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Los perros afrontan diversas situaciones sociales que pueden incomodarlos y causarles ansiedad. Con frecuencia, los dueños esperan que sus mascotas interactúen con otros animales tal como las personas socializan, pero los perros dependen de sensaciones y un lenguaje corporal totalmente diferentes. Es importante que prepares los encuentros con otros perros abordando la situación desde su perspectiva. Tendrás que ver, oler y pensar como un perro; ya sea que estés socializando a tu cachorro, tratando de mejorar el comportamiento en los paseos y en los parques, o presentándole un nuevo perro.

Método 1
Método 1 de 3:

Socializar al perro

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  1. La socialización (o presentar a tu perro a las personas, otros animales y lugares) deberá empezar a la edad de cachorro. Si el proceso inicia en una etapa temprana, los resultados durarán más y se arraigarán con mayor profundidad. El perro también será más feliz y más cómodo con todo con lo que se cruce en el mundo humano. [1]
    • Los perros son más receptivos con el entrenamiento de socialización entre las 8 y 12 semanas de edad. Durante este tiempo, empieza a hacer que el cachorro se acostumbre a caminar por la naturaleza, ir al centro de la ciudad o a otros lugares con muchos paisajes y olores.
    • Lleva golosinas contigo y úsalas para reforzar el buen comportamiento y crear asociaciones positivas con las situaciones sociales.
    • Verifica que tu mascota esté al día con sus vacunas antes de dejar que interactúe con otros animales, en especial en los parques para perros y los lugares en los que otros perros hagan sus necesidades. No lleves a un cachorro menor de 6 meses a un parque para perros.
  2. Si no sabes cuál es su raza o la mezcla de razas, tendrás que averiguarlo. Investiga un poco sobre dicha raza: averigua el motivo por el que se haya desarrollado y aprende sobre sus rasgos hereditarios. Algunas razas son más dóciles por naturaleza, mientras que otras suelen ser menos tolerantes con el hecho de estar cerca de otros perros.
    • Los perros criados para fines de protección son perros guardianes maravillosos, pero no siempre se llevan bien con otros perros y no suelen recomendarse a los dueños casuales o sin experiencia. Estos comprenden al mastín inglés, el gran danés, el dóberman, el pastor alemán y el rottweiler.
    • A pesar de su típico tamaño pequeño, los terrier suelen tener dificultades para llevarse bien con otras mascotas.
    • Las razas como el bulldog, el bull terrier y el pitbull son mascotas fantásticas si tienen dueños firmes y fuertes que estén dispuestos a dedicar un tiempo a entrenarlos. No obstante, estos pueden ser agresivos o incluso peligrosos alrededor de otros perros, en especial las razas pequeñas.
  3. Deberás conocer las características generales asociadas con la raza de tu perro, pero también será vital que conozcas a tu perro en particular y su personalidad. Observa la manera en la que interactúe contigo, tu familia y otros con los que podría hacerlo. Observa si parece estar tranquilo con las personas, si suele estresarte o si por lo general es agresivo con los demás.
    • También ten en cuenta el trasfondo de tu perro, considerando en especial si lo has rescatado, si era víctima de abuso o descuidos, o si ha vivido alguna otra situación que provoque ansiedad.
    • Según la raza y la personalidad de tu perro, podrías notar que tienes que evitar las interacciones con otros perros. Todos ellos tienen una personalidad y una historia únicas, y algunos simplemente no toleran estar cerca de otros perros.
  4. Aprende a diferenciar el comportamiento juguetón de la ansiedad o el miedo. Obsérvalo para reconocer el momento en el que exhiba un lenguaje corporal específico y la razón de ello. Determina cómo responde a los desencadenantes y los estímulos como el timbre de la casa o el hecho de que toquen la puerta, las personas que ingresen y salgan; y la manera en la que juega con los juguetes. [2]
    • El lenguaje corporal juguetón comprende a los gestos animados, el hocico abierto y relajado, y los movimientos de contoneo del cuerpo; y saltar o intercambiar posiciones al jugar con otros perros.
    • Entre los signos de ansiedad tenemos a mover la cola rápido, un cuerpo tenso, el llanto, tener las orejas hacia atrás o levantadas, y ocultarse.
    • Los comportamientos de alerta al conocer a otros perros comprenden a tratar de acorralar al otro perro, seguirlo de forma constante, montarlo en exceso o golpear con el cuerpo. Otros signos generales de agresividad son gruñir, mostrar los dientes y mirar de forma fija.
    • Observa los momentos en los que el perro exhiba un lenguaje corporal determinado y trata de entender el motivo. Intenta ver (¡oír y oler!) las cosas desde la perspectiva de tu mascota.
  5. Si vas a socializar a un perro adulto, preséntale al perro de un amigo en un territorio neutro, como un parque o el patio de un vecino. Ambos deberán sostener la correa de sus perros de forma relajada, ya que si lo hacen con mucha firmeza, esto puede indicar a los animales que deben estar ansiosos o en guardia. Observa cómo se comporta tu mascota y, si empieza a ladrar en exceso o comportarse de manera agresiva, capta su atención y aléjalo con calma del otro perro. [3]
    • Los cachorros son mucho más receptivos con las situaciones sociales, pero los perros adultos al principio necesitan exponerse al otro perro sin ninguno otro presente.
    • El objetivo para socializar a un perro adulto deberá ser lograr un comportamiento tranquilo, en lugar de jugar de manera activa.
    • Si interactúan con calma mientras tienen su correa puesta, contempla la opción de dejarlos sin correa en un espacio confinado para determinar con más exactitud cómo se lleva tu mascota con otras.
  6. Mantén una socialización natural, casual y con poca presión. No lo obligues a experimentar una situación incómoda, y haz que las primeras interacciones sociales sean breves. Haz que estas sean una experiencia positiva, en lugar de una necesidad o una tarea. [4]
    • Lleva muchas golosinas para perros y dale una a tu mascota luego de que conozca a otro perro e interactúe con calma.
    • Ofrece mucho incentivo físico y verbal positivo. Felicita a tu perro y acarícialo en su trasero para indicarle que ha hecho un buen trabajo.
  7. Las tiendas de mascotas pueden ser lugares maravillosos para la socialización temprana. Estas están llenas de estímulos y otros animales (incluidos otros perros), pero en un espacio seguro y controlado. Además, por lo general habrá empleados que estarán familiarizados con el entrenamiento canino y podrán brindarte orientación y ayuda con supervisión. [5]
    • Puedes asistir a una clase de entrenamiento con tu perro si la tienda de mascotas de tu localidad ofrece un programa.
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Método 2
Método 2 de 3:

Encontrar otros perros fuera de casa

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  1. Quizás hayas entrenado a tu perro por años o tal vez te hayas vuelto dueño hace poco; en cualquier caso, no obligues a los perros a conocerse tal como lo hacen las personas. Las personas se conocen cara a cara, se miran a los ojos y usan la vista de forma consciente como su sentido principal. En el caso de los perros, la interacción cara a cara suele asociarse con el desafío, y ellos dependen del olfato mucho más que la vista. [6]
    • Deja que los perros se presenten a su manera en lugar de obligarlos a hacerlo de forma directa. Deja que caminen alrededor del otro y que huelan los puntos por donde el otro haya pasado.
  2. Al encontrar otro perro durante su paseo, no jales con fuerza de la correa ni hagas otros gestos que anticipen los problemas. Procura guardar la calma. Tu mascota notará que estás nervioso, asustado, que tu corazón se acelera y otras pistas conductuales sutiles. Si anticipas un problema, harás que tu perro fracase. [7]
    • Deja que los perros mantengan su distancia, crucen su camino, huelan por donde el otro haya pasado y se acerquen el uno al otro con lentitud. Si se miran fijamente, se muestran los dientes, gruñen o muestran otros comportamientos agresivos; dale una orden verbal a tu mascota para centrar su atención en algo más y prosigan con su paseo.
  3. Estos parques pueden ser una actividad social grandiosa para tu perro. No obstante, es vital que ya hayas expuesto a tu perro adulto a otros en un entorno privado antes de ir a un parque para perros. De lo contrario, el experimento podría ser abrumador o incluso traumatizante. [8]
    • Supervisa a tu propio perro y a los otros con mucha atención. Interrumpe todo juego brusco o con demasiada emoción, como correr sin detenerse o con rapidez. Váyanse si tu perro está acosando a los demás, si lo acosan o si parece que no se está divirtiendo.
    • Observa si hay varios machos sin castrar y váyanse si es así.
    • No ofrezcas golosinas ni juguetes a tu perro en un parque para perros, y no incentives la formación de una jauría ni ningún otro comportamiento competitivo o dominante.
    • Nunca dejes a tu perro sin su correa en un entorno al aire libre si no responde a tus órdenes verbales.
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Método 3
Método 3 de 3:

Presentarle a tu perro un nuevo perro de la casa

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  1. Si quieres que tu perro se lleve bien con uno nuevo, la mejor estrategia será usar el aroma para hacer que se conozcan. No los presentes cara a cara de inmediato. En lugar de ello, coloca a cada perro en jaulas separadas en lados opuestos de la casa. Haz que se conozcan usando el sentido del olfato, para lo cual deberás colocar artículos con olor, u objetos con los que el otro haya estado en contacto, en sus jaulas. [9]
    • Durante este periodo delicado, no dejes que los perros hagan contacto visual, ya que así evitarás la agresividad territorial. El perro de tu casa sentirá la necesidad de defender su territorio del nuevo.
    • Sigue cambiando los artículos con aroma entre ellos a fin de profundizar el vínculo inicial. El aroma tendrá que ser el elemento clave que facilite la comunicación durante el periodo de presentación temprana.
  2. Mantén al otro en una jaula y fuera de su vista, y deja que tu nueva mascota explore su nueva área. Dale de 15 a 20 minutos para deambular y acostumbrarse a su nueva casa y sus nuevos compañeros humanos. Hazlo varias veces al día, verificando que el otro perro esté fuera de su vista. [10]
    • Al regresar al nuevo perro a su jaula, coloca junto a él artículos que tengan el aroma del otro animal.
    • Suelta al otro perro luego de dejar al nuevo a salvo en su jaula, y alterna este patrón varias veces al día. Tu nueva mascota dejará su aroma en toda la casa, y al soltar al otro perro, este se acostumbrará poco a poco al nuevo aroma.
  3. Ambos estarán listos para conocerse cuando muestren signos de estar cómodos con el aroma del otro; por ejemplo, al no olfatear ni perseguirse con furia alrededor de la casa luego de percibir el nuevo olor. Una vez que parezcan estar acostumbrados al aroma del otro en la casa, llévalos a un lugar en donde no sientan la necesidad de ser territoriales, como el patio de un vecino, un parque cerrado u otro espacio confinado. [11]
    • Llévalos por separado y sigue evitando que hagan contacto visual. Primero deja que el perro más antiguo corra en el espacio al aire libre mientras el nuevo está fuera de su vista.
    • Luego haz que quede fuera de la vista del nuevo animal y deja que este último corra. Tal como lo has hecho en casa, estarás entrenando a los perros para que reconozcan los aromas familiares y, por lo tanto, presentándolos de manera “formal”.
    • Por último, luego de tomar un tiempo para dejar que el sentido principal y los instintos naturales de los perros los guíen, estarás listo para dejar que se conozcan cara a cara. Cuando lo hagan, reconocerán el olor conocido del otro.
  4. Ahora, con ambos perros con su correa, llévalos al área confinada de modo que puedan hacer contacto visual. Deja que mantengan su distancia y no jales la correa demasiado ni los fuerces a estar cara a cara. En lugar de ello, deja que caminen cerca del otro y se acostumbren. [12]
    • Si parecen llevarse bien luego de unos minutos, suelta las correas y deja que jueguen con libertad por unos minutos.
    • Si se miran fijamente, adoptan una postura agresiva o ladran; sepáralos, repite el entrenamiento con artículos con aroma, y haz que vuelvan a interactuar luego de 1 o 2 días.
  5. Luego de conocerse en un área neutral, haz que entren a la casa por separado. Haz que interactúen en el patio tal como lo han hecho en el área neutral. Si todo ha salido bien hasta el momento, lleva a ambos al patio con sus correas arrastrándose y deja que interactúen. [13]
    • Si surgen signos de tensión, separa a los perros y permite que interactúen en el patio en otro momento.
    • Si juegan de forma apropiada en el patio, hazlos entrar por separado y dales un tiempo para relajarse un poco en sus jaulas. Luego deja a ambos sueltos en la casa para que se acostumbren a la presencia del otro en su interior.
  6. Una vez que se hayan conocido, sigue manteniéndolos bajo supervisión constante y usa una puerta para bebés resistente a fin de mantenerlos separados hasta que estés totalmente seguro de que se sienten cómodos y a salvo en la presencia del otro. Supervisa su lenguaje corporal, busca los signos de agresividad y usa las golosinas para reforzar los comportamientos y las asociaciones positivos. [14]
    • Mantén a los perros separados mientras estés fuera de casa, para lo cual deberás usar jaulas o puertas resistentes.
    • Verifica que no haya golosinas ni juguetes esparcidos que podrían hacer que los perros peleen.
    • Interrumpe toda situación en la que los perros ladren con fuerza, se miren fijamente, corran o realicen alguna otra actividad con demasiada emoción.
  7. Podrías tener que consultar con un entrenador profesional si tus esfuerzos en el entrenamiento con jaula, con aromas y la presentación gradual no dan resultados. Él también podrá ayudarte si has conseguido un perro adulto y no has tenido la oportunidad de iniciar la socialización en una etapa temprana o en un entorno controlado, tal como se suele recomendar. [15]
    • Pide recomendaciones de entrenadores a tus amigos con perros, al veterinario, a un peluquero de mascotas o al personal de un alojamiento para perros en tu localidad. Trata de conseguir diversas opciones y busca las que tengan muchas recomendaciones y coincidan con tu presupuesto.
    • Consulta con el entrenador sobre sus competencias, su educación y sus técnicas. Pregúntale cuánto tiempo ha estado en el negocio y si tiene recomendaciones de clientes que validen su trabajo (si aún no ha incluido dicha información en una página web o un folleto).
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