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Existen diversos productos de limpieza facial en el mercado que están diseñados para tratar problemas específicos de la piel, incluida la piel grasosa. Algunos contienen ingredientes agresivos que empeoran dichos problemas en vez de mejorarlos. Si haces tu propio limpiador, podrás controlar los ingredientes y crear un producto adecuado para tu tipo de piel. Saber con qué lavas tu rostro te ayudará a controlar la piel grasosa. Los ingredientes naturales permiten que la piel equilibre sus propios aceites.

Método 1
Método 1 de 2:

Combinar ingredientes domésticos

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  1. Haz una base de 1 parte de aceite de ricino y 2 partes de aceite de oliva, aunque puedes variar dicha proporción según las necesidades de tu piel. El primero actúa como un limpiador de la piel y el segundo como un aceite portador restaurador. También puedes reemplazar el aceite de ricino con aceite de avellanas y el aceite portador con aceite de girasol u otro aceite ligero (por ejemplo, de canola). [1]
    • Para aplicar un limpiador con aceite en la piel, vierte una cantidad pequeña en la mano ahuecada. Frótate las manos y aplícalo en la piel realizando movimientos circulares y suaves con las manos. Masajéalo por 1 o 2 minutos hasta que la piel absorba el aceite. Para una limpieza profunda, déjalo actuar hasta por 10 minutos.
    • A continuación, coloca una toallita húmeda caliente sobre la zona. Déjala en la piel por 1 minuto o hasta enfriarse.
  2. Mezcla 1/3 de taza de miel con 1/3 de taza de jabón de Castilla líquido en un envase de jabón líquido. Añade 3 cucharadas de agua destilada caliente y 2 cucharadas de aceite de almendras. Tapa el envase y agítalo bien para combinar los ingredientes por completo. La mezcla durará hasta 6 meses, pero deberás seguir agitándola todos los días para evitar cualquier obstrucción. [2]
    • También puedes utilizar aceite de aguacate u otro aceite nutritivo en vez del aceite de almendras.
    • Aplícalo presionando el envase dispensador y llenando la palma de tu mano con el jabón líquido. Frótate las manos, formando espuma. Después, frota el jabón con suavidad en la piel. Repite el proceso conforme sea necesario hasta que la piel grasosa quede cubierta por completo con jabón. Por último, enjuágate con agua tibia. Presiona una toalla suave en la zona para secarte.
  3. Diluye 1/4 de taza de vinagre de manzana en 1 taza de agua destilada. Añádele el aceite esencial de tu preferencia y mezcla bien. Sella firmemente el recipiente para que no se evapore la mezcla. Puedes guardarla en un frasco de vidrio hasta por 3 meses. [3]
    • Algunas buenas opciones para añadir a este limpiador son los aceites esenciales de lavanda, limón o geranio.
    • Para aplicarlo en el rostro, humedece una motita de algodón con la mezcla y pásala por las partes grasosas. No la enjuagues.
  4. Vierte 1/4 del té en un frasco de vidrio y añade 1/4 de taza de jabón de Castilla líquido. Incorpora 3/4 de cucharada de aceite de semilla de uva, almendras dulces o aceite de oliva. Luego echa 8 gotas de aceite esencial. Por último, añade unas cuantas gotas de aceite de vitamina E. [4]
    • Los aceites esenciales más adecuados para la piel grasosa son los siguientes: árbol de té, bergamota, geranio o limoncillo.
    • Puedes reemplazar el té de manzanilla con agua de rosas o agua destilada, sobre todo si utilizas aceite esencial de manzanilla.
    • Esta solución constituye un buen gel de ducha. Dilúyela con al menos 1/2 taza de agua.
    • Mantenla en un envase de plástico cerca del lavabo o la bañera.
  5. Corta un limón en mitades y exprime 1 de ellas sobre un frasco de vidrio pequeño. Añádele 1 cucharada de miel cruda y revuelve bien. Añade 1 cucharada de agua tibia para que la mezcla sea más líquida. Una vez que obtengas la consistencia adecuada, cubre tu rostro con la mezcla y déjala actuar por 1 o 2 minutos. [5]
    • Enjuaga tu rostro con agua tibia y sécate con una toalla suave.
    • La mezcla debe utilizarse fresca, no guardada.
  6. Mezcla 1 cucharadita de miel cruda con 1 clara de huevo y revuelve bien. Añade 1 cucharada de harina blanca común o lo suficiente para formar una pasta. Aplica la mezcla en tu rostro y déjala secarse. Al cabo de 10 minutos, enjuágate con agua tibia. [6]
    • Asegúrate de no dejar caer la mezcla en los ojos.
    • Además de absorber la grasa excesiva, se cree que las claras de huevo reafirman la piel.
  7. Pela, descorazona y corta una manzana en pedazos medianos. En una cacerola pequeña, coloca los pedazos con 1/4 de taza de agua y caliéntala hasta que la manzana esté blanda al tacto. Añade 1 cucharadita de jugo de limón y machaca todo con un tenedor hasta combinar bien los ingredientes. Para terminar, añade 1 cucharadita de salvia seca, lavanda o menta. [7]
    • Aplica la mezcla en tu rostro y déjala reposar por 5 minutos.
    • Enjuágate con agua tibia.
    • La mezcla no durará si la guardas. Aplica la mayor cantidad posible en el rostro y luego tira el excedente.
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Método 2
Método 2 de 2:

Utilizar alimentos cotidianos

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  1. Corta una fruta cítrica (como un limón, una naranja o una toronja) y frota la pulpa en la piel grasosa. El jugo de la fruta tiene propiedades astringentes y limpiadoras de la piel. También es útil utilizar la fruta más cercana a la cáscara. [8]
    • Evita aplicar cítricos en la piel lesionada y ten cuidado de no salpicar el jugo en los ojos.
    • Dado que los cítricos pueden aumentar la sensibilidad al sol, debes evitar la luz directa del sol por unas cuantas horas posteriores a la aplicación.
  2. Las uvas, los arándanos o las fresas constituyen buenos tónicos faciales para la piel grasosa. Puedes mezclarlos con un batidor de inmersión o machacarlos bien con un tenedor. Frota la pulpa obtenida en tu piel utilizando los dedos. Los antioxidantes, vitaminas y ácidos de la fruta aportan varios beneficios a la piel grasosa. [9]
    • Esta es una excelente forma de deshacerte de las frutas muy maduras, pero no deben tener moho.
    • Las uvas son ideales para la piel envejecida.
  3. Prácticamente cualquier fruta posee beneficios limpiadores para la piel, pero algunas de las mejores son las manzanas, el kiwi, el plátano, la papaya, los tomates y las peras. Las mujeres de climas tropicales con frecuencia colocan mango fresco en su piel como un limpiador natural. Cuando cocines con fruta, separa una o dos rodajas para tu piel grasosa. [10]
    • No es necesario enjuagarte después de frotar la fruta en tu piel, a menos que quede pegajosa.
    • Quítate el maquillaje antes de frotar la fruta en el rostro para lograr resultados óptimos.
  4. Corta una papa cruda y colócala en la zona afectada o rállala y extiéndela en tu piel. Luego, deja reposar la papa en tu piel por 15 minutos. Enjuágate con agua tibia. [11]
    • La papa absorbe el aceite excesivo de la piel sin secarla o agravarla.
    • La papa también ayuda a minimizar las cicatrices que deja el acné.
  5. Muele avena en un procesador de alimentos hasta que adquiera una consistencia similar a la harina. Añade la avena molida a un bol con agua hirviendo y deja que se cocine por 5 minutos, revolviendo de forma frecuente. Déjala enfriar a temperatura ambiente antes de aplicarla en tu piel. Masajea la avena fría en la piel y permítele actuar por 10 minutos antes de enjuagarla con agua tibia. [12]
    • La avena limpia a profundidad los poros y contiene proteínas beneficiosas.
    • Este método es eficaz sobre todo para las zonas con acné.
  6. El tomate es un tratamiento popular para la piel grasosa gracias a su capacidad astringente natural. Mezcla bien 2 o 3 cucharaditas de jugo de tomate fresco con unas cuantas gotas de extracto de pepino. Aplica la mezcla en la piel con los dedos o una motita de algodón, repitiendo hasta agotarla por completo. [13]
    • Utiliza este método dejando un día para evitar la obstrucción de los poros.
    • Si lo aplicas en el rostro, pon mayor atención a la zona T: la frente, la nariz y el mentón. Estas partes del rostro son las más propensas a ponerse grasosas.
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Consejos

  • Los limpiadores a base de aceite también quitan el maquillaje. Por lo tanto, no es necesario aplicarte un desmaquillante adicional antes de limpiar tu piel con aceite.
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Advertencias

  • No te frotes la piel fuertemente con una toalla o corres el riesgo de dejarla seca e irritable.
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