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Las lavandas son plantas hermosas y aromáticas que crecen en climas secos y cálidos. No todos los climas son adecuados, así que a veces requerirán cuidados adicionales para crecer bien y producir flores bonitas. No obstante, podrás cultivar una lavanda en una maceta en cualquier lugar en el que estés si la variedad es apropiada, si las condiciones de la tierra son adecuadas y si la cuidas como se debe.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Establecer las condiciones de cultivo adecuadas

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  1. Hay 45 especies diferentes de lavanda con cientos de variedades, así que trata de reducir tu búsqueda al decidir para qué la quieres. Las lavandas en general toleran las sequías, pero no soportan muy bien el frío. [1]
    • Si el invierno en tu área es muy duro, podrás cultivar lavandas, pero probablemente tendrás que tratarlas como plantas anuales y reemplazarlas cada año.
    • Se puede usar la lavanda para el paisajismo, en comidas, artesanías, aceites esenciales, esquejes frescos y brotes secos. Hay variedades diferentes que encajan en estos usos de manera distinta. [2]
  2. Las plantas de lavanda pueden crecer hasta tener el tamaño de un arbusto pequeño, así que una maceta grande para comenzar permitirá que crezca así. Debe medir entre 30 y 40 cm (12 y 16 pulgadas). La maceta no debe tener un plato fijo, ya que esto limita su drenaje natural. Recuerda que las raíces de la lavanda son propensas a pudrirse si el suelo retiene agua por demasiado tiempo. [3]
    • Será mejor si la maceta tiene varios agujeros para fomentar un rápido drenaje. Puedes perforar más agujeros si el contenedor que elegiste solo tiene uno.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA

    “Planta en un contenedor grande ya que, de lo contrario, tendrás que regar la planta 2 o 3 veces debido a que se secará rápido en el sol”.

    Steve Masley

    Especialista del hogar y jardinería
    Steve Masley ha estado diseñando y manteniendo huertos orgánicos en el Área de la Bahía de San Francisco por más de 30 años. Es consultor de jardinería orgánica y el fundador de Grow-It-Organically, un sitio web que enseña a clientes y estudiantes los entresijos de la horticultura orgánica. En 2007 y 2008, enseñó la práctica de campo de agricultura sostenible local en la Universidad de Stanford.
    Steve Masley
    Especialista del hogar y jardinería
  3. [4] Haz que estén nivelados, pero no tiene que ser perfecto. Asegúrate de que este material no salga por los agujeros para drenaje.
  4. Debes vertir hasta llenar un cuarto o un tercio del resto de la maceta o 2,5 cm (1 pulgada) por encima de la gravilla o bolitas de poliestireno. Una vez más, no debe ser perfecto, pero no llenes tanto el contenedor como para que sea difícil encajar la planta ni tan poco como para que la lavanda esté demasiado abajo.
    • Deberás conseguir tierra alcalina que drene bien en un centro comercial o en una tienda de jardinería. Este tipo de tierra es un producto común en la sección de jardinería, por lo que debe ser fácil ubicarlo. [5] Pídele ayuda a un empleado si te es difícil encontrar la tierra adecuada.
    • Mezcla la tierra con tus manos para desintegrar los terrones. [6]
    • También puedes añadir 1 cucharada de lima a la tierra para incrementar su alcalinidad. [7]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Plantar lavandas

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  1. Haz presión en la parte inferior de la maceta donde está la planta. Esto ayudará a aflojar la lavanda y el cepellón. Inclina la planta hacia un lado y jala la base con cuidado. La planta deberá salir con facilidad debido al paso previo donde la aflojaste. [8]
    • La tierra debe ser lo suficientemente sólida como para sentir que saldrá en una sola porción si la manipulas con cuidado.
    • Manipula la maceta sin la lavanda con cuidado para evitar desintegrar la tierra y dañar las raíces así como también el follaje en la parte superior.
    • Una vez hecho, ¡estarás listo para plantar la lavanda en la nueva maceta!
  2. Anídala en la tierra que se encuentra en la maceta por seguridad. La base de la planta debe asentarse 7,5 cm (3 pulgadas) por debajo del borde de la maceta. [9] Desintegra la tierra que se encuentra alrededor del cepellón con cuidado para liberar algunas raíces. [10]
    • Las raíces se unen cuando una planta ha estado en una maceta pequeña por mucho tiempo y han competido con la tierra por el espacio. Esto hace que la tierra se endurezca y, a menos que se afloje junto con las raíces, estas no se expandirán en la nueva maceta, por lo que la planta morirá con rapidez. [11]
    • La mayoría de las plantas en macetas no tendrán raíces anudadas, pero es bueno aflojarlas un poco junto con la tierra para garantizar que las raíces sean saludables al inicio.
  3. Llena solo hasta cubrir el cepellón, alrededor de las raíces de la planta. [12]
    • No comprimas la tierra alrededor de la planta. El medio de cultivo debe permanecer suelto para que drene adecuadamente.
  4. Rocía el fertilizante en el suelo y luego intégralo en el mismo con una pala.
    • Puedes encontrar este tipo de fertilizante en cualquier tienda de jardinería o de granja. Se activará cuando riegues la planta.
    • Un ejemplo de fertilizante de liberación controlada en gránulos es la alfalfa en gránulos. Son orgánicos y contienen triacontanol, lo cual es un estimulante de crecimiento. [13]
    • Algunos medios de cultivo vienen con fertilizantes como alfalfa en gránulos, así que tal vez no necesites hacer esto.
  5. La gravilla o guijarros blancos para el paisajismo funcionan mejor como mantillo para las lavandas. Coloca una capa de 5 cm (2 pulgadas) sobre el suelo hasta la base de la planta. [14]
    • Este mantillo es bueno para evitar que las raíces y los tallos de las plantas se pudran.
    • El color blanco de la gravilla y los guijarros reflejarán la luz del sol hacia la planta, lo cual fomentará su crecimiento. El mantillo también fomentará la circulación del aire y un drenaje rápido.
    • Estos materiales son económicos y puedes encontrarlos en un tienda de mascotas, de granja o de jardinería. [15]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Cuidar las plantas

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  1. Riega cuando el suelo esté casi seco. Debes regar las lavandas en grandes cantidades para que estén lo suficientemente húmedas. No obstante, deberás regarlas con poca frecuencia para que las raíces no hagan contacto con la humedad por demasiado tiempo como para pudrirse.
    • Dependiendo de dónde vives y cuál es la estación, regar con poca frecuencia podría significar hacerlo cada semana o cada dos semanas. [16]
  2. La sombra limita el crecimiento y el aroma de las plantas de lavanda. [17]
    • Colócalas sobre superficies de cemento en temperaturas frías para aumentar el calor que las plantas reciben. [18]
  3. Las plantas de lavanda no toleran muy bien las temperaturas heladas y la nieve.
    • Uno de los peligros de dejar las plantas en macetas en un clima frío es que, si hay suficiente humedad en el suelo, podría congelar y quebrar los contenedores. Las lavandas pueden tolerar las heladas, pero es probable que las macetas no.
  4. Se deben podar aproximadamente en agosto si vives en los Estados Unidos, aunque la época de poda varía dependiendo de cómo es el clima en donde vives. Usa un par de tijeras de jardinería para cortar algunos racimos.
    • En general, poda al menos un par de meses antes de que el invierno se establezca.
    • Podar una planta de lavanda grande tomará muy poco tiempo si usas unas buenas tijeras de podar.
    • Corta los tallos 3 dedos por encima de los que recién estén brotando en la base de las plantas.
    • Podar cada año puede hacer que vivan hasta por 10 años si el clima de tu zona permite que vivan durante el invierno. [19]
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Cosas que necesitarás

  • una planta de lavanda
  • tierra alcalina
  • bolitas de poliestireno o gravilla suelta
  • fertilizante
  • gravilla o guijarros blancos
  • tijeras de podar

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