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El ombligo es una de las partes del cuerpo que siempre olvidamos limpiar. Si no limpias el ombligo de manera regular, puede aparecer pelusa adentro de este. Puedes limpiarlo con una simple solución de sal después del baño. Si tienes un bebé cuyo cordón aún esté intacto, deberás limpiar su ombligo periódicamente. En el futuro, sigue unos pasos para mantener el ombligo limpio y sin pelusa regularmente.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Limpiar el ombligo

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  1. Antes de limpiar el ombligo, báñate. Esto ayudará a aflojar la suciedad o la pelusa. No es necesario que hagas nada especial durante el baño. Sólo báñate de manera normal, usa un jabón regular y agua. [1]
  2. Es mejor limpiar el ombligo con una solución de sal. Mezcla una cucharadita de sal de mesa en una taza de agua. Agita hasta que la sal se disuelva. [2]
  3. Puedes usar los dedos o un trapo pequeño para limpiar el ombligo. Si usas los dedos, lávate las manos primero. Sumerge el trapo o los dedos en la solución de sal. [3]
    • Date un masaje suave en el interior del ombligo. Esto aflojará toda la pelusa, suciedad o residuos. Si algunos pedazos de pelusa son muy grandes, puedes tirar de ellos para sacarlos del ombligo.
  4. Hazlo con agua simple. Da golpecitos suaves con un trapo limpio para secar el área alrededor del ombligo.
  5. Las infecciones en el ombligo suceden debido a la falta de higiene o a una perforación reciente. Debes ver a un doctor en cuanto puedas, en caso de una infección. Las señales de infección en el ombligo incluyen: [4]
    • piel rojiza o comezón cerca del ombligo
    • hinchazón
    • mal olor
    • secreción del ombligo
    • dolor o ampollas alrededor del ombligo
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Cuidar el ombligo de un bebé

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  1. No tardes mucho para limpiar a un bebé. Un bebé podría volverse irritable o incómodo si la limpieza dura mucho tiempo. Cuando estés listo para hacerlo, prepara los materiales con anticipación. Necesitarás lo siguiente: [5]
    • una toalla grande para colocar al bebé
    • una esponja, hisopos de algodón, un recipiente con agua tibia y jabón para bebé
  2. Los bebés son propensos a las infecciones. Lávate las manos con agua tibia y jabón antes de comenzar el proceso de limpieza del ombligo del bebé. [6]
    • Lávate las manos durante unos 20 segundos.
    • Asegúrate de secar las manos con un trapo limpio o con una toalla de papel.
  3. Un ombligo infectado puede ser peligroso para un bebé. Si notas una infección, deberás llevarlo con un pediatra lo antes posible. Las siguientes son señales de una infección en el ombligo de un bebé: [7]
    • secreción alrededor del ombligo
    • mal olor saliendo del cordón umbilical
    • piel sensible o hinchada
  4. Moja un trapo con agua tibia. Limpia suavemente el cordón umbilical y el área alrededor de este. Después, usa un limpiador suave. [8]
    • Mantén el cordón limpio y seco hasta que se caiga de forma natural. Esto mantendrá el ombligo del bebé libre de infecciones.
    • No uses alcohol isopropílico para limpiar el cordón umbilical.
  5. Dejarlo mojado puede provocar una infección. Seca con golpecitos suaves el cordón y el área alrededor con un trapo seco y absorbente. Asegúrate que el cordón y la piel alrededor esté seca al tacto. [9]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Evitar pelusa en el ombligo

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  1. El ombligo será menos propenso a la pelusa si hay menos vello alrededor de este. Si te crece vello alrededor, afeitarlo podría evitar la formación de pelusa. Si la pelusa en el ombligo te molesta, intenta afeitarlo con una cuchilla y observa si se reduce la cantidad de pelusa. [10]
  2. La pelusa se acumula en el ombligo debido a las fibras de la tela, como el algodón, que se desprenden de la ropa. La ropa más vieja puede atraer menos pelusa que la ropa nueva porque esas fibras ya se deprendieron de la tela. Cuando sea posible, usa ropa vieja para evitar la acumulación de pelusa en el ombligo. [11]
    • Si no vas a salir a ninguna parte en un día específico, usa una camiseta vieja.
  3. No uses cremas ni humectantes en el ombligo o cerca de este. Aunque estos normalmente son seguros de usar en otras partes del cuerpo, demasiada humectación en el ombligo es peligrosa. Puede propiciar infecciones por hongos o bacterias. [12]
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