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Las galletas son deliciosas, especialmente cuando están calientes, suaves, y masticables. Esas son las mejores cualidades que deseas en una galleta. Pero cuando se ponen tan duras como para romperte un diente, es cuando ya no quieres otra galleta más. Pero quieres guardarlas y mantenerlas suaves, ¿no? Aquí está cómo mantener las galletas hechas en casa que a todos les gusta, buenas y suaves.
Ingredientes
- Para ver cómo hacer galletas de chocolate, puedes basarte en este artículo: Cómo hacer galletas de chispas de chocolate blandas
Pasos
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Añade un poco de mantequilla adicional a la receta. Considera cuidadosamente cuanta azúcar debes agregar de acuerdo con la cantidad de mantequilla que añadiste. Si tienes más azúcar que mantequilla, por lo general tendrás una galleta más dura y más plana, pero si tienes un poco de mantequilla extra, tendrás una galleta más suave y masticable. Aunque tengas un poco más de calorías que agregar a tu sistema, te quedarán mucho más suaves.
- Si estás preocupado por las calorías y otras cosas, compra mantequilla sin sal o pon un poco más de aceite en su lugar.
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No dejes que se quemen. Si las galletas se queman, van a empezar duras, no solo se van a endurecer. Sácalas un poco después de que se doren, lo que significa que puede que tengas que chequearlas constantemente. Si las haces perfectas, podrás mantenerlas suaves por un tiempo.
- Asegúrate de que no estén crudas . Solo asegúrate de no dejarlas dentro demasiado tiempo. Encuentra el tiempo perfecto para hornearlas.
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Deja las galletas reposar por un rato. Permite que las galletas se enfríen durante unos dos o tres minutos, y después, ponlas en una bandeja para enfriar por unos diez o veinte minutos. De esta manera, se podrán secar más rápido y permanecerán frescas. Asegúrate de que están totalmente frías antes de guardarlas.
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Agrega un poco de puré de manzana. Si sustituyes más o menos un cuarto del aceite que se pide en la receta, por puré de manzana, las galletas te quedarán un poco más suaves y les darás un poco de sabor a fruta.
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Guarda tus galletas correctamente. Mantén tus galletas en un recipiente hermético y bien cerrado. Si entra aire por no cerrarlo correctamente, las galletas estarán más propensas a endurecerse. Coloca el recipiente en el congelador (esto las mantendrá frías, solo asegúrate de dejarlas descongelar durante unos minutos antes de comerlas), pero cierra el recipiente correctamente antes de meterlo al congelador.
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Añade una rodaja de pan. Este es un truco clásico usado para muchas galletas. Pon la mitad de una rodaja de pan en el recipiente de galletas, esto hará que absorban la humedad del pan y se mantendrán frescas y suaves. El pan se pondrá duro en unos pocos días, asegúrate de cambiarlo.
- Las rodajas de manzana funcionan igual de bien, pero se pudrirán, por lo que tendrás que cambiarla diariamente. Sin embargo, si no vas a agregarle puré de manzana a tu mezcla, esto le dará un poco de sabor afrutado.
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