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Los gatos suelen sufrir lesiones pequeñas de vez en cuando. Tu gato podría pelearse con otro animal y este podría clavarle sus garras; o podría sufrir unos rasguños mientras explora el vecindario. Si tu gato llega a casa con una herida por punción fresca, un corte, un rasguño o una herida más grave, podrás reducir el riesgo de una infección o la formación de un absceso si le limpias la herida de inmediato.

Parte 1
Parte 1 de 4:

Escoger una solución de limpieza

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  1. La solución salina esterilizada (como la que se encuentra en los botiquines de primeros auxilios) es la substancia ideal para limpiar una herida contaminada. El acto físico de lavar eliminará las bacterias y los residuos. Asimismo, esta solución es tan similar al pH de los tejidos del cuerpo que causará daños mínimos en ellos.
    • El truco para usar una solución salina consiste en usar un volumen abundante y seguir limpiando el área hasta que luzca limpia.
  2. Si la herida está muy sucia y tiene mucha tierra o gravilla, puedes hervir agua y dejar que se enfríe. Luego usa esta agua para limpiar el área.
    • El uso de agua conlleva un leve riesgo de dañar el lecho de tejido expuesto, ya que no posee la misma composición que los fluidos corporales y, por consiguiente, extraerá el fluido del tejido lesionado. No obstante, los estudios médicos han demostrado que irrigar una herida con agua corriente no tiene un efecto considerable en la posibilidad de que la herida se infecte. [1]
  3. El agua con sal posee propiedades desinfectantes naturales y es un sustituto adecuado para limpiar la herida de un gato. Para preparar una solución de agua con sal, hierve el agua, mide una taza de agua y agrégale media cucharadita de sal. Luego bate para disolver la mezcla, y deja enfriar.
    • Esta agua con sal también tendrá casi la misma composición que las lágrimas y los fluidos corporales, por lo que no dañará el tejido expuesto tanto como las soluciones desinfectantes o el agua sola.
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Parte 2
Parte 2 de 4:

Escoger un desinfectante

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  1. Existen diversos desinfectantes que pueden usarse en las heridas de las mascotas. Los más comunes son la polividona yodada y la clorhexidina. Consulta con el veterinario si deseas tener uno de estos productos a la mano si tu gato sufre rasguños.
    • Ten en cuenta que no todos los desinfectantes son seguros para los gatos. Aquellos que contienen fenol son tóxicos para los felinos. Lee la etiqueta para determinar si el producto es un desinfectante fenólico y, si lo es, evita usarlo. Otro signo de que el producto contiene fenol es si se vuelve turbio al agregarle agua. Si tienes dudas, no lo uses y emplea otra opción.
    • Para usar la polividona yodada, dilúyela mezclando 1 ml de la misma con 100 ml de agua. [2] Emplea esta solución para limpiar la contaminación de la superficie de la herida.
    • Para usar la clorhexidina, mezcla 2,5 ml de la misma con 100 ml de agua, así tendrás la concentración adecuada para limpiar la herida. [3] La clorhexidina es el constituyente activo de muchas soluciones de limpieza quirúrgica, como Hibiscrub. Esta es una solución jabonosa rosada que tiene que diluirse en agua. La clorhexidina posee propiedades antibacterianas eficaces y también tiene una acción residual leve, lo que significa que seguirá eliminando las bacterias un tiempo después de que se haya secado.
  2. El peróxido de hidrógeno es otro agente limpiador de heridas popular. No obstante, este puede lastimar mucho el tejido si no se diluye antes de usarlo. El “mito” es que la formación de burbujas cuando el peróxido toca las heridas solo significa que está eliminando las bacterias, pero lamentablemente, esto también es perjudicial para el lecho de tejido, el cual necesita estar saludable para que la herida se cure en el futuro.
    • Para diluir correctamente, mezcla 1 parte de una solución de peróxido de hidrógeno al 3 % con 3 partes de agua (por ejemplo, 25 ml de peróxido con 75 ml de agua). De este modo, prepararás una solución desinfectante adecuada para limpiar las heridas. [4]
  3. El desinfectante que uses dependerá de tu preferencia personal y lo que tengas a la mano. Siempre sigue las indicaciones sobre la forma de diluir el producto, ya que, si lo usas muy concentrado, puede lesionar los tejidos. Ten en cuenta que muchos desinfectantes caseros y algunos en aerosol pueden contener cloruro de benzalkonio, y no están diseñados para su uso en tejido vivo. [5]
    • Si no sabes con certeza si un producto es adecuado para su uso en gatos, tan solo usa una solución salina o una de agua con sal, ya que estas siempre son seguras.
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Parte 3
Parte 3 de 4:

Desinfectar la herida

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  1. Tu gato podría sentir dolor o estar agitado luego de sufrir una lesión, y podría atacarte si tocas el área adolorida. Esto ocurrirá incluso si normalmente tiene un buen temperamento. Tenlo en cuenta y pídele a un amigo o vecino que te ayude a sostener a tu gato, de modo que puedas concentrarte en la herida.
    • Envuelve al gato con una toalla grande y solo deja expuesta la herida. Esta es una manera eficaz de mantenerlo tranquilo y minimizar el riesgo de que te muerda o te rasguñe. [6]
  2. Echa en un tazón la solución de enjuague que hayas elegido. Toma una jeringa y extrae la solución, luego aplícala en la herida para enjuagarla y limpiarla. Rocía la herida de esta forma varias veces, hasta que la hayas limpiado bien.
    • Las heridas de mordeduras frescas deben limpiarse y desinfectarse, así disminuirás el riesgo de que se infecten. [7]
    • Los raspones sufridos si el gato ha sido golpeado por un auto o si se ha caído de un árbol podrían estar contaminados con suciedad, gravilla y bacterias. Si realizas una limpieza minuciosa para eliminar la contaminación, esto será de utilidad para reducir el riesgo de que desarrolle complicaciones, como una mala curación o una infección.
  3. Si no tienes una jeringa, remoja un pedazo de algodón limpio en la solución de limpieza y exprímelo sobre la herida para cubrirla con la solución. Si el área está muy contaminada y esto no elimina los residuos, pasa el pedazo de algodón con movimientos descendentes para limpiar el área.
    • Usa un pedazo de algodón remojado limpio en cada movimiento descendente, así los pedazos sucios no volverán a contaminar la herida al volver a pasarlos. Sigue limpiando hasta que el pedazo de algodón quede limpio, y luego enjuaga para terminar.
    • Si tu gato tiene un absceso reventado, la herida podría segregar una cantidad considerable de pus. Retira el pus con un pedazo de algodón, gasa o un pañito absorbente secos. Ejerce una presión leve en el área cercana al absceso, presionando hacia adentro en dirección a la marca de dientes a través de la cual se esté drenando el pus. Será vital que retires la mayor cantidad posible de pus; de lo contrario, este será una fuente constante de infecciones.
  4. Luego de haber limpiado la contaminación visible, podrás empezar a aplicar el desinfectante. Sigue las instrucciones del envase para aplicar el producto de forma apropiada.
    • El objetivo es limpiar la infección hasta dejar expuesto el tejido saludable sin contaminación, y luego aplicar el desinfectante.
  5. En la mayoría de las heridas, lo mejor es dejarlas abiertas y expuestas al aire, así que no intentes vendar o cubrir una herida pequeña e insignificante. No obstante, si el gato intenta lamerse o morderse la herida, entonces tendrás que cubrirla. En estas situaciones, la curación de la herida podría correr riesgo. [8]
    • Existe el mito de que es saludable que el gato se lama una herida. En realidad, es probable que su lengua abrasiva lesione los tejidos expuestos, en lugar de fomentar la curación.
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Parte 4
Parte 4 de 4:

Identificar una herida

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  1. Como dueño de un gato, será importante que conozcas el comportamiento normal de tu mascota. Esto será de utilidad para determinar si algo anda mal. Identifica los cambios en su comportamiento, incluidos (pero sin limitarse a) los cambios en los patrones alimenticios, los tipos de movimientos y el interés en socializar. [9]
    • Estos pueden ser signos de diversas enfermedades, incluido el traumatismo físico.
    • Si la personalidad de tu gato ha cambiado de forma considerable y no puedes determinar el motivo, tendrás que llevarlo al veterinario. Estos cambios podrían ser síntomas de un problema de salud.
  2. Si has oído una pelea de gatos o tu gato ha regresado cojeando, revísalo para identificar los signos de un traumatismo. Los mechones de pelo aglomerados son un signo de una pelea. Revisa al gato y observa si alguna área de su pelaje luce desordenada o sobresale en un ángulo extraño. [10] Revisa con cuidado el cuerpo del gato dividiendo el pelaje y echándole un vistazo a la piel debajo de él.
    • También podrías encontrar un área sin pelo de la cual el gato atacante haya jalado. El área podría tener una herida, o podrías encontrar manchas de sangre o un área hinchada. [11] Esto es fácil de detectar en los gatos de pelaje blanco o de color pálido. En el caso de un gato negro, pasa las manos con cuidado sobre el pelaje y observa si presenta una reacción a la sensibilidad; o busca una herida, una hinchazón o costras.
  3. Quizás no siempre presencies una pelea ni encuentres signos de una en el pelaje de tu gato. Este es el motivo por el que es importante revisar a tu gato con frecuencia para identificar las lesiones que de otro modo podrías no detectar. Esto es importante en especial si tu gato vive al aire libre y si es propenso a pelear.
    • Un momento adecuado para hacerlo es cuando lo estés abrazando y acariciando. Mantenlo tranquilo y pasa la mano por su cuerpo con cuidado mientras revisas la piel debajo de su pelaje.
    • Las heridas más antiguas podrían estar infectadas, en cuyo caso podrías notar una hinchazón, una costra, pérdida de pelo o una descarga purulenta o con sangre.
    • Los abscesos antiguos que han reventado suelen contener mucho pus, lo que podría formar matas en el pelo.
    • Asimismo, la piel sobre el absceso desaparecerá poco a poco, y puede dejar un agujero considerable a través del cual podrás ver el músculo o los tejidos expuestos.
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Advertencias

  • Las heridas menores pueden limpiarse en casa y vigilarse para detectar los signos de infección. El veterinario deberá tratar las heridas más graves y grandes que sean del grosor de toda la piel o en las que las estructuras debajo de la piel están expuestas. Del mismo modo, el veterinario deberá tratar las heridas por punción en la articulación, ya que existe el riesgo de que ingresen bacterias en ellas, y podría requerirse un tratamiento breve de antibióticos para prevenir la septicemia articular.
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