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Algunas veces, un niño puede ser molesto sin importar cuánto lo amas y te importa. Fastidiar, gritar, lloriquear de forma constante y simplemente ser malcriado son los tipos de comportamientos que pueden terminar con tu paciencia y provocarte algunos dolores de cabeza. En vez de dejar que todo esto último te pase, mantén la calma y evalúa la situación antes de reaccionar.

Método 1
Método 1 de 2:

Tratar con los niños de otras personas

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  1. Criar a un niño es algo muy personal; por lo tanto, evita disciplinar a uno sin el permiso de sus padres. Tus acciones podrían parecer inadecuadas si no tienes técnicas similares de crianza. Por ejemplo, es posible que algunos padres no griten o regañen a sus hijos en público. [1]
    • Disciplinar a un niño no es tu trabajo y tampoco lo es ver si los padres del niño lo disciplinan. Los niños podrían mostrar su mal comportamiento entre ellos mismos; por lo tanto, es posible que no haya necesidad de interferir. Trata de mantenerte al margen de las cosas días para que así los niños aprendan a jugar con otros. [2]
    • Si se trata de un comportamiento menos intenso, puedes distraer al niño sin disciplinarlo. Ofrécele tomar una bebida o jugar en otro lugar.
  2. Utiliza “nosotros” en vez de “tú” a fin de crear un enfoque más comunitario o de equipo. No querrás que un niño sienta que es señalado por ser un problema. Por ejemplo, di algo como “Nosotros no decimos eso, eso no es bonito”. [3]
  3. Si hay otro niño que se ha vuelto incontrolable y violento, retira al tuyo de inmediato de ahí. La seguridad de hijo deberá ser tu preocupación principal; así, puedes decir una excusa para salir o informar al padre del niño que es momento de un descanso. [4]
    • Si esto pasa en tu casa, simplemente separa a los niños en habitaciones diferentes y llama a sus padres.
  4. No permitas que el mal comportamiento del otro niño influya en el comportamiento del tuyo. Hazle saber a tu niño con anticipación lo que esperas de él y constata después para confirmar que sea así o disciplínalo si no siguió tus reglas. [5]
  5. Ten cuidado de no ofenderlos ya que podrías dar la impresión de ser crítico y los padres podrían acusar tus propias deficiencias en la crianza de tu niño. Facilita la conversación con un halago y lleguen juntos a una solución satisfactoria. [6]
    • Por ejemplo, di algo como “Álvaro es un gran niño y a nuestro hijo le gusta cuando él puede quedarse y jugar; sin embargo, a veces Álvaro es un poco tosco”. Asegúrate de solo informárselo a los padres ya que, si otros niños o padres se enteran, se podrían poner a la defensiva si dicho niño problemático está presente.
  6. Cuando hables con niños trata de no usar un tono distinto o de no simplificar demasiado tu vocabulario. Solo deberás tener una conversación de modo que no hagas que sea algo más especial si ya estás tenso con los niños. [7]
  7. Establece una conexión escuchando lo que hablan los niños y haciendo preguntas. Esto es fácil ya que con frecuencia los niños empiezan una conversación sin tener que preguntar si están cómodos. Si tratas con niños tímidos, haz que participen hablando sobre los muñecos que les gustan. [8]
    • Si lo consideras difícil, piensa que eres un locutor deportivo y simplemente narra la acción que ves. “Oh, estás jugando con bloques. Parece un castillo. ¿Es un castillo?”. Deja que el niño sienta que estás interesado y empezará a participar en una conversación. [9]
  8. Ponte a nivel de sus ojos y haz contacto visual. Siéntate en una silla, arrodíllate o simplemente agáchate para que luzcas menos intimidante para un niño. Tampoco hables muy rápido o en voz alta. [10]
    • No toques a ningún niño. Evita tocar a otros niños, incluso de una forma inocente o no amenazante ya que el niño o alguien que te vea lo podría malinterpretar.
  9. Haz preguntas sobre juegos, muñecos, películas, etc. No hagas preguntas privadas que podrían hacerle sentir incómodo como “¿Tienes novia?”. Tendrás que hacer preguntas que lo hagan sentirse feliz y que quiera interactuar contigo de una forma positiva. [11]
  10. Los niños no suelen tener un filtro; por lo tanto, si te preguntan algo que consideras que es inadecuado que respondas, remítelos con sus padres. También puedes pedirles que respondan la pregunta y decir “¿Tu qué piensas?”. [12]
    • Por ejemplo, “¡Esa es una pregunta excelente! ¡Apuesto que tu papá y tu mamá sabrán la respuesta mejor que yo!”.
  11. Si estás en un lugar de negocios (por ejemplo, en un restaurante u oficina), puedes hablar con un gerente si el comportamiento de un niño te molesta. Le puedes pedir que se mueva a otro sitio o que hable con los padres. Sin embargo, asegúrate de que la situación justifique lo que dices. Si simplemente puedes dejar de prestar atención al niño, hazlo. [13]
    • Si estás en un restaurante y los padres del niño permiten que sea fastidioso y va más allá de los límites, lo más probable es que otros clientes también expresen lo que piensan. Ten cuidado de no molestar al personal o a los padres con peticiones pequeñas.
  12. A los niños se les permite divertirse y reírse. Pueden ser ajenos a la etiqueta social, pero tienen derecho a ser ellos mismos. Los niños serán especialmente revoltosos si están en un nuevo lugar y han estado aburridos todo el día. Asimismo, recuerda que los padres tienen derecho a sacar a sus hijos y calmar el estrés de estar en casa. [14]
    • Empatiza con los padres y con el estrés que surge de tener que entretener a los niños. Si te acercas a un padre de una manera frontal, es posible que hagas que aumente su estrés. Un mejor enfoque es ser solidario y mantener la calma.
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Método 2
Método 2 de 2:

Tratar con tus propios niños

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  1. Si bien algunos niños son más sociables que otros, tu niño puede apegarse si está inquieto ante una situación nueva. Los niños pueden leer el lenguaje corporal y mirarte para buscar tranquilidad. No alejes a tu hijo por la fuerza, pero permítele mantenerse cerca por casi 10 minutos y aléjate lentamente. [15]
    • Siéntate cerca, juega y habla con tu niño, pero no lo retengas. Mantente en la misma habitación a medida que lentamente te alejas. Asegúrate de decir siempre “Adiós” a fin de hacerle saber que vas a volver.
  2. Los niños lloriquean porque quieren algo, pero no saben cómo conseguirlo. No cedas ante tu niño, por el contrario, opta por modelar el tono que te gustaría que use. Di cosas como “Utiliza tus palabras” o “¿A papi le gustan los lloriqueos? ¿Cómo se pide algo?”. [16]
    • Asegúrate de alabar a tu niño si usa el tono correcto y pide algo de forma educada. Muéstrale lo que quieres decir si no recuerda cómo preguntar.
  3. Los niños cuentan las cosas a los demás porque están desarrollando su sentido del bien y el mal y se molestan cuando ven que una regla se rompe. Dile a tu niño que es su trabajo averiguar quién está rompiendo las reglas, siempre y cuando nadie salga herido o haga algo peligroso. Reduce las riñas entre hermanos al darles a cada uno su espacio separado. [17]
    • Si no tienes mucho espacio, incluso asignar una esquina a cada hermano puede ser suficiente. Haz que puedan ordenar sus cosas e indícales que están a cargo de esa zona.
  4. Los niños por naturaleza se ponen especiales al comer ya que quieren comida familiar para sentirse cómodos. También es una de las únicas ocasiones en que puedes tener el control. Haz que tu niño participe al escoger y preparar su propia comida. Por ejemplo, permite que lave las papas o que esparza queso en la pasta. [18]
    • También podrías usar un cronómetro para que tu niño no pierda el tiempo durante una comida. Si tu niño tiene hambre, mantén bocadillos saludables en estantes bajos. Algunos bocadillos pueden ser granola y cereales integrales.
  5. Los niños evitan sus tareas porque obviamente no disfrutan hacerlas. Pon una caja grande en algún lugar complicado (por ejemplo, en el garaje) y pon ahí unos muñecos durante unos días si tus niños no los guardan cuando les pides que lo hagan. Esto les enseñará a poner sus muñecos en su lugar y también aprenderán que hay una consecuencia si no siguen las reglas. [19]
  6. Los niños disfrutan maldecir una vez que ven la reacción que consiguen de los demás. Es posible que consigan atención o que piensen que es adecuado si ven que los adultos lo repiten. No hagas que sea un problema que maldiga; sin embargo, dile que suba las escaleras y que maldiga todo lo que quiera en su habitación. No tener audiencia hará que sea menos entretenido. [20]
    • Indícale a otro familiar que no está bien que se ría cuando tu niño maldiga. Asimismo, hazle saber a tu niño que las groserías pueden herir los sentimientos de las personas. Encuentra palabras de reemplazo con tu niño para que ya no utilice más lenguaje vulgar.
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Consejos

  • No disciplines a niños que no son tuyos. La crianza es muy personal.
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Advertencias

  • Nunca toques al niño de otra persona. Lo más importante es que nunca golpees a ningún niño.
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