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Debes cuidar muy bien de las plantas de marihuana, así como también cosecharlas con cuidado. Elige con prudencia el momento para podarlas y usa guantes para ello. Debes podar la parte superior de la planta de forma que las hojas puedan recibir más luz y también retirar las hojas muertas o amarillas y los capullos más pequeños de la parte inferior de la planta. Evita podar en exceso tu planta de marihuana o, de lo contrario, podrías reducir su potencial de crecimiento.

Método 1
Método 1 de 3:

Prepararte

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  1. Podría ser difícil enjuagarte la resina de las plantas de marihuana, por lo que debes protegerte las manos de los capullos pegajosos con guantes de goma desechables. [1]
  2. Las plantas de marihuana son frágiles y pueden ser sensibles a que se las trate con brusquedad. Debes podarlas cuidadosamente. Para ello, las herramientas adecuadas pueden ser las tijeras de costura o un cuchillo de cocina afilados. [2]
    • Las tijeras Fiskars son una buena alternativa para la poda.
    • Para podar la marihuana, también se suelen emplear tijeras para jardinería. [3]
    • Puedes arrancar con los dedos las hojas más grandes en forma de abanico o emplear tijeras o podaderas para cortarlas.
  3. Las hojas que cortes no deben simplemente desecharse. También puedes usarlas para preparar alimentos de marihuana o hachís. Por tanto, debes disponer tres bandejas para horno o algún otro recipiente ancho junto a las plantas de marihuana antes de podarlas. En una de estas bandejas, debes colocar los capullos que aún no hayas podado. En la segunda, debes colocar los capullos que acabes de podar y, en la tercera, debes colocar las hojas y otra materia vegetal que podes de la planta. [4]
  4. Debe haber un grupo de pelos blancos que sobresalgan de la parte superior de la planta de marihuana, los cuales son los pistilos u órganos reproductivos de la planta. Los pistilos cambiarán de color del blanco al marrón conforme la planta vaya envejeciendo. Sabrás que la planta está lista para la cosecha cuando alrededor del 70 % de los pistilos hayan adquirido un color marrón rojizo más oscuro. [5]
  5. En la mayoría de los casos, las personas podan las plantas de marihuana primero y luego las secan, lo que se conoce como "poda en húmedo". Esto facilita la separación de las hojas y los capullos, y hace que los capullos que se produzcan tengan un mejor aspecto. Sin embargo, en algunos casos, las personas dejan secar los capullos de la planta y luego los podan, lo que se conoce como "poda en seco" y es el método preferido de poda en los entornos de baja humedad. Esto se debe a que las hojas ralentizan el proceso de secado y es necesario que los capullos se sequen lentamente. [6]
Método 2
Método 2 de 3:

Cosechar los capullos

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  1. Estas son las hojas grandes que tienen cinco puntas marcadas (una grande y larga en el centro y dos más pequeñas a cada lado). Puedes arrancar estas hojas con los dedos o podarlas con tijeras o podaderas. [7]
    • En algunos casos, las personas optan por podar estas hojas después de haber curado la planta. De esta forma, el proceso de secado se ralentiza, produciendo capullos más sabrosos.
  2. Estos son las hojas que crecen directamente de los capullos, las cuales son muy cortas, por lo que no pueden verse los tallos, solo las puntas. Puedes podarlas con unas tijeras. [8]
  3. Por lo general, es recomendable dejar en la planta los capullos que quieras (es decir, los que se encuentren cerca de la parte superior) para que así se ralentice el proceso de secado. En caso de que el entorno en el que te encuentres tenga un alto nivel de humedad, deberás avanzar el proceso de secado retirando los capullos. [9]
  4. Después de retirar las ramas que hayan producido capullos y de dividirlas en trozos individuales, debes curarlas (es decir, secarlas). Para ello, cuélgalas en un tendedero usando cuerda o ataduras de alambre. De esta forma, todas sus partes quedarán expuestas al aire. Debes colgarlas en una habitación cuya temperatura sea de aproximadamente 21 °C (70 °F), pero que no exceda los 29 °C (85 °F). [10]
    • Al principio, emplea un ventilador o una corriente de aire para brindar una gran cantidad de aireación que ayude a que las ramas se sequen.
    • Disminuye gradualmente la ventilación conforme las ramas se vayan secando de forma que incremente la humedad de la habitación. Sin embargo, la humedad no debe ser mayor al 50 %.
    • Las plantas cosechadas no deben quedar expuestas directamente a la luz solar, el calor o la humedad. Esta última es particularmente perjudicial debido a que puede ocasionar moho y esto, a su vez, puede arruinar la cosecha.
    • Tu objetivo debe ser que las ramas se sequen de una forma lenta y natural, lo cual podría llegar a tomar más de una semana. De este modo, cuando fumes los capullos, estos tendrán un sabor agradable.
  5. Poda el resto de las hojas de todas las ramas después de haber retirado todos los capullos. Para ello, no existe ningún método correcto. Algunos podrían preferir darle un tirón con firmeza a las hojas de cada tallo, mientras que otros podrían preferir cortarlas. Después de podar todos los capullos y las hojas de una planta de marihuana, debes desecharla colocándola en el contenedor de la composta o en la basura. [11]
Método 3
Método 3 de 3:

Realizar un mantenimiento regular

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  1. Cuando se acerque la época de cosecha, debes empezar a retirar de las ramas de la planta viva todas las hojas en forma de abanico que estén muertas o moribundas (podrás identificarlas porque tendrán una tonalidad amarilla). Mediante este proceso, la planta puede dedicar la mayor cantidad posible de su energía a producir hojas saludables sin tener que desperdiciarla en el mantenimiento de hojas que podrían morir de todos modos. Lo único que tienes que hacer para retirar la mayor parte de las hojas es darles un tirón con suavidad y a veces con firmeza. [12]
    • Es normal que mueran algunas de las hojas de la planta.
  2. Las ramas empezarán a producir sus propios brotes y ramas conforme vayan creciendo desde el tallo principal de la planta. Sin embargo, estos tendrán dificultades para recibir suficiente luz y energía de la savia por parte de las hojas que se encuentren en los extremos de las ramas principales. Por tanto, debes podar estas hojas y brotes. [13]
  3. En caso de que haya hojas que crezcan en línea recta hacia arriba y hacia afuera desde el tallo principal, también debes podarlas. De esta forma, no solo permitirás que las ramas reciban una mayor cantidad de luz, sino que también estimularás el crecimiento de nuevas ramas. [14]
    • Si el espacio que tienes para el crecimiento vertical de la planta es limitado, es fundamental podar la parte superior de la planta.
  4. La poda FIM se refiere al proceso de cortar una parte de un brote reciente de la planta (conocido como "punta") de forma que produzca el doble de capullos. La poda apical se refiere a retirar todo el brote hasta la base. Asimismo, la poda FIM ocasiona que la planta crezca hacia afuera en lugar de hacia arriba.
    • La poda FIM y apical producen resultados ligeramente diferentes, por lo que debes investigar cuál es el mejor método para la disposición que tengas.
    • Si quieres realizar la poda FIM a tu planta de marihuana, debes ubicar un brote nuevo y cortar dos tercios de su longitud con podaderas o algún otro instrumento para cortar. [15]
    • Ten en cuenta que la poda FIM acarrea ciertos riesgos, ya que, cada vez que cortes un brote, hay una mayor posibilidad de que la planta contraiga una enfermedad.
    • Es posible que la planta crezca con mayor lentitud después de realizar la poda FIM, lo cual es normal.
  5. Esto se refiere a la práctica mediante la cual se aprieta una rama de la planta con firmeza para aplastar el tejido de manera parcial. De este modo, la planta puede sanar y reconstruir la rama con mayor fuerza, y los nutrientes y el agua circularán dentro de la planta de una forma más eficiente. [16]
    • Elige una rama vieja pero que aún esté flexible y que siga teniendo un color verde, no que esté marrón o leñosa.
    • Toma el punto medio de la rama entre tus dedos pulgar e índice y pellízcala. Luego, pellizca la rama con la otra mano en un lugar justo por encima del lugar en donde la hayas pellizcado primero.
    • Dobla suavemente la rama de un lado a otro formando un arco, incrementando el ángulo de este de manera gradual hasta que escuches que la rama se quiebre. Asimismo, deberías observar cierta descoloración blanca en el doblez en donde hayas estado trabajando.
    • Apoya la rama doblada sobre una rama cercana o contra ella de forma que esta respalde su peso.
  6. Si observas que hay capullos pequeños que crecen en la parte inferior de la planta, puedes arrancarlos o podarlos, ya que lo único que harán es agotar la energía de los capullos más grandes y abundantes que crezcan cerca de la parte superior. [17]
  7. La planta necesita tiempo para recuperarse y sanar después de una poda, por lo que no debes podarla con una frecuencia mayor a una vez cada tres o cuatro días. A menudo, solo será necesario podar la planta dos veces al mes. Durante el estado vegetativo inicial de la planta (es decir, cuando produzca hojas por primera vez), debes podarla con mayor frecuencia, así como también cuando se acerque el final de su etapa de floración (es decir, de producción de capullos). [18]

Consejos

  • Puedes conservar los capullos secos y podados por un mayor tiempo si los guardas en un frasco de conserva o en una bolsa resellable hermética que si los guardas en un recipiente abierto.

Advertencias

  • El lugar en donde cures la marihuana debe estar muy bien ventilado y no tener demasiada humedad.

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