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Si te encuentras preguntándote en qué has pasado el tiempo semana tras semana, quizás te resulte útil crear planes semanales. Crear un plan para la semana puede ayudarte a seguir tus objetivos y hacer tiempo para las cosas importantes de tu vida. Ten en cuenta lo que has logrado y tus objetivos a largo plazo. Luego, establece objetivos accionables para días específicos para cumplir con tu lista de cosas por hacer.

Método 1
Método 1 de 2:

Crear un ritual de planificación

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  1. Escoge un día y horario de la semana que uses para planificar tu tiempo. El domingo por la noche es un buen momento de la semana, dado que podrás revisar lo que has logrado la semana anterior y evaluar la semana siguiente. [1]
    • Escoge un día y horario que se adapten a tu cronograma. Por ejemplo, si no trabajas de lunes a viernes, tómate un tiempo un día que tengas libre para planificar la semana.
    • Usa un planificador físico si prefieres escribir las cosas. El acto de escribir las cosas podría ayudarte a recordarlas mejor. Prueba con una disposición mensual para la planificación a largo plazo y el establecimiento de objetivos, una disposición semanal para ver una semana entera de un vistazo o una disposición diaria para mantener listas de tareas diarias más detalladas.
    • Usa un calendario digital para integrar tu correo electrónico y compartir con otras personas. Escoge una plataforma y úsala siempre. Algunas elecciones populares incluyen Google Calendar, iCal y Outlook.
  2. Antes de comenzar a planificar tus objetivos personales para la semana, toma nota de las citas o los compromisos que tengas programados. Estos pueden incluir la escuela y las clases, compromisos laborales y reuniones. Esto te proporcionará una buena idea de cuánto tiempo tienes de forma realista para el resto de tus objetivos y tareas de la semana. [2]
    • Por ejemplo, quizás tengas una cita semanal con el médico y una cena con un amigo. Esto ya te quitará dos tardes, por lo que tendrás un tiempo más limitado para hacer cosas por la noche que lo normal.
  3. Esto puede incluir cosas como ir al supermercado, hacer los quehaceres y completar las tareas con plazos. Reserva un tiempo durante la semana para hacer lo que tengas que completar. [3]
    • Planifica las tareas más importantes primero. Una vez que tengas una lista de todo lo que tengas que terminar, escoge las cosas más importantes. Busca un lugar para incluirlas en tu cronograma.
  4. La sesión de planificación semanal es un buen momento para evaluar tu progreso hacia los objetivos a largo plazo. Pregúntate qué puedes hacer la semana siguiente para trabajar hacia tus objetivos a largo plazo. [4]
    • Por ejemplo, si has establecido el objetivo de inscribirte en la universidad de posgrado este año, tómate un tiempo para reflexionar sobre lo que has hecho para trabajar hacia ese objetivo y lo que tengas que hacer. Quizás decidas elaborar tu ensayo de admisión esta semana y comenzar a redactarlo la semana siguiente.
  5. Para evitar el agotamiento, asegúrate de programar un tiempo libre para ti. Si tienes dificultades para encontrar un tiempo para tomarte pausas, planifica un poco cuando prepares el plan semanal. [5]
    • Por ejemplo, si tienes un pasatiempo o actividad de ocio que disfrutas, reserva un tiempo para ello una vez por semana. Reserva un tiempo para las actividades que te resulten gratificantes a nivel personal.
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Método 2
Método 2 de 2:

Respetar tu cronograma

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  1. Reserva 5 a 10 minutos para evaluar las citas que tengas y las tareas urgentes que tengas que completar. Esto te ayudará a planificar el día y priorizar las tareas. [6]
    • Reservar algunos minutos para planificar por la mañana te ayudará a seguir enfocado en vez de abrumarte con las pequeñas tareas y distracciones de inmediato.
  2. Sé razonable con respecto a lo que puedas lograr en un día. Si estableces demasiados objetivos y no los cumples todos, podrías desanimarte. [7]
    • Limítate a una tarea grande cada día y varias tareas pequeñas. Por ejemplo, si tienes que escribir un informe, puedes establecer el objetivo de dedicar dos horas a investigar y preparar el esquema. Las tareas más pequeñas pueden incluir cosas como responder correos electrónicos y devolver llamadas telefónicas.
  3. Procura ocuparte primero de las tareas de mayor prioridad. Trabaja en tu lista de cosas por hacer en orden de prioridad. [8]
    • Por ejemplo, si necesitas programar una cita con el médico con urgencia, establece el objetivo de llamar a primera hora del lunes por la mañana.
  4. En vez de escribir tareas generales como "limpiar la cocina", escribe acciones específicas que puedas tomar como "lavar los platos", "limpiar el refrigerador" y "sacar la basura". Cuanto más específicas sean tus tareas, mejor podrás calcular cuánto tiempo te tomarán y cuándo podrás completarlas. [9]
  5. Si recargas el calendario con muchas tareas, podrías comenzar a estresarte si te retrasas. Date algo de tiempo para ir y volver de las citas, para las transiciones entre las tareas, y para tomarte pausas.
    • Además, ten en cuenta que habrá tareas inesperadas y eventos que surjan para darte más flexibilidad.
  6. Durante la sesión de planificación semanal, revisa lo que has logrado y lo que no has completado. Agrega todo lo pendiente en la lista de cosas por hacer de la semana siguiente antes de agregar tareas nuevas. [10]
    • Asegúrate de darte crédito por lo que hayas logrado. ¡Celebra tus logros!
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Consejos

  • Minimiza las distracciones al planificar tu semana. Reserva tiempo para evaluar tus necesidades y cómo te sientes.
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