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Las jeringas no deben utilizarse más de una vez, si se puede evitar. Incluso un solo uso ensuciará la aguja y le hará perder filo, lo que afectará su eficacia al momento de penetrar la piel. Las jeringas desafiladas pueden provocar un gran daño en las venas. [1] Tendrás que enjuagar las jeringas absorbiendo agua fría en su interior y expulsándola por la aguja. Para desinfectarlas, tendrás que enjuagar con blanqueador por un mínimo de 30 segundos. Sácales filo a las jeringas usadas en una superficie para afilar (como una piedra de carburo o una caja de fósforos), así no te dañarás las venas.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Enjuagar la jeringa

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  1. Esto podría parecerte una rutina problemática. No obstante, si las limpias justo antes y después de usarlas, esto reducirá en gran medida la probabilidad de contraer una enfermedad transmitida por la sangre, como la hepatitis o el VIH. Esto también evitará que la sangre se endurezca en la jeringa. [2]
  2. Las cocinas suelen ser los lugares más apropiados para limpiar las jeringas, pero los baños también servirán si estás en apuros. Limpia bien toda el área en la que vayas a desinfectar las jeringas usando un limpiador fuerte (como el blanqueador).
    • No las desinfectes en áreas sucias. Esto podría transferir las bacteria o los virus del área a las jeringas desinfectadas. [3]
  3. Lávate bien las manos. Mójatelas con agua fría y aplícales jabón. Deberás frotártelas para formar espuma. Presta mucha atención a los espacios entre los dedos y las uñas, ya que las bacterias suelen ocultarse en estos lugares. Enjuaga el jabón lavándote las manos con agua fría. [4]
    • Lávate las manos por un mínimo de 20 segundos. Una enjuagada rápida no eliminará los gérmenes de las manos con eficacia. [5]
  4. Si no tienes recipientes adecuados, deberás usar una tapa o una taza limpias. Los recipientes deberán ser lo suficientemente grandes como para retener al menos todo el líquido de una jeringa llena. Si el lavabo tiene un fondo plano, podrías tener que colocarlos sobre él, en caso de que se desparramen. [6]
    • Si no tienes blanqueador, deberás llenar el recipiente con alcohol isopropílico o peróxido de hidrógeno en un porcentaje elevado (se recomienda que sea al 90 % o más). [7]
  5. Coloca la punta de la aguja en el agua y jala el émbolo para así llenar la jeringa. Luego agítala un poco, coloca la aguja sobre el drenaje y presiona el émbolo para expulsar el agua. Deberás hacerlo varias veces.
    • Nunca vuelvas a utilizar el líquido que haya estado en el interior de la jeringa. Tendrás que desechar en el drenaje todo líquido que uses para enjuagar o desinfectar las jeringas. [8]
    • Ten cuidado al manipularlas, en especial las que hayas usado antes. Si te hincas con una aguja sucia, esto podría causarte una enfermedad o infección.
  6. Jala el émbolo hasta liberarlo de la jeringa. Llénalo con agua fría desde el extremo abierto del mismo. Vuelve a introducirlo y presiónalo para expulsar el agua por la aguja, en dirección al drenaje. Hazlo como mínimo 3 veces.
    • Una vez que el barril esté lleno con agua, tendrás que agitar la jeringa y golpearlo contra la palma de tu mano. Esto soltará la sangre endurecida. [9]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Desinfectar la jeringa

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  1. Introduce la aguja en el recipiente con blanqueador no diluido. Llénala con suficiente blanqueador como para que el barril esté lleno hasta la mitad. No deberás llenar la jeringa en exceso. Luego tendrás que jalar el émbolo lo más lejos posible sin retirarlo. [10]
  2. Agita un poco la jeringa y golpea el barril con suavidad contra la palma de tu mano. Tendrás que hacerlo como mínimo por 30 segundos. El blanqueador necesitará como mínimo este tiempo para desinfectar los virus resistentes, como el de la hepatitis C y el VIH. [11]
  3. Colócala sobre un drenaje y presiona el émbolo para expulsar el blanqueador. Nunca vuelvas a utilizar el blanqueador al limpiar jeringas. Repite 2 veces el proceso de llenar la jeringa con blanqueador fresco, agitarla por 30 segundos y expulsarlo por el drenaje. [12]
  4. El agua en el recipiente se habrá contaminado con la aguja sucia. Arroja el agua al drenaje y límpialo con un limpiador fuerte, como el blanqueador. Enjuaga el recipiente varias veces con agua fría y vuelve a llenarlo con ella. Deberás hacer lo siguiente: [13]
    • Llena el barril con agua hasta que quede lleno a la mitad.
    • Retira la aguja del agua.
    • Jala el émbolo lo más lejos que puedas sin extraerlo.
    • Agita la jeringa con cuidado.
    • Presiona el émbolo para expulsar el agua. No vuelvas a utilizarla. Tendrás que repetirlo como mínimo 3 veces. [14]
  5. Vierte el contenido de los recipientes en el drenaje. Límpialos junto con el lavabo usando blanqueador fresco sin diluir. Enjuaga bien el blanqueador con agua fría. Seca los recipientes con una toalla o déjalos secar al aire, y luego guárdalos. [15]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Afilar las agujas

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  1. Una lupa (en especial, las que usan los joyeros o cosmetólogos) será de utilidad para revisar el estado de la aguja. Las piedras de afilar arkansas o de carburo serán las más eficaces como superficie para afilar, y podrás adquirirlas en las tiendas de suministros médicos. También necesitarás un recipiente pequeño limpio para el agua (como una taza).
    • Si no puedes conseguir una piedra de afilar, podrás usar la superficie áspera de una caja de fósforos para el mismo fin.
    • En ocasiones, podrás encontrar las lupas que usan los joyeros y cosmetólogos en los mercados de pulgas. [16]
  2. Solo deberás afilar las agujas que hayas limpiado. Llena el recipiente pequeño y limpio con agua fría. Introduce la punta de la aguja en el agua y jala el émbolo para llenar el barril a la mitad. Retira la aguja del agua. [17]
  3. Colócala en un extremo de la superficie, de modo que la parte inclinada esté plana sobre ella. Deberás ejercer una presión muy leve y jalar la punta hacia atrás sobre la superficie, hasta alcanzar el otro extremo.
    • Procura no jalar el émbolo de la jeringa mientras afilas. Esto podría introducir en el barril los fragmentos peligrosos creados al afilar.
    • Podrás afilar la mayoría de las agujas en 2 o 3 pasadas si las frotas en toda la longitud de la piedra de afilar o la banda áspera de la caja de fósforos.
    • Si presionas la aguja con demasiada fuerza, esto podría dañarla. Las jeringas con agujas dañadas deberán desecharse en un recipiente adecuado. [18]
  4. Luego de jalar la aguja por toda la longitud de la superficie, tendrás que levantarla y repetir este proceso como mínimo 2 veces más. Deberás voltearla de modo que el lado inclinado apunte hacia arriba, y la punta esté contra la superficie. Jala la aguja sobre la superficie de esta manera una vez para terminar de afilarla.
    • Si tienes una lupa a la mano, podrás usarla para revisar la punta de la aguja. Si notas alguna irregularidad, tendrás que pasarla unas veces más por la superficie para afilar. [19]
  5. Presiona el émbolo para expulsar el agua del barril por completo. Envuelve una toallita con alcohol alrededor de la base de la aguja, y pásala por ella. Tendrás que desechar la toallita. Repite este proceso con una toallita nueva para así culminar la limpieza de la aguja afilada.
    • Al afilar una aguja, esto creará fragmentos de la misma que serán pequeños y, en ocasiones, imperceptibles. Si estos se inyectan, pueden causar la muerte. Tendrás que ser minucioso al limpiar las agujas afiladas.
    • Humedece las agujas afiladas con agua esterilizada antes de usarlas. Esto las lubricará y permitirá que penetren mejor. [20]
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Advertencias

  • Si las agujas se limpian, manipulan o afilan de forma inapropiada; esto puede generar enfermedades, infecciones o lesiones físicas graves.
  • Nunca las compartas. En ocasiones, incluso las agujas limpias conllevan el riesgo de generar infecciones, en especial si se han limpiado de forma inapropiada.
  • Si están dañadas, estas pueden provocar lesiones graves en las venas y también en la salud física general.
  • Los medicamentos inyectados conllevan un riesgo elevado de generar infecciones de enfermedades transmitidas por la sangre (como la hepatitis C y el VIH), así como otros problemas físicos (como las cicatrices o el colapso de las venas).
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Cosas que necesitarás

Enjuagar la jeringa

  • blanqueador
  • jabón para manos
  • dos recipientes pequeños (como tazas)

Afilar la jeringa

  • toallitas con alcohol
  • piedra de afilar de carburo o una arkansas (o caja de fósforos)
  • jeringa limpia
  • lupa (recomendado)

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