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Si algún ser querido tiene su lugar de reposo en un cementerio, lo más probable es que quieras cuidar su tumba. Uno de los aspectos más importantes del mantenimiento de una tumba es asegurarse de que la lápida se vea limpia. Si notas que se ve un poco sucia, la idea es seguir los pasos indicados a continuación para poder devolverle su apariencia limpia y hermosa. Asegúrate de utilizar los productos de limpieza correctos según el tipo de piedra de la lápida.

Método 1
Método 1 de 3:

Planear la limpieza de la lápida

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  1. Lo primero que debes hacer es preguntarte si la piedra en realidad necesita una limpieza. Muchas personas confunden las señales del envejecimiento con la tierra o mugre. Considera que el mármol y otros materiales se destiñen naturalmente con el paso del tiempo. [1]
    • Los especialistas en conservación y restauración advierten sobre la implementación de un programa de limpieza agresivo. Ten en cuenta que todos los productos de limpieza pueden dañar la piedra, incluso si los aplicas suavemente.
    • Evita limpiar la piedra para honrar la memoria de tu ser querido. Si la lápida no requiere limpieza, de seguro encontrarás otras maneras de honrarlo.
    • Si la piedra tiene lodo u otros residuos, entonces desde luego puedes limpiarla. Solo ten en cuenta que una vez que empieces, tendrás que hacerlo cada vez con mayor frecuencia.
  2. El paso del tiempo y los elementos del clima pueden hacer que una lápida pierda su apariencia prístina. Si notas que la piedra se ve sucia, será mejor que te tomes un tiempo para limpiarla cuidadosamente. Asegúrate de utilizar los productos adecuados. [2]
    • Recuerda que los productos químicos fuertes pueden dañar la piedra. Es mejor elegir un jabón suave.
    • Compra un producto de limpieza no iónico. Estos jabones se encuentran disponibles en tiendas con productos para labores de conservación y limpieza.
    • Los jabones no iónicos no contienen las sales potentes que pueden dañar las lápidas. Lee la información del producto en la etiqueta para asegurarte de que sea “no iónico”. Si no estás seguro, pídele ayuda a algún vendedor de la tienda.
  3. Una vez que tengas el producto, estarás listo para conseguir el resto de los implementos. Necesitarás agua limpia. Si hay un grifo en el cementerio o una manguera que puedas utilizar, lleva una cubeta limpia para verter ahí el agua. [3]
    • Si no estás seguro de si habrá una fuente de agua cerca de ti, puedes comprar varios litros de agua destilada. De todos modos deberías llevar una cubeta de modo que puedas introducir el resto de los materiales fácilmente en el agua.
    • Lleva algunos paños suaves y limpios. También puedes utilizar toallas o camisetas viejas.
    • Compra esponjas. Procura conseguir naturales, ya que es menos probable que dañen la piedra.
    • Lleva algunas esponjas para restregar no metálicas. Asimismo, elige varios cepillos con cerdas de distinta dureza.
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Método 2
Método 2 de 3:

Limpiar la lápida

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  1. Cuando llegues a la tumba, tómate unos minutos para evaluar la situación de la piedra. Busca cualquier daño evidente. Revisa la parte frontal, los lados y la parte superior. [4]
    • Las rajaduras son daños evidentes. Cualquier parte descascarada también es una señal de que la piedra está dañada.
    • Si encuentras alguna de estas señales, limpia con mucho cuidado. Recuerda que en estas áreas la piedra está más débil.
    • Evita aplicar presión en las zonas débiles. Es mejor dejar un poco de tierra que hacerle más daño a la piedra.
  2. Una vez que termines de revisar la piedra estarás listo para limpiar. Sigue las instrucciones de uso del producto de limpieza. Mézclalo con agua en las proporciones adecuadas. [5]
    • Introduce las esponjas en la cubeta de agua. Una vez que estén mojadas, pásalas por la superficie de la piedra con cuidado.
    • Luego de quitar la primera capa de tierra o mugre, puedes empezar a usar los cepillos. Con un cepillo mojado, restriega cada parte de la piedra.
    • Es mejor empezar por la parte inferior de la piedra e ir subiendo. De esta manera evitarás dejar rayas.
  3. Es normal que encuentres algunas plantas en la piedra, ya que está expuesta a los elementos de la naturaleza. Lo más común es el liquen. [6]
    • Los líquenes son organismos vivos similares a los hongos. Pueden ser de distintos colores, como gris, verde y amarillo.
    • Puedes quitar el liquen con una solución de amoníaco. Combina una parte de amoníaco con cuatro partes de agua.
    • Con una esponja limpia, restriega el área dañada con la solución de amoníaco. Una vez que termines, enjuágala con agua limpia.
  4. Es importante que sepas qué tipo de piedra tienes. Considera que de acuerdo a esto tendrás que aplicar distintos métodos de limpieza. El mármol, por ejemplo, debe tratarse incluso con más cuidado que el granito. [7]
    • Antes de empezar a limpiar, humedece la piedra con agua limpia. Si hay plantas, utiliza una espátula para madera para quitarlas.
    • Aplica un producto de limpieza no iónico. Utiliza el mismo método que para limpiar el granito. Repite el proceso aproximadamente cada 18 meses. Si lo haces con mayor frecuencia podrías debilitar el mármol.
    • La piedra caliza también es otra opción popular para las lápidas. Para limpiarla puedes emplear el mismo método que para el mármol.
  5. Cuando se trata de limpiar lápidas, a veces los métodos naturales son la mejor opción. Algunas personas han empleado caracoles para limpiar las piedras de manera efectiva. Esta es la forma más ecológica de hacerlo. [8]
    • Los caracoles consumen gran parte de los materiales que crecen en las lápidas. Por ejemplo, pueden comer los líquenes, el moho y los hongos.
    • Crea una pequeña carpa sobre la lápida. Utiliza polietileno para cubrir la piedra y pedazos de madera para sujetarlo al piso.
    • Posiblemente encuentres varios caracoles en las tumbas que están alrededor. Recógelos y colócalos en el área cerrada. No olvides crear agujeros de ventilación.
    • Regresa a revisar el progreso de los caracoles luego de unas horas. Si están hambrientos, la piedra quedará bastante limpia.
  6. Si tienes alguna preocupación respecto al estado de la lápida, es buena idea conversar con un profesional en el tema. Esta persona podrá decirte la edad aproximada de la piedra, además de identificar el material. [9]
    • Comunícate con los encargados del cementerio para preguntarles si tienen alguna recomendación de alguien con quien puedas hablar. Por lo general, los especialistas en conservación y restauración saben mucho sobre las lápidas.
    • Asimismo, puedes comunicarte con un museo de tu localidad. Posiblemente los encargados puedan recomendarte a un experto. Asegúrate de preguntarle sobre los métodos apropiados de limpieza y la frecuencia con que debes aplicarlos según la piedra específica.
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Método 3
Método 3 de 3:

Cuidar el área de la tumba

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  1. Cuando tienes que enterrar a un ser querido, tienes que tomar muchas decisiones. Elegir el material apropiado para la lápida es una bastante importante. Por lo tanto, tómate un tiempo para considerar cuál tipo de piedra es el más adecuado para la situación. [10]
    • Primero, elige el tipo de lápida que deseas. Puedes buscar una vertical, una horizontal o una en forma de obelisco.
    • Elige el material. Las lápidas se hacen de distintos materiales, como mármol, arenisca y granito. El granito tiene un costo en función a su calidad y es bastante firme.
    • Conversa con los encargados del cementerio. Verifica los reglamentos respecto al tamaño y tipo de lápidas que permiten colocar antes de realizar la compra. Considera que quizá existan normas que debes seguir.
  2. La limpieza de una lápida no es como la de cualquier otro objeto. Quizá te parezca que limpiarla frecuentemente es lo más normal, pero debes resistir la tentación. Generalmente, debes hacerlo cada 18 a 24 meses. En algunos casos, la frecuencia debe ser incluso menor. [11]
    • Anota cada fecha en que limpies la piedra. De esta manera, evitarás caer en excesos.
    • Conversa con los encargados respecto a sus planes de mantenimiento. En algunos casos, los cementerios ofrecen servicios, como la limpieza de las tumbas.
  3. Además de darle un mantenimiento correcto a la lápida, puedes honrar la memoria de tu ser querido de otras formas. Por ejemplo, puedes decorar su tumba. Esto podría ayudarte a establecer una sensación de conexión con esta persona. [12]
    • Puedes dejar flores cera de la lápida. Esto se ve bastante bonito sobre todo en las fiestas, aniversarios o cumpleaños.
    • Asimismo, puedes dejar pequeños recuerdos en la tumba. Por ejemplo, podrías dejar una pelota de béisbol si la persona era fanática de este deporte.
    • Pide el reglamento del cementerio. Considera que quizá no esté permitido dejar determinados objetos.
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Consejos

  • Nunca utilices un cepillo de cerdas de acero.
  • Nunca utilices un detergente de uso casero, ya que puede ser muy potente para la piedra.
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