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La calabaza espagueti es una variedad popular de calabaza. Una vez cocida, su pulpa se desprende de forma natural en hebras que se parecen a la pasta. Aunque es estacional y solo se desarrolla durante el invierno, puedes recolectar y guardar las semillas para protegerlas del calor.

Parte 1
Parte 1 de 4:

Recolectar las semillas

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  1. Para lograr las mejores semillas posibles, elige una calabaza espagueti firme y muy pesada. Cuando esté madura por completo, debe tener un color amarillo intenso. Si está verde, obviamente no está lista. Si es posible, evita recolectar semillas agrietadas o suaves, puesto que pueden haber estado expuestas a bacterias. [1]
  2. Corta la calabaza con un cuchillo de cocina limpio y afilado. Luego, sepárala en 2 mitades, revelando un interior suave y fibroso. [2]
  3. Con una cuchara, saca toda la sustancia fibrosa del interior de la calabaza y luego resérvala para utilizarla más adelante. La sustancia fibrosa está conformada por las semillas y la pulpa que las conecta. Una vez que hayas terminado, el interior de la calabaza debe verse liso y uniforme por completo. [3]
    • Si planeas cocinarla, recolecta las semillas antes de hacerlo.
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Parte 2
Parte 2 de 4:

Limpiar las semillas

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  1. Llena un balde con abundante agua fría. Ponlo en una zona sin perturbaciones, luego introduce la mezcla de semillas y pulpa. Así permitirás que las semillas se limpien y germinen.
  2. Además de limpiar todo, el agua te permitirá determinar qué semillas vale la pena conservar. Las semillas saludables (las que aún están vivas y son ricas en nutrientes) se hundirán hasta el fondo del agua. Las semillas muertas, junto con la pulpa, subirán a la superficie. Déjalas reposar hasta que se separen por completo, lo que suele tardar 1 día.
  3. Una vez que hayan reposado por suficiente tiempo, vierte el agua con cuidado de modo que salgan las semillas muertas y la pulpa mientras las saludables permanecen en el fondo del balde.
  4. Para asegurarte de dejarlas lo más limpias posible, llena el balde con agua nueva y fresca. Deja remojar las semillas por unos segundos y luego vierte el agua. Repite el procedimiento 3 o 4 veces. Al enjuagar bien las semillas, eliminas la suciedad y evitas que se adhieran al recipiente u hoja de secado.
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Parte 3
Parte 3 de 4:

Secar las semillas

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  1. Después de haber enjuagado las semillas, trasládalas a una bandeja de vidrio, un plato de cerámica o una hoja de papel periódico plano. Espárcelas de modo que cada una tenga suficiente espacio y no se topen entre sí.
  2. Coloca la bandeja de semillas en una zona oscura, como un sótano o un armario, y déjalas reposar hasta que estén del todo secas. Si no cuentas con una zona oscura lo suficientemente grande para las semillas, cúbrelas con varias hojas de periódico. Deben estar secas por completo después de 2 o 3 días. [4]
  3. Mientras revisas las semillas, busca las que estén pudriéndose y retíralas de la bandeja. No olvides limpiar el agua acumulada y si es necesario, retira el periódico mojado y sucio.
  4. Una vez que las semillas estén del todo secas, podrías notar que aún tienen un poco de pulpa. Para eliminarla, pela el exceso de pulpa de las semillas y tíralo.
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Parte 4
Parte 4 de 4:

Guardarlas de forma segura

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  1. Para mantenerlas contenidas, colócalas dentro de un sobre de papel pequeño y envuélvelas en una toalla de papel seca. Esto es muy importante si planeas guardar distintos tipos de semillas en el mismo recipiente. Después de colocarlas dentro, examina el papel para ver si apareció algo de humedad. De ser así, deja que las semillas se sequen un día más. De este modo, no promoverás el crecimiento de moho u hongos.
  2. Toma un recipiente de vidrio sólido (como un frasco de conserva) y lávalo con jabón antibacteriano. Enjuaga todo el jabón y seca el frasco. Una vez que el frasco esté del todo seco, introduce el paquete de papel con semillas. Cubre el recipiente con una tapa y asegúrate de cerrarlo bien para evitar al máximo la entrada de bacterias. [5]
  3. Para evitar mezclar las semillas con otras cepas y recordar su fecha de cultivo, etiqueta el frasco con letra clara y legible. Incluye el tipo de semilla, la fecha de recolección y la fecha en la que planeas guardar las semillas. [6]
  4. Para mantenerlas felices y saludables, guárdalas en el refrigerador o en un lugar frío similar. Dado que las semillas necesitan temperaturas constantes, elige un lugar donde no necesites moverlas con frecuencia. [7]
    CONSEJO DE ESPECIALISTA

    “También puedes comer las semillas de calabaza espagueti. Todas las semillas de calabaza son comestibles y contienen cierto valor nutricional”.

    Maggie Moran

    Especialista del hogar y jardinería
    Maggie Moran es profesional en jardinería en Pensilvania.
    Maggie Moran
    Especialista del hogar y jardinería
  5. Mientras están guardadas, las semillas de calabaza espagueti pueden durar de 3 a 6 años, aunque son mejores cuando las utilizas lo más pronto posible. [8]
    • Para probar si las semillas de calabaza aún se conservan en buen estado, busca la presencia de moho o pudrición. Si no ves nada, colócalas en agua. Si flotan, se han echado a perder.
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