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Si se te ha presentado una ocasión especial para ostentar tus piezas de plata, es probable que te desilusione descubrir que aquellas joyas resplandecientes ahora presentan una capa oscura de óxido. No te preocupes, ya que con tres productos domésticos sencillos (agua destilada, papel de aluminio y bicarbonato de sodio) puedes regresarlas a su estado anterior. Después de haberlas limpiado, debes guardarlas con paquetes de desecante y lavarlas a mano para evitar que se oxiden en el futuro.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Aplicar un removedor de óxido

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  1. Este plato debe ser lo suficientemente profundo y grande como para que puedas sumergir por completo la plata. Si no cuentas con un plato adecuado, puedes utilizar una tartera de aluminio o una bandeja para hornear. [1]
  2. Debes tratar de que la plata roce la mayor cantidad posible de papel de aluminio. Si cuentas con piezas grandes o que tienen formas irregulares, debes envolver ligeramente sus partes en puños o mangas de papel de aluminio. [2]
  3. Debes tratar de espolvorear toda la superficie, ya que solo un poco de bicarbonato contribuye en gran medida a la limpieza. Si ya has envuelto las piezas en papel de aluminio, debes abrir la lámina para que puedas esparcir un poco de bicarbonato sobre la plata. Luego, puedes volver a sellar la lámina. [3]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Activar el removedor

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  1. Lava un hervidor o una olla con agua y detergente. Si se encuentran sucios, los contaminantes de estos utensilios podrían reducir la efectividad de esta técnica.
    • Debes enjuagar bien los hervidores y las ollas, ya que los restos de detergente podrían provocar la formación de manchas. [4]
  2. Coloca el hervidor o la olla sobre el recipiente que contiene la plata. Vierte lentamente el agua hirviendo hasta que la plata quede sumergida. La plata comenzará a burbujear y emitir un olor a huevo podrido. Este olor no es dañino, pero es probable que te resulte desagradable. [5]
    • Puedes abrir una ventana para evitar que el olor se acumule. Como alternativa, puedes colocar el plato debajo de la campana de extracción en la parte superior de la estufa y encender el ventilador antes de agregar el agua hirviendo.
  3. Después de aproximadamente un minuto, utiliza una cuchara de palo para voltear las piezas de manera que ambos lados rocen el aluminio. Debes empujar las secciones envueltas para asegurarte de que la plata entre en pleno contacto con la lámina de aluminio.
    • Puedes utilizar un par de palitos chinos para cambiar de posición las piezas con mayor precisión mientras se encuentran sumergidas en el agua hirviendo. [6]
  4. La plata absorberá una gran cantidad de calor del agua hirviendo, por lo que no debes tocarla con la mano hasta que se haya enfriado por completo. En cambio, debes utilizar un utensilio para extraer la plata y colocarla sobre el fregadero. Luego, vierte el agua destilada sobre todas las superficies. [7]
  5. Utiliza un paño suave de algodón para eliminar toda la humedad de la superficie de las piezas. Una vez que la plata se encuentre seca, debes colocarla sobre un paño de algodón suave y limpio. Si cuentas con piezas que presentan detalles difíciles de alcanzar, puedes utilizar un hisopo para eliminar la humedad restante. Deja que la plata se seque al aire durante 10 a 15 minutos. [8]
    • Evita el uso de paños de pulido sobre la plata. Este tipo de telas puede generar una reacción química sobre la plata, lo que da como resultado un acabado indeseable. [9]
  6. Debes utilizar un paño especial de pulido sobre la plata para que logres los mejores resultados. Como alternativa, también puedes utilizar un paño de algodón suave. Debes realizar movimientos circulares y presionar de manera firme y moderada. [10]
    • Puedes encontrar paños de pulido para plata en la mayoría de ferreterías y centros de mejoras para el hogar. También puedes conseguir este producto en páginas web sobre restauración de piezas de plata.
    • Un pulidor para piezas de plata puede mejorar aún más su brillo. Debes aplicar este producto según las instrucciones de la etiqueta y puedes conseguirlo en ferreterías, joyerías y minoristas generales. [11]
  7. Debes almacenar la plata lejos de la luz, el calor y la humedad. Lo ideal es forrar una caja de cubiertos con algodón suave o fieltro. También puedes guardar la plata en frascos herméticos dentro de un armario o en algún otro lugar oscuro.
    • Varios minoristas ofrecen recipientes de plata forrados con fieltro o algodón a través de internet. Puedes buscar estos elementos en tiendas de vajillas, cubiertos de gama alta y joyerías. [12]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Prevenir la oxidación

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  1. La humedad puede hacer que la plata se manche más rápido de lo normal. Si no vas a utilizar las piezas de plata, debes almacenarlas con paquetes de desecante llenos de gel de sílice. Por lo general, estos elementos se pueden conseguir en tiendas de manualidades, minoristas generales y ferreterías.
    • Si tienes niños pequeños o mascotas, debes asegurarte de que no tengan acceso a estos paquetes, ya que podrían ser letales si se ingieren.
    • Como alternativa, puedes guardar la plata con un pedazo de tiza. Este elemento absorbe la humedad de manera similar a los paquetes de desecante. Además, la tiza resulta menos peligrosa para los niños y las mascotas. [13]
  2. Cualquier cosa que contenga jugo de limón o vinagre probablemente hará que la plata se manche con mayor rapidez. Debes evitar utilizar tus piezas de plata si vas a servir algún alimento ácido. La mostaza, la cebolla y los huevos son algunos de los alimentos más comunes que contribuyen a una oxidación más rápida.
    • A menudo, los alimentos que tienen un sabor amargo también cuentan con propiedades ácidas. En caso de duda, puedes hacer uso de otras piezas (que no sean de plata) si vas a servir alimentos como estos.
    • En algunos casos, el sudor puede ser lo suficientemente ácido como para provocar la oxidación. Otros posibles causantes incluyen al perfume, el maquillaje, los productos para el cabello y los productos de limpieza. [14]
  3. El caucho y el látex generan una fuerte reacción negativa sobre la plata, ya que pueden desfigurar su acabado de manera permanente o provocar que el metal se carcoma. Debes evitar almacenar la plata con otros metales, ya que esto también provoca que se oxide con mayor rapidez. [15]
  4. El detergente y el calor del lavaplatos pueden hacer que la plata se oxide y se corroa, por lo que debes utilizar agua fría y un detergente suave para limpiarla. También puedes utilizar un paño suave de algodón para eliminar la suciedad sobre la superficie de la plata cuando sea necesario. [16]
  5. Al contrario de lo que podrías esperar, si utilizas la plata y la limpias por completo a mano después de cada uso, lograrás protegerla contra la oxidación. Incluso si la utilizas una vez a la semana, podrías mantenerla libre de oxidación durante más tiempo. [17]
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Advertencias

  • Debes evitar el uso de esta técnica para limpiar piezas que cuentan con piedras preciosas, ya que estas pueden reaccionar de manera negativa al proceso de limpieza con aluminio y bicarbonato de sodio.
  • Puedes consultar con un joyero o un profesional de la plata antes de intentar limpiar piezas valiosas o delicadas de la manera en que se describe en este artículo.
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Cosas que necesitarás

  • agua destilada
  • papel de aluminio
  • bicarbonato de sodio
  • hisopos de algodón (opcional)
  • un plato de vidrio a prueba de calor (o un recipiente similar, lo suficientemente grande como para sumergir las piezas de plata)
  • un hervidor (o una olla)
  • manoplas o guantes para horno
  • un pulidor para plata (opcional)
  • un paño de pulido (opcional)
  • un paño de algodón suave
  • una cuchara de palo

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