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Las velas son una manera maravillosa de iluminar un espacio y generar ambiente, ¡el cual es el motivo por el que es tan fácil comprar tantas que no sabes qué hacer con ellas! Guardar las velas sin usar es sencillo, pero es importante que sigas algunas precauciones simples para reducir el riesgo de accidentes relacionados con incendios y maximizar su vida útil. Lo mejor es mantenerlas en un recipiente no inflamable en el que puedas dejarlas planas, y envolverlas de forma individual para evitar que se peguen. Una vez que las envuelvas, colócalas en un lugar fresco, seco y oscuro hasta que quieras usarlas de nuevo.

Método 1
Método 1 de 3:

Buscar un área de almacenamiento segura

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  1. Las velas duran más si las mantienes a una temperatura baja o moderada. Por este motivo, los lugares como las alacenas, los armarios y los sótanos secos suelen ser los mejores puntos de almacenamiento. Si no tienes uno de estos espacios disponible en casa, colócalas en una gaveta vacía (lejos de encendedores y fósforos), o incluso debajo de tu cama. [1]
    • Lo ideal es que se mantengan a una temperatura entre 10 y 29 °C (50 y 85 °F) mientras estén guardadas.
    • Cuando lleves velas nuevas a casa o transportes algunas a otro lugar, procura no mantenerlas en tu auto por demasiado tiempo, sobre todo si el día está caluroso.

    Advertencia: nunca dejes las velas cerca de una llama abierta o una fuente de calor directo, como radiadores, calefactores o aparatos de cocina (incluso de forma temporal).

  2. Sin importar en dónde elijas guardar las velas, adopta medidas para garantizar que no lleguen a las manos incorrectas (o a las pezuñas de tus mascotas). Podrías colocarlas en un recipiente con tapa segura, esconderlas o colocarlas en una repisa alta en donde estén seguras y fuera de su alcance. [2]
    • Algunas velas podrían lucir apetitosas para los niños pequeños o animales curiosos. Los niños mayores también podrían causar incendios accidentales encendiendo velas guardadas con encendedores o fósforos (o cerca de ellos).
    • La mayoría de las velas no son tóxicas. No obstante, si las ingieren en una cantidad considerable, la cera usada para fabricarlas puede posar un riesgo significativo para la salud, como una obstrucción intestinal o una reacción alérgica. [3]
  3. La luz solar suele decolorar las velas teñidas después de un tiempo, lo que hará que luzcan apagadas o decoloradas. El exceso de rayos potentes también puede eliminar el olor de las velas aromáticas. Las velas incluso podrían derretirse de forma parcial si las dejas en un área que reciba los rayos del sol. [4]
    • Esto también ocurre con otros tipos de luces fuertes, como lámparas de escritorio y reflectores. [5]
  4. Es falso el mito común de que guardar velas en la congeladora hará que se consuman con más lentitud. Podría parecerte una buena idea en teoría, pero reducir la temperatura de la cera solo la endurecerá, lo que a su vez puede hacer que se agriete, se parta o sufra cambios permanentes en su textura. Congelarlas y descongelarlas de forma reiterada también puede dañar la mecha, la cual absorbe cantidades pequeñas de humedad cada vez que las enciendes. [6]
    • No hay ningún problema si colocas una o dos velas en la parte posterior de la refrigeradora si no tienes espacio en otras áreas.
    • La única ocasión en la que debes colocar una vela en la congeladora es si quieres romper la cera para reutilizar el frasco para otro fin. [7]
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Método 2
Método 2 de 3:

Elegir un recipiente adecuado

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  1. El metal no permitirá el ingreso de humedad y evitará que se pudran o se prendan por accidente. También es muy duradero, lo que significa que será menos probable que las velas sufran golpes si quedan debajo de otros objetos guardados. [8]
    • Puedes comprar cajas de almacenamiento de metal en una gran variedad de formas, tamaños y estilos en internet o en tiendas de artículos para el hogar (con frecuencia, por menos de $10 cada uno).

    Consejo: los objetos como las cajas de herramientas viejas, cajas de seguridad, depósitos para café vacíos y latas de galletas pueden servir como recipientes para velas económicos.

  2. El beneficio principal de estos recipientes (además de que son fáciles de conseguir y económicos) es que están disponibles en diferentes tamaños. Esto los vuelve ideales para manejar incluso las colecciones de velas más alocadas. [9]
    • Estos recipientes también suelen estar hechos de materiales fuertes, pero podrían ser propensos a derretirse si la temperatura circundante se eleva mucho. [10]
    • Para una mayor seguridad, garantiza que el almacenamiento sea seguro colocando las velas en un recipiente pequeño, y dejándolo dentro de otro más grande.
  3. Por lo general, el cartón debe ser el último recurso para guardar velas y otros artículos inflamables. Sin embargo, puedes usar una caja de cartón común, siempre y cuando esté en buen estado y puedas colocarla en un área fresca, seca y oscura. [11]
    • Los restaurantes, las librerías, las cafeterías, las escuelas y las tiendas de licor pueden ser lugares fantásticos para conseguir cajas de cartón de forma gratuita. [12]
    • Las cajas de zapatos ofrecen un equilibrio perfecto entre capacidad y espacio compacto. Puedes usarlas para guardar algunas velas grandes o varias pequeñas.
  4. Las cajas con divisiones integradas son útiles para guardar velas pequeñas que, de lo contrario, podrían perderse o causar un desorden caótico. Observa qué productos de almacenamiento están disponibles en la tienda de artículos del hogar o de suministros de oficina de tu localidad, para conseguir recipientes con compartimientos que sean del tamaño correcto. [13]
    • Si quieres una opción más económica, un envase de huevos viejo o una bandeja para cubos de hielo también servirá y no tendrás que gastar dinero.
    • Esta también es una buena manera de guardar cera derretida, aromatizadores para autos y otros ambientadores a base de cera.
  5. Si has acumulado tantas velas a lo largo de los años que no puedes ocultar todas de la vista, considera exhibirlas. Podrías ordenarlas por tamaño, forma, color o tipo de recipiente; o usarlas para adornar otros artículos ornamentales, como libros o adornos de porcelana. [14]
    • Si exhibes tus velas favoritas cuando no las usas, esto también reducirá la probabilidad de que las pierdas.
    • Además de mejorar el ambiente, las velas también suelen servir como decoraciones.
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Método 3
Método 3 de 3:

Guardar diversos tipos de velas

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  1. Dado que estos tipos de velas vienen con su propio recipiente, no tendrás que hacer nada más para guardarlas. Solo tápalas y haz un poco de espacio para ellas en un armario o en una repisa abierta. Incluso puedes colocarlas una sobre otra para ahorrar espacio, siempre y cuando no corran el riesgo de caerse y romperse. [15]
    • Si quieres mantenerlas juntas y también tener la opción de poder llevarlas de un lugar a otro, agrúpalas una al lado de la otra en una caja o cesta grande.
    • Las tapas de frascos pueden ser una opción improvisada excelente para las velas si has perdido sus tapas originales.
  2. Será menos probable que se deformen, se doblen o se encorven si tienen soporte debajo de ellas. Colócalas en una fila uniforme en el fondo de su recipiente. Si tienes una cantidad suficiente como para formar más de una capa, colócalas en un patrón en el que encajen de forma exacta en los espacios entre las velas de la capa inferior. [16]
    • Es esencial que las velas reposen planas si se encuentran en un lugar en el que podrían experimentar cambios drásticos en la temperatura, o si las vas a guardar poco después de encenderlas.
    • También puedes apilar sin problemas las velas votivas, decorativas y aromáticas sin su recipiente original.
  3. Si te preocupa que las velas se peguen y formen una masa enorme dentro de su recipiente de almacenamiento, enrolla cada una con un pedazo de papel tisú y extiéndelas en una sola capa plana para guardarlas. El papel brindará un poco de amortiguación entre la cera pegajosa, lo que te permitirá separar las velas con más facilidad y retirarlas en un momento posterior. [17]
    • Ten en cuenta que el papel tisú es inflamable, por lo que tendrás que ser muy cuidadoso con el lugar y la manera en los que guardes las velas una vez que las envuelvas.
    • No apiles velas largas. Dado que su forma las vuelve un poco frágiles, esto puede aumentar las probabilidades de que se rompan.

    Consejo: quizás sea mejor envolver las velas con algún tipo de tela suave si te preocupa causar un incendio. Las telas resistentes al calor por naturaleza como la seda y la lana son la opción más segura. Las telas sintéticas como el nailon y el acrílico también son más difíciles de encender y suelen quemarse con más lentitud una vez que se prenden. [18]

  4. Elige una bolsa con un cierre o broche para evitar el ingreso de aire o humedad, los cuales pueden ser perjudiciales. Si no tienes este tipo de bolsas a la mano, una lámina grande de film plástico o papel pergamino será mejor que nada. Tan solo asegúrate de unir las velas de forma ajustada con bandas elásticas o cinta después de reunirlas. [19]
    • Mientras más tiempo queden expuestas al aire y la humedad del ambiente, más rápido se secarán y perderán su fragancia.
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Consejos

  • En el caso de las velas de cumpleaños u otras delgadas, por lo general lo más fácil es guardarlas en las cajas en donde las has comprado. Si por algún motivo no tienes su caja original, apílalas planas dentro de una lata de mentas vieja o un recipiente similar.
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