El quingombó no solo es un ingrediente básico de la cocina sudamericana, sino también en muchas recetas en África y en Asia del Sur. Puedes comerlo solo o utilizarlo para darle consistencia a algunos platos como la sopa de quingombó o a los estofados. Si quieres añadirlo a tus comidas, previamente es necesario lavarlo y cocinarlo mediante un proceso realmente sencillo, en especial si quieres aprovechar sus propiedades para espesar. Sin embargo, si lo que quieres es reducir la sustancia gelatinosa que libera, existen unas cuantas técnicas adicionales que puedes utilizar durante la preparación y la cocción.
Pasos
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Enjuaga minuciosamente el quingombó bajo el agua corriente fría. Coloca las vainas en un escurridor y sostenlo sobre el fregadero y deja correr el agua fría del grifo. Revuélvelas con las manos para asegurarte de enjuagarlas todas. [1] X Fuente de investigación
- Si vas a cocinar una buena cantidad de vainas y el escurridor está muy lleno, es mejor que lo hagas por tandas más pequeñas para que te sea más fácil enjuagarlas completamente. Si solo vas a cocinar unas cuantas, puedes tomar 1 o 2 en tus manos y lavarlas una por una en lugar de usar el escurridor.
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Corta la parte más extrema del tallo con un cuchillo de cortar. Corta la base del tallo sin rebanar la vaina y desecha los extremos. [2] X Fuente de investigación
- Esta parte del tallo puede ser bastante dura y no se recomienda consumirla, pero todo el resto de la vaina puede comerse sin problema.
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Retira las espinas de las vainas más grandes y antiguas bajo el agua corriente. A medida que las vainas van madurando les empiezan a salir unas pequeñas espinas vellosas que tienes que sacar antes de comerlas. Sostén una de esas vainas bajo el agua corriente y refriégala completamente con un estropajo, una escobilla vegetal o con papel de cocina para eliminar esas espinas diminutas. [3] X Fuente de investigación
- Por lo general, las vainas más pequeñas y tiernas son mejores para cocinar, puesto que son más suaves y aún no tienen espinas. En lo posible utiliza las vainas de menos de 15 cm (6 pulgadas) de largo, ya que no solo son las más tiernas, sino también las que tienen mejor sabor.
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Seca el quingombó con pequeños toquecitos con papel de cocina y déjalo al aire libre para que se seque por completo. Después de lavarlas, extiende las vainas de quingombó sobre una superficie plana y limpia. Sécalas todo lo que puedas con pequeños toquecitos con papel de cocina y déjalas reposar hasta que queden totalmente secas al tacto. [4] X Fuente de investigación
- Las vainas que están húmedas liberarán mayor cantidad de líquido o de esa sustancia gelatinosa que las que están secas.
Consejo : Si quieres guardar por un período largo las vainas que te sobraron, las puedes congelar o encurtir.
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Asegúrate de que las vainas de quingombó estén completamente secas antes de cocinarlas. Si todavía están húmedas, descargarán vapor durante la cocción, lo cual provocará que liberen más de esa sustancia gelatinosa. Pásales una hoja de papel de cocina y deja que se sequen completamente al aire libre con el fin de que liberen la menor cantidad de líquido posible. [5] X Fuente de investigación
- Esto no tiene tanta importancia si vas a usar el quingombó como espesante. Si vas a preparar un estofado o una sopa de quingombó y quieres darle consistencia, únicamente sécalo con pequeños toquecitos y utilízalo de acuerdo a la receta.
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Cocina el quingombó dejando un espacio entre las vainas. Si vas a usar una sartén o una placa para horno y las atiborras con las vainas, el calor que le llega a cada una de ellas disminuirá y esto provocará que liberen más líquido. Deja un espacio entre cada vaina para que el calor circule. [6] X Fuente de investigación
- Para evitar esto, puedes cocinar el quingombó en dos tandas pequeñas en una sartén o, si lo vas a hornear, puedes usar dos placas.
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Pon a remojar el quingombó en vinagre durante 30 minutos antes de cocinarlo. Utiliza ½ taza (120 ml) de vinagre blanco por cada ½ kg (1 lb) de quingombó. Déjalo remojar en vinagre durante 30 minutos; luego, escúrrelo y deja que se seque antes de cocinarlo. [7] X Fuente de investigación
- La acidez del vinagre ayuda a reducir esa sustancia gelatinosa que naturalmente libera el quingombó. Asimismo, para disminuir la cantidad de ese líquido, puedes añadirle a cada receta un toque de vinagre, jugo de limón o de vino. Unos tomates picados también ayudan.
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Fríelo, cocínalo a la parrilla o saltéalo a fuego alto. La cocción a fuego alto ayudará a reducir la cantidad de líquido que libera el quingombó. Para que no quede tan gelatinoso, cada vez que quieras saltearlo, hornearlo o cocinarlo a la parrilla, fija el horno, la cocina o la parrilla a fuego alto. [8] X Fuente de investigación
- También puedes sellar la parte externa del quingombó para darle un agradable gusto a brasas que complementa su sabor natural.
Consejo : El quingombó a la parrilla combina muy bien con otros vegetales cocinados en el grill como la berenjena, el calabacín, el tomate, el pimiento y la cebolla.
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Cosas que necesitarás
- colador
- cuchillo de cortar
- papel de cocina
- estropajo o cepillo vegetal (opcional)
Referencias
- ↑ https://www.youtube.com/watch?v=9oQHRvbuvL0&feature=youtu.be&t=114
- ↑ https://www.youtube.com/watch?v=9oQHRvbuvL0&feature=youtu.be&t=118
- ↑ https://www.garden.eco/how-to-clean-okra
- ↑ https://www.garden.eco/how-to-clean-okra
- ↑ https://www.southernliving.com/veggies/okra/okra-cooking
- ↑ https://www.southernliving.com/veggies/okra/okra-cooking
- ↑ https://www.garden.eco/how-to-clean-okra
- ↑ https://www.southernliving.com/veggies/okra/okra-cooking