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A los padres en todo el mundo les encantaría tener una fórmula mágica para animar a sus hijos a hacer la tarea. Por desgracia, no es tan simple como agitar una varita, pero hay algunos métodos para animar a tus hijos a desarrollar una rutina de tareas y ceñirse a ella. Para algunos padres, el apoyo eficaz también se trata de cambiar el método de control de tareas. No te preocupes, pues no es difícil: solo se trata de tomarte un momento para hacerte cargo de esto. Crea un espacio y horario de tareas, establece claras expectativas, recompensas y consecuencias, y aborda las tareas de forma positiva.

Método 1
Método 1 de 4:

Crear un espacio y horario de tareas

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  1. Crea un espacio tranquilo para que tus hijos hagan su tarea. Mantén las distracciones, como la televisión y la música, alejadas de esta área. Trata de que menos personas entren y salgan de ahí, y mantén a tus hijos más pequeños alejados de los mayores que intentan estudiar. [1]
  2. Mantén las discusiones y distracciones al mínimo, busca lugares separados para que tus hijos hagan sus tareas. Podrías organizar un lugar en la cocina y también uno en la sala o hacer que hagan las tareas en sus habitaciones. [2]
  3. Establece una regla que indique que durante el tiempo para hacer tareas no se usen aparatos tecnológicos para evitar que tus hijos envíen mensajes de texto o publiquen en Twitter cuando deberían estudiar. Haz una excepción cuando tu hijo deba utilizar una computadora para buscar o para escribir una tarea. [3]
  4. Ten a la mano lápices, bolígrafos, reglas, calculadoras, diccionarios, enciclopedias, etc. Es posible que quieras conseguir un recipiente para guardar estos artículos de forma que puedas sacarlos y guardarlos cuando sea necesario. [4]
    • Por ejemplo, si tus hijos hacen las tareas en la mesa del comedor, abre la caja para que puedan acceder a sus útiles cuando sea momento de hacer las tareas. Cierra la caja y sácala de la mesa cuando terminen.
  5. La creación de una rutina les ayudará a tus hijos a saber qué esperar. Tal vez quieras permitirles tener un receso entre la hora de salida de la escuela y la hora de inicio de las tareas. Por ejemplo, deja que en este lapso de tiempo pasen una hora realizando actividades de su elección. [5]
    • Deja que tus hijos tengan voz en la creación del horario. Si sienten que sus opiniones son escuchadas y tomadas en cuenta, es más probable que se ciñan al plan.
    • Lleguen a un acuerdo en las horas en las que no es necesario que hagan tareas, como los viernes por la noche o un día del fin de semana, y deja que ellos planeen cómo usar su tiempo libre.
  6. En lugar de obligarlos a terminar una tarea cuando ya se sienten frustrados con ella, deja que descansen por 10 minutos. De esta manera, podrán continuar con la tarea renovados y listos para encontrar una nueva perspectiva con respecto al problema. [6]
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Método 2
Método 2 de 4:

Establecer expectativas, recompensas y consecuencias

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  1. Tus hijos deben saber qué se espera de ellos con respecto a las tareas. Haz que tomen asiento y diles lo que esperas de ellos, como una regla que indique que deben entregar todas las tareas a tiempo o que el 90 % de sus tareas deben recibir una nota C o superior. Es importante que establezcas límites , seas constante y mantengas tus expectativas. [7]
  2. para lograr una motivación intrínseca. Elogiarlos por los trabajos realizados es una forma excelente de motivarlos intrínsecamente. La motivación intrínseca se trata de hacer las cosas porque hacen que te sientas orgulloso más que hacerlas porque recibes una recompensa externa. [8]
    • Las recompensas ocasionales por un proyecto especial realizado pueden ser un buen estímulo, pero es mejor evitar las recompensas materiales de forma habitual.
    • Cuando tu hijo haga su tarea, dile que te sientes muy orgulloso de él por ser organizado, puntual, proactivo, etc. Es importante que definas la razón exacta por la que te enorgulleces de él, de modo que sepa qué es lo que debe seguir haciendo.
  3. El soborno es la última estrategia desmotivadora, porque cualquier niño que asocia completar tareas con un aumento de la mesada o un nuevo juguete aprende a realizar esta actividad por conseguir algo material en vez de hacerla por una gratificación interna o por ampliar sus conocimientos. [9]
  4. Prestarle más atención a tu hijo, aunque sea una atención negativa, cuando no hace algo que debería (o cuando hace algo que no debería) en realidad refuerza ese comportamiento. Cuando tus hijos no hagan su tarea o cuando monten un lío por hacerlas, mantén la calma. No les grites ni dejes que tus emociones saquen lo peor de ti. [10]
    • Mantén tus palabras simples, recordándoles a tus hijos lo que han acordado cuando conversaron de cómo abordarían sus tareas y expresando tanto tu decepción como esperanza de ver que las cosas regresen a la normalidad el día siguiente.
  5. Esto podría parecer difícil, especialmente en un momento en el que muchos padres se sienten responsables por la tarea de sus hijos, pero es completamente fundamental que tus hijos aprendan lo más pronto posible que las tareas son su responsabilidad, no la tuya. Deja que tus hijos sean los que estén al tanto de sus tareas y materiales, y no tú. [11]
    • Por ejemplo, si tu hijo se olvida de su tarea o libros en la escuela, no pases horas buscando a un trabajador de mantenimiento para que te permita entrar en la escuela de forma que puedas recuperar sus objetos olvidados. Si pueden encontrar una manera de conseguirlos, genial, pero si no, tendrán que sufrir las consecuencias.
  6. Abstente de llamar o enviarles correos electrónicos a los profesores de tus hijos para dar excusas o pedirles tiempo adicional. Aunque puede parecer difícil, es mejor que tus hijos aprendan que son responsables de su propio trabajo y tendrán que lidiar con las consecuencias de sus acciones. [12]
    • Lógicamente, si tienes un hijo con problemas de aprendizaje o alguna discapacidad, es posible que tengas que adecuar esta estrategia. No dudes en buscar apoyo de profesionales especialistas en la discapacidad de tu hijo: ellos podrían brindarte estrategias adicionales.
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Método 3
Método 3 de 4:

Abordar las tareas positivamente

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  1. Cuando hay muchas otras cosas interesantes, especialmente en la era de los aparatos electrónicos, es difícil hacer que las tareas luzcan atractivas. Como padre o tutor responsable de la educación de tus hijos, concéntrate en hacer que tus hijos completen sus tareas en vez de convencerlos de que es divertido. [13]
    • Aun así debes mantener una actitud positiva con respecto a las tareas. No estés de acuerdo cuando uno de tus hijos te diga “La tarea apesta. Ojalá no tuviera que hacerla”. En esa situación, responde con algo como “Lamento que pienses de esa manera, pero una vez que termines la tarea, puedes invitar a la casa a un amigo”.
  2. Habla sobre las tareas en términos que indiquen que se trata de aprender y desarrollarse, no de trabajo. Todos los niños aguzan los oídos a la mención de la palabra “trabajo”. Un pequeño truco para evitar esto en tu hogar, y sea como sea que se refiera la escuela a la tarea, es denominarlas “aprendizaje en casa”, “aumento de la inteligencia” o incluso simplemente “estudio”. [14]
  3. Habla con tus hijos sobre la importancia delas tareas y de cómo una buena educación puede beneficiarlos a lo largo de sus vidas. Explícales de que, como adultos, ganarán más dinero si están más instruidos. Pregúntales qué carreras les interesaría y explícales el tipo de educación necesaria para cada una de ellas. [15]
    • Por ejemplo, si tu hijo quiere ser un biólogo marino, dile que necesitará buenas notas en la escuela para entrar en una universidad donde pueda conseguir un título en Biología, Zoología o Ecología.
    • Por ejemplo, dile al futuro actor que no podrá memorizar el guion si no lee bien. Anímalo a leer y a memorizar partes de su libro para que practique.
  4. A muchos niños consideran las tareas aburridas o se identifican poco con ellas. Haz todo lo posible para que sean divertidas, como poner los problemas matemáticos en términos de caramelos o dinero. Crea elementos visuales para ayudarles a comprender la tabla periódica o elabora tarjetas coleccionables (como tarjetas de béisbol) para el vocabulario. También podrías tener un concurso de ortografía en casa u organizar un torneo de matemáticas para que practiquen las tablas de multiplicar. [16]
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Método 4
Método 4 de 4:

Modificar tu propia participación

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  1. Puedes suplicar, gritar, amenazar y sobornar a tus hijos, pero ninguno de estos comportamientos negativos y extenuantes hará que tus hijos hagan algo. Por el contrario, debes tener como objetivo facilitar el proceso de las tareas lo más posible para que hagan las tareas de cada día con facilidad. [17]
  2. No les tiendas una emboscada con bastantes preguntas sobre sus tareas a la hora de salida. Por el contrario, anímalos a contarte lo que deben hacer cada día cuando sea hora de hacer las tareas. Hazles saber que también te gustaría escuchar cualquier dato interesante que podría aparecer mientras hacen las tareas. [18]
  3. Conversa con tus hijos sobre sus tareas todas las noches y ayúdales a determinar las que serán más difíciles. Haz que hagan primero esas tareas para que estén más alertas cuando se enfrenten a los retos más complicados, y deja las tareas difíciles para el último. [19]
  4. Hablen sobre sus diferentes asignaturas y averigua cuáles les gustan y dominan, y en cuáles tienen más problemas para comprender o completar. Para las asignaturas difíciles, pregúntales si les gustaría considerar la posibilidad de tener a alguien que los ayude con esos problemas (por ejemplo, de un hermano o profesor particular). [20]
  5. Si se supone que deben hacer las tareas solos, permanence alejado. Por ejemplo, si los ayudas demasiado con las tareas podrías evitar que tus hijos en realidad aprendan de la tarea. Deja que sus tareas los ayuden a comprender solos, una habilidad que valorarán a lo largo de toda la vida. Debes estar disponible en caso de que necesiten tu ayuda, pero no te quedes a su lado mientras completan las tareas. [21]
  6. Para inspirarlos a completar sus tareas, un truco infalible es hacer parte de tu tarea para mostrarles a tus hijos que también eres responsable y completas las tareas esenciales. Servirás como un gran ejemplo para ellos, mostrándoles que las mismas cosas que aprenden guardan relación directa con lo que hacer como adulto. Si tu hijo lee, toma un libro o periódico y lee a su lado. Si están resolviendo un problema de matemática, siéntate con una calculadora y saca las cuentas . [22]
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Consejos

  • Anímalos a que presenten sus tareas con profesionalismo y orden. Si hacen las tareas de forma desordenada, trata de captarlo en el proceso y anímalos a que las hagan con más orden.
  • Cuando un profesor te pida que participes en las tareas de tu hijo, ¡hazlo! Trabajar con su profesor le demostrará a tu hijo que las autoridades de la escuela y de la casa están en el mismo bando.
  • Mantente al día con la vida académica de tus hijos. Habla con sus profesores de forma habitual para asegurarte de conocer el propósito de sus tareas y conocer las reglas en clase.
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Advertencias

  • Puedes ayudarlos, pero nunca hacerles las tareas . Ellos deben acostumbrarse a resolver sus problemas por sí mismos.
  • Nunca les exijas excelencia o perfección . Permíteles que cometan errores, así aprenderán más rápido.
  • En el caso de un niño con TEA tipo Asperger es probable que se sienta motivado sólo si el tema de la tarea le interesa mucho; de lo contrario te dirá que "la tarea apesta" si el tema tocado le desagrada. En ese caso es mejor buscar ayuda especializada.
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