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Parte del matrimonio comprende cuidar a tu cónyuge cuando tiene una enfermedad. Si tiene demencia, quizás no luzca enfermo a simple vista, pero sufrirá de pérdida de la memoria y confusión. Podría ser difícil ver que sus habilidades mentales se deterioran. Podrías no saber con certeza cómo ayudar a tu pareja con demencia y adaptarte a este cambio importante en la vida. Si redefines tu matrimonio y aceptas los nuevos roles, pides ayuda y cuidas de tu persona, podrás lidiar con esta nueva etapa de la vida.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Cambiar la imagen que tengas de tu cónyuge

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  1. Ten en cuenta que su matrimonio ya no será una relación equitativa. Con el tiempo, tendrás que asumir todas las responsabilidades del manejo de la casa, cuidar a la familia e incluso ayudar a tu pareja con las tareas más pequeñas. Tu papel de cónyuge se transformará poco a poco en el de cuidador, o incluso “padre” en la relación.
    • Por ejemplo, es probable que tengas que hacer todas las tareas de la casa, tomar todas las decisiones sobre la familia y el hogar, y brindarle una supervisión constante a tu pareja.
  2. Si sabes qué esperar en el futuro, esto será de mucha utilidad para prepararte para las diferentes etapas a medida que ocurran.
  3. Las personas con demencia suelen adoptar nuevas personalidades y podrían atacar a su pareja y cuidadores. Es difícil no tomarse estos comportamientos como algo personal, pero es necesario. Si conoces la causa del comportamiento agresivo, esto podría ayudarte a no ofenderte por lo que te diga, y brindarle ayuda en el proceso.
    • Analiza la situación y lo que en verdad la altere. Este es el punto en el que lo mucho que sepas de ella será de utilidad. Por ejemplo, quizás no aprecie que te preocupes demasiado por ella o que hables en su nombre. Si discuten, es probable que esto solo agrave la situación. En lugar de ello, desvía la atención del asunto y habla con un tono de voz calmado y reconfortante. [1]
    • Por ejemplo, si te dice “No necesito que estés parado detrás de mí todo el día. Vete”, respóndele “Te daré un poco de espacio, pero verificaré cómo estás cada media hora”, en lugar de discutir.
  4. Al decir sus votos, es probable que no hayas planeado casarte con una persona a quien tendrías que cuidar por completo. Es probable que hayas imaginado una relación en la que ambos dedicaban una cantidad equitativa de trabajo, y por lo general sentirás resentimiento si este no es el caso.
    • Es normal que sientas furia y resentimiento en torno a la situación, pero si diriges estas emociones negativas hacia tu cónyuge, es probable que esto empeore tu nueva realidad incluso más. En lugar de enfurecerte con ella, hazlo con la enfermedad.
    • Anota una lista de lo que más te moleste, incluidos los planes de retiro cambiados, las vacaciones perdidas y otras cosas similares. Luego de unos días, vuelve a revisar la lista y determina si estos temas en realidad te causan furia y si hay otras opciones. Por ejemplo, si se encuentra en las etapas iniciales de la demencia, es probable que todavía pueda viajar y realizar las actividades que siempre planificaban juntos.
    • Ella podría decir algo que hiera tus sentimientos, por lo que es importante recordar que las personas con demencia no dicen cosas hirientes a propósito. La realidad es que ha cambiado debido a la enfermedad; por ello, a diferencia de ti, no podrá reconocer con claridad qué es real. Con el tiempo, debes aprender a reconocer las ocasiones en las que “la enfermedad le haga decir esas cosas”, así reducirás tus sentimientos de furia o resentimiento.
  5. Debido a su declive cognitivo, quizás no puedan experimentar la intimidad emocional y física que antes tenían. Junto con las discapacidades físicas, ella podría desarrollar depresión, lo que también puede afectar su deseo sexual. Además, podrías ya no sentir atracción por tu pareja debido a estos cambios. No te sientas culpable por esta pérdida de atracción; podrás buscar otras maneras de entablar una conexión.
    • Las nuevas maneras de conectarse podrían comprender a leer libros juntos, dar caminatas, conversar y experimentar juntos cosas que antes no podían debido a otras obligaciones. Aprovecha todo el tiempo que pasen juntos.
  6. Muchas cosas cambiarán luego de que tu cónyuge desarrolle demencia, pero si piensas en ello, gran parte también seguirá siendo igual. Tal vez siempre tenía una sonrisa de oreja a oreja cuando la encontrabas haciendo algo travieso, como tomar leche de la caja. Asimismo, quizás siga bailando de forma alocada al ritmo de su música favorita, tal como hacía cuando era adolescente. Toma nota de estas maneras pequeñas en las que la sigues teniendo, en lugar de centrarte en todo lo que has perdido.
    • Ser positivo también significa ser optimista con el futuro. La demencia no es una sentencia de muerte. [2] Muchas personas siguen teniendo una vida saludable y productiva teniendo esta enfermedad. Evidentemente, podrían tener que hacer algunos cambios, pero es probable que siga realizando muchas actividades que le gusten.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Acudir a otros para recibir ayuda

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  1. Asumir el rol de cuidador es un concepto abrumador y estresante para muchos cónyuges. Sin embargo, ten en cuenta que puedes pedir ayuda. No siempre tendrás que hacer todo por tu cuenta, y pedirles ayuda a tus hijos, amigos, hermanos y suegros no es un signo de debilidad.
    • Algo tan sencillo como pedirle a alguien que te haga la cena una vez a la semana o te ayude a limpiar la casa puede marcar una gran diferencia en tu bienestar emocional. Es probable que tus seres queridos estén encantados de ayudar.
    • Pide ayuda diciendo algo como “Hola hijo, sé que tienes muchas cosas que hacer, pero agradecería que me ayudes un poco con tu mamá. ¿Podrías venir un día de esta semana y cuidarla mientras hago algunos recados?”.
  2. Nadie entenderá mejor aquello por lo que atraviesas que las personas que también lo experimenten. Unirte a un grupo de apoyo te permitirá conversar de forma libre sobre todas las emociones que sientas y recibir comentarios y ánimos de aquellos que estén en la misma posición. [3]
    • No tienes que preocuparte por recibir críticas o prejuicios de las personas del grupo de apoyo, por lo que podrás mencionar con exactitud qué sientes sobre estos cambios y tus nuevas responsabilidades por primera vez.
  3. Ten en cuenta que pedir ayuda a un profesional no es un signo de debilidad. Además de cuidarte, tendrás que cuidar a una persona que probablemente sea difícil, se deje llevar por las emociones y tenga una discapacidad física y cognitiva. [4]
    • Contratar a un cuidador para que bañe a tu cónyuge, prepare las comidas, le brinde atención médica y realice otras tareas puede ser de utilidad para eliminar parte de la presión que sientes y facilitarte la vida.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Cuidarte

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  1. Los cuidadores suelen sentir estrés y presión de forma constante, y es normal que sufran de depresión y ansiedad por ello. Experimentar dolor por el cambio de tu cónyuge también podría hacerte sentir deprimido. Conversa con un doctor sobre la terapia o el consumo de medicamentos de venta con receta para tratar tu problema. Esto te permitirá tener una mejor salud mental para cuidar de ella. [5]
  2. Los cuidadores normalmente dejan de practicar las actividades que les gustan, ya que suelen sentir que solo tienen tiempo para cuidar de su cónyuge. Además de contribuir con el resentimiento que podrías sentir, privarte de las actividades que disfrutas también puede afectar la manera en la que cuidas a tu pareja. Reserva un tiempo para practicar pasatiempos, incluso si esto significa que debas pedirle a alguien que te cubra por unas horas a la semana, de modo que puedas participar.
    • Velar por tus necesidades mentales, emocionales y espirituales es igual de importante que cuidar a esta persona. Afortunadamente, muchos pasatiempos pueden disfrutarse sin siquiera salir de casa, como leer, tejer, practicar yoga, pintar, meditar y pasar tiempo con tus nietos en crecimiento. [6]
  3. El ejercicio puede ser de ayuda para el bienestar emocional y físico, lo cual es beneficioso para ti y tu cónyuge. Si dedicas unos minutos del día a caminar, correr, practicar tai chi o yoga, o manejar bicicleta, esto puede hacerte sentir mejor a nivel emocional y físico. [7]
    • Podrías ejercitarte con ella durante las primeras etapas de la demencia, lo que les dará la oportunidad de conectarse y fomentar su bienestar físico y mental.
  4. El cuidado personal en general es una de las medidas más importantes que un cónyuge debe adoptar cuando se convierte en cuidador. Algunos se sienten culpables porque no pueden encargarse de todo. Mantenerte saludable es lo mejor que puedes hacer para ayudarla. [8]
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