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¿Sueñas con tener un salón de clases silencioso y tranquilo? Es un hecho que a veces los alumnos harán ruido, por lo que será vital que desarrolles algunos métodos comprobados para silenciarlos. Un buen punto inicial será que bases tus esfuerzos en su rango de edad. Los chicos jóvenes suelen responder mejor a las peticiones sorpresivas e ingeniosas. Los alumnos mayores necesitarán una mayor comunicación y responderán bien si eres directo. Lo más importante es que te mantengas tranquilo e identifiques la opción que te dé mejores resultados.

Método 1
Método 1 de 3:

Hacer que todos los alumnos guarden silencio

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  1. Enséñale a la clase una seña que les indique que deben guardar silencio. Al hacerla, ellos deberán responder con la misma; de este modo, te ayudarán a tranquilizar a sus compañeros sin pedírselo de forma verbal. [1]
    • Por ejemplo, haz la seña de “amor y paz” para que ellos también puedan hacerla.
  2. Esta es una de las maneras comunes de captar la atención de los estudiantes. Ponte al frente o camina por todo el salón, y aplaude con lentitud. Puedes seguir un patrón y pedirles que lo repitan (como aplaudir dos veces para responderte si lo haces una vez). Este método es mejor para los alumnos más jóvenes, pero puede ser eficaz en la secundaria o bachillerato como una táctica sorpresiva. [2]
  3. La primera consiste en “detenerse, mirar y escuchar”, y la segunda en “concentrarse, guardar silencio, estar quieto, tener las manos vacías y escuchar”. Coloca estas órdenes en un área del salón y di “tres” o “cinco” cuando necesites que los alumnos guarden silencio y presten atención. Asimismo, podrías mostrar 3 o 5 dedos, y pedirles que mencionen dichas órdenes contigo. [3]
  4. Esta consiste en decir una determinada frase o palabra para hacer que los alumnos te respondan juntos con otra, y será una excelente manera de hacer que todos estén coordinados. Tan solo cerciórate de que la frase sea fácil de aprender y apropiada para su edad. En el caso de los estudiantes de primaria, podrías decir “Santo…” y ellos deberán responder “…cielo”. [4]
    • En secundaria, podrías decir “El único día sencillo…” y ellos deberán terminar con “…fue el de ayer”. Este es un lema antiguo del entrenamiento militar.
  5. Ve a la pizarra y escribe una petición para que guarden silencio. Esta frase deberá tener un tono amigable, pero con autoridad, y tendrá que culminar indicando que todo estudiante que no cumpla la orden recibirá algún tipo de castigo. El objetivo principal es hacer que guarden silencio antes de que termines de escribir y des la vuelta. [5]
    • Por ejemplo, podrías escribir “Tenemos que estar en silencio para hacer un buen trabajo en esta tarea. Si quieren seguir hablando durante ella, tendrán que quedarse 5 minutos cuando acabe la clase. Si quieren trabajar en silencio, bajen la voz ahora”.
  6. Ve al interruptor de luz principal del salón y apágalo por completo. Los alumnos empezarán a hacer un poco más de ruido de inmediato, ya que se sorprenderán de que estén a oscuras de un momento a otro. Una vez que pase la sorpresa, ellos bajarán la voz. Este es el motivo por el que es importante que dejes las luces apagadas aproximadamente por un minuto; no las apagues y las prendas con rapidez. [6]
    • Justo después de apagarlas, di algo como “Bien, todos guarden silencio por favor”.
  7. Usa un temporizador en la computadora para así proyectarlo en la pizarra o la pantalla del salón, de modo que todos puedan verlo. Prográmalo por 5 a 10 segundos y deja que inicie la cuenta regresiva. Indícales a los alumnos que esperas que estén en silencio para cuando la cuenta llegue a cero. [7]
    • También podrás ofrecerles un premio si guardan silencio con más rapidez, o un castigo si no le hacen caso al temporizador.
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Método 2
Método 2 de 3:

Hacer que los alumnos pequeños guarden silencio

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  1. Esta será una manera muy divertida de hacer que los niños más pequeños cooperen. Si están haciendo ruido, di “Coman un malvavisco”. Luego pídeles que imaginen que tienen la boca llena con uno muy esponjoso. Esto hará que guarden silencio con rapidez, y podrás intercambiar los alimentos imaginarios que emplees. [8]
    • Lo mejor será que les muestres esta acción hinchando las mejillas por unos segundos antes de masticar e ingerir el malvavisco imaginario. Luego haz que los alumnos realicen otra actividad.
  2. Este método es muy eficaz para los niños pequeños. Toma un palo de lluvia o una escuadra metálica de tu escritorio, y muévelos para producir algunos sonidos. Los alumnos te mirarán para saber qué estás haciendo, y podrás aprovechar esta oportunidad para pedirles que guarden silencio. [9]
    • Con el tiempo, ellos empezarán a bajar la voz tan pronto como te vean sacar un instrumento. Esto hará que ahorres un poco de tiempo.
  3. Consigue una caja musical a cuerda barata. Dale cuerda por completo al inicio de cada día y déjala sonar siempre que los alumnos hagan demasiado ruido. Anímalos a guardar silencio con rapidez para que esta caja aún tenga cuerda al final del día. [10]
  4. Consigue un semáforo de plástico grande y colócalo en un rincón del salón. Deberás encenderlo si los alumnos hacen ruido y necesitas que guarden silencio. Diles que la luz “amarilla” es una advertencia para que bajen la voz. La luz “roja” significa silencio; y la “verde”, que pueden conversar con normalidad. [11]
    • Para mantener las cosas sencillas, puedes dejar la luz verde encendida durante el día y solo cambiarla si necesitas advertirles sobre el nivel de ruido.
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Método 3
Método 3 de 3:

Desarrollar un ambiente tranquilo en el salón de clases

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  1. Si vas a enseñar en una clase nueva, tendrás que sentarte con los alumnos en los primeros dos días para preguntarles qué reglas les gustaría seguir en el salón. Luego deberás revisar las sugerencias y escoger las que sean factibles y que puedan mejorar el aprendizaje. Este proceso hará que los alumnos sientan cierto control sobre el salón y su conducta. [12]
    • Por ejemplo, podrías crear una regla de que todos deberán mantener la voz baja al hacer tareas de laboratorio, ya que estas requieren mucha concentración.
    • En el caso de los estudiantes más jóvenes, también podrías aprovechar esta oportunidad para mencionar la importancia de las reglas en general y de escuchar a los profesores.
  2. Si los alumnos cumplen tus indicaciones y guardan silencio con rapidez, será una buena idea que les des algún tipo de incentivo que deseen obtener. Deja que ganen puntos que les permitan obtener una fiesta con pizza. Bríndales un paseo a un museo luego de que obedezcan tus peticiones de silencio por una cantidad determinada de días.
    • También podrías dividir la clase en equipos y dejar que compitan entre sí para ganar premios individuales o poder escoger un premio más grande para el salón.
  3. Si la clase está teniendo un día ruidoso, pídeles que se paren y se estiren. Quizás solo estén inquietos debido a toda la energía adicional que tienen. Dales la oportunidad de desahogarse pidiéndoles que se paren, alcen las manos y se estiren. También podrás sugerirles que hagan algunos saltos de tijera rápidos en su lugar. Luego haz que todos se sienten tranquilos para empezar a trabajar. [13]
  4. Descarga una aplicación en tu teléfono que te permita registrar la intensidad del ruido en el salón y te indique si ha superado ciertos niveles predeterminados. Esta es una excelente herramienta que permite que los profesores puedan controlar el ruido en el salón de forma constante. Puedes programar una aplicación (como Too Noisy) para que emita una alarma ruidosa advirtiendo a los alumnos que deben guardar silencio. [14]
    • El salón de clases promedio puede generar un ruido de hasta 60 a 70 decibeles, el cual se asemeja al tráfico ruidoso de la ciudad.
  5. Si tu estilo de enseñanza es muy amigable y receptivo, podrías tener dificultades para adoptar un tono con autoridad. Párate frente a un espejo en casa y practica algunos de tus métodos preferidos para hacer que los alumnos guarden silencio. Préstale atención al tono de tu voz y cerciórate de sonar como alguien seguro y con el control de la situación. [15]
  6. Si pierdes los papeles, esto solo hará que los alumnos te pierdan el respeto como profesor. Si te frustras demasiado, será mejor que salgas del salón por un momento y respires profundo un par de veces para así tranquilizarte. Si gritas, es probable que los alumnos consideren que tienen permiso para hacer lo mismo, lo que generará un ciclo difícil de quebrantar. [16]
    • No discutas con ellos sobre los momentos en los que deban guardar silencio. En lugar de ello, explica con claridad que las reglas del salón buscan el beneficio de todos y deben cumplirse.
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Consejos

  • Elogia a los alumnos que cumplan tus indicaciones de forma constante. Sin embargo, deberás hacerlo de forma breve para no avergonzarlos delante de sus compañeros.
  • Mantén el sentido del humor. Esto hará que les agrades incluso más a tus alumnos y que puedas hacer que guarden silencio y escuchen alguna otra indicación con más facilidad. [17]
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Advertencias

  • Los alumnos obedecerán tus peticiones de silencio con mayor diligencia si saben que has planificado de forma minuciosa las actividades que harán más adelante. Deberás tener una agenda clara para todos los días en el salón de clases. [18]
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