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La transición de un niño a ser un adolescente puede ser complicada para tu hijo. El adolescente probablemente tenga que lidiar con el cambio enloquecedor de las hormonas, con el hecho de tener mayores responsabilidades y con la dinámica social de la escuela secundaria. Sin embargo, esto no quiere decir que tenga que holgazanear por la casa, dejar sin hacer los quehaceres del hogar y no cumplir las entregas de los trabajos de la escuela. La pereza en la mayoría de los adolescentes puede cambiarse. Para hacerlo, hay que establecerle reglas sólidas y hacer que las cumpla, motivarlo a hacer los quehaceres y demás compromisos, y hablarle acerca de cualquier problema que pueda estar teniendo en la escuela o en casa.

Método 1
Método 1 de 3:

Comunicarte con tu hijo adolescente

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  1. Evita poner en su boca cosas que no haya dicho o interrumpirlo cuando hable. Motívalo a hablar haciéndole preguntas casuales sobre su día o cómo le fue en el examen de la escuela. Observa sus respuestas y permítele compartir lo que piensa.
    • Tengan una conversación bilateral. Mostrarle que te interesas por lo que piensa y lo que opina durante una conversación le dará más confianza para abrirse y ser honesto contigo. Déjale hacer preguntas y que piense por sí mismo.
    • Un ejemplo para empezar una conversación puede ser “¿Cómo van las cosas en la escuela?”, “¿Cómo te fue en el entrenamiento?”, “¿Te divertiste en la fiesta el sábado?”.
    • Hazle saber que te preocupas por lo que pasa en su vida y que estás ahí para escucharlo: “Sabes que siempre puedes hablar conmigo si tienes problemas en la escuela o si te sientes distraído”, “Estoy aquí para escucharte si necesitas hablar con alguien”, “Recuerda que puedes hablar y yo solo te escucharé”.
  2. Pregúntale acerca de su horario para dormir . La mayoría de los adolescentes parecen perezosos o distraídos, cuando en realidad, suelen faltarles horas de sueño. A diferencia de los adultos, los adolescentes son biológicamente proclives a conciliar el sueño tarde y despertarse a media mañana, y no temprano en la mañana. Así que, cuando son forzados a levantarse a las 7 u 8 a.m. para ir a la escuela a estudiar, sus ciclos de sueño naturales son alterados y probablemente parezcan perezosos, desorientados y desmotivados, los cuales son síntomas de falta de sueño. Por eso es tan importante que el adolescente se acueste a una hora aceptable para asegurarse de que duerma 8 horas completas todos los días. Esto ayudará a evitar que parezca perezoso y garantizará que tenga la energía suficiente durante el día. [1]
    • Habla acerca de sus patrones de sueño y la hora en que suele acostarse. Irse a dormir a la misma hora todas las noches, incluso los fines de semana, ayudará a fijar su ciclo natural de sueño y permitirá que su cuerpo descanse lo suficiente. Por ejemplo, si tiene que despertarse a las 7 a.m. cinco días a la semana para ir a la escuela, tendrá que acostarse no más de las 10:30 p.m. para que pueda dormir 8 horas completas. El adolescente tendrá que hacer lo posible por cumplir esta rutina incluso los fines de semana para que no altere su ciclo natural de sueño.
  3. Muchos adolescentes hacen los quehaceres del hogar u otras tareas a regañadientes porque no ven el valor de hacerlos. Pueden pensar “¿Qué pasa si olvido sacar la basura o limpiar mi dormitorio? ¿De qué sirve?”. Como padre o madre, es importante que le expliques que en realidad no siempre quieres hacer ciertos quehaceres o tareas y que preferirías hacer otras cosas con tu tiempo. No obstante, ser un miembro responsable de la familia consiste en parte en hacer los quehaceres del hogar y demás tareas.
    • Resalta la importancia del trabajo en equipo y la cooperación entre todos los miembros del hogar para que los quehaceres y las tareas se hagan de manera equitativa. Explicarle que muchas veces no disfrutas hacer los quehaceres pero que aun así los haces por el bien de todos le ayudará a entender el razonamiento detrás de estos. Así lo motivarás a hacer su parte como miembro de la familia.
  4. La pereza puede a veces ser un síntoma de otros problemas, como falta de sueño, depresión, estrés u otras luchas internas. Si el adolescente parece ser más perezoso o aletargado de lo habitual y muestra otros signos de depresión o ansiedad, siéntate con él y hablen.
    • Si te preocupa su posible depresión o ansiedad, considera la posibilidad de consultar con un profesional de la salud, con tu doctor de cabecera o con un consejero acerca de lo que puedes hacer.
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Método 2
Método 2 de 3:

Sentar las reglas básicas para el adolescente

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  1. Asignarle quehaceres le enseñará a ser responsable y a cumplir los compromisos. Los quehaceres lo obligarán a levantarse del sofá y a terminar las cosas. Haz un horario que detalle los deberes de la casa por día y asigna cada tarea al adolescente en cuestión o a otros miembros de la familia, que pueden ser los siguientes: [2]
    • Limpiar su dormitorio.
    • Limpiar el baño.
    • Lavar la ropa.
    • Quitar el polvo y limpiar las áreas comunes.
    • Barrer o pasarle la fregona a los suelos.
  2. La mayoría de los adolescentes se distraen fácilmente y se aletargan al usar la computadora, el smartphone o al jugar el videojuego más reciente. En vez de quitárselos por completo, cosa que podría causar una pelea o conflicto, establece tiempos máximos específicos para que los use, por ejemplo, puedes establecer que el smartphone no se usará en la mesa durante la cena o que no jugará videojuegos después de las 10 p.m. Esto le permitirá enfocar su tiempo y energía en los trabajos de la escuela o en los quehaceres del hogar. También te asegurarás de que no esté despierto toda la noche y esté bien descansado para un día productivo. [3]
    • Cuando sea la hora de imponerle restricciones, es importante que también des el ejemplo siguiendo las mismas reglas. No tengas tu teléfono en la mesa durante la cena si el adolescente no tiene permitido tener el suyo mientras comen. Procura también restringir tu tiempo mirando televisión o jugando videojuegos a no más de las 10 p.m. De esta manera, le demostrarás que también puedes cumplir las mismas reglas que has establecido para él.
  3. Si el adolescente se rehúsa a hacer los quehaceres que le tocan o no sigue ninguna de tus restricciones, sé firme y claro con las consecuencias. Estas pueden ser desde castigos menos severos como no salir en la noche a castigos más severos como darle menos propina, quitarle la televisión o la computadora por 1 semana o castigarlo por un periodo de tiempo determinado.
    • Como el adulto que eres, debes hacer respetar las reglas que has establecido y aplicar las consecuencias por desobedecerlas. El adolescente quizá se enfade o se altere, pero entenderá las consecuencias de sus acciones y es probable que se lo piense dos veces antes de desobedecer una regla o dejar un quehacer del hogar sin hacer otra vez.
    • Procura no reaccionar de forma exagerada ni darle el castigo más severo por discusiones o conflictos menores. Haz que la escala del mal comportamiento de tu hijo vaya acorde al nivel del castigo que le darás.
  4. Muy probablemente tu hijo adolescente se resista al principio a tus intentos de establecer reglas y asignarle tareas, así que prepárate para una que otra discusión y para que te responda mal. Evita perder los estribos y gritarle. Más bien, céntrate en responderle con calma y tratar las cosas con buena cara. Es más probable que un adolescente responda mejor a un padre controlado que a uno enojado.
    • En vez de quitarle el teléfono o computadora si no te escucha, otra opción es simplemente pedirle que haga una tarea y luego quedarte de pie mirándolo hasta que guarde o cierre el dispositivo que lo distrae y termine la tarea asignada. Es probable que te considere poco razonable o molesto, pero pronto se dará cuenta de que no dejarás de mirarlo hasta que deje de ser perezoso. Este tipo de motivación será más efectivo que andar rezongándolo o gritándole. [4]
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Método 3
Método 3 de 3:

Motivar al adolescente

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  1. Observa la manera en que parezca estar de perezoso o perdiendo el tiempo. ¿Pasa todo el día en la computadora? ¿Opta por leer un libro en vez de hacer los quehaceres? Tal vez pase casi todo su tiempo en el teléfono, hablando con amigos o descuidando sus tareas o responsabilidades. Antes de brindarle la motivación adecuada, tendrás que determinar su nivel de pereza. Esto te ayudará a entender su manera de pensar actual y a reconocer cualquier patrón de pereza.
  2. Después de observar el comportamiento perezoso del adolescente, podrás utilizar esos patrones de pereza para crear un sistema personalizado de premios. Por ejemplo, quizá pase mucho tiempo enviando mensajes de texto en el teléfono. Puedes decirle que antes de enviar sus mensajes tiene que terminar los quehaceres del día. Así, verá sus mensajes de texto como un privilegio y como parte de su premio por hacer los quehaceres del hogar. O, si tiende a pasar mucho tiempo frente a la computadora, limita su uso hasta que ponga la mesa para la cena o limpie su dormitorio.
    • Sé específico con las tareas que emplees como premios, ya que sentirá que son más apremiantes y lo motivará a terminar las cosas. Personaliza los premios según sus preferencias para que así se sienta más premiado si es algo en lo que está interesado.
  3. La mayoría de los adolescentes buscan ganar un poco de dinero extra, especialmente si sus padres no les dan propina. Dale oportunidades para que gane un poco de dinero extra contratándolo para hacer proyectos especiales en la casa o en el vecindario. Esto le ayudará a levantarse del sofá y a hacer algo productivo. [5]
    • Puedes contratarlo para pintar una pared que necesite un retoque o para que organice el garage o el sótano. Dale un trabajo en exteriores, como quitar la maleza o recortar los arbustos, para que salga y se aleje de cualquier distracción.
  4. Toma en cuenta sus habilidades, por ejemplo, su gusto por la actuación, su interés por el baloncesto o su pasión por la informática, y anímalo a participar en la obra teatral de la escuela, a unirse al equipo de baloncesto de la escuela o al club de informática. Así pasará su tiempo en una actividad que disfruta y lo motivará a desarrollar sus talentos y habilidades.
  5. Otra manera de dar el buen ejemplo es pasando tiempo con tu hijo como voluntarios para una buena causa. Piensa en alguna actividad que ambos puedan hacer y les permita retribuir a la comunidad y evitar la pereza.
    • Esta actividad podría ser simplemente pasar unas cuantas horas en el comedor de beneficencia local o pasar el día como voluntarios en un festival local. También podrían donar su tiempo a una campaña de caridad o a una recolección de alimentos.
  6. Cuando tu hijo adolescente demuestre su motivación al ganar un premio o al sacar una calificación alta en un examen, felicítalo. Así le mostrarás que valoras su trabajo duro y su productividad.
    • Aunque quizá quieras darle un premio monetario, como más propina, o más tiempo en la computadora, unas palabras de aliento pueden ser premio suficiente para un adolescente.
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