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Cuando eres responsable por herir a alguien, no siempre es fácil hacer las paces. Exponerte al pedir disculpas es abrumador, pero valdrá la pena cuando tu relación se restablezca. Al intentar abordar la situación en lugar de ignorarla ya estás dando un paso hacia la dirección correcta. Ahora solo tienes que encontrar la forma adecuada de disculparte y volver a hacer las cosas bien. Lee los pasos a continuación para aprender a reparar de inmediato tu relación dañada.
Pasos
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Adopta una perspectiva objetiva de lo ocurrido. ¿Se trata de una situación en blanco y negro, es decir, tú estuviste equivocado y la otra persona en lo correcto? ¿O el problema con el que lidias es más complicado que eso? Hacer las paces puede ser complicado cuando no estás completamente seguro de quién tiene la culpa y de qué. Piensa bien en lo ocurrido y determina el motivo por el cual necesitas pedir perdón.
- Si tu participación es clara y sabes la razón por la que necesitas disculparte, hacer las paces debe ser algo bastante directo (aunque no necesariamente menos difícil). Por ejemplo, si tomaste prestado el auto de alguien sin su permiso y tuviste un pequeño accidente, debe quedarte muy claro la manera en la que debes hacer las paces.
- Por otro lado, quizás el motivo no esté tan claro. Por ejemplo, tal vez tu amigo y tú no se hayan hablado en meses y ambos dijeron cosas hirientes que llevaron a la relación hasta un punto muerto. Puede ser difícil identificar la razón por la cual comenzó la enemistad además de quién es el responsable.
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Confronta tus sentimientos encontrados . A pesar de haberle hecho algo malo a alguien, es posible que no te sientas completamente arrepentido. A menudo, las personas disfrazan su remordimiento comportándose de manera agresiva o a la defensiva e inventando excusas para su conducta. Puede ser realmente difícil admitir que le hiciste daño a alguien más, pero si vas a hacer las paces con esa persona, deberás enfocarte en hacer las cosas bien en lugar de permitir que otros sentimientos nublen aún más la situación. Si quieres reconocer tus sentimientos, hazte estas preguntas:
- ¿Intentas ocultar los sentimientos de culpa porque temes convertirte en una persona inferior al reconocer tu error? No te preocupes, disculparse por un error en realidad te hace una mejor persona ante los ojos de los demás, no una peor.
- ¿Estás consciente de tu error pero te has convencido de que necesitas arreglártelas para conservar tu reputación? Todo lo que harás es crear una reputación nueva para ti como alguien irritado y terco.
- ¿Te preocupa que esta sea una batalla entre el respeto que sientes por ti mismo y el que sientes por los demás?
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Ponte en el lugar de la otra persona. ¿Cuál es su perspectiva de lo ocurrido entre ustedes? ¿Crees que siente el mismo resentimiento, ira y molestia que tú? ¿Podría sentirse herida, perpleja, confundida y frustrada? Haz a un lado tu propio dolor y percepción de lo ocurrido e intenta verlo desde el punto de vista de la otra persona.
- Cambia tu estado de ánimo. Si te sientes enojado , agraviado, inflexible o simplemente harto, date cuenta de que tu relación con la otra persona importa más que estar en lo correcto todo el tiempo.
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Anota las razones por las que necesitas hacer las paces. Hacerlo puede ayudarte a transferir las emociones de tu cabeza al papel. Esto te ayudará a resolver las preocupaciones, las realidades y tus propias interpretaciones de la situación de modo que puedas averiguar la manera de hacer las paces.
- Reconoce los errores que cometiste. No seas arrogante ni terco; por el contrario, actúa con honestidad.
- Incluso si crees que la culpa es compartida, alcanza un punto en el que puedas ser una persona más grande que el problema.
- Revisa las razones que escribiste en el papel. ¿Cuál de ellas salta a la vista? ¿Puedes ver los patrones emergentes? Por ejemplo, podrías hallar un patrón de conducta en el que hayas actuado de manera egoísta alrededor de esta persona o de otras en repetidas ocasiones. El acontecimiento en sí no es tan importante como tu motivación negativa, así que trata de centrarte en ese aspecto porque querrás expresarle a la persona con la que quieres disculparte que has comprendido tu error.
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Haz las paces con un corazón tranquilo. Si te sientes muy enfadado y a la defensiva, quizás necesites esperar antes de intentar hacer las paces. No hay razón para tratar de hacer las paces cuando estás cargado de emociones. Tu disculpa no sonará sincera porque no lo será. Afrontar tu propio resentimiento es una manera práctica y constructiva de avanzar, puesto que te permite llegar al centro de lo que te causa irritación.
- De ser necesario, date el tiempo para calmarte y dejar que este sane tus heridas. Sin embargo, no dejes que pase demasiado tiempo, ya que mientras más dure tu enojo y más se confirme la desconfianza desconfianza de la otra persona, más difícil será llegar a una reconciliación.
- Admite que tuviste una conducta inapropiada y que es hora de limpiar el desastre que ese comportamiento provocó. La aceptación no se trata de aprobación; se trata de reconocer las cosas por lo que son.
- Acepta que al principio está bien sentir ira por lo que sea que haya sucedido, pero no la uses como una excusa. Decide ir más allá de tu ira, recuerda que se trata de tu error, no de tu reputación supuestamente mancillada.
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Determina lo que deberás hacer para reparar el daño ocasionado. Ve más allá del deseo de ocultar tu culpa y piensa realmente en la forma de enmendar lo que hiciste. El camino para hacer las paces es diferente para todos. Solo tú sabes cuál es la manera correcta de hacer las paces por lo que hiciste.
- Hacer las paces puede significar simplemente exponerte y disculparte por tu comportamiento.
- A veces, para hacer las paces se necesita más que una disculpa. Quizás debas respaldar tus palabras con algunas acciones. Por ejemplo, si eres responsable de destruir la propiedad de alguien, pagar por las reparaciones puede ser una buena manera de solucionar el problema.
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Piensa en lo que vas a decir. Practica las conversaciones difíciles antes de tenerlas, ya que hacerlo te ayudará a activar tu piloto automático en caso de que tus emociones saquen lo mejor de ti. Vuelve a revisar tu lista de razones, piensa bien en las formas en las que podrías haber hecho las cosas de manera distinta y encuentra soluciones que te ayuden a reaccionar mejor en el futuro. Luego prepara algunas notas en tu cabeza o incluso en el papel con respecto a lo que dirás cuando hables nuevamente con la otra persona. Ten en mente lo siguiente:
- Prepárate para aceptar la responsabilidad por tus acciones. Es una buena idea dar detalles acerca de lo que hiciste mal en un principio y aceptar que cometiste un error. Esto establece el tono de remordimiento para el resto de la conversación. Simplemente puedes comenzar diciendo “Siento haberte herido. Me equivoqué al pensar, decir, hacer, etc.”. Reconocer el dolor de la otra persona te ayudará a aliviar las tensiones.
- Date cuenta de que si esta no es la primera vez que hieres a alguien y la otra persona ya ha oído antes tus disculpas, ese simple "lo siento" no servirá. “Lo siento” puede ser una frase demasiado fácil de decir cuando no trae consigo un cambio real. Piensa en la forma en la que dejarás en claro tu arrepentimiento sincero y genuino en tu promesa de nunca volver a actuar de esa manera o de repetir el error. [1] X Fuente de investigación Stephanie Dowrick, <i>Choosing Happiness: Life and Soul Essentials</i>, p. 293, (2005), ISBN 1-74114-521-X
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Habla cara a cara con esa persona. Si bien es posible hacer las paces vía telefónica o por correo electrónico, es mucho mejor hacerlo en persona. Esto demuestra una disposición de tu parte por acercarte nuevamente a esa persona y hacer un contacto directo y significativo con ella.
- Si buscas hacer las paces con un familiar a quien no has visto por mucho tiempo, considera la posibilidad de reunirte con esa persona en un territorio neutral en lugar de en la casa de uno de los dos. Esto eliminará todas las tensiones habituales que pueden surgir del hecho de encontrarse en territorio propio.
- Si no pueden reunirse en persona, considera la posibilidad de escribirle una carta en lugar de teclear una o enviarla por correo electrónico. Es mucho más personal usar un bolígrafo y papel para plasmar tus sentimientos con tu propia letra .
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Comienza a disculparte . Dile a la otra persona que deseas reparar tu error y comienza un debate con ella, utilizando lo que ya has practicado y los sentimientos en los que has trabajado. Considera lo siguiente:
- Procura que este debate para hacer las paces termine formando una relación más fuerte que antes de que cometieras el error. Si abordas la conversación con la intención de reestablecer tu relación con esta persona y de hacer que sea incluso mejor que antes, entonces es un gran comienzo.
- Vigila tu lenguaje corporal , tu tono de voz, tu postura y tu actitud. Si en verdad lo sientes, todos estos elementos deben ayudarte a expresar tus disculpas sinceras. El contacto visual es una señal importante que indica que hablas en serio, que no intentas evitar a esa persona o que reconoces tu error.
- Evita las frases en segunda persona. Siempre di cosas como “Siento”, “Pienso”, “Creo”, etc. El error de esa persona no es lo que está en discusión.
- Evita agregar frases que indiquen que intentas justificarte. Esto te pone nuevamente en una postura combativa.
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Mantén las cosas simples y ve directo al grano. Si das una disculpa muy larga, comenzarás a divagar y a repetir las mismas cosas. Deja los puntos en claro, con dulzura y efectividad. Ninguno de los dos querrá pasarse todo el día sufriendo este tipo de incomodidad.
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Dale a la otra persona tiempo para descargar su rabia. Evita hacer suposiciones acerca de sus sentimientos o de su punto de vista. Si bien has intentado ponerte en sus zapatos como se sugirió anteriormente, aún lo has hecho empleando tu propio conocimiento y comprensión del mundo. Bríndale espacio, tiempo y libertad para ventilar sus quejas y percibe las señales que te da. Incluso si crees que su percepción de la situación es inexacta, no sirve de nada decirle que no tiene una buena razón para sentirse de la manera en la que se siente.
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Respalda tus palabras con acciones. Expresar tu verdadero arrepentimiento significará mucho más si proporcionas promesas mensurables de que vas a cambiar y te comportas en base a ellas. Empieza por ofrecer formas de recompensar a esta persona. Por ejemplo, si rompiste un objeto, ofrécete a comprar uno nuevo; si le dijiste cosas terribles a una persona, bríndale una lista extensa de todos sus atributos positivos y explícale que sentiste celos de sus logros; si arruinaste algún evento, ofrécete a organizar otro para compensarlo. Ya sea que hayas tomado dinero, tiempo o atención de alguien más, haz lo posible para devolverlo.
- Explica las formas en las que planeas hacer los cambios en tu propio comportamiento. Si hay alguna forma demostrable que puedes usar para respaldar esta promesa de cambio, úsala. Por ejemplo, podrías decirle que nunca volverás a manejar una cuatrimoto desde el accidente que tuviste en el que mataste a su mascota y enséñale el anuncio de venta del vehículo.
- Sé muy honesto al decirle a la otra persona lo que has aprendido de esta experiencia. Eso le ayudará a darse cuenta de que en verdad aprendiste una lección, de que estás arrepentido y de lo efectivo que fue lo aprendido.
- De ser necesario, también podrías considerar la posibilidad de ir tan lejos como para proporcionarle una salida a la otra persona en caso de que falles en mantener tu promesa. Este es un método que debes aplicar como último recurso y su efectividad realmente dependerá de la extensión y profundidad de tu error. Por ejemplo, podrías decir “Si rompo esta promesa, eres libre de vender mi colección de la serie Viaje a las estrellas”.
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Pregúntale a la otra persona cuál sería la mejor forma de hacer las paces. Si te responde de manera realista, puede darte una buena vía para volver a retomar su relación. Esta opción no siempre será la adecuada, así que considera el contexto del error. Ten mucho cuidado si te preocupa que la otra persona pueda tomar esto como una oportunidad para comportarse de forma manipuladora. Tu objetivo es hacer las paces, no convertirte en un esclavo eterno.Anuncio
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No repitas el error. Herir a alguien de la misma forma dos veces es un método seguro de mermar por completo la confianza de la persona. Si quieres conservar la amistad, asegúrate de nunca volver a herir intencionalmente a la persona. Haz tu mejor esfuerzo para ser un amigo confiable y considerado. Es imposible ser perfecto, pero puedes esforzarte para ser alguien en quien se pueda confiar.
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Resuelve los problemas y sigue adelante. Sin importar el resultado de tus intentos para hacer las paces, es importante no revolcarte en autocompasión o buscar echarle la culpa a la otra persona. Incluso si no pudiste solucionar las cosas, al menos hiciste tu mejor esfuerzo.
- Concéntrense en lo que está delante de ustedes y no sigan reviviendo lo ocurrido.
- Incluso si no hiciste las paces con la otra persona porque ya ha tomado su decisión de que las cosas son completamente irrecuperables entre ambos, asegúrate de nunca volver a herirla de la manera en que lo hiciste. [2] X Fuente de investigación Stephanie Dowrick, <i>Choosing Happiness: Life and Soul Essentials</i>, p. 294, (2005), ISBN 1-74114-521-X
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Aprende de lo ocurrido. Usa lo aprendido para tener compasión por quienes cometan el mismo error. No solo los comprendes mejor ahora, sino que es posible que tengas la suficiente experiencia para ayudarlos a lograr un resultado positivo sin condenarlos. [3] X Fuente de investigación Stephanie Dowrick, <i>Choosing Happiness: Life and Soul Essentials</i>, p. 294, (2005), ISBN 1-74114-521-X
- Perdonarte a ti mismo (el cual es el objetivo de hacer las paces) te permite vivir en el presente en lugar de en el pasado, de modo que aunque las cosas no salgan bien, estarás agradecido por este regalo. Al perdonarte a ti mismo, serás capaz de sanar.
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Consejos
- Reconcíliate con tus propios errores antes de hacer las paces. Esto le ayudará a las demás personas a superar también los errores.
- Las discusiones son una parte de la vida en la mayoría de relaciones. Si se maneja de la manera correcta, el resultado de un malentendido o discusión realmente puede acercarlos más y ayudarlos a comprender mejor y perdonar las limitaciones de cada uno. Si ves las interacciones negativas de este modo, estarás más dispuesto a aceptarlas como lecciones sobre ti mismo y como oportunidades para mejorar la relación en lugar de como una interacción que debe evitarse a toda costa.
- También es posible hacer las paces en nombre de otra persona, con frecuencia, en nombre de un familiar o amigo por quien te sientes responsable pero que no parece hacer nada para enmendar su comportamiento. Sin embargo, si buscas hacer las paces en nombre de alguien más, ten cuidado de no aceptar su remordimiento y culpa personal porque puede afectar tu vida haciendo que percibas las cosas de la manera equivocada. Recuerda que somos responsables por nuestro propio comportamiento.
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Advertencias
- Vivir la vida convencido de que siempre tienes la razón es una receta segura para la miseria personal. Recuerda que todos tienen opiniones y algunas de ellas difieren de las tuyas. Eso no significa que sean necesariamente erróneas, solo son diferentes. Usar tu opinión, tu juicio y tu perspectiva para herir a otra persona no solo es perjudicial sino que también te impide notar que tu punto de vista es uno de entre miles de millones y que pasarás el resto de tu vida teniendo altercados si te niegas a mantener tu mente abierta. Evita esto al aceptar tanto tu opinión como la de la otra persona diciendo simplemente “Tu opinión, juicio, perspectiva es distinta a la mía”. No hay nada bueno o malo, solo menos o más tolerancia.
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Cosas que necesitarás
- Papel y bolígrafo (opcional)
Referencias
- ↑ Stephanie Dowrick, Choosing Happiness: Life and Soul Essentials , p. 293, (2005), ISBN 1-74114-521-X
- ↑ Stephanie Dowrick, Choosing Happiness: Life and Soul Essentials , p. 294, (2005), ISBN 1-74114-521-X
- ↑ Stephanie Dowrick, Choosing Happiness: Life and Soul Essentials , p. 294, (2005), ISBN 1-74114-521-X
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