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Esa mezcla irritante de quejas, chillidos y llantos es la pesadilla de muchos padres, pero no dejes que el lloriqueo de tu hijo te vuelva loco. Mantén la calma y dile que solo puedes entenderlo si te pide las cosas con educación. La prevención hace mucho, así que programa las tareas o actividades para después de la siesta y lleva una merienda al salir de casa con él. Para detener el lloriqueo a largo plazo, enséñale a tu hijo cuáles son tus expectativas y felicítalo cada vez que se exprese amablemente.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Controlar tu reacción

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  1. Trata de no desesperarte con el lloriqueo de tu hijo. Inhala lentamente, haz lo posible por mantenerte razonable y controlar tu frustración. [1]
    • Si mantienes la calma, será más fácil lidiar con el lloriqueo de tu hijo y satisfacer sus necesidades válidas.
  2. Regañar a tu hijo refuerza su conducta de forma negativa o le muestra que puede recibir atención si llora. Además, si le gritas de inmediato para que se detenga, él podría hacer todo un berrinche. [2]
    • Recuerda que lo niños lloran cuando quieren o necesitan algo, se sienten impotentes o no tienen palabras para expresarse. En vez de gritarle, averigua qué motiva su conducta y enséñale a comunicarse de manera educada.
  3. Si él lloriquea sin emitir palabra alguna, trata de llegar al origen de su conducta. Por ejemplo, piensa en cuándo fue la última vez que comió, durmió o fue al baño. [3]
    • Aunque su conducta sea inaceptable, es posible que tenga un motivo válido para molestarse.
  4. Es importante no ceder de inmediato a sus demandas mientras está llorando, ya que de lo contrario, aprenderá que el llanto es una buena forma de conseguir lo que quiere. [4]
    • En vez de eso, tu objetivo debe ser ayudarle a expresarse con calma y satisfacer cualquier necesidad válida.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Abordar la razón de su llanto

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  1. Expresa empatía y explícale que deseas ayudarle, pero que no puedes comprenderlo si llora. Sin fruncir el ceño o parecer enfadado, pídele tranquilamente que diga lo que le pasa con un tono de voz amable. [5]
    • Dile “De verdad quiero ayudarte hijo, pero no te entiendo cuando hablas así. Por favor, ¿puedes hablar con calma, sin llorar?”.
    • Pídele que hable de manera amable dos veces. Si no responde a tus dos peticiones, encógete de hombros, dile “Bueno, creo que no quieres mi ayuda” e ignora su mala conducta hasta que cambie su tono de voz. [6]
  2. No olvides llevar contigo galletas saladas, cereales secos, frutas u otra merienda antes de salir de casa con tu hijo. Si estás en casa y van a almorzar o cenar en 15 a 20 minutos, dale algo pequeño como unas galletas saladas o palitos de zanahoria. [7]
    • Cuando pida las cosas de la forma correcta, dile “¡Por supuesto que puedes comer una merienda! ¡Gracias por pedirlo tan educadamente!”.
  3. Piensa con anticipación en llevar algo como un libro para colorear y lápices de colores, rompecabezas o un juguete, para mantener al niño ocupado al salir de casa. Si no tienes a la mano algo entretenido, piensa en distraerlo con una tarea o juego. [8]
    • Por ejemplo, si estás con él en el supermercado, dile “¡Tengo una tarea especial para ti! Necesito que elijas 5 de las mejores manzanas. ¿Puedes ayudarme?”.
  4. La manera más adecuada de lidiar con un niño cansado y de mal humor es respetar la hora de su siesta. Siempre que puedas, llévalo al banco, al supermercado y a otros lugares aburridos después de que haya descansado bien. [9]
    • Si no puedes evitar sacarlo antes de su siesta, intenta redirigir su llanto con una actividad, tarea o juego.
  5. Si el niño no está llorando por hambre, cansancio o aburrimiento, lo más probable es que quiera un juguete o un caramelo. Mientras llora, mantén el artículo que desea fuera de su alcance. Si se trata de algo que puedes darle, explícale que puede tenerlo si lo pide de manera educada. [10]
    • Dile “No entiendo lo que dices cuando hablas así. Tal vez si te expresas con un tono amable y dices por favor, sabré lo que estás pidiendo”.
    • Si no puede tener el artículo, trata de expresar que comprendes que esté molesto y luego explícale en breves palabras por qué no puede tenerlo. Por ejemplo, dile “Sé que deseas otro globo y siento mucho que no puedas tener uno. Si te compro otro, no habrá suficientes para los demás niños”.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Enseñarle a tu hijo a pedir las cosas con educación

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  1. Anímalo a decir cómo se siente en varios momentos. Hazlo de manera constante a lo largo del día, no solo cuando el niño lloriquea. Así le enseñarás a expresar sus necesidades o deseos sin llorar. [11]
    • En distintos momentos del día, pregúntale a tu hijo cómo se siente. Anímalo a nombrar sus sentimientos y a explorar la razón por la que se siente así.
    • Cuando él juegue o interactúe con otros niños, pídele que reconozca los sentimientos de los demás. ¿Ellos parecen felices, tristes, molestos o enfadados?
    • Utiliza libros ilustrados, juegos e imágenes para ayudarle a reconocer y nombrar sus sentimientos.
  2. Elige un momento en que esté tranquilo y feliz para comunicarle tus expectativas. Dile que debe pedir las cosas de forma educada cuando necesite o quiera algo. [12]
    • Dile “No voy a responder cuando llores. Si deseas algo, debes hablar con un tono de voz amable y decir ‘por favor’. De este modo, comprenderé lo que estás diciendo y juntos encontraremos una solución a tu problema”.
    • Dale un ejemplo de cómo pedir las cosas con educación. Podrías decir “Cuando necesites algo, di ‘Puedo comer una merienda, por favor?’ o ‘¿Podrías, por favor, jugar un juego conmigo?’”.
  3. El niño no se da cuenta de cuándo está lloriqueando ni entiende cómo se escucha. Trata de imitarlo o de grabarlo cuando llore. En vez de hacerle sentir mal o burlarte de él, mantén un tono educativo. [13]
    • Al momento de imitar su llanto o de hacerle escuchar la grabación, dile “Así te oyes cuando lloras. No suena agradable y es difícil entender lo que dices”.
  4. Asegúrate de que tú y los demás responsables de su crianza estén de acuerdo cuando se trata de lidiar con su llanto. Detener la conducta del niño será casi imposible si no eres constante con tu respuesta a su lloriqueo. [14]
    • Diles a los demás responsables de su crianza “Si cedemos a las demandas del niño cuando llora, solo estaremos alentándolo a continuar con esa conducta en el futuro. Cuando empiece a lloriquear, díganle que solo podrán entenderlo si habla de forma amable”.
  5. Siempre que sea posible, elógialo o dale una recompensa pequeña para reforzar su buena conducta de manera positiva. Presta atención a cuando pida algo de forma apropiada y utilice palabras amables, dile que aprecias su actitud y hazle saber que está haciendo un buen trabajo. [15]
    • Dile “¡Me alegra tanto que lo hayas pedido con educación!” o “Ya que lo has pedido tan amablemente, puedes comer una galleta. ¡Bien hecho, hijo!”.
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