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¿Tu madre trata de controlar tu vida? Lo signos de que tu madre puede estar controlándote pueden notarse en tu conducta y en tus sentimientos hacia ella. Quizás ella sienta la necesidad de dar su opinión sobre cada cosa que hagas o quizás tome decisiones por ti. Quizás no quieras decirle acerca de la decisión que has tomado porque es distinta a la que ella sugirió. Quizás su presencia te molesta tanto que has empezado a pasar menos tiempo con ella. Si tu madre te controla, tienes que hacer algo con respecto a la situación lo más pronto posible.

Método 1
Método 1 de 3:

Confrontar a tu madre

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  1. Haz una lista de todas las cosas que quieras hablar con ella. ¿En qué áreas tu madre te controla demasiado? ¿Te controla demasiado en cuanto a tu apariencia, a tus opciones de carrera, a tus relaciones o a tus hijos? Si tu lista es muy larga, trata de resumirla y concentrarte en las cosas que más te molestan.
    • Prepararte para hablar del problema del control de tu madre es una idea inteligente a fin de presentar fácilmente tu argumento y reducir cualquier ofensa innecesaria. Además, mientras más rápido confrontes a tu madre, mejor. Los padres autoritarios pueden crear problemas en las relaciones futuras y dañar tu capacidad para resolver problemas. [1]
    • Si crees que puede ayudar, practica frente al espejo lo que piensas decir, o pídele a un amigo o a tu pareja que recree el escenario contigo.
  2. Una madre controladora puede hacerte sentir culpable rápidamente o tomar el control de la discusión si se encuentra en un territorio cómodo. Cítala en un lugar público para que la discusión sea más formal y no les quede a ambos otra opción que mantener bajo control sus temperamentos.
    • Los lugares sugeridos para tener esta conversación pueden ser: un restaurante durante el almuerzo, una cafetería o un banco del parque. Evita hablar mientras conduces o por teléfono. La conversación debe hacerse en persona.
    • Asegúrate de poner sobre aviso a tu madre con respecto al motivo de su encuentro. No la sorprendas con una discusión seria. Hazle saber que tienes algo en mente que te gustaría hablar con ella.
  3. Los psicólogos y los expertos en las comunicaciones interpersonales dicen que usar esta forma de comunicación permite que una persona esté menos propensa a estar a la defensiva y más propensa a cooperar. [2]
    • Di cosas como “Siento que tratas de controlarme cuando me dices cómo vestir o cómo debo peinarme. En el futuro, ¿puedes ser más consciente de que tengo diferentes gustos que los tuyos?”, en vez de “Tú logras que me ponga de mal humor cuando me molestas con respecto a mi peinado o a mi ropa”.
    • Al usar declaraciones en primera persona, te haces responsable de tus sentimientos en vez de presentarlos como si fueran completamente culpa de tu madre. Esta estrategia puede hacer que ella entienda mejor tu situación.
  4. Si tu madre trata de controlar tu vida todo el tiempo, es probable que te enojes mucho. Aun así, ten en cuenta que se trata de tu madre, así que trata de ser amable con ella y no cuestionar sus habilidades como madre. Es muy posible que incluso ella no sea consciente de su comportamiento y que una vez que menciones el problema esté dispuesta a corregir su actitud controladora.
    • Otra estrategia para reducir la posibilidad de herir sus sentimientos es usar el “método del sándwich”. Esta es una forma de crítica constructiva en la que se desliza una declaración crítica entre dos declaraciones halagadoras. [3]
    • Una sugerencia para un adulto con una madre controladora puede ser: “Mamá, has sido de mucha ayuda con el bebé. Sin embargo, (la pareja) y yo sentimos que no respetas nuestras decisiones como padres. Con algunas modificaciones, creo que todos podremos llevarnos muy bien”.
  5. Es importante seleccionar las batallas con tu madre. En algunos casos, que tu madre exprese su opinión con respecto a esto o aquello es virtualmente inofensivo. Sin embargo, cuando ambos están en desacuerdo con respecto a un asunto importante, necesitas reafirmarte. [4]
    • Con respecto a temas importantes (como escoger una universidad o aceptar un trabajo), debes reafirmar tu opinión y recordarle que es a ti a quien afectará más la decisión. Muestra seguridad en tus decisiones y ella respetará más lo que digas.
    • Haz una investigación y provee una lista de ventajas y desventajas con respecto a tu decisión. Hacerlo la impresionará y le demostrará que no estás tomando una decisión impulsivamente, sino que estás pensando las cosas antes de decidir qué es lo mejor.
  6. Esta puede ser la última cosa que quieras oír, pero aprender a seleccionar tus batallas también significa, en algún punto, que aceptarás el consejo de tu madre. Recuerda, que solo debes ceder en los asuntos que no involucren decisiones importantes que afecten tu futuro.
    • Al ceder en algunas ocasiones, puedes ganar algunos puntos con tu madre. Por tanto, durante los momentos en los que debas ser firme en tu decisión, puedes recordarle sutilmente que aceptaste su consejo en otros asuntos, pero que realmente quieres ser quien tome la decisión en este asunto.
    • Tu actitud también puede hacer una gran diferencia en cuánto a la manera en que tu madre controla tu vida. Cede un poco expresando tu gratitud por las soluciones y las sugerencias consideradas que te ha dado en el pasado. Este método demostrará a tu madre que al menos escuchas su punto de vista, aunque tú tomes la decisión final. [5]
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Método 2
Método 2 de 3:

Cambiar tus pensamientos y tu conducta

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  1. Lo más probable es que, aunque tu madre haya sido extremadamente controladora toda tu vida, aún te aferres a la esperanza de que algún día ella cambie. Quizás cambie en algún punto, pero dependerá de ella. Debes hacer las paces con la manera en que ella es ahora y dejar de desear que se convierta repentinamente en una persona distinta.
    • Cuando te aferras a expectativas, te predispones para la decepción. Si no esperas que tu madre deje de tratar de controlarte mágicamente, no te molestará mucho que esa expectativa no se satisfaga.
    • Al esperar que cambie, también quitas la responsabilidad de ti mismo. No, no eres responsable del control que ejerció tu madre en tu vida en el pasado, eres responsable de permitir que lo siga haciendo en el futuro.
  2. Tu madre puede ser culpable por ser autoritaria y controladora, pero tú eres culpable por caer en su juego. Tratar de complacerla siempre solo ha reforzado su naturaleza controladora. [6]
    • Lo único malo de tratar de complacer a todos es que siempre habrá al menos una persona que permanecerá descontenta: tú.
    • Por supuesto, es importante respetar a tu madre y quizás incluso considerar su punto de vista. Además, ceder un poco puede granjearte su favor. Aun así, no debes ceder “siempre” a su forma de pensar solo para hacerla feliz o para prevenir una desavenencia en su relación.
  3. De ser posible, debes cortar cualquier lazo financiero. Si eres adulto y has estado aceptando constantemente el dinero de tu madre por años, entonces ella puede pensar que sus contribuciones le dan el derecho de tomar decisiones por ti. [7]
    • Tu mamá puede pensar que eres incapaz de tomar responsabilidades de adulto si le has estado pidiendo dinero adicional para hacer compras o para pagar las cuentas. Manejar tus propios gastos le demostrará que eres un adulto responsable que no necesita de alguien que lo supervise.
    • Los adolescentes y los adultos jóvenes pueden demostrar autonomía gastando con más cuidado o consiguiendo un trabajo de medio tiempo para ganar su propio dinero. Sí, quizás vivas aún bajo el techo de tu madre, pero puedes estar en desacuerdo con tu madre con más facilidad si cargas con tu propio peso en la casa.

    Auxiliarla financieramente también es bueno, pero no debes dejar que se vacíen tus cuentas sólo por el hecho de no poder lidiar con problemas financieros. Explícale que tienes tus propios gastos (desde luego que sea en cosas responsables, nunca en adicciones como cigarrillos o alcohol). O proponle una manera de generar ingresos adicionales.

  4. Puede parecer difícil establecer límites cuando se trata de tu madre. Sin embargo, si su excesiva necesidad de control te causa estrés, debes idear una solución que te permita reafirmarte como adulto.
    • ¿Tu madre te llama durante el día para recordarte esto o aquello? Dile que empezarás a poner recordatorios en tu teléfono y que no necesita seguir haciéndolo. Trata de limitar la conversación telefónica a una llamada al día, excepto en caso de emergencias.
    • ¿Tu madre pasa por tu casa frecuentemente o entra a tu habitación y revisa tus cosas? Siéntate con ella y dile cuánto te molesta esto y dificulta tu capacidad de convertirte en un adulto totalmente funcional. Ponte de acuerdo con ella para limitar sus visitas a ciertos días de la semana. En caso de que vivan en la misma casa, solo debe entrar en tu habitación en tu presencia y después de tocar la puerta. [8]
  5. Si la necesidad excesiva de controlar de tu mamá realmente te está causando problemas y no parece estar dispuesta a cambiar, puede ser necesario que te alejes un poco de ella por un tiempo.
    • La distancia emocional y psicológica puede consistir en compartir menos de tu vida personal con tu madre, lo cual le da una menor oportunidad de interferir. Cuando ella pregunte acerca de un tema sensible en el que sabes que tratará de ser controladora, dile amablemente que prefieres no hablar de ello.
    • La distancia también puede ser física, como en el caso de mudarte a una nueva ciudad o ir con menos frecuencia a su casa. Toma en cuenta que este es un modo extremo de acción. La familia puede ser uno de los sistemas de apoyo más grandes que tienes, así que alejarte puede ser intimidante tanto para ti como para tu familia. Sin embargo, si crees que es la única manera de vivir la vida bajo tus propios términos, entonces hazlo.
    • A medida que planifiques alejarte de tu madre, trata de incluirla en el proceso. Hazle saber que la amas y que siempre lo harás. Aún serás su hijo(a). Simplemente necesitas más espacio para convertirte en la persona que quieres ser.
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Método 3
Método 3 de 3:

Manejar las interacciones diarias

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  1. Finalmente, una madre controladora puede tratar de dirigir tu vida, pero tú tienes el control definitivo de las cosas. Recordar esto te ayudará a tomar sus “sugerencias” con calma y escapar de su control.
    • Las conversaciones no tienen por qué convertirse en una discusión. Además, debes evitar los temas que puedan salirse de toda proporción. Si el consejo o el intento de controlarte no te afecta realmente, trata de asentir amablemente y seguir con tu vida.
  2. En vez de prestar atención a cada una de sus palabras, empieza a ver sus declaraciones controladoras como cualquier consejo. Agradece sus palabras y hazle saber que las considerarás seriamente.
  3. Demuéstrale que la escuchas y que te importa su opinión agradeciéndole cuando tenga una buena idea o te ayude. Esto también hará más fácil que puedas rechazar amablemente una sugerencia o romper con sus reglas “establecidas”, ya que podrás demostrarle que prestas atención a los buenos consejos y que ignoras los malos.
  4. Necesitas un lugar al que puedas ir cuando quieras estar solo y debes usar este espacio cuando sientas que se aproxima una pelea indeseada o cuando necesites algún tiempo para conducir tu propia vida. La separación es la clave para mantener relaciones saludables y felices de cualquier tipo, así que asegúrate de tener límites a los que puedas ceñirte.
    • Establecer límites es importante al lidiar con madres controladoras. Si quieres privacidad en tu habitación, pídela y defiende tu decisión. De manera similar, tu madre debe conocer los momentos en los que quieras privacidad (como con los amigos) y en los que no deba visitarte.
  5. Habla con tu madre de vez en cuando. Ella puede ser controladora debido a que no sabe lo que pasa en tu vida. Por tanto, puede exagerar y tratar de controlar todo lo que se relacione contigo, esperando convertirse nuevamente en una figura importante a medida que creces. Hablar con tu madre abierta y honestamente de tus planes, de tus esperanzas y de tus metas es una buena manera de disolver lentamente su necesidad de controlarte.
  6. ¿Hay algunas cosas que controla y otras que no? ¿Hay momentos del día, como después del trabajo, en los que parezca estresada y difícil de tratar? Recuerda, los padres tienen que lidiar con sus propias vidas y es imposible separar completamente la vida laboral de su forma de ser en casa. Por tanto, trata de averiguar qué problemas hacen que tu madre sea controladora y cuáles son los momentos del día en que es más exigente. Evita estos momentos o busca maneras de hacerlos más simples para ella y con menos estrés.
  7. Ser padre es un trabajo muy duro. Las madres tienen la tarea de hacer que niños desorientados y necesitados se conviertan en adultos útiles y responsables mientras viven sus propias vidas. Para tu madre eres el centro del universo y sus métodos pueden parecerte controladores, pero eso es solo porque ella quiere la mejor vida para su hijo(a). Reconocer su inmenso amor hará más sencillo que la aceptes a ella y a sus tendencias controladoras.
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Advertencias

  • Sé consciente que mencionar el problema de control de tu madre puede hacer que ella te guarde resentimiento o lo niegue completamente.
  • Ten en cuenta que establecer límites o alejarte de tu madre puede traer como consecuencia que te sientas triste o deprimido. Los niños quieren naturalmente que sus padres estén separados de sus vidas. Quizás, una vez que tu madre vea las consecuencias de su problema, ella pueda entender tu perspectiva del asunto.
  • Ten tu propio punto de vista y toma tus propias decisiones, pero no seas grosero con ella.
  • Si es muy estricta contigo, piensa que quizá hay un asunto no resuelto en su pasado o tal vez que ha sufrido mucho.
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