Cómo limpiar joyas de fantasía

Si no logras quitar toda la suciedad con el método en seco, puedes limpiar un poco más a profundidad con una solución de limpieza.

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   Mezcla una parte de jabón con tres partes de agua tibia en un vaso o bol pequeño. Utiliza un jabón suave, ya que los más fuertes pueden contener químicos que dañarán las joyas.
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   Sumerge el cepillo de dientes en la solución de agua con jabón. También puedes utilizar un hisopo.
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   Golpea ligeramente el cepillo en el borde del vaso para retirar el exceso de agua. Debes utilizar la menor cantidad de solución posible sobre la joya.
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   Cepilla suavemente las piedras, las cuentas y el metal de la joya con el cepillo o el hisopo. Aplica una ligera presión para evitar que el pegamento de disuelva.
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   Enjuaga la joya en agua tibia. Trata de realizar este paso con rapidez, ya que el agua puede dañar la joya. Procura no sumergirla mucho tiempo en agua.
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   Seca el exceso de agua suavemente con un paño seco.
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   Deja la joya sobre una toalla de papel y termina de secarla con un secador de pelo. Utiliza la función de aire frío, ya que el calor puede dañar la joya.
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   Pule la joya con un paño suave y seco.
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Si ninguno de los métodos funciona, prueba con un detergente más fuerte.

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   Consigue un quita esmalte sin acetona o un limpiador de joyas suave. Debes tener cuidado de leer la etiqueta del limpiador. Muchos de estos no son aptos para joyas de fantasía, pues contienen químicos como alcohol o vinagre. Sólo debes utilizar aquellos cuya etiqueta indique específicamente que son aptos para joyas de fantasía.
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   Vierte una pequeña cantidad del quita esmaltes o limpiador en un bol o vaso.
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   Sumerge un hisopo en el limpiador, empapándolo lo menos posible.
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   Golpea el hisopo en el borde del vaso para quitar el exceso de la solución.
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   Suavemente, frota las piedras, las cuentas o el metal. Evita fregar las áreas donde las piedras están adheridas, ya que hasta los limpiadores más suaves pueden disolver el pegamento.
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   Enjuaga rápidamente la joya con agua tibia.
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   Quita el exceso de humedad con un paño suave y seco.
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   Deja la joya secar sobre una toalla de papel y termina de secar con un secador de pelo. Asegúrate de utilizar la función de aire frío para evitar dañar la joya.
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   Pule la joya con un paño suave.
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    Listo.
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