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Las esponjas pueden acumular muchos gérmenes rápidamente. Como se usan a diario para limpiar, recogen mucho polvo y suciedad. Para que una de estas sea segura de usar, es necesario limpiarla y desinfectarla como mínimo 1 vez a la semana. No tienes que tirar una esponja cada vez que se ensucia. Más bien, puedes limpiarla y desinfectarla en el horno microondas, en el lavaplatos, en la estufa, con vinagre o con lejía.

Método 1
Método 1 de 5:

Usar el horno microondas

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  1. Nunca calientes una esponja que tenga metal en el microondas. El metal refleja los microondas, lo que hace que se desplacen erráticamente y pueda causar chispas, un incendio y daños al electrodoméstico. Por motivos de seguridad, no pongas ningún estropajo ni nada que contenga metal en el horno microondas.
  2. No debe tener partículas visibles de comida ni de residuos. Puedes usar un poco de líquido lavavajillas para limpiarla mejor. Escurre el exceso de agua. [1]
  3. Vierte aproximadamente ½ taza de agua en un tazón y échale 1 cucharadita de jugo de limón. Remoja la esponja en la solución hasta que esté bien empapada. El jugo de limón ayudará a que la esponja huela a limpio y fresco cuando la saques del horno microondas. Además, el agua es necesaria para que la esponja no se queme. [2]
  4. Calienta la esponja empapada en el horno microondas vigilándola bien. Pon la esponja en el microondas durante unos 2 minutos a potencia alta. Asegúrate de estar muy atento a algún signo de quemado. Asegúrate de solo calentar esponjas empapadas y apaga el electrodoméstico de inmediato si ves algo de humo. El horno microondas mata más del 99 % de los gérmenes, y deja las esponjas desinfectadas y limpias. [3]
    • Como los tipos de microondas y los tipos de esponjas varían, algunas de estas últimas quizá solo necesiten 1 minuto en el electrodoméstico.
    • Puedes poner la esponja directamente en el microondas o en un plato pequeño, si lo prefieres.
  5. Esta estará recién desinfectada y también estará muy caliente. Déjala reposar en el electrodoméstico por un par de minutos para que enfríe. Sácala con cuidado usando pinzas o manoplas de cocina. ¡Estará lista para usar! Para obtener los mejores resultados, asegúrate de desinfectar tus esponjas periódicamente, por lo menos 1 vez a la semana. [4]
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Método 2
Método 2 de 5:

Usar el lavaplatos

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  1. Ponla en la rejilla superior o en la sección de utensilios. Para asegurarla en la rejilla superior, es recomendable fijarla directamente a la rejilla con una pinza de ropa. Puedes ponerla con la vajilla que vas a lavar. Asegúrate de que no tenga ningún trozo grande de comida, aunque no tienes que limpiarla de antemano. [5]
  2. Asegúrate de usar la configuración de secado caliente para obtener la máxima desinfección. Enciende el ciclo completo con la configuración normal de lavado, pero solo asegúrate de que el agua esté caliente. Usa el mismo lavavajillas que usas normalmente, de preferencia uno antibacteriano. [6]
  3. Asegúrate de hacer esto como mínimo 1 vez a la semana. Simplemente puedes echar la esponja dentro cada vez que hagas un ciclo de lavado. El lavaplatos limpiará y desinfectará la esponja, matará a más del 99 % de los gérmenes y sacará toda la suciedad. [7]
    • Lava y desinfecta la esponja de inmediato si la usas para limpiar una superficie que ha tocado carne o pescado crudo.
    • Las esponjas desinfectadas igual tienen que cambiarse cada 2 a 8 semanas, dependiendo de la frecuencia con que se usa. [8]
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Método 3
Método 3 de 5:

Usar la estufa

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  1. Usa una olla con capacidad para 3 litros y llénala hasta unos ¾ con agua fría. Pon el agua a hervir en la estufa. Ponla a fuego alto hasta que rompa el hervor. Mantén la olla tapada para que el agua se caliente más rápido.
  2. Sácale el exceso de comida o residuos pegados. La esponja debe estar considerablemente limpia antes de sumergirla en el agua para que no remoje en algo sucio. Simplemente ponla debajo del chorro de agua tibia del grifo y límpiala con un poco de líquido lavavajillas. Escurre el exceso de agua.
  3. Cuidado con quemarte las manos. Destapa la olla y lentamente introduce la esponja en el agua. Puedes meterla en el agua con una cuchara o pinzas de cocina para evitar quemarte los dedos. La esponja debe estar cubierta con agua. Asegúrate de que no esté al fondo de la olla, o podría derretirse. Para evitar que se pegue a la olla, revuélvela de vez en cuando.
    • Baja el fuego a uno medio alto para que el agua no rebase.
  4. Este es suficiente tiempo para que las bacterias se reduzcan de millones a una cifra segura. Mantén la olla destapada para asegurarte de que la esponja no se pegue a los bordes. [9]
  5. Estará muy caliente. Ponla sobre una superficie limpia para que seque bien naturalmente, por ejemplo, un escurreplatos. Esto impedirá que las bacterias se multipliquen. Después de enfriar durante unos 10 minutos, podrás escurrirla para quitarle el exceso de agua y ayudar a que seque más rápido. [10]
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Método 4
Método 4 de 5:

Usar vinagre

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  1. El enjuague eliminará cualquier residuo o suciedad. Simplemente ponla debajo del chorro de agua tibia en el fregadero y échale un poco de líquido lavavajillas para quitar la grasa. Asegúrate de hacer esto antes de ponerla en el vinagre. [11]
  2. Usa vinagre blanco, porque no contiene ningún residuo y secará sin dejar ningún aroma. Asegúrate de que el vinagre casi llene el tazón para que cubra la esponja por completo. [12]
  3. Introdúcela en el vinagre de modo que esté completamente cubierta. Si tienes tiempo, déjala remojando toda la noche para obtener los mejores resultados. El vinagre contiene ácido acético, el cual mata efectivamente más del 99 % de gérmenes en 5 minutos y elimina malos olores. [13]
  4. Simplemente saca la esponja del tazón y escúrrela. Déjala secar naturalmente sobre un escurreplatos. No hay necesidad de enjuagarla. El vinagre secará sin dejar aroma alguno. La esponja estará lista para usar. Más del 99 % de gérmenes ya han sido eliminados efectivamente. [14]
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Método 5
Método 5 de 5:

Usar lejía

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  1. Ponla bajo el chorro de agua tibia del grifo para quitarle cualquier residuo o comida. Échale un poco de líquido lavavajillas y restriégala suavemente para quitar la grasa. Escúrrela para quitarle el exceso de agua.
  2. Prepara esta solución en un tazón de vidrio. La lejía es un químico muy abrasivo, por lo que hay que diluirla. Ten cuidado al manipularla, porque puede quemar la piel y decolorar la ropa. Asegúrate de no tocarte la cara o los ojos al manipularla. [15]
    • Es recomendable usar guantes de goma al usar lejía para proteger las manos y evitar terminar con lejía en la piel.
  3. Asegúrate de que esté bien empapada y cubierta en la solución. 5 minutos es suficiente para matar más del 99 % de los gérmenes. Algunos estudios han demostrado que la lejía es la sustancia más efectiva para matarlos. [16]
  4. Escúrrela y ponla en un escurreplatos durante unas horas para que seque bien. Dejar que las esponjas sequen bien es esencial para prevenir el crecimiento de bacterias. [17]
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Consejos

  • Prueba un par de métodos para ver cuál prefieres. Todos estos métodos eliminan por lo menos el 99 % de gérmenes.
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Advertencias

  • Ten cuidado al usar el horno microondas. Las esponjas pueden quemarse. Nunca calientes una esponja seca en el microondas. Vigílala muy bien en todo momento.
  • La lejía puede decolorar la ropa. Manipúlala con cuidado y no la acerques a tu cara.
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