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¿Tendrás que usar muletas luego de sufrir una lesión en la pierna? Podrías notar que además de la lesión, deberás lidiar con la incomodidad generada al tener que inclinarte siempre en tus nuevos soportes. No obstante, si agregas un acolchado adicional y usas tus muletas de maneras que reduzcan la incomodidad, podrás hacer que el proceso de recuperación se vuelva mucho más cómodo.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Agregar acolchado

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  1. Una de las maneras más antiguas, sencillas y eficaces de hacer que un par de muletas se vuelvan más cómodas consiste en crear almohadillas improvisadas con pedazos sobrantes de tela. No existe una tela “correcta” para hacerlas; puedes usar toallas, pedazos de una manta vieja o incluso almohadas pequeñas. A continuación te brindamos un ejemplo de la forma en la que podrías hacer almohadillas para un par de muletas:
    • Corta dos pedazos de 90 x 90 cm (3 x 3 pies) de una manta vieja.
    • Enrolla ambos pedazos de tela sin ajustarlos, de modo que sean un poco más anchos que las partes superiores de las muletas.
    • Emplea una cinta resistente (como la cinta de embalaje) para pegar cada rollo sobre la parte superior de una de las muletas. Pega la cinta con firmeza; si se desliza mientras te mueves, esta puede afectar tu postura y provocar una mayor incomodidad.
  2. Muchas muletas cuentan con almohadillas de espuma extraíbles en la parte superior, las cuales deben encajar debajo de tu brazo. Otra manera de agregarle acolchado a un par de muletas incómodas consiste en extraer estas almohadillas, rellenarlas con material de acolchado y luego volver a colocarlas. Esto podría ser difícil o imposible en algunas muletas; por ello, procura no dañar tus muletas al tratar de sacar o colocar las almohadillas a la fuerza.
    • Puedes acolchar tus muletas de esta manera usando una tela enrollada u otros materiales similares al algodón, relleno de un edredón viejo, etc.
  3. Todos en la comunidad médica saben que las muletas pueden ser incómodas. Por ello, existe un mercado pequeño para los dispositivos de acolchado que pueden emplearse para hacer que las muletas sean más cómodas. Estos suelen estar hechos de espuma, gel o una tela transpirable, y cuentan con precios razonables. En los EE.UU., un juego completo suele costar aproximadamente $30. [1]
    • Puedes comprar accesorios básicos para muletas en muchas farmacias; sin embargo, lo mejor podría ser comprar en Internet, ya que encontrarás una mejor selección de productos y podrás acceder a una gran variedad de materiales, tamaños, patrones, etc. Si compras en Internet, incluso puedes adquirir almohadillas para muletas muy elegantes, como los juegos hechos de piel sintética.
  4. Tus axilas no son las únicas partes del cuerpo que pueden sentir dolor al usar muletas. Soportarás gran parte de tu peso en tus palmas; por ello, también es común que las manos empiecen a dolerte cuando uses las muletas. Afortunadamente, si acolchas las barras de agarre, esto puede disminuir la incomodidad en cierta medida.
    • Para este propósito, puedes emplear almohadillas improvisadas (toallas o paños pegados) o de venta comercial. No obstante, las últimas podrían ser la mejor opción, ya que es esencial que puedas sostener tus muletas con firmeza, así no te caerás. Muchas almohadillas para muletas de venta comercial cuentan con materiales y formas ergonómicos diseñados para que puedas sujetar mejor las muletas.
    • El acolchado del área de agarre puede ser incluso más importante en las muletas para el antebrazo, ya que estas depositan una mayor parte de tu peso en tus manos.
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Usar tus muletas con comodidad

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  1. Incluso puede ser molesto usar muletas acolchadas, si estas no te quedan de manera adecuada. Afortunadamente, casi todas las muletas modernas cuentan con partes plegables fáciles de usar que te permiten adaptar la altura. La altura adecuada de tus muletas dependerá de lo alto que seas. A continuación aprenderás la manera de adaptar tus muletas a la altura correcta. [2]
    • Muletas para las axilas: ponte los zapatos que uses en tu vida cotidiana y párate erguido. Pasa las muletas debajo de tus brazos y coloca las puntas a unos centímetros (pulgadas) delante de tus pies. Adapta las muletas para que reposen tan solo 3 o 6 cm debajo de tus axilas. Un amigo podrá ayudarte con ello. Las muletas no deben sobresalir por tus axilas.
    • Muletas para los antebrazos: ponte los zapatos que uses en tu vida cotidiana y párate erguido. Pasa las muletas por tus brazos y sujeta las asas. Dobla tu codo de modo que el interior de tu muñeca esté nivelado con tu cadera en un ángulo aproximado de 30°. Adapta la muleta de modo que toque el piso en esta posición. El reposabrazos debe soportar la mayor parte de tu antebrazo y el asa debe estar nivelada con tu muñeca.
  2. El dolor en la muñeca o la mano puede ser un signo de que sostienes las muletas de una manera que ejerce una tensión innecesaria en estas partes del cuerpo. Podrás reducir este dolor si empleas un tipo de agarre adecuado. A continuación, te brindamos más información:
    • Ambos tipos de muletas: debes mantener tus codos un poco doblados mientras usas tus muletas. Tus antebrazos deben estar rectos desde el codo hasta la muñeca. No dobles las muñecas cuando uses las muletas.
  3. Si tienes una marcha desequilibrada cuando caminas normalmente, esto puede ser un signo de otros problemas subyacentes y puede generar un dolor duradero y persistente. [3] Estos problemas se agravan al usar muletas, las cuales modifican tu marcha normal a causa de su diseño. Si mantienes una postura adecuada al moverte para caminar, esto será vital para tu comodidad constante. A continuación te brindamos instrucciones y notarás que son similares para ambos tipos de muletas. [4]
    • Muletas para las axilas: sujeta las muletas con firmeza. Párate sobre la pierna no lesionada y coloca las muletas un paso adelante. Inclínate hacia adelante conforme uses las muletas para balancearte hacia adelante. Detente sobre tu pierna no lesionada aproximadamente un paso adelante del punto que tus muletas toquen en el piso. Balancea las muletas hacia adelante y vuelve a hacerlo. Mantén la pierna lesionada lejos del piso en todo momento.
    • Muletas para los antebrazos: sujeta las muletas con firmeza. Párate sobre la pierna no lesionada y coloca las muletas un paso adelante. Inclínate hacia adelante, deposita tu peso en las muletas y balancea tu cuerpo hacia adelante. Emplea los antebrazos para mantener tu equilibrio y tu control durante el movimiento de balanceo. Detente en la pierna no lesionada aproximadamente un paso adelante del punto en el que tus muletas toquen el piso. Tal como se ha indicado, debes mantener la pierna lesionada lejos del piso en todo momento.
  4. Para caminar con un juego de muletas, requerirás tiempo para acostumbrarte antes de poder hacerlo de una manera que no ejerza tensión innecesaria en tus articulaciones. Haz contacto con el piso deteniéndote con el pie no lesionado, e intenta mantener tus articulaciones (en particular tus codos y la rodilla de la pierna no lesionada) “relajadas” sin colapsar tu postura. Si permites que tus articulaciones se doblen un poco con cada paso, reducirás un poco la tensión generada al caminar sin ellas, lo que evitará la incomodidad.
    • Tus articulaciones no deben estar rígidas ni muy tensas al hacer contacto con el piso. Esto aumenta el “impacto” físico que tus articulaciones sienten con cada paso, y provocará dolor con rapidez.
  5. Es común que algunas tareas cotidianas se vuelvan más difíciles al usar muletas. Si conoces la manera adecuada de realizar estas tareas, no solo te sentirás más cómodo, también disminuirás la probabilidad de sufrir lesiones. Por ejemplo, puede ser horrible subir escaleras con muletas, por lo que puedes emplear las siguientes técnicas para realizar esta tarea:
    • Para subir, primero pisa con tu pierna en buen estado, luego levante la pierna afectada y mueve tus muletas.
    • Para bajar, primero mueve tus muletas, luego la pierna afectada y después la pierna en buen estado.
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Consejos

  • Ten en cuenta que podrías tener que reajustar tus muletas luego de agregarles el acolchado.
  • Si te quitas los zapatos, recuerda adaptar la altura de tus muletas para compensarlo. Incluso este cambio leve puede marcar una gran diferencia en tu comodidad.
  • Puedes comprar una mochila que encaje adecuadamente si tienes que usar muletas. Si tienes dificultades para llevar un bolso o cuentas con una mochila que no le queda bien a tus muletas, esto puede provocar dolor muscular (y accidentes) con facilidad. Incluso podrías tener que comprar accesorios de bolsillo para tus muletas, los cuales te ayudarán a llevar tus pertenencias sin arruinar tu marcha.
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