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¿Cómo das la bienvenida a la primavera? Quizá ya hace meses hayas estado pensado con entusiasmo poder ver a las primeras flores salir de repente de la tierra. O quizá te tomen por sorpresa los nuevos retoños que aparecen como por arte de magia sobre el paisaje. Haga la temperatura que haga afuera o diga lo que diga el calendario, siempre es primavera si tomas un pincel y pintas a la acuarela las primeras flores de la estación.
Pasos
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Mira las primeras flores de la estación con ojos acogedores y curiosos. Encuentra fotos de tus flores favoritas para tener mucho tiempo para examinar su estructura, su color y sus propiedades especiales. Mira todo el tiempo más allá de lo obvio para ver la estructura de la flor. Este es un ejercicio de simplificar las formas de las flores para verlas como líneas (pedúnculos) y figuras comunes: círculos, óvalos, escudos, cruces, etc.
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Haz creer que eres paisajista y deja que los sueños empiecen mientras compones el jardín mentalmente. ¿De qué forma integral quieres que tenga el jardín: curva, simétrica, aleatoria o al nivel? ¿Las flores más altas van a estar lejos de un lado o dispersas por todas partes? ¿Las más pequeñas van a estar en filas? ¿Cómo van a causar dramatismo los colores que eliges? ¿Destacarías las flores intrincadas al lado de las más sencillas? ¿Podrías emplear tu objeto favorito (como una estatua) como centro de mesa o punto focal? ¿Van a verse los árboles o ramas florecientes de un arbusto en los bordes del plano del dibujo?
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Empieza un ensayo dibujando primero cada flor con lápiz sobre un bloc de un buen papel de dibujo. Reduce las flores a unas figuras geométricas sencillas y, por el momento, suprime los detalles y el color. Por ejemplo, una rosa es básicamente redonda y puedes mostrar las capas e hileras de pétalos interiores como algunas líneas en forma de media luna convergentes en el centro.
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Dibuja los tulipanes como un cáliz en forma de U con una copa irregular. Puedes representar los pétalos anchos con líneas curvas largas de arriba abajo. Usa dos líneas si el tallo es grueso o alto y delgado para dejar espacio para pintarlo. Las hojas con púas del tulipán empiezan en la base del tallo y ensancharse ligeramente en la copa.
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Comienza por dos círculos para las margaritas, girasoles, acianos, crisantemos, dientes de león y la susana de ojos negros. Este tipo de flores se llaman “radiales” porque son redondas y los pétalos parten del centro.
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Mira atentamente las deliciosas flores de la lila y la hortensia ya que sus cabezas están hechas de muchas flores agrupadas juntas, nombrándolas las flores del “macizo”. Empieza por bosquejar la forma básica de la flor: redonda para las hortensias y alargada para las lilas. Dentro de esa forma, haz muchos círculos más pequeños para cada flor. Divide cada flor diminuta en pétalos pequeños y, en el centro de cada flor, haz otro círculo pequeño que, más tarde, lo puedes pintar para destacarlo.
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No tengas miedo a las flores más complejas en forma de trompeta, como los narcisos o los junquillos, porque, al romperse en formas sencillas, verás dos distintas: un cono o trompeta en el centro y un círculo en la base. Al dividirla en partes, este círculo exterior se convierte en los pétalos. Es una buena idea hacer el número adecuado de pétalos para cualquier flor dada, así que comprueba las referencias. Fíjate cómo algunos pétalos se rizan hacia atrás.
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Observa las flores de una sola trompeta o cono como la malva loca, el lirio o la amarilis. Los bordes de la trompeta que se tuerce pueden ser curvos o estar rizados. Muy dentro del centro de la trompeta, hay hebras largas y finas que suelen disparar motas de polen en los pétalos.
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Encoge esas flores grandes en forma de trompeta y agrúpalas para tener la frágil campánula azul, el lirio de los valles, el azafrán o el jacinto de penacho. Las flores diminutas y el statice o gipsófila son buenos rellenos para tu dibujo.
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Mira los árboles hacia arriba o los arbustos de reojo para ver las ramas florecientes. Las flores de cornejo, manzano y cerezo son frágiles y redondas que crecen de un tronco pequeño que sale de una rama. El cornejo tiene cuatro pétalos con una muesca en el centro superior. Las flores de cerezo son rosa claro y las de manzano, blancas.
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11Hacer esta investigación para analizar cada flor y dibujarlas para practicar es tiempo bien dedicado y te será más fácil usarlas para un cuadro. Sin embargo, procura no estar obsesionado con la perfección. Guarda los materiales abriendo una carpeta de arte y úsalos por si hace falta consultarlos en el futuro.Anuncio
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1Empieza a pintar permitiendo que el capricho domine el día. Vas a crear un jardín imaginario celebrando las formas y colores de las flores sin reparar en si es sencillamente muchísimo más conveniente. Esto se llama emplear la “licencia artística” y seguir las reglas del dibujo en lugar de los límites de la naturaleza. Este cuadro satisfactorio deja que te olvides de cubrirlo con capote, sacharlo y desherbarlo porque es una obra de arte, no de la naturaleza.
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2Consigue un bloc de papel de acuarela de 28 x 35 cm (11 x 14 pulgadas) y 300 g/m² (140 libras). Usa un lápiz normal para bosquejar ligeramente las flores según lo que te resulte atrayente y lo que te sienta bien sobre el papel. Componlas con libertad y creatividad. Para despertar más tu interés, podrías colocar una parte de las flores en tiestos (normales o decorativos) o unos maceteros colgantes. Añádele altura usando una espaldera o cuerdas para sostener las variedades colgantes de flores.
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Activa las pinturas (si son de las que están secas) con un poco de agua en cada almohadilla. O aprieta las pinturas por el borde de la paleta, manteniendo el centro limpio para mezclar los colores. Toma todos los colores que creas que vayas a necesitar, pero coloca los colores primarios y secundarios, además del marrón. Elige pinceles redondos pequeños y medianos, y uno liso de 1,2 cm (½ pulgada). Añádele unas servilletas de papel u hojas de un rollo de toallitas de papel y un recipiente de agua.
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Usa otras herramientas. Es un gusto trabajar con lápices a la acuarela y pasteles solubles en agua para cubrir las zonas más grandes. Si puedes, usa una combinación de lápices a la acuarela, pasteles solubles en agua y pinturas a la acuarela. Con los medios secos, dibuja normalmente y moja la zona con un pincel y agua clara para convertirla en pintura como por arte de magia.
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5Piensa en la naturaleza frágil de las flores mientras empiezas a pintar y diluir los colores para conseguir la transparencia necesaria, usando la zona para mezclar de la paleta. No hay lugar correcto ni incorrecto para empezar, así que simplemente interviene.
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6Agrupa los tipos de flores. Dibuja con lápiz para una flor en particular; luego, llena toda la forma de esa flor. Pasa a otra forma y llénala con otra flor. Usa flores de distintas formas y colores que hagan contraste para darles viveza y llevar la mirada del espectador por todo el cuadro.
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Cambia los verdes para las hojas y enredaderas añadiéndoles un poco de amarillo, azul, violeta o incluso rojo mientras trabajas. Haz esos verdes haciendo las hojas y troncos de varios colores.
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8Da más vida inesperada al jardín en forma de visitantes de los bosques: mariposas, libélulas, mariquitas, un conejo, un sapo o una ardilla. Añade un toque de dramatismo con un gato y ciertos pájaros. Podrías incluir una fuente ornamental y unas hojas de nenúfar con una rana perezosa tomando el sol.
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Recuerda que el azul claro se parece siempre al cielo, y obliga a los espectadores a imaginárselo. El amarillo ejemplifica el sol. Lo multicolor se parece a la salida o la puesta del sol. Simplemente trata de mantener puros y vivos los colores de fondo. Si quieres, limpia con un pañuelo de papel las zonas de las nubes mullidas o dales unos toques.
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Cuando termines, deja secar bien el cuadro. Colócala y examínala para ver qué zonas requieren más “brío”. Luego, vuelve al cuadro y añade unas notas de valores o tonos del mismo color o unos complementarios a las partes donde sea necesario. Este también es el momento de añadir otra capa pura de color en los lugares en los que se secó más claro de lo que habías esperado.Anuncio
Consejos
- El valor es lo que nos ayuda a ver y distinguir las imágenes tanto en la vida como en el arte. Proponte saber leer un cuadro desde más allá de la habitación. Muchos principiantes hacen cuadros de valor claro o mediano porque tienen miedo de usar los valores más oscuros. Acumula gradualmente las capas de color y espera a que la pieza se seque antes de pintar otra capa, pero no tengas miedo de usar colores más oscuros como acentos.
- Consigue un catálogo de semillas. Es un breve material de consulta para las flores porque la mayoría de ellos contienen fotos de casi todas las flores que te puedas imaginar. Estas publicaciones son un estímulo moral a finales del invierno, cuando nos damos a hurgar en el jardín, estar al aire libre y cultivar cosas vivas.
- Intenta mostrar el ciclo vital de una flor, de los capullos semiabiertos a la flor marchita.
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