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Una bufanda manta es un pedazo grande de tela abrigada que suele tener una forma cuadrada o rectangular. Son muy populares debido a su versatilidad y calidez. Sin embargo, por su gran tamaño, mucha gente se abstiene de usarlas porque no está segura de cómo lucirlas sin verse desarreglada. Esta es una preocupación que está justificada, pero que puede ser remediada aprendiendo a atar una bufanda manta de la forma correcta y sabiendo cómo combinarla con el resto de tu atuendo.

Método 1
Método 1 de 3:

Atar una bufanda manta

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  1. El “bucle” es una de las formas más populares y tradicionales de atar una bufanda manta. Dobla tu bufanda por la mitad. Tómala por el centro y colócala sobre la parte trasera de tu cuello. [1] Permite que un lado cuelgue más abajo que el otro por unas 4 ó 5 pulgadas (10 a 13 centímetros). [2]
  2. Dale la vuelta completa, de modo que termine en el mismo lugar donde empezó. Mantenlo un poco suelto – no quieres que quede muy apretado. De este modo has creado el bucle, que debería colgar justo debajo de la parte frontal de tu cuello. Luego, desliza el extremo largo de la bufanda a través del bucle. [3]
    • Ajusta la bufanda a tu gusto. Si no estás feliz con el resultado inicial, deshazlo e inténtalo nuevamente. ¡Podría tomarte un poco de práctica hacerlo correctamente!
    • Si lo prefieres, puedes permitir que el extremo largo cuelgue sobre tu hombro en lugar de deslizarlo a través del bucle en el último paso, que es la forma más básica de lucir tu bufanda. [4]
  3. El pañuelo, también conocido como bandana, es otra forma básica de lucir la bufanda extra larga. Dobla tu bufanda de esquina a esquina para crear un triángulo. Levanta la bufanda, sosteniendo una esquina en cada mano. Colócala alrededor de tu cuello y cruza los extremos por detrás de tu cabeza. Luego, jala los extremos nuevamente hacia el frente. [5]
    • Puedes dejar los extremos colgando hacia delante si te gusta. Pero también puedes meterlos por debajo del resto de tu bufanda para obtener una apariencia más refinada. [6]
    • Haz los ajustes que consideres necesarios.
  4. Éste también se conoce como el estilo capa. Es muy simple y te mantendrá más abrigado que los demás estilos porque cubre la mayor parte de tu torso. Sostén la bufanda delante de ti, después gírala alrededor de tu cuerpo de modo que la termines sosteniendo como una capa. Súbela un poco sobre tus hombros y jala de cada extremo hacia el frente.
    • Permite que los extremos cuelguen por delante Tus dos brazos deberían estar cubiertos desde los hombros hasta los antebrazos.
    • Haz los ajustes necesarios hasta que estés satisfecho con el resultado.
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Método 2
Método 2 de 3:

Crear estilos con tu bufanda manta

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  1. Este estilo es muy refinado, y también te mantendrá bastante abrigado, especialmente si jalas el bucle hacia arriba de modo que quede justo debajo de tu barbilla. Amarra tu bufanda en forma de bucle y ponte tu chaqueta favorita. Abotona o sube el cierre de tu chaqueta hasta la mitad. Acomoda el bucle para que quede cerca del cuello de la chaqueta. Mete la parte delantera de la bufanda dentro de tu chaqueta medio cerrada. [7]
    • Para un estilo aún más refinado, usa un gorro que combine con tu bufanda.
  2. Colócate tu bufanda estilo capa, asegurándote de jalar los dos extremos sobre tus hombros y hacia el frente. Coloca tu cinturón favorito alrededor de tu cintura y sobre la bufanda, encerrando la parte delantera de ésta. No lo aprietes demasiado. Elige una bufanda que tenga algún patrón o estampado, como de cuadros. Y mantén el resto de tu atuendo simple – por ejemplo, vaqueros negros ajustados y una camisa negra manga larga. [8]
    • Experimenta con cinturones distintos hasta encontrar tu estilo favorito. Los cinturones delgados se ven genial, y los gruesos también.
    • Si te gusta, puedes cruzar los extremos de la bufanda por la parte delantera, debajo del cinturón, para conseguir un estilo envuelto.
  3. Ata tu bufanda siguiendo el estilo más simple – básicamente tienes que hacer el bucle pero no sin meter los extremos por dentro. En lugar de eso, déjalos colgar sobre los hombros. Abulta la bufanda para crear más volumen. Úsala con pantalones tipo cargo no ajustados y una chaqueta con cuello ovejero un poco suelta. [9]
    • Completa el atuendo con unas zapatillas deportivas estilo vintage.
    • Consigue un estilo más actual doblando el dobladillo de los pantalones justo por encima del tobillo.
  4. Las bufandas con flecos se pueden ver muy a la moda cuando están atadas estilo bandana o pañuelo y lucen muy bien con casi cualquier atuendo que elijas. Elige una bufanda en la misma paleta de colores que el resto de tu ropa. Esto logrará que tu atuendo completo se vea prolijo. [10]
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Método 3
Método 3 de 3:

Elegir una bufanda manta

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  1. Los tejidos gruesos y las franelas suaves son los materiales que te mantendrán más abrigado. Ata tu bufanda de la forma que prefieras y abúltala alrededor de tu cuello, justo debajo de tu mandíbula, para envolverlo bien. Si te interesa más abrigar tu torso en lugar de sólo tu cuello, colócate la bufanda estilo poncho o capa.
  2. Los cuadros y otros estampados son geniales, pero elegir una bufanda en un color neutro y sólido te permitirá combinarla con la mayor parte de tu guardarropa de invierno. Las mejores elecciones en cuanto a color son negro, gris, azul marino y beige. Como es posible que uses una bufanda muchas veces, considera invertir en una de alta calidad y buen material, como la cachemira o la lana. Seguramente te costará más dinero, pero podrás usarla por varias temporadas.
  3. Si tiendes a usar ropa en colores neutros, adquiere unas cuantas bufandas en colores y patrones o estampados divertidos. Añade un poco de color a un atuendo completamente negro anudando una bufanda manta en color verde intenso alrededor de tu cuello. Elige patrones de cuadros escoceses en colores neutros y combínalos con casi cualquier ítem de tu guardarropa.
  4. Si tienes en tu casa algún pedazo de tela grande o una manta peluda que piensas que podría servir como una bufanda, ¡úsala! Cualquier pieza grande de tela cuadrada o rectangular puede ser reutilizada como una bufanda. Átala de la forma que más te guste y nadie sabrá que realmente no es una bufanda. [11]
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