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El abuso físico puede presentarse de distintas formas y afecta tanto a niños como a adultos. Las acciones como golpear, patear, abofetear, azotar, pegar y otras formas de lesiones se consideran abuso físico. En muchos países, abusar físicamente de alguien es ilegal. Si lidias con el abuso físico en casa, la escuela o el trabajo, busca ayuda de inmediato. También puedes ponerte en contacto con los demás si sientes nervios por hablar con la policía u otro servicio de apoyo. Para lidiar con el trauma del abuso físico, no tengas miedo de buscar consejería y terapia profesional.

Método 1
Método 1 de 3:

Buscar ayuda inmediata

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  1. Si te encuentras en una situación de peligro inmediato, comienza por alejarte del abusador. Esto podría significar marcharte de tu casa e ir a un lugar seguro con tu celular, como a una cafetería cercana o la casa de un amigo. Tal vez tengas que marcharte de tu lugar de trabajo o escuela si tu abusador está allí. Encuentra un lugar seguro para ir y poder llamar para pedir ayuda.
    • Si no puedes alejarte de tu abusador, busca un momento en que esté fuera o lejos y pide ayuda. Por ejemplo, si tu esposo abusa físicamente de ti, escoge un momento en que esté en el trabajo para pedir ayuda.
    • Si planeas ir a una cafetería o tienda en vez de la casa de un amigo o familiar, comunícate de inmediato y hazle saber dónde estás para hacer los arreglos.
  2. Existen muchas líneas de ayuda disponibles para las personas que lidian con el abuso físico y la violencia doméstica. Estas líneas de ayuda cuentan con personas experimentadas que mantendrán la llamada confidencial. Pueden indicarte las direcciones de refugios donde puedes ir para alejarte del abusador y otros servicios a los que puedes acceder para obtener ayuda. Las líneas de ayuda generalmente están disponibles las 24 horas, los 7 días de la semana, todos los días del año. [1]
    • En Estados Unidos y Canadá, llama a la Línea Directa Nacional de Violencia Doméstica al 1-800-799-7233. También puedes llamar al 1-800-4-A-CHILD para obtener ayuda.
    • En el Reino Unido, llama a Women’s Aid UK al 0808 2000 247.
    • En Australia, llama al 1800RESPECT (1800 737 732).
    • Puedes encontrar una lista completa de líneas de ayuda globales y centros de crisis en la página web del Directorio Internacional de Agencias de Violencia Doméstica .
  3. También puedes obtener ayuda inmediata si llamas al servicio de emergencias para ponerte en contacto con la policía. Cuando el operador responda tu llamada, descríbele la situación y proporciónale tu ubicación. Explícale que experimentas abuso físico y necesitas ayuda. [2]
    • Dependiendo de la situación, el operador podría indicarte que te quedes donde estés o que vayas a un lugar seguro en tu casa. También podría sugerirte que vayas a un refugio u otro lugar cercano que sea seguro hasta que la ayuda llegue.
    • En caso de ser posible, usa este tiempo para recordar todo lo ocurrido durante el incidente de abuso. Dile al operador o escríbelo, en caso de ser posible. Esto podría hacer que te resulte más sencillo informar el incidente a la policía.
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Método 2
Método 2 de 3:

Ponerte en contacto con los demás

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  1. Quizás te resulte difícil contactar a una línea de ayuda o a la policía, en especial si tienes miedo al abusador. Si contactar a la policía te parece un paso demasiado grande, comienza por pedirles ayuda a tus amigos y familiares. Ponte en contacto con un familiar de confianza o un amigo con el que te sientas cómodo para hablar. Explícale a esta persona que lidias con una situación de abuso físico y que necesitas ayuda. [3]
    • No supongas que la persona estará muy ocupada o desinteresada en ayudarte, o que le serás una carga de algún modo. Las palabras y acciones de tu abusador podrían haber hecho que te sientas inútil o no querido, pero tú y tu seguridad son importantes, y tus amigos y familiares estarán para ayudarte.
    • Por ejemplo, puedes decirle a un amigo "No sé bien cómo lidiar con el abuso físico en casa. Necesito ayuda". También puedes decirle a un familiar "Estoy sufriendo abuso físico en casa. Quiero salir de esta situación. ¿Puedes ayudarme?".
  2. Quizás te sientas más cómodo al hablar con un mentor en tu comunidad o un profesor en tu escuela sobre el abuso físico. Ponte en contacto con un mentor o profesor para pedir ayuda con el abuso físico que experimentas. Pídele a esta persona de hablar en privado para contarle en confianza. [4]
    • Por ejemplo, puedes decirle a tu mentor "Sufro abuso físico en casa. Necesito ayuda".
  3. Habla con tu médico de cabecera sobre el abuso físico, en especial si ha comenzado a notar las lesiones durante las consultas. Dile que necesitas ayuda y que quieres alejarte de tu abusador. Esta persona te proporcionará recursos para lograrlo.
    • Por ejemplo, puedes decirle a tu médico "Estoy sufriendo abuso físico en la escuela. ¿Puedes ayudarme a abordar este problema?".
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    Haz un plan. Independientemente de que les pidas ayuda a tus familiares, amigos, un mentor o tu médico, tú y esta persona deben trabajar juntos para crear un plan de escape detallado y específico. Esto implica identificar un lugar seguro donde quedarte, un buen momento para marcharte, reunir documentos importantes y papeles, reservar algo de dinero, etc. Puedes encontrar más consejos útiles para crear un plan de escape en la página web de la Línea Nacional de Ayuda para la Violencia Doméstica ( http://www.thehotline.org/help/path-to-safety/#leaving ) o al comunicarte con una línea de ayuda, tu médico, terapeuta o refugio.
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Método 3
Método 3 de 3:

Obtener consejería y terapia profesional

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  1. Los sobrevivientes del abuso físico pueden beneficiarse de la terapia profesional y la consejería. Hablar con un profesional de la salud mental puede ayudarte a lidiar con sentimientos de ira, dolor, depresión y miedo debido al abuso físico. Busca a un terapeuta que haya trabajado con víctimas del abuso físico en el pasado y que tenga experiencia en esta área. [5]
    • Pídele a tu médico de cabecera referencias de un terapeuta. También puedes buscar a un terapeuta en línea.
    • Ten en cuenta que no es necesario que esperes a salir de la relación antes de buscar consejería. Tu terapeuta puede ayudarte mientras te preparas para marcharte y ayudarte a desarrollar un plan de acción seguro.
  2. Comienza por programar una consulta con el terapeuta o consejero. Reúnete con él y evalúa si te sientes cómodo para hablarle del abuso físico. Habla de los tratamientos que podrías probar para abordar la situación. Pregúntale qué puede ofrecerte mientras te recuperas del trauma.
    • Por ejemplo, quizás te sugiera que asistas a un grupo de apoyo para sobrevivientes del abuso. También podría sugerirte una terapia de juego de roles y una terapia de juego, en especial si eres un niño que ha experimentado abuso.
  3. Ten sesiones programadas con el terapeuta o consejero. Procura tener las sesiones a la misma hora todas las semanas. Limítate a un cronograma regular para las sesiones para estar motivado para asistir y sentir que progresas. [6]
    • Puedes comenzar yendo a terapia una vez por semana (o más) o dos veces por mes. El terapeuta te sugerirá un cronograma que te ayude a lidiar con tus experiencias de abuso físico.
    • Siéntete libre de tomar notas durante la sesión y asegúrate de hacer cualquier lectura o "tarea" que tu terapeuta te recomiende.
  4. Ir a terapia puede ayudarte a lidiar con los efectos duraderos del abuso físico, que pueden incluir problemas de confianza, ansiedad, baja autoestima, problemas de relaciones, abuso de sustancias y problemas con la ira. Hablar con un terapeuta o consejero de manera regular puede darte las herramientas necesarias para abordar estos problemas y superarlos.
    • La terapia también puede ayudarte a identificar cualquier patrón de abuso del que quizás no seas consciente, como por parte de familiares o parejas previas.
    • El terapeuta podría sugerirte ciertos tratamientos que te ayuden a lidiar específicamente con estos problemas. Con el paso del tiempo, podrías sentir que has asumido el control sobre estos efectos persistentes de abuso físico con la ayuda de tu terapeuta.
    • Fuera de la terapia, puede ser útil establecer una rutina que te proporcione una sensación de previsibilidad y seguridad.
    • También puedes ponerte en contacto con amigos equilibrados, enfocarte en el trabajo y concentrarte en criar a tus hijos, en caso de tener. Independientemente de lo que hagas, haz lo que esté alineado con tus valores y no seas demasiado ambicioso sobre tus expectativas contigo mismo de inmediato.
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