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Comprar una alfombra de lana para tu hogar es una gran inversión de la que puedes sentirte orgulloso mientras vivas ahí. Este tipo de alfombras no solo son estéticamente agradables y agregan algo a tu estilo de decoración de interiores, sino que son extremadamente duraderas y de alta calidad. Dado que la lana es gruesa, tiene la tendencia natural a retener más tierra y mugre en sus fibras. Sin embargo, con un mantenimiento regular te asegurarás de que dicha tierra no se acumule y de que la alfombra mantenga una apariencia pulcra mientras la uses.

Método 1
Método 1 de 3:

Limpiar una alfombra de lana

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  1. Sacude la tierra o polvo que se haya acumulado en la alfombra desde que la compraste o desde la última vez que la limpiaste. La tierra y el polvo que se frotan contra las fibras de la alfombra pueden dañarla y disminuir su calidad con el paso del tiempo. [1]
    • Asegúrate de que esté seca cuando la sacudas, ya que de lo contrario la tierra que intentas quitar podría fijarse aún más.
    • De ser posible, designa un área donde puedas colocar un tendal para colgar la alfombra de lana. Luego, golpea una escoba contra la superficie para sacudirla hasta que quede limpia.
  2. Aspírala creando una “V” para alternar la dirección de la máquina y así evitar aplastar las fibras de la alfombra de lana. Repite este proceso 3 veces.
    • Para evitar que la tierra se acumule y se fije en tu delicada alfombra, tendrás que aspirarla regularmente: dos veces al mes. Asimismo, tendrás que aspirar la parte inferior de tu alfombra cada dos meses.
    • Asegúrate de que la aspiradora tenga una opción para mayor altura a fin de evitar que agite demasiado la alfombra. De lo contrario, la alfombra podría dañarse, podrían salirle pelusas o las fibras podrían encogerse.
  3. Con una esponja, humedece la alfombra con agua fría y un jabón líquido o champú para alfombras. Lava los flecos con la misma solución. [2]
    • Asegúrate de humedecer la alfombra, prestando atención a la dirección de la lanilla. Cuando pasas tu mano sobre la alfombra en línea recta hacia el borde, uno de los lados se siente áspero mientras que el otro se siente suave. El lado que se siente suave se conoce como lanilla. Aplica el agua jabonosa en la dirección de la lanilla. [3]
    • Para terminar el proceso, enjuaga la solución jabonosa de la alfombra con abundante agua. Asegúrate de deshacerte de todo el jabón antes de continuar con el siguiente paso.
  4. Las alfombras de lana requieren mucho tiempo para secarse, así que haz tu mejor esfuerzo para deshacerte del exceso de humedad. Exprímela o cuélgala bajo el sol para que se seque. Nunca la coloques en la secadora, pero siéntete libre de utilizar la calefacción o un radiador para incrementar la velocidad de secado. [4]
    • Una vez que la alfombra se seque en la dirección de la lanilla, dale la vuelta y seca la parte posterior. Asegúrate que ambos lados estén completamente secos antes de volver a colocarla en su lugar.
    • Si el material se siente rígido luego de secarse, aspira la alfombra una vez más o cepíllala con cuidado para devolverle la suavidad. [5]
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Método 2
Método 2 de 3:

Tratar las manchas

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  1. Seca la alfombra con una toalla para quitar tanta humedad de la mancha o suciedad como puedas. Frotar solo hará que la suciedad penetre más en la superficie, así que es importante que te deshagas de la mancha dándole toques con una toalla, sin restregarla. [6]
    • Rocía el área húmeda con una buena cantidad de bicarbonato de sodio.
    • Permite que el bicarbonato de sodio permanezca en la mancha por al menos 30 minutos y luego aspira el área.
  2. En un tazón, mezcla ½ cucharadita de jabón lavavajillas líquido, 2 tazas de agua y ½ taza de vinagre blanco. Usa una esponja limpia o una toalla para frotar la mezcla en el área. [7]
    • Si la alfombra tiene pelusas en la superficie, sé cuidadoso al restregarla para conservar la apariencia pulcra de la lana.
    • Limpia un área pequeña de la alfombra de lana para probar si el material tiene una reacción adversa al producto limpiador.
    • Por lo general, es mejor evitar utilizar productos limpiadores en polvo, alcalinos que contengan soda cáustica, limpiadores que trabajen con oxígeno, peróxido de hidrógeno o agua oxigenada, y lejía para tratar manchas o limpiar una alfombra de lana.
  3. Coloca la toalla seca sobre el área sucia y con tus manos, aplica todo tu peso sobre distintas partes de la toalla para absorber tanta humedad como sea posible. Repite este paso en varios lugares hasta secar el área casi por completo.
  4. De esta manera, permitirás que el aire pase por encima y por debajo de la alfombra, además de conseguir acceso a cualquier parte húmeda que se haya escurrido a través del material y que debas limpiar. Prende la calefacción o un ventilador de techo para permitir que se seque más rápido.
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Método 3
Método 3 de 3:

Darle mantenimiento a una alfombra de lana

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  1. Dependiendo de en qué parte de tu casa esté colocada la alfombra de lana, tendrás que limpiarla desde una vez al año hasta una vez cada varios años. Se recomienda someterla a una limpieza profesional, pero tal como se indica más arriba, es posible hacerlo tú mismo.
    • Para ver qué tan sucia está la alfombra, levanta una de las esquinas y dale una patada por debajo. Si sale tierra, significa que está sucia y debes limpiarla. Si no sucede nada, no es necesario limpiarla. [8]
  2. La mejor forma de mantener limpia tu alfombra entre cada lavada anual es aspirándola. Es importante deshacerte del polvo y la tierra que resultan del tránsito diario.
    • Durante el primer año de una alfombra de lana, debes aspirarla al menos 2 o 3 veces por semana. Aspira las áreas de alto tránsito una vez a la semana. Si tu alfombra es más vieja o tiene áreas de menor tránsito, aspírala cada dos meses. [9]
    • No utilices una aspiradora que tenga un cepillo ni un sacudidor. Intenta limitar tu selección de aspiradoras únicamente a aquellas que solo tengan la opción de succión. [10]
  3. De esta manera, regularás la frecuencia con que se transitan ciertas áreas de la alfombra. Las alfombras de lana deben rotarse en un ángulo de 180 grados periódicamente para contrarrestar las marcas de pisadas. [11]
  4. Utiliza una cortina para reducir la luz en habitaciones donde el sol caiga directamente. Aplica un filtro UV a las ventanas para evitar que las fibras de lana se debiliten y se sequen. [12]
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Advertencias

  • Evita utilizar una aspiradora si tiene cerdas, cepillos o un sacudidor a fin de asegurarte de que la alfombra no se dañe mientras la limpias y le das mantenimiento.
  • No emplees productos quitamanchas que trabajen con oxígeno para limpiar tu alfombra, ya que estos dañarán la textura natural de la lana.
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Cosas que necesitarás

  • bicarbonato de sodio
  • 2 tazas de agua
  • 1/2 cucharadita de jabón lavavajillas líquido
  • 1/2 taza de vinagre blanco
  • tazón pequeño
  • toallas
  • esponja
  • aspiradora

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