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Como estudiante, hacer malabares con el tiempo de estudio y las otras prioridades puede ser un verdadero desafío. Sin embargo, los estudiantes exitosos conocen la importancia de planear un día de estudio, lo cual puede ayudarte a retener la información necesaria de una manera efectiva y organizada.

Método 1
Método 1 de 4:

Prepararte con anticipación

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  1. Puedes sentirte abrumado fácilmente al estudiar, sobre todo si tienes una cantidad muy limitada de tiempo. Determina el nivel de prioridad de los temas que necesitas estudiar.
    • Crea una lista de verificación para el estudio. Haz una columna con la lista de lecturas, asignaciones, notas de la conferencia y folletos que se hayan visto en la clase. Luego, resalta las áreas en las que eres más débil. Además, resalta las áreas a las que se dio más atención durante la enseñanza.
    • Identifica las áreas en tus notas en las que tengas información general o insuficiente. Revisa las notas de algún compañero para que puedas cubrir esos vacíos.
    • Establece prioridades que sean importantes, pero asegúrate de no prepararte excesivamente. No trates de abarcar todo el material estudiado en clase. Lo más probable es que el profesor te haga preguntas en base a las ideas y los conceptos más importantes, así que concéntrate en estos puntos.
  2. En dónde estudias es tan importante como qué estudias. Debes estudiar en un lugar que esté libre de distracciones y que sea propicio para el aprendizaje.
    • Escoge un lugar para estudiar que esté libre de las distracciones de la televisión o la computadora. Además, no estudies cerca de personas que te distraigan con conversaciones que no tengan que ver con el tema. Considera la posibilidad de estudiar en lugares silenciosos como una biblioteca, una cafetería o en el salón de estudio del campus. [1]
    • Siéntate en una silla con respaldo recto en la que puedas mantener una buena postura y que no sea demasiado relajante para evitar la posibilidad de quedarte dormido. [2]
    • La iluminación y la temperatura también son importantes, así que escoge un área bien iluminada con temperaturas más frescas. Es difícil prestar atención si se estudia en un lugar en el que hace demasiado calor.
  3. Asegúrate de estar adecuadamente preparado para estudiar teniendo todos los recursos y los materiales necesarios. Esta medida evitará que tengas que buscar estas cosas y que desperdicies el tiempo valioso de estudio.
    • Lleva todos los libros de texto, las calculadoras, las notas y los utensilios de escritura necesarios, como resaltadores, bolígrafos y lápices. Lleva algo de música si crees que te ayudará a estudiar.
    • Considera la posibilidad de usar únicamente recursos y materiales impresos, y haz a un lado la computadora portátil y otros dispositivos electrónicos. Es demasiado tentador distraerse con correos electrónicos, redes sociales y juegos en línea.
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Método 2
Método 2 de 4:

Administrar el tiempo

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  1. Necesitas un plan para la manera en que usarás el tiempo de estudio. Determina la cantidad de tiempo que vas a emplear estudiando cada tema específico. Luego, determina los temas que estudiarás y divide el tiempo en consecuencia.
    • Por ejemplo, si dedicas dos horas de estudio a una clase de Lengua, puedes dedicar 30 minutos al estudio de la gramática, 30 minutos al estudio de la literatura y una hora a la redacción de temas.
    • Estudia los temas y las materias más difíciles a la hora en la que estés más alerta y atento. Las materias más sencillas no requerirán tanta energía. [3]
  2. El cerebro necesita tiempo para la asimilación y la reactivación cuando recibe una cantidad significativa de información. Evita estudiar por más de 2 horas seguidas sin tomar un receso. Idealmente, debes tomar recesos cortos de 5 minutos después de cada hora de estudio y recesos más largos después de periodos prolongados.
    • Planea tomar un receso por una cantidad de tiempo determinada y atente a ese horario.
    • Por ejemplo, si planeas estudiar por 6 horas, toma un receso de 30 minutos a la mitad de la jornada.
    • Recompénsate durante los recesos. Come un refrigerio rápido durante los recesos cortos de 5 minutos y haz algo agradable durante el receso más largo. Te lo has ganado.
  3. Es posible que haya muchas más cosas que te gusten hacer en vez de estudiar. Sin embargo, respeta el tiempo de estudio estableciendo límites de tiempo estrictos y aténtete a los mismos.
    • Pon una alarma o una alerta para que puedas llevar la cuenta del tiempo. También puedes anotar las horas y pegar una lista en donde se pueda ver fácilmente. [4]
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Método 3
Método 3 de 4:

Retener lo que estudias

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  1. Un esquema es una manera útil de enfocar la atención en la información más importante. Con un esquema, podrás captar únicamente las palabras más importantes, lo cual te permitirá retener lo más relevante.
    • Si haces un análisis literario o retórico, o si revisas tu propio trabajo, crea un esquema inverso. Haz 2 columnas y coloca el tema de cada párrafo en el lado izquierdo. Explica brevemente de qué manera el párrafo se relaciona con el enfoque o el argumento del texto en el lado derecho. [5]
    • Al crear un esquema, asegúrate de escribir la información con tus propias palabras. Esto hará que la información sea más significativa y más fácil de recordar. Si copias el esquema de alguien más, usa también tus propias palabras. De lo contrario, es posible que olvides la información. [6]
  2. Puede parecer un desperdicio de tiempo, pero volver a escribir las notas te ayuda a retener la información. ¿Por qué? El cerebro procesa la escritura como una prioridad principal, por lo que le permite retener más información. [7]
    • Como al hacer un esquema, asegúrate también de tomar notas usando tus propias palabras. Además, trata de hacer conexiones con la información en las notas. Por ejemplo, conecta lo que has leído con algo de tu propia vida o con algo que hayas leído antes.
  3. Puedes usar una oración como “Rey feo con ojos feos genera espanto” para aprender la clasificación de los seres vivos (reino, filo, clase, orden, familia, género y especie). Este tipo de método mnemotécnico y muchos otros son útiles para retener información al estudiar.
    • Crea acrónimos para retener información. Por ejemplo, el acrónimo RAMPA se usa para recordar los animales vertebrados (reptiles, anfibios, mamíferos, peces y aves). [8]
    • Usa asociaciones de palabras e imágenes para recordar lo que estudias y para conectar palabras y definiciones nuevas con palabras e imágenes que puedas recordar fácilmente. [9] Por ejemplo, si quieres recordar la definición de luna creciente, puedes pensar en el follaje de un árbol en primavera, el cual aumenta. Por lo tanto, una luna creciente es una luna cuya superficie iluminada aumenta. [10]
  4. Es posible que tengas una manera preferida de aprender. Por ejemplo, puedes preferir las actividades de aprendizaje auditivas, como escuchar una conferencia, o quizás prefieras las actividades visuales, como leer notas. [11] Sin embargo, mientras más sentidos involucres en el aprendizaje, más información retendrás.
    • Al estudiar un concepto, trata de incorporar la lectura, la escritura, la escucha y el habla a lo largo del tiempo de estudio. Por ejemplo, si estudias las partes del cuerpo, no solo debes leer la definición y la función de cada parte, sino que también debes dibujar un diagrama y hablar de la importancia de cada parte con un compañero de estudio. [12]
  5. Las fichas son un método efectivo y fácil de hacer para recordar y retener información. Además, son fácilmente transportables, así que puedes llevarlas contigo para revisarlas cuando quieras.
    • Crea fichas de términos poniendo los términos a un lado y la definición al otro. En el caso de las fichas de matemáticas, escribe el problema de matemáticas a un lado y algunos ejemplos en el otro. Para estudiar una ilustración, dibuja una imagen con una flecha apuntando al área de enfoque a un lado y la respuesta al otro. [13]
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Método 4
Método 4 de 4:

Mantenerte motivado

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  1. ¿Alguna vez te has dado cuenta de lo motivado que estás cuando haces ejercicios con otras personas? A menudo, estudiar con otros también puede servir como un estímulo anímico. Asegúrate de tener un plan claro al trabajar con un grupo de estudio para maximizar los beneficios.
    • Idealmente, trata de que el grupo de estudio tenga entre 3 y 6 miembros. Escoge a miembros que sean académicamente responsables y que tengan buenos antecedentes prestando atención a la clase, tomando notas y rindiendo bien los exámenes. [14]
    • Asegúrate de ponerle al grupo algunas reglas generales y expectativas con las que todos los miembros estén de acuerdo. Además, establece objetivos claros para ayudar al grupo de estudio a mantenerse enfocado. [15]
    • Como grupo, determinen la estructura de la sesión de estudio. Decidan cuánto tiempo estudiarán y cuánto dedicarán a otras tareas. De dos a tres horas será suficiente.
    • Pasa la primera mitad de la sesión de estudio aclarando cualquier confusión o malentendido que los miembros individuales del grupo tengan sobre el material. Esta medida permitirá a los demás miembros aclarar cualquier problema o concepto erróneo.
      • Para aclarar cualquier duda sobre algunas preguntas específicas del estudio, asegúrate de que los miembros del grupo entiendan qué es lo que la pregunta plantea, qué conceptos se abordan en la pregunta y qué medidas se toman para resolver el problema.
  2. No te olvides de ver el bosque a través de los árboles. El objetivo para estudiar va mucho más allá de aprobar el examen o la evaluación. El objetivo a largo plazo es graduarte, conseguir el trabajo de tus sueños o conseguir la certificación necesaria para el ascenso que siempre has querido. Tener en mente el objetivo final te ayudará a mantenerte enfocado.
    • Usa la técnica Pomodoro para dividir el trabajo en partes manejables a fin de que te mantengas motivado. Hazlo programando un temporizador de 25 minutos para completar una parte del trabajo y tomando un descanso inmediatamente después. De esta manera, tendrás la oportunidad de celebrar frecuentemente estos éxitos en miniatura. [16]
  3. Pasar el día entero estudiando sin hacer ninguna actividad física es una forma segura de volverse loco. Puedes evitar este dilema programando algo de tiempo para hacer ejercicio con algunos amigos.
    • Programa una hora del día de estudio para reunirte con algunos amigos para nadar, montar bicicleta o jugar baloncesto. Así no solo te levantarás y te moverás, sino que también tendrás el tiempo necesario para socializar.
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