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Las personas autistas son especialmente vulnerables a los traumas. Suelen experimentar emociones intensas, situaciones difíciles, discriminación y, en ocasiones, abusos, lo cual hace que corran el riesgo de sufrir algún trauma. Sin embargo, la comunicación puede ser complicada para ellas, de modo que la presencia y la causa del trauma pueden ser difíciles de identificar. Es importante que busques ayuda profesional para identificar y tratar los traumas. Evaluar las causas y los síntomas posibles puede ayudarte a determinar cuándo hacer una cita con el médico.

Método 1
Método 1 de 4:

Tomar en cuenta las causas y los riesgos

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    Reconoce las causas comunes del trauma en las personas autistas. A ellas pueden traumatizarlas las mismas cosas que a las personas no autistas. Piensa en si tu ser querido ha experimentado estrés intenso. Por ejemplo: [1]
    • desastres naturales
    • abuso (emocional, físico o sexual) y negligencia (o si ha sido testigo del abuso que sufren otras personas)
    • guerra
    • lesión o problema de salud que cambie la vida
    • muerte
    • finalización de una relación importante
    • agresión sexual
    • trauma familiar (por ejemplo, un niño traumatizado al presenciar el trauma de su padre)
    • bullying (acoso) físico o emocional
    • ser testigo o sufrir el impacto de un delito violento (robo, asalto o agresión en la carretera)
    • exposición a un entorno adverso (mal ambiente educativo, casa de acogida sin apoyo o vivir en un país que trate mal a los discapacitados)
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    Mantente atento al bullying (acoso). Desafortunadamente, las personas autistas son vulnerables a los bullies (acosadores), ya que pueden llamar más la atención, además de carecer de habilidades sociales para manejar la situación. Los incidentes de bullying pueden conducir con el tiempo al trastorno de estrés postraumático en las víctimas. [2] Esto incluye burlas, violencia, rumores, exclusión y ciberacoso. Las personas autistas corren un riesgo alto de sufrir bullying, lo cual puede dar paso a los traumas.
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    Toma en cuenta el trato que recibe en terapia. Hay muchas "escuelas" distintas de terapias dirigidas a ayudar a las personas autistas. Desafortunadamente, algunos profesionales, tipos de terapia y metodologías pueden acabar dañando psicológicamente a las personas a las que se supone que deben ayudar. Por ejemplo, la terapia de cumplimiento, la terapia de retención (agarrar y sujetar a una persona contra su voluntad), la restricción y el aislamiento pueden provocar síntomas de trauma. [3]
    • La terapia debe ser segura y nunca implicar crueldad. El terapeuta nunca debe castigar a la persona por enfadarse, gritarle, encerrarla en una habitación o tocarla sin consentimiento. Si el terapeuta es muy riguroso y te aconseja que tú también lo seas, tómalo como una señal de alerta.
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    Recuerda que las personas autistas también pueden experimentar abuso emocional, abuso físico, abuso sexual y negligencia, y es posible que no puedan comunicarlo. Pueden experimentar un dolor psicológico intenso a causa del maltrato, aunque no muestren signos de la misma manera que una persona no autista. Además, pueden sufrir un maltrato que esté relacionado con su discapacidad. Por ejemplo:
    • Los adultos que califican de "pataleta" cualquier malestar emocional y presionan más a la persona son abusivos. [4]
    • Las personas que han recibido capacitación orientada al cumplimiento corren un mayor peligro de sufrir abusos sexuales, pues no saben decir que no o establecer límites. [5]
    • Es abuso el hecho de que la satisfacción de sus necesidades esté condicionada a una conducta determinada (por ejemplo, no tener acceso a la comida a menos que tenga una cantidad determinada de fichas de obediencia).
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    Toma en cuenta los problemas no relacionados con traumas. Hay muchos factores estresantes que una persona autista puede enfrentar y no todos son consecuencia de sucesos traumáticos. Tómate en serio la posibilidad de que existan problemas relacionados y no relacionados con traumas.
    • La ansiedad y la depresión son trastornos comunes en las personas autistas y pueden no tener una única causa.
    • Algunas veces, la disforia de género puede parecerse a un trauma y puede agudizarse cuando comienza la pubertad. Ayudar a la persona a hacer la transición al género correcto y hacer que esté rodeada de personas que la apoyen puede aliviar el dolor emocional y contribuir a que la persona esté más saludable y sea más feliz.
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Método 2
Método 2 de 4:

Identificar los signos físicos

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    Fíjate si la persona autista indica que se siente mal. Debido a la alexitimia, una persona autista puede tener dificultades para comprender sus emociones y es posible que solo perciba los problemas físicos. Puede mencionar dolores de cabeza o de estómago, tensión muscular u otro problema físico que sea producto del estrés.
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    Tómate en serio la regresión, sin precipitarte a la conclusión de que es consecuencia de un trauma. En situaciones de estrés, una persona autista puede retomar una conducta "infantil", como chuparse el dedo, mojar la cama, perder la capacidad de hablar o dejar de emplear una habilidad que haya aprendido recientemente. Esto puede ser consecuencia de un trauma o de alguna otra cosa. [6] La regresión puede ser un síntoma difícil de precisar en las personas autistas, porque pueden experimentarla debido a diversos factores estresantes y porque suelen lograr objetivos importantes a su propio ritmo.
    • Un conjunto de factores estresantes puede causar la regresión de una persona autista. También puede deberse a un cambio de domicilio, una presión excesiva en la terapia, una enfermedad, un tiempo de descanso insuficiente, etc. El trauma es una de las causas potenciales.
    • La persona autista no ha perdido permanentemente la habilidad. Sin embargo, cuando experimenta la "regresión" simplemente está demasiado sobrecargada como para emplear habilidades más sofisticadas. Lo más probable es que pueda emplear nuevamente la habilidad cuando recupere la energía.
    • A la inversa, algunos adolescentes se vuelven más independientes después del trauma (o pueden fluctuar entre la regresión y la independencia). [7]
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    Observa si hay cambios significativos en los movimientos repetitivos. El balanceo y los movimientos repetitivos pueden ser una señal de trauma en personas no autistas, pero es normal en muchas personas autistas. No obstante, fíjate si tu ser querido incurre en movimientos repetitivos más o menos de lo habitual, o si adopta estereotipia autolesiva que antes no era un problema. Esto puede ser un indicio de que algo sucede.
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    Toma en cuenta los cambios en el procesamiento sensorial. El estrés puede manifestarse como un sistema sensorial más sensible y una persona autista traumatizada puede experimentar un agravamiento de sus problemas sensoriales. Por ejemplo, una mujer joven que normalmente disfrute de las tormentas eléctricas puede empezar a llorar y a taparse los oídos cuando oiga un trueno.
    • Tu ser querido puede sobresaltarse más fácilmente de lo habitual.
    • Puede tener crisis nerviosas, bloqueos y episodios de sobrecarga sensorial con más frecuencia.
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    Presta atención a los cambios en el apetito y en los hábitos de sueño. Tu ser querido puede comer menos, comer en exceso por gusto o quejarse de problemas digestivos que antes no tenía. Puede tener insomnio, pesadillas frecuentes o fatiga. [8] [9]
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    Fíjate si manifiesta conductas nuevas de evasión del contacto físico. Algunas personas autistas pueden alterarse fácilmente con el contacto físico, lo cual no es motivo de preocupación. Pero si tu hijo, al que solía gustarle que le hicieran cosquillas, de repente lo odia, o si tu hermana, a la que le gustaban los besos, empieza a sentir pánico cuando la besan, puede ser un indicio de que alguien le ha hecho daño.
    • Si repentinamente tiene miedo de estar con una persona determinada, esto puede significar que esa persona lo ha maltratado o le ha hecho daño.
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Método 3
Método 3 de 4:

Identificar los síntomas emocionales

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Los traumas se pueden manifestar de manera ligeramente distinta en las personas autistas que en las no autistas. Tu ser querido puede experimentar algunos o todos estos síntomas.

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    Presta atención a tu ser querido después de un suceso potencialmente traumático. Debido a que las personas autistas pueden tener problemas para reconocer sus propias emociones, tu ser querido puede no darse cuenta de que sus emociones son distintas a las habituales, o de que experimenta sufrimiento. Esto hace que sea especialmente importante que hables con él si ves que tiene problemas. Puede carecer de la capacidad de autocontrol para reconocer la situación por su cuenta.
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    Compara la conducta actual de la persona con la habitual. La conducta extrema, los cambios de personalidad y los cambios de humor pueden ser producto de un trauma. Tu ser querido puede empezar a manifestar las siguientes conductas:
    • exagerado, excesivamente complaciente, ávido de complacer o temeroso de decir "no"
    • hiperactivo
    • pasivo, letárgico, poco afectivo (en comparación a lo habitual)
    • llorar con frecuencia o tener crisis nerviosas frecuentes
    • mal comportamiento, agresividad, impulsividad o cólera
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    Observa los signos de aislamiento del mundo. El inicio de una enfermedad mental (TEPT, ansiedad o depresión) puede tener como característica que la persona se aleje de sus seres queridos, hable menos y pase más tiempo sola. Este indicio puede ser el síntoma de un trauma o de una enfermedad, como la depresión. El hecho de que tu ser querido empiece a aislarse puede significar que algo malo sucede.
    • Es normal que las personas autistas sean introvertidas, tengas problemas para hacer amigos, no quieran socializar mucho o atraviesen periodos en los que deseen estar más tiempo solas. Compara la conducta actual de tu ser querido con la normal.
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    Presta atención a las conductas de evasión. Tu ser querido puede empezar a evitar las cosas que le recuerden el suceso traumático, [10] ya sea que eso signifique llorar cada vez que vea a un hombre pálido con bigote o evitar conducir cerca del lugar en el que hizo la terapia de cumplimiento.
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    Presta atención si la persona pierde interés en las relaciones y las actividades que normalmente le gustan. Una persona traumatizada puede aburrirse fácilmente, perder el interés en los amigos y los pasatiempos, y mostrar indicios de aislamiento y depresión. Trata de involucrar a la persona autista en conversaciones o en pasatiempos que se relacionen con sus intereses especiales y fíjate cómo reacciona.
    • No todas las personas autistas mostrarán este síntoma. El hecho de poder distraerse durante un momento no significa que no estén traumatizados.
    • Algunas personas autistas pueden tratar de ocultar su dolor y de ponerse una careta alegre delante de los demás porque creen que esa es la manera de ser amigable. Esto puede hacer que el trauma sea más difícil de detectar.
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    Fíjate si empieza a aferrarse a una persona, un lugar o un objeto predilecto. Es normal que una persona autista tenga uno o dos objetos predilectos, como un peluche o un pedazo de cuerda para los movimientos repetitivos, y que se moleste si no los encuentra. Sin embargo, el hecho de aferrarse y de sentir miedo ante la más mínima idea de separarse de esa persona o de ese objeto significa que no se siente seguro a solas.
    • No trates de separarla de un objeto reconfortante. Quitarle el objeto reconfortante no hará que la persona se sienta mejor. En vez de eso, enfócate en encontrar a alguien que pueda ayudarla a superar el miedo que hace que se aferre y, con el tiempo, no necesitará tanto el objeto.
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    Toma en cuenta su capacidad de enfocarse. El trauma puede conllevar fatiga y problemas de concentración, [11] así que su rendimiento en la escuela puede decaer o puede tener problemas para mantener el mismo nivel de rendimiento. Los niños pequeños pueden mostrarse apáticos y desinteresados cuando se les propone una actividad que normalmente disfrutan.
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    Fíjate si ha perdido la confianza en sí mismo o en los demás. [12] [13] Tu ser querido puede volverse más inseguro y retraído. Puede que le cueste más confiar en los demás, porque nadie pudo evitar el suceso traumático o porque las personas empeoraron las cosas cuando tenía la necesidad de que la ayuden.
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    Toma en cuenta los temas de los que habla tu ser querido. Si la persona autista parece obsesionarse con el temor, la tristeza o la muerte, lo más probable es que sufra psicológicamente. Si habla mucho de lo que ha sucedido o del disgusto que siente, probablemente sea porque está perturbada. Puede mostrar los siguientes indicios:
    • Se obsesiona con la seguridad o la muerte. [14]
    • Se culpa a sí misma por lo ocurrido.
    • Teme que el suceso traumático vuelva a ocurrir.
    • Indica que tiene pesadillas frecuentes.
    • Tiene pensamientos suicidas.
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    Reconoce que el dolor y el trauma evolucionan a distintas velocidades en cada persona. Si tu ser querido experimenta un trauma, puede manifestarse de inmediato o tardar semanas o meses. No lo pierdas de vista durante un tiempo por si los síntomas tardan más en aflorar.
    • En general, los hombres son más propensos a mostrar síntomas de enojo de manera precoz, mientras que las mujeres son más propensas a experimentar reacciones retardadas y altamente interiorizadas. [15] Sin embargo, tu ser querido puede o no seguir este patrón, pues las respuestas de las personas al trauma pueden variar.
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Método 4
Método 4 de 4:

Proseguir

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    Lleva a tu ser querido a visitar a un consejero o un psicoterapeuta. La persona puede beneficiarse con la terapia cognitivo conductual, la psicoterapia, la hipnoterapia, la terapia familiar u otros tipos específicos de consejería, como la consejería de duelo.
    • Trata de programar citas de admisión con varios psicoterapeutas para ver cuál se adecúa mejor a tu ser querido. Pregúntale a tu ser querido si desea que estés presente en la cita o que lo esperes afuera.
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    Anímalo a hablar contigo si desea hacerlo. Es posible que no sepa muy bien cómo manejar sus emociones, así que dile que puede hablar contigo. Esto puede hacer que sepa que puede buscar ayuda cuando tenga un mal momento.
    • No le digas que vas a escucharlo para luego ignorar o pisotear sus sentimientos. En vez de eso, escucha y valida sus sentimientos.
    • Si acude a ti en un mal momento, sé honesto. Por ejemplo, "Estoy muy cansado y necesito tomar una siesta antes de que podamos conversar bien. Deseo hablar contigo tan pronto como pueda ser nuevamente un buen oyente. ¿Podemos hablar después de la cena?".
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    Cuídate a ti mismo también. No puedes ayudar a alguien si antes no te cuidas a ti mismo. Pregúntate qué es lo que necesitas en este momento (puede ser un abrazo, una caminata o una ducha caliente) y luego cuídate a ti mismo.
    • Si te sientes estresado o agotado, está bien que pongas límites. Por ejemplo, si tu ser querido quiere hablar, pero estás exhausto, dile algo como "Me siento muy cansado en este momento. No es un buen momento para hablar. Necesito estar solo. ¿Qué te parece si hablas con papá o pasas algo de tiempo haciendo dibujos?".
    • Considera la posibilidad de unirte a un grupo de apoyo o de ser tú el que vaya a consejería.
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    Sé paciente y benévolo con la persona autista. Tu apoyo puede ayudarla a lidiar con las dificultades. Afrontar el trauma puede ser atemorizante y desafiante, y puede ayudarla mucho saber que no está sola.
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    Ayúdale a asegurarse de tener mucho tiempo de descanso. En general, los autistas necesitan mucho tiempo de relajación, sobre todo si experimentan estrés adicional. Darles un tiempo de descanso ayuda a reducir las acumulaciones tóxicas de estrés.
    • Anímalo a trabajar en sus intereses especiales. Por ejemplo, si tu hijo está obsesionado con la escritura o si a tu amigo le encanta un programa de televisión en concreto, debe dedicarle mucho tiempo. Esto puede ayudarlo a sobrellevar la situación. Tratar de evitar que una persona autista dedique tiempo a sus intereses especiales puede ser doloroso para ella.
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    Pasen tiempo haciendo cosas divertidas juntos. La salud emocional no solo consiste en lidiar con las experiencias negativas, implica hacer tiempo para las positivas. Trata de tener un tiempo a solas con la persona autista en el que salgan y hagan actividades agradables juntos. Creen recuerdos positivos y diviértanse.
    • Si es un familiar que vive contigo en casa, trata de tener un tiempo a solas con él todos los días. Si los ves con menos frecuencia, es posible que eso no sea tan factible.
    • Algunas veces, la persona querrá divertirse, hablar de sus emociones o estar sola. Presta atención a su estado de ánimo y, si tienes dudas, simplemente pregúntale qué le gustaría hacer.
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    Dale tiempo y espacio para procesar sus emociones. La curación del trauma puede tomar mucho tiempo, así que sé paciente. Mantén la voluntad de estar disponible en el largo plazo.
    • Algunas veces, las personas encuentran en el arte una herramienta útil para lidiar con los traumas. Trata de proporcionarle a tu ser querido algunos suministros de arte y de animarlo a dibujar o a pintar sobre lo que desee.
    • Si la curación toma mucho tiempo, no lo regañes. En vez de eso, lidia con la frustración en privado. Tu ser querido debe enfocarse en cuidar de sí mismo, no en tratar de ocultar sus emociones cuando estás cerca.
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    Toma seriamente sus emociones. Algunas veces, es posible que tu ser querido tenga ganas de hablar de su dolor. Cuando sea así, escúchalo cuidadosamente y valida sus emociones .
    • Algunas personas autistas tienen problemas para comprender sus emociones. Si tu ser querido parece estresado, trata de hacerle preguntas como "¿Estás triste?" o "¿Estás preocupado?".
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Consejos

  • Si notas que uno o más síntomas afectan la vida cotidiana de tu ser querido, llévalo con un médico.
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