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Unos rieles sucios pueden trabar la puerta corrediza y dificultar su cierre y apertura. Limpiarlos una vez a la semana puede ayudar a reducir la cantidad de suciedad acumulada y hará que la puerta sea más fácil de conservar. Puedes limpiar los rieles con productos de limpieza comunes o usar una mezcla de vinagre y bicarbonato de sodio para eliminar la suciedad más resistente. Una vez que termines de limpiar los rieles, lubrícalos para que la puerta abra y cierre con suavidad.

Método 1
Método 1 de 3:

Hacer una limpieza simple

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  1. Usa un accesorio de aspiradora para llegar a los rincones de los rieles. Procura recoger los trozos más grandes de polvo y mugre para que sea más fácil completar el resto de la limpieza. [1]
    CONSEJO DE ESPECIALISTA

    Dario Ragnolo

    Profesional de limpieza de casas
    Dario Ragnolo es el propietario y fundador de Tidy Town Cleaning, un servicio de limpieza del hogar en Los Ángeles, California. Su negocio se especializa en limpieza residencial y comercial. Es un experto en limpieza en limpieza de viviendas de segunda generación, quien creció cerca del negocio de limpieza de sus padres en Italia.
    Dario Ragnolo
    Profesional de limpieza de casas

    Nuestro experto está de acuerdo: aspira primero todo el polvo y la suciedad de los rieles. Luego, usa agua tibia y un jabón suave para restregar el área. Puede que tengas que quitar la puerta o la ventana para acceder a toda la suciedad. Cuando termines, usa un paño para secar todo a fondo.

  2. Vierte un poco de un producto de limpieza como el jabón Murphy, alcohol desnaturalizado o jabón lavaplatos en un cubo con un 240 ml (1 taza) de agua tibia. Revuelve para mezclar bien la solución. [2]
  3. Si no tienes un cepillo de alambre, puedes usar un cepillo de dientes en su lugar. Sumerge el cepillo en la solución y restriega el interior de los rieles. Trabaja de un lado a otro en los rieles y concéntrate en las áreas problemáticas donde haya mugre pegada. [3]
  4. Una vez que hayas limpiado los rieles, frótalos con una toalla de papel o un trapo seco. Elimina cualquier rastro de suciedad de los rieles. [4]
  5. Cierra la puerta, y aspira y restriega los rieles del otro lado de la puerta para completar el proceso de limpieza. Una vez que hayas terminado, los rieles estarán más limpios. [5]
  6. Una limpieza simple una vez a la semana ayudará a mantener la suciedad alejada de los rieles y hará que la puerta funcione a la perfección. No dejes que la suciedad se acumule en los rieles.
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Método 2
Método 2 de 3:

Usar bicarbonato de sodio y vinagre

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  1. Agita la botella después de llenarla con el vinagre y el agua para mezclarlo todo. Esto actuará como solución de limpieza. [6]
  2. Espolvorea un poco más de bicarbonato de sodio en las áreas que tengan mucha acumulación de suciedad. Continúa espolvoreando el bicarbonato hasta que hayas cubierto toda la mugre. [7]
  3. Empapa todo el riel con la solución de vinagre. Deja que la solución actúe durante 5 a 10 minutos. Esto ayudará a sacar la mugre y la suciedad difíciles de eliminar. [8]
  4. Usa un cepillo de alambre o un cepillo de dientes para quitar la suciedad acumulada en los rieles. Comienza en un lado de los rieles y trabaja hasta el otro. La solución deberá haber aflojado la suciedad, facilitando la limpieza. [9]
  5. Usa el trapo para recoger el exceso de mugre y suciedad. Rocía los rieles con más solución de vinagre si continúan sucios. Continúa restregando de un lado a otro hasta eliminar toda la suciedad. [10]
  6. Desliza la puerta y aplica el bicarbonato de sodio en el área que no cubriste. Repite todo el proceso y limpia el área con la solución de vinagre. Una vez que los hayas secado, los rieles quedarán bien limpios. [11]
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Método 3
Método 3 de 3:

Lubricar los rieles

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  1. Es importante que limpies bien los rieles antes de lubricarlos. Puedes comprar un lubricante de silicona en línea o en una tienda por departamentos. Apunta el extremo de la boquilla hacia los rieles y aprieta el gatillo para rociar el lubricante en estos. [12]
  2. Una vez que termines de rociar los rieles, limpia el exceso de lubricante con un trapo. Esto también ayudará a esparcir el lubricante y distribuirlo equitativamente a través de los rieles. [13]
  3. Es probable que la puerta corrediza tenga un agujero en el lateral. Busca el agujero en la puerta sobre los rieles o en el interior de la puerta. Coloca la boquilla del lubricante en el agujero y presiona el gatillo. Esto lubricará las ruedas que están dentro de la puerta. [14]
  4. Desliza la puerta de un lado a otro de 5 a 10 veces ayudará a lubricar las ruedas de la puerta. [15]
  5. Si notas que la puerta se traba a nivel de los rieles, lubricarlos ayudará a solucionar el problema. Un mantenimiento periódico evitará que esto ocurra.
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Cosas que necesitarás

Hacer una limpieza simple

  • aspiradora con accesorios
  • agua
  • producto de limpieza no abrasivo
  • cepillo de alambre o cepillo de dientes
  • trapo o toallas de papel

Usar bicarbonato de sodio y vinagre

  • bicarbonato de sodio
  • vinagre blanco
  • cepillo de alambre o cepillo de dientes
  • trapo o toallas de papel

Lubricar los rieles

  • lubricante de silicona con boquilla larga
  • trapo seco

Acerca de este wikiHow

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