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Es inevitable que te pongan una inyección si quieres tener un estilo de vida saludable. Administrar vacunas, exámenes de sangre y diversos medicamentos requiere de una inyección. El temor a las agujas y el dolor que producen es una fuente de ansiedad para muchos. Los pasos a continuación pueden ayudarte a sentir menos dolor cuando te pongan una inyección.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Prepararte para la inyección

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  1. Para prepararte adecuadamente, debes saber en dónde te colocarán la inyección. Muchas inyecciones, como las vacunas, son colocadas en el brazo, mientras que ciertos medicamentos y antibióticos son colocados en la espalda o en los glúteos. Pregúntale al doctor o la enfermera dónde te pondrán la inyección y para que puedas preparar el área apropiadamente.
  2. Cuando sepas dónde te colocarán la inyección, masajea y aplica presión al lugar cuidadosamente. Así prepararás a tu cuerpo para aguantar la presión que causa la aguja y el dolor del pinchazo no será tan fuerte. Haz esto antes de ir a la consulta, ya sea en el auto o en el bus. [1]
    • También puedes sujetar un cubo de hielo sobre el área de la inyección durante tres minutos o más antes de que te la apliquen o solicitar que t e apliquen una crema adormecedora en el consultorio.
  3. Puedes realizar ciertas actividades en la sala de espera para distraerte y así sentir menos dolor cuando llegue el momento de administrar la inyección.
    • Aprieta una pelota antiestrés. Así relajarás tus músculos.
    • Escucha música, podcasts o libros en audio. Aunque es muy posible que el doctor no te deje ponerte los auriculares durante la consulta, puedes escuchar música antes de la misma para distraerte y así estar más relajado cuando entres al consultorio. [2]
    • Lee un libro o una revista. Si leer te relaja más que escuchar música, puedes llevar un libro o revista con artículos interesantes contigo, mientras esperas a que te atienda el doctor.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Recibir la inyección

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  1. Muchas veces, la anticipación al dolor hace que este sea mucho más intenso. Es mejor que te concentres en otra cosa mientras te ponen la inyección para reducir el dolor.
    • Finge que estás en otro lado. Imagina que estás de vacaciones en la playa o que tomas una deliciosa taza de café con un amigo. Ten varias situaciones alegres en mente antes de entrar al consultorio y luego deja volar tu imaginación.
    • Enfócate en otra parte de tu cuerpo. Imagínate que te pondrán la inyección en otro lado. De esta manera, anticiparás el dolor en otro lugar y así te distraerás del dolor de la inyección de verdad. [3]
    • Recita un poema o canta una canción. Si te memorizaste algún poema o canción, ahora es el momento para recitarlo. Al estar concentrado en recordar ciertos versos y palabras en particular, podrás distraerte de lo que ocurre en el presente.
    • Si el médico o enfermera que te toque conversa mucho, aprovecha esa oportunidad para obtener la distracción necesaria. No importa el tema del que hablen; el solo hecho de conversar puede distraer tu atención.
  2. Esperar el dolor hace que este sea mucho más intenso. Muchos estudios recientes han determinado que no mirar la aguja durante una inyección hace que la misma sea menos dolorosa. No mires la aguja cuando te pongan la inyección. Puedes cerrar los ojos o mirar a otro lado. [4]
  3. Contén la respiración durante unos segundos antes de que te administren la inyección y mientras lo hacen. Así subirá tu presión sanguínea, lo que disminuirá la sensibilidad de tu sistema nervioso. El alivio que provee esta técnica es muy ligero, aunque si combinas el contener tu respiración con otras técnicas, podrás sentir mucho menos dolor. [5]
  4. Sentirte mal por tenerle temor a las agujas, inyecciones y al dolor puede causar que te concentres aún más en la inyección. La realidad es que este temor es muy común. Tener en cuenta que no estás solo y que el miedo es normal te ayudará a relajarte durante el proceso. [6]
  5. Esto solo causará que el dolor sea más intenso, especialmente si la inyección es intramuscular, así que debes mantener tus músculos relajados. Es normal tensionarte cuando tienes miedo, pero existen algunas técnicas que pueden ayudarte.
    • Los ejercicios de respiración , como inhalar profundamente, contener la respiración durante 10 segundos y luego exhalar, te ayudarán mucho si los haces antes de que te coloquen la inyección.
    • Piensa “Me van a poner una inyección” en vez de “Esto no dolerá”. Así aceptarás lo inevitable, lo que permitirá a tu cuerpo relajarse en vez de tensionarse con miedo. [7]
  6. Háblale sobre cualquier temor que tengas antes de que te ponga la inyección. Los profesionales de la salud siempre ayudarán a los pacientes que los necesitan.
    • La enfermera puede aplicar un anestésico de contacto, que es una crema para anestesiar el lugar de la inyección y así hacerla menos dolorosa. Pide que te apliquen esta crema antes de la consulta, porque tarda hasta 1 hora en funcionar.
    • Las enfermeras son muy buenas distrayendo a sus pacientes y ayudándolos a relajarse. Si mencionas tu miedo de antemano, tal vez puedan ayudarte a mantenerte calmado con algunos ejercicios de relajación. [8]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Cuidar el lugar de la inyección

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  1. En general, la zona de la inyección duele después de varias horas o hasta el día siguiente. Los siguientes consejos te ayudarán a aliviar el dolor casi de inmediato. [9]
  2. Así el medicamento se dispersará mejor y tus músculos se soltarán más.
    • Existen dos excepciones a la regla. No es bueno masajear la piel cuando las inyecciones son de heparina y enoxaparina sódica, porque esto empeora la sensación de dolor y causa moretones. [10]
  3. El dolor de las inyecciones suele ser causado por la inflamación de los tejidos. Si tomas un medicamento antiinflamatorio de venta libre, podrás aliviar el dolor, reducir la inflamación y eliminar otras molestias. [11]
  4. Aunque es tentador descansar y no hacer nada, esto es contradictorio si quieres aliviar tu dolor. Mantenerte en movimiento, especialmente si la inyección fue en tu brazo, mejora la circulación y te ayudará a regresar a la normalidad más rápido. [12]
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Consejos

  • No pienses demasiado en la inyección antes de que pase. Trata de mantenerte ocupado durante los días anteriores a la consulta para no preocuparte. Si vas a la consulta con miedo, es probable que tensiones tus músculos y sientas más dolor.
  • Intenta relajarte antes de que te pongan la inyección. Respira profundamente, escucha música o aprieta una pelota antiestrés antes de entrar al consultorio.
  • Si a tu doctor o a tu enfermera les gusta hablar mucho, es una buena idea que entables una conversación con ellos antes o durante la inyección para distraerte.
  • Si te van a poner la inyección en el brazo, prueba a sacudir o mover tu brazo antes de la misma para soltar tus músculos.
  • Muchos doctores aplican soluciones anestésicas en la piel antes de una inyección. Si eres una persona muy sensible al dolor, consulta con tu doctor sobre estas opciones.
  • Piensa en algo que disfrutes mientras te colocan la inyección para distraerte.
  • Haz que el doctor o la enfermera cuente hasta que terminen de ponerte la inyección y exhala cuando terminen.
  • Bebe mucha agua antes para ayudar a reducir el dolor. Esto ayudará a mantener tu piel humectada. Algunas personas se estresan y no comen o beben, así que es recomendable mantenerte hidratado.
  • Si eres propenso a desmayarte al recibir una inyección o ante la idea de eso, pregúntale a la enfermera si puedes recostarte cuando te la aplique.
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Advertencias

  • Si la zona de la inyección continúa doliéndote por más de 48 horas o si sufres de fiebre, escalofríos o mareos constantes, llama a tu doctor de inmediato, porque es posible que estés sufriendo una reacción adversa que requiera de atención médica inmediata.
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