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Un buen médico tiene que desarrollar una excelente manera de tratar a los pacientes. Saber cómo hablar con los pacientes es la habilidad principal que tienes que perfeccionar en esta parte de tu ejercicio profesional.

Parte 1
Parte 1 de 4:

Dominar las estrategias básicas

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  1. Cuando ya sepas lo que tienes que decir, empieza a planificar la mejor manera de decirlo antes de que el paciente ingrese a tu consultorio.
    • No tienes que redactar todo un guión, pero si tienes una idea de lo que vas a decir antes de enfrentar determinada situación podrás recordar con facilidad todos los detalles necesarios. Además, tendrás la oportunidad de pensar en cuál es la mejor manera de expresar las cosas.
  2. [1] Hazle varias preguntas abiertas al paciente sobre lo que le preocupa. Presta bastante atención a sus respuestas y repíteselas.
    • Presta atención a las respuestas verbales y no verbales.
    • Repitiendo lo que dice tu paciente podrás darte una idea más clara de la situación y al mismo tiempo tu paciente sentirá que estás al tanto de sus preocupaciones.
  3. El paciente es más que un espécimen médico. Tienes que verlo como un ser humano que tiene temores, creencias y circunstancias únicas.
    • Respeta todas las creencias del paciente, así no estés de acuerdo con ellas.
    • Aliéntalo a hacer preguntas y respóndelas por completo.
  4. Deja de lado los términos médicos en la medida de lo posible y háblale usando términos sencillos. Habla lentamente y con claridad para evitar confusiones innecesarias.
    • Al momento de describir información importante sobre una condición o tratamiento, divide dicha información en partes pequeñas. Haz que cada una de estas partes se entienda bien antes de continuar.
    • Solo brinda detalles técnicos cuando te lo pidan. Los detalles demasiado complicados podrían abrumar a los pacientes.
    • Algunos afirman que en los Estados Unidos, la comprensión de lectura de una persona promedio se encuentra en un nivel de sexto grado. Intenta cambiar las palabras que usarías para describir la situación a otro médico en palabras que usaría un alumno de sexto grado.
  5. Cuando tengas que explicar el significado de determinadas acciones, intenta basar tu explicación en experiencias pasadas que el paciente pueda entender.
    • Si el paciente recientemente ha estado hospitalizado, explícale que si no sigue adecuadamente el tratamiento, podría quedar hospitalizado nuevamente.
    • Si algún familiar o amigo del paciente ha experimentado una enfermedad similar, háblale sobre los aspectos positivos y negativos de cómo dicha persona manejó la enfermedad.
  6. La información que le des sobre la enfermedad, condición y tratamiento debe ser verdadera y completa.
    • Brinda una definición entendible del diagnóstico. Explica lo que significa para el bienestar del paciente a largo y corto plazo.
    • Describe en qué consistirá el tratamiento y el resultado esperado. Si hay tratamientos alternativos, también descríbelos.
  7. Después de decirle al paciente todo lo que necesita saber, pídele que repita lo que dijiste. Así, sabrás si tu explicación fue lo suficientemente clara.
    • Corrige de inmediato cualquier mal entendido.
    • También puedes brindarle fuentes de información adicionales si crees que el paciente quiere aprender más después de dejar el consultorio.
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Parte 2
Parte 2 de 4:

Conocer a pacientes nuevos

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  1. Cuando conoces a un paciente por primera vez, debes presentarte diciéndole que como médico tu preocupación principal es atenderlo de la mejor manera posible.
    • Hazle saber que quieres escuchar sus preocupaciones y creencias y que tomarás en cuenta dichas ideas al momento de determinar el tratamiento a seguir.
    • Asegúrale que puede hablarte de lo que sea sin temor alguno.
    • Al presentarte como un aliado del paciente, podría ser mucho más fácil establecer una relación saludable entre médico y paciente.
  2. [2] Este tipo de conversaciones crean un ambiente relajado y amigable en el que tu paciente podrá sentirse cómodo. Puedes empezar con una pequeña charla, tratar el tema de la cita y finalizar con una nota alegre.
    • Puedes usar este tipo de técnica cuando conoces por primera vez a un paciente y cuando interactúas con él a partir de entonces.
    • Puedes hablar de cosas como el clima, la economía, noticias médicas recientes u eventos actuales similares.
    • Si crees que tal vez llegues a establecer una relación profesional a largo plazo con el paciente, entonces podrías tratar temas de conversación personales. Habla sobre tu familia y pregúntale a tu paciente sobre la suya. Habla sobre su educación, carrera, lo que le gusta y lo que le molesta.
  3. Ya deberías tener contigo la historia clínica de tu paciente, aunque sería una buena idea que le pidas que te confirme puntos importantes en medio de la conversación.
    • Pide que te aclare cualquier punto que no esté claro en la historia clínica.
    • Revisa la historia clínica familiar de tu paciente y pregúntale si existe alguna enfermedad relacionada con el diagnóstico en la línea familiar.
    • Antes de recetarle algún medicamento, pregúntale si alguna vez ha experimentado algún efecto secundario negativo a algún medicamento en el pasado.
  4. Pregúntale al paciente si hay alguna creencia que debas considerar desde el comienzo. Cualquiera que sea su respuesta, también deberías considerar valores y objetivos adicionales a medida que vayas interactuando con el paciente a lo largo del tratamiento. [3]
    • Haz preguntas abiertas para determinar lo que cree tu paciente. Si tratas a un paciente que tiene una enfermedad terminal, podrías preguntarle "¿Qué es lo que hace que valga la pena vivir?" Dependiendo de la respuesta, podrías determinar hasta dónde sería capaz de llegar el paciente para sobrevivir.
    • Sigue haciendo preguntas hasta que tengas una imagen casi completa de la perspectiva que tiene el paciente.
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Parte 3
Parte 3 de 4:

Usar comunicación no verbal

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  1. Así, el paciente podrá entender conceptos difíciles de imaginar. [4]
    • En la medida de lo posible, intenta usar gráficos y cuadros que muestren la anatomía del área con la que estás trabajando.
    • Si no encuentras ningún gráfico ni cuadro, compara conceptos abstractos usando analogías concretas e imágenes mentales.
  2. Haz que el paciente sienta que estás involucrado en cada cita médica manteniendo el contacto visual y siendo atento.
    • Tal vez haya momentos en los que tengas que repasar cuadros y ver los equipos médicos, pero tienes que tratar de establecer contacto visual con el paciente durante por lo menos la mitad de la cita médica. Es muy importante que mantengas contacto visual cuando escuches las preocupaciones y preguntas del paciente.
    • Con el contacto visual también tendrás la oportunidad de observar la comunicación no verbal que tu paciente usa contigo.
  3. Este debe ser firme y profesional, pero a la vez tiene que ser bastante amigable.
    • La idea es crear un ambiente cómodo, no uno que sienta frío o estricto. Tu paciente también tiene que sentir que puede confiar en tu capacidad, así es que siempre debes conservar un aire de seguridad y profesionalismo.
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Parte 4
Parte 4 de 4:

Hablar sobre temas difíciles

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  1. Apenas al paciente se le diagnostique una enfermedad o se encuentre en riesgo de contraerla, lo más aconsejable es que empiecen a hablar sobre ciertas decisiones difíciles que tal vez se tengan que tomar.
    • Ello abarca desde tratamientos radicales hasta cuidados paliativos.
    • El lugar ideal para hablar sobre la toma de decisiones difíciles es tu consultorio médico, no el hospital. Los pacientes suelen tomar decisiones más calmadas y sensatas en un ambiente tranquilo.
  2. Hay situaciones en las que se necesita tomar una decisión rápida, pero por lo general, el paciente podría tomarse unos cuantos días o semanas para pensar mejor las cosas.
    • Enfatiza la urgencia de tomar una decisión inmediata, pero permítele al paciente tomarse todo el tiempo que sea necesario para tomar dicha decisión.
    • Las decisiones que se toman apresuradamente suelen ser motivo de lamentaciones. Una de las metas que debes tener es evitar lamentaciones por parte tuya y la de tu paciente.
  3. Independientemente de que compartas o no la fe y las creencias religiosas de tu paciente, este último podría beneficiarse bastante si alientas y respetas dichas creencias.
    • Si tienes tus propias creencias espirituales y tu paciente te pregunta por ellas, siéntete libre de compartirlas. Así, podrías ayudarle a que se sienta bastante cómodo cuando las cosas están difíciles.
    • Si no te sientes cómodo como para tratar este tipo de temas tú solo, puedes derivar a tu paciente con alguien que pueda hacerlo. Alienta al paciente a buscar asesoría pastoral. Indícale cómo llegar al capellán de un hospital cercano o recomiéndale un profesional que esté capacitado para hablar sobre temas relacionados con la fe.
  4. Así la situación parezca desalentadora desde una perspectiva médica, debes afirmar el deseo que tiene el paciente por luchar contra la enfermedad. [5]
    • Aunque, ello no significa que tengas que darle falsas esperanzas. Cuando no haya muchas probabilidades de recuperación, debes ser honesto al respecto.
    • Tienes que dejar abierta una ventana de esperanza. No niegues rotundamente la posibilidad de que ocurra algo positivo, incluso cuando no haya forma de lograr una recuperación completa.
  5. Sin importar qué tantas esperanzas tenga el paciente o su familia, siempre tienes que intentar ponerte en sus zapatos.
    • Cuando un paciente esté orando por un milagro, tú podrías decirle que también estás orando por ello.
    • Si el paciente acepta su enfermedad, no tienes que presionarlo para que tenga más esperanzas. Al contrario, debes hablarle sobre las distintas formas que existen para que su vida sea más placentera a pesar de la enfermedad.
  6. Dile que estarás con él o ella a lo largo de la enfermedad y del tratamiento. Cuando alguien recibe muy malas noticias, un aliado conocedor del tema puede ser un gran apoyo.
    • Así gran parte del tratamiento vaya a estar a cargo de otros médicos, tendrás que asegurarle al paciente que te mantendrás informado y que estás más que dispuesto a escuchar sus preocupaciones y estar al tanto de su tratamiento.
  7. Un paciente que tiene que tomar una decisión difícil podría sentirse demasiado abrumado como para llegar a una conclusión. En este caso, tal vez tengas que ser directo y decirle al paciente cuál consideras que sea la mejor manera de actuar.
    • Dale tu recomendación como una sugerencia y explícale por qué crees que es la mejor opción, pero no le presiones para que acepte dicha sugerencia.
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