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El tejo es una planta resistente. Se utiliza a menudo como seto y requiere poco mantenimiento más allá de una poda anual. Busca una zona con buen drenaje en tu jardín. Haz una zanja con tierra y cava un agujero en el centro para el tejo. Planta los tejos lejos unos de otros y riégalos semanalmente.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Encontrar un lugar para plantar el tejo

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  1. El tejo es un árbol de hoja perenne, por lo que le va mejor cuando evita el calor del verano y las heladas del invierno. En primavera, plántalo a principios de abril, cuando ya no haya heladas en el suelo. En otoño, planta en septiembre para que el tejo eche raíces antes del invierno. [1]
  2. Elige plantas de tejo de uno o dos 45 a 60 cm (1,5 a 2 pies) de altura. Estas plantas jóvenes son más fáciles de trasladar y adaptar a un nuevo terreno que las plantas de mayor tamaño. Puedes conseguirlas con las raíces en cepellón, desnudas o en un contenedor. Las semillas y los esquejes, aunque pueden crecer cuando se plantan igual que las plantas jóvenes, tardan unos años en brotar. [2]
  3. El tejo crece bien en zonas abiertas, pero es más probable que se seque cuando está a plena luz del sol. La mejor zona es la que está a la sombra durante la mitad del día. Los tejos jóvenes son más vulnerables a la luz solar intensa, así que mantenlos cerca de setos más altos o de muros. [3]
    • Otros setos y muros también protegerán al tejo de los vientos más intensos.
  4. Evita los lugares en los que queden charcos de agua horas después de una lluvia torrencial. Opta por una superficie arcillosa en lugar de compacta. Un buen suelo será suave, fértil y fácil de excavar. Un suelo demasiado húmedo puede hacer que las raíces del tejo se pudran. [4]
    • El suelo puede modificarse con arena o grava para mejorar su drenaje.
    • El tejo también crece bien en contenedores. Consigue una buena tierra que sea un poco ácida en un centro de jardinería y un contenedor con agujeros de drenaje.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Plantar el tejo

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  1. Haz la zanja de unos 30 cm (12 pulgadas) de profundidad y 50 cm (20 pulgadas) de ancho. Saca toda la tierra junto con las piedras, la maleza y otros desechos. No te preocupes porque haya demasiado espacio. El tejo crece a lo alto y a lo ancho. [5]
    • En suelos densos, acumula la tierra formando una cresta de 15 cm (6 pulgadas) de alto y 90 cm (3 pies) de ancho antes de plantar. Esto ayudará al drenaje del suelo. [6]
  2. Saca la planta de su contenedor. Coloca la planta firmemente en el centro de la zanja. Si el tejo tiene las raíces al descubierto, sepáralas para que no crezcan unas sobre otras. Las raíces que están en cepellón o en la tierra de un contenedor se pueden dejar sin tocar.
    • Recuerda que los tejos pueden dejarse por encima del suelo y cultivarse en un contenedor. No plantes nunca el contenedor en el suelo. [7]
  3. El agua puede ayudar a que el tejo eche raíces, pero sólo debes regarlo cuando el suelo esté seco. Si la tierra está seca a unos 2,5 cm (1 pulgada) por debajo de la superficie, riega el área. Riega el suelo hasta que esté húmedo, pero no demasiado saturado. [8]
  4. Devuelve la tierra suelta al agujero para rellenarlo. El tejo quedará mejor plantado a poca profundidad, así que no cubras gran parte de su corteza. Mantén el centro del lecho un poco más alto que los bordes para proteger al tejo de las enfermedades. Después, presiona la tierra o písala para asegurarte de que el tejo quede bien enterrado. [9]
  5. En primer lugar, coloca una cuerda en línea recta, pasando por encima del primer tejo. Puedes atar la cuerda a dos postes para mantenerla recta. Camina entre 2 a 3 metros (6,5 a 10 pies) desde el tejo. Utiliza la cuerda como guía para plantar los tejos en línea recta. Los tejos rellenarán el espacio entre ellos a medida que vayan creciendo, formando una franja de seto compacta. [10]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Cuidar del tejo

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  1. Durante el primer verano después de la plantación, riega bien a los tejos. Una vez a la semana, humedece bien el suelo. No encharques la tierra. Si ha llovido durante la semana, haz una pequeña prueba del suelo. Cuando la tierra se sienta húmeda a unos 2 cm (1 pulgada) de profundidad, no es necesario regar la planta. Deja de regar cerca del comienzo del invierno. Después de esto, el tejo normalmente podrá valerse por sí mismo. [11]
  2. Consigue abono o fertilizante de potasa en un centro de jardinería de tu localidad. Elimina las malezas que haya alrededor del tejo y luego esparce el abono. Un abono líquido una vez al mes también fomentará el crecimiento. Una vez que el tejo haya crecido alto y fuerte, la fertilización es menos importante, pero se puede seguir haciendo para garantizar la salud de la planta. [12]
  3. El tejo crecerá mucho, por lo que habrá que podarlo para controlarlo y mantener la uniformidad de los setos. Ponte gafas de seguridad y guantes resistentes. Puedes utilizar tijeras o podadoras. Trabaja lentamente, cortando las ramas que sobresalen. Mantén la forma cónica de la planta cortando el extremo superior un poco más corto que el inferior. Esto permitirá que la luz llegue a las ramas inferiores. [13]
    • Lo mejor es dejar que el seto crezca unos 10 cm (4 pulgadas) más de lo que quieres y luego podarlo. No trates de cortar la parte superior hasta que la planta haya crecido.
    • La poda puede realizarse en cualquier estación que no sea el invierno.
    • Si el tejo ha sido muy descuidado puede renovarse podándolo bastante en plena primavera. El tejo necesitará unos años para volver a tener el tamaño deseado. [14]
  4. Además del suelo anegado o de la exposición a la luz solar, la planta puede sufrir daños si la sal usada en las calles penetra en el suelo. En primavera, el lado del tejo más cercano a la calle se volverá marrón. No podes estas zonas. Limpia el suelo empapándolo con agua. [15]
    • Si es posible, añade muros para proteger al tejo de las salpicaduras de sal. Asegúrate de que el tejo está plantado lejos de las zonas de drenaje.
    • Si llueve mucho después de una exposición a la sal, no necesitarás enjuagar el suelo.
    • Si el tejo está en una maceta, riégalo con agua hasta que se escurra por los agujeros del fondo de la maceta.
  5. El tejo no tiene muchas especies de plagas que lo dañen. Si ves que la planta se vuelve marrón, examínala. Busca bolitas blancas en las acículas y en el tallo. Estos son insectos que pueden rasparse con un cuchillo. También puedes proteger al tejo con muros o alambres para mantener alejados a los ciervos hambrientos y a los excrementos de las mascotas. [16]
    • En los climas más cálidos, como el sur y el suroeste de los Estados Unidos, los gusanos nematodos de las raíces pueden ser el problema. Si es posible, retira el tejo. Trata el suelo con un pesticida o caliéntalo durante seis semanas cubriéndolo con plástico.
    • Si ves hongos amarillos cerca del tejo, la planta puede morir muy rápidamente por la seca causada por el hongo Armillaria. Excava la tierra dejando la base del tejo al descubierto. Reemplaza la tierra justo antes del invierno.
    • Para minimizar el riesgo de un ataque de hongos de la miel, recorta los trozos de raíz rotos antes de plantar el tejo. Añádele abono a la tierra con regularidad.
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Advertencias

  • Todas las partes del tejo son tóxicas, a excepción de la carne del fruto, una vez retiradas las semillas. Usa equipo de protección al podarlo y mantén a los niños pequeños y a los animales domésticos alejados del fruto.
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