de galón) con agua o arena y colócalo en el centro de la mezcla aislante. Introduce lentamente el cubo en la mezcla. Mueve el cubo hacia arriba y hacia abajo varias veces para que la mezcla se nivele antes de que se asiente. Finalmente, sujeta el cubo firmemente durante dos o tres minutos y deja que la mezcla se asiente a su alrededor. [13]
    • Una vez que el yeso se haya endurecido, el cubo pequeño deberá mantenerse en su sitio después de retirar las manos.
    • Deja que la mezcla de yeso se asiente durante una hora para que se endurezca.
    • Limpia cualquier resto de escayola que haya caído sobre los bordes del cubo de acero.
  5. Una vez que el yeso se haya endurecido, utiliza unos alicates normales o extensibles para sacar el cubo de plástico utilizado para crear la abertura. Agarra el cubo con los alicates y hazlo girar sobre sí mismo. Con la fuerza de rotación necesaria, el cubo se desprenderá limpiamente de la mezcla de yeso. [14]
  6. Para promover el flujo de aire, deberás hacer un agujero en el horno de fundición, de forma que puedas conectar un soplador. Utiliza una sierra de copa de unos 3,5 cm (de 1,4 pulgadas) acoplada a un taladro eléctrico para hacer un agujero en la parte superior del cubo, a unos 7,5 cm (3 pulgadas) de la tapa o el borde. Una vez que hayas hecho el agujero, coloca la hoja a unos 30 grados con respecto a la superficie del cubo y perfora. Este agujero debe tener el tamaño perfecto para que quepa un tubo de acero de 2,5 cm (1 pulgada) de diámetro, que funcionará a modo de soplador. [15]
    • La sierra de copa se puede adquirir en cualquier ferretería. Compra una específicamente diseñado para perforar metal. Si no estás seguro de cuál es la más adecuada, pregúntale a un vendedor.
    • Crear una entrada de suministro de aire inclinada evitará que el aluminio fundido se salga del horno de fundición en el caso de que el crisol falle.
  7. Agarra una tubería de acero de 2,5 x 30 cm (1 x 12 pulgadas) y enrosca un enganche de PVC de 2,5 cm (1 pulgada) en un extremo. Una vez que hayas acoplado el enganche a la tubería de acero, desliza una tubería de PVC de 2,5 x 60 cm (1 x 24 pulgadas) por dentro del extremo liso del enganche. El enganche debe tener un extremo de rosca para la tubería de acero y otro extremo liso para la tubería de PVC. [16]
    • El soplador debe encajar cómodamente por dentro de la entrada de suministro de aire, pero sin quedar tan ajustado que resulte difícil deslizarlo hacia dentro y hacia fuera del agujero.
  8. Llena un cubo de 5 litros (5 cuartos de galón) con 10 cucharones de yeso tipo París, 10 cucharones de arena y 7 cucharones de agua (teniendo en cuenta que cada cucharón debe equivaler aproximadamente a una taza o 250 ml). Coloca dos pernos en forma de "U" de 10 cm (4 pulgadas) verticalmente con las tuercas hacia abajo, penetrando en la mezcla de yeso. Deja que el yeso se asiente durante una hora. Una vez que se haya asentado, solo tienes que sacar la tapa del cubo. Finalmente, haz un agujero en la parte superior de la tapa utilizando un taladro eléctrico y una sierra de copa de 7,5 cm (3 pulgadas). [17]
    • El agujero de ventilación reducirá la presión dentro del horno de fundición y te permitirá añadir metal sin retirar la tapa.
    • Intenta que el diámetro del agujero de la tapa mida lo mismo que el crisol. De esta forma, evitarás que se pierda calor cuando fundas el aluminio.
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Método 3
Método 3 de 3:

Preparar todo para fundir aluminio

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  1. Las mejores fuentes de aluminio son las piezas de cualquier máquina inservible. Las culatas de los coches, las cajas de cambios, los armazones de las bombas de aguas y los pistones son opciones estupendas. Otras fuentes más comunes son objetos como las latas de cerveza o refrescos, las estructuras de los muebles, los revestimientos de las casas, los moldes para tartas o las bandejas para hornear pavo. Sin embargo, estos objetos tienden a ser de aleaciones más frágiles con gran cantidad de impurezas, lo cual significa que crean más residuos y se oxidan rápidamente. [18]
    • Una forma sencilla de fundir latas de aluminio y evitar la oxidación consiste en añadirlas a una piscina de aluminio ya fundido.
  2. Cuando trabajes con temperaturas extremadamente altas, es importante que lleves el equipamiento de protección adecuado. Cuando manipules metales fundidos debes llevar siempre una camiseta o camisa gruesa de manga larga, pantalones largos, un delantal, una pantalla facial o unas gafas protectoras, y guantes de cuero. Estos accesorios evitarán que te quemes con el metal fundido. Dado que el aluminio fundido puede producir gases nocivos, también debes ponerte un respirador. [19]
  3. Cuando trabajes con aluminio fundido, es probable que algunas aleaciones produzcan vapores tóxicos. Por ello, deberás trabajar en un lugar bien ventilado o al aire libre. De esta forma, también te mantendrás fresco mientras trabajas a temperaturas extremadamente elevadas, evitando la deshidratación y los golpes de calor. [20]
    • Si empiezas a sentirte mal, te duele la cabeza o te mareas, apaga el horno de fundición y descansa un poco. Ve a un lugar fresco y bebe agua.
  4. Antes de empezar a fundir aluminio, asegúrate de tener todas las herramientas necesarias para hacerlo. Necesitarás unas pinzas de metal, un colador de metal o una vara para remover, un crisol y un horno de fundición. Puedes hacer el horno de fundición y el crisol en casa, o comprarlos a través de Internet. [21]
  5. Dado que la fundición del aluminio se da a temperaturas relativamente bajas, se puede llevar a cabo mediante métodos poco seguros sin el uso del horno de fundición. Evita fundir aluminio en hogueras o parrillas para barbacoas. Estos métodos son menos controlables, y pueden llegar a provocar incendios y otros daños. [22]
    • Si es la primera vez que fundes metales, asegúrate de trabajar bajo la supervisión de alguien con más experiencia antes de fundir aluminio por tu cuenta.
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Cosas que necesitarás

  • un horno de fundición comprado o hecho en casa
  • un crisol
  • material combustible (carbón o propano)
  • un soplete o un soplador
  • unas pinzas metálicas
  • una vara metálica para remover
  • una superficie de trabajo aislante (por ejemplo, arena o tierra)
  • una zona de trabajo ventilada
  • una camisa gruesa de manga larga y unos pantalones largos
  • unas botas de trabajo para tareas pesadas
  • un delantal y unos guantes de cuero resistentes al calor
  • una pantalla facial o unas gafas protectoras
  • una mascarilla o un respirador

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