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La terapia geotermal combina el uso de piedras calientes y técnicas de masaje para relajar los músculos tensos, aliviar el dolor y la rigidez, además de mejorar la circulación. Esta terapia puede aplicarse para tratar dolencias como dolores musculares, enfermedades artríticas y trastornos autoinmunes. El calor de las piedras penetra en la piel para estimular la irrigación sanguínea, eliminar toxinas y lograr una relajación muscular más profunda que la que se consigue con un masaje convencional. Colocar las piedras calientes sobre los puntos de acupresión puede contribuir a descargar el flujo energético, además de favorecer el propio proceso de sanación del cuerpo. Asimismo, las personas que realizan este tipo de masaje pueden personalizar el tratamiento de acuerdo a las preferencias y necesidades del cliente.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Reunir los materiales

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  1. Normalmente, las piedras que se utilizan para esta terapia son las de basalto, dada su capacidad para conservar el calor. Además, estas deben ser sumamente lisas para evitar que de algún modo la piel pueda irritarse. Sin embargo, si no encuentras piedras de basalto, las piedras de río de superficie lisa también sirven. Puedes pedir un kit de piedras para terapia geotermal en el sitio web de Amazon o eBay; no obstante, si no quieres comprarlas, puedes ir a una cantera.
    • La cantidad de piedras que debes tener puede variar entre 20 y 30; sin embargo, algunos masajistas profesionales suelen tener más de 45 o 60. Como mínimo, debes contar con dos piedras ovales de aproximadamente 20 cm (8 pulgadas) de largo por 15 cm (6 pulgadas) de ancho, siete que entren en la palma de tu mano y 8 pequeñas del tamaño de un huevo o de una cuarta.
  2. Si no cuentas con una camilla para masajes, una cama o el piso pueden servir. Una vez que hayas determinado dónde vas a realizar el masaje, deberás extender una sábana limpia o una toalla gruesa sobre la cual el cliente pueda acostarse. Esto no solo hará que se sienta más cómodo, sino que ayudará a absorber cualquier exceso de aceite durante el masaje.
    • Para crear una atmósfera verdaderamente relajante, enciende algunas velas de aromaterapia. Las fragancias relajantes como la lavanda, citronela, eucalipto y vainilla ayudarán al cliente a sumergirse en la experiencia del masaje.
    • Asimismo, puedes poner un poco de música clásica tranquila o sonidos de lluvia para enriquecer el ambiente.
  3. Lo ideal sería que alistes las piedras de 30 a 60 minutos antes de empezar la sesión. El agua debe calentar a 50 ºC (120 ºF) aproximadamente, puesto que las piedras suelen enfriarse a 38 o 43 ºC (100 o 110 ºF) después de sacarlas. Una vez que las hayas retirado, recuerda que debes limpiarlas una por una. [1]
    • Para calentarlas, utiliza una olla de cocción lenta que tenga una capacidad de 5,5 L (6 cuartos) de agua como mínimo o, una sartén plana con paredes de aproximadamente 7 cm (3 pulgadas).
    • Dado que las piedras deben alcanzar los 40 ºC (105 ºF) al momento de aplicarlas, trata de colocar un termómetro para caramelo dentro de la olla o la sartén para vigilar la temperatura. Asimismo, como no quieres que el agua hierva, asegúrate de fijar la configuración de la olla en las opciones “bajo” o “mantener caliente”. [2]
    • Además, debes aplicar un poco de aceite para masajes sobre cada una de las piedras antes de usarlas.
  4. Antes de empezar el masaje, consulta con el cliente y asegúrate de que se sienta cómodo con la temperatura de las piedras. Cada persona va a reaccionar de manera diferente frente a las temperaturas diversas, y tu intención no es que se quemen. Para evitar esto, lo mejor es colocar una sábana o una toalla y luego poner las piedras encima. [3]
    • Ten en cuenta que el calor de las piedras puede tardar de 3 a 4 minutos en penetrar a la piel.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Realizar el masaje

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  1. Antes de comenzar el masaje debes colocar, ya sea una hilera de piedras grandes donde la columna del cliente se va a apoyar o, poner dos filas de piedras pequeñas a cada uno de los lados. Luego, coloca una sábana más sobre estas piedras. Después, pídele al cliente que se acueste sobre ellas mirando hacia arriba. No las saques hasta que la persona deba darse vuelta. [4]
  2. Una vez que se haya puesto cómodo, deberás tomar cuatro de las piedras más pequeñas y ponerlas sobre las zonas de acupresión del rostro. Coloca una en la frente, otra debajo de los labios y una a cada lado de las mejillas. Evita usar aceite en esas piedras, ya que este puede obstruir los poros o irritar la piel.
  3. El tamaño de las piedras puede variar de acuerdo a la talla y contextura de la persona. No obstante, pon una o más piedras a ambos lados de la clavícula, dos grandes a lo largo del esternón y dos del tamaño de tu palma en las manos. No es necesario que la persona las sujete, en lugar de eso, debe sostenerlas ligeramente y permanecer totalmente relajado.
  4. Una vez que hayas colocado todas las piedras en la parte de adelante, toma una del tamaño de tu palma y aplícale aceite. Luego, recorre las fibras musculares de la cabeza a los pies para masajear cualquier nudo que haya quedado. Asimismo, debes tomarte un tiempo para darle masaje a las piedras que previamente colocaste sobre la piel. Cuando termines, podrás retirarlas todas.
  5. Una vez que hayas masajeado la parte de adelante, pídele al cliente que se dé vuelta y que se eche boca abajo. Este es un buen momento para retirar las primeras piedras que colocaste antes de que se acostara. Además, puedes tomarte un momento y cambiar la sábana o la toalla para mantener todo limpio.
    • Asimismo, asegúrate de cambiar las piedras, de tal forma que permanezcan calientes.
  6. Escoge las piedras más grandes para las escápulas y la parte de atrás de las rótulas. En el caso de los dedos del pie, coloca una piedra pequeña entre cada uno de ellos. Luego, envuelve cada pie con una toalla para que las piedras se mantengan en su lugar y para mantener el calor. [5]
    • Después de colocar estas piedras, toma una del tamaño de tu palma, aplícale aceite y úsala para masajear todo el cuerpo de la cabeza a los pies, mientras retiras las piedras que acomodaste anteriormente.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Prueba distintas técnicas

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  1. Hazlo moviéndolas suavemente sobre las zonas rígidas y doloridas. Debes presionar las piedras con fuerza; sin embargo, esta técnica prácticamente no causa dolor, ya que los músculos deben estar bastante relajados por efecto del calor.
  2. Prueba un masaje sueco o un masaje de tejido profundo. Esto te ayudará obtener el máximo provecho de la experiencia. Mientras que las piedras calientan los músculos y alivian la rigidez, se pueden aplicar otras técnicas de masaje, sin causar ninguna o muy poca molestia, con las piedras aún sobre la piel o después de retirarlas.
  3. Muchas personas descubren que después de un tiempo, sus cuerpos están tan relajados a causa de las técnicas de masaje con piedras calientes, que incluso no notan el cambio de temperatura al aplicar las piedras frías. A menudo, esta técnica está indicada en casos de lesiones que implican hinchazón o inflamación acompañada de dolor.
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Video

Advertencias

  • Sin importar si tú mismo vas a realizar una terapia geotermal o si vas a contratar a un terapeuta para que realice el trabajo, ejecutar las técnicas adecuadamente es fundamental. Para mejores resultados, conversa con un especialista en el campo de los masajes o pide una cita con un masajista experimentado y acreditado para informarte acerca de la terapia geotermal.
  • Nunca dejes las piedras en un lugar, a menos que hayas comprobado que el cliente se siente cómodo con la temperatura.
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