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La oración centrante , a la que tradicionalmente se conoce como plegaria contemplativa, es un método de oración que nos prepara para recibir el regalo de la presencia de Dios. Consiste en responder al espíritu de Cristo al aceptar la presencia y acción de Dios en nuestro interior. Aumenta el desarrollo de la plegaria contemplativa al silenciar nuestras facultades para aceptar el don de la presencia de Dios.

La oración centrante facilita la transición de modos más activos de plegaria (como la verbal, mental o afectiva) a uno más receptivo que consiste en descansar en Dios. Enfatiza la plegaria como una relación personal con Dios . Al mismo tiempo, es una disciplina que fomenta y sirve a esta relación, a través de la práctica diaria de la plegaria. Es trinitaria en su fuente, centrada en Cristo en su enfoque y eclesiástica en sus efectos, es decir, desarrolla comunidades de fe.

La oración centrante está tomada de prácticas de oración antiguas que forman parte de la herencia contemplativa cristiana, notablemente de los padres y madres del desierto, la lectio divina (rezar las Sagradas Escrituras), la Nube de lo Desconocido, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Ávila. En la década de 1970, tres monjes terapeutas, fray William Meninger, fray Basil Pennington y Abbot Thomas Keating, en Trappist Abbey, St. Joseph's Abbey, Spencer, Massachusetts, la condensaron en un método sencillo de oración.

  1. Siéntate cómodamente y cierra los ojos, relájate brevemente e introduce la palabra sagrada como símbolo de que aceptas la presencia y acción de Dios en tu interior.
    • Ten presente que los pensamientos incluyen sensaciones corporales, sentimientos, imágenes y reflexiones.
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Método 1
Método 1 de 1:

Explicación paso a paso

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    Escoge una palabra sagrada como símbolo de tu intención de aceptar la presencia y acción de Dios en tu interior (consulta, por ejemplo, Open Mind, Open Heart, capítulo 5).
    • La palabra sagrada expresa tu intención de aceptar la palabra y acción de Dios en tu interior.
    • Elige la palabra sagrada durante un breve periodo de oración pidiéndole al Espíritu Santo que te inspire para encontrar una que sea especialmente adecuada para ti.
      • Algunos ejemplos son: Dios , Jesús , Abbá, Padre, Madre, María, Amén.
      • Otras posibilidades son: amor, paz , piedad, escuchar , dejar ir, silencio, quietud, fe , confianza, sí.
    • Para algunos, podría ser más adecuado simplemente mirar hacia su interior, a la Presencia Divina, o concentrarse en la respiración, que repetir una palabra sagrada. Los lineamientos que se aplican a las palabras sagradas y a estos símbolos son los mismos.
    • La palabra es sagrada no debido a su significado inherente, sino por la intención que le damos como expresión de nuestro propósito y consentimiento.
    • Cuando hayas elegido una palabra sagrada, no la cambies durante el periodo de oración, porque eso significaría comenzar a orar de nuevo.
    • Cuando estés sentado cómodamente y con los ojos cerrados, toma unos momentos para calmarte, luego introduce silenciosamente la palabra sagrada como símbolo de tu aceptación de la presencia y acción de Dios en tu interior.
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    Sentarte cómodamente significa que estarás relativamente cómodo, aunque no tanto como para quedarte dormido durante el periodo de oración.
    • Mantén la espalda derecha sin importar en qué posición elijas para sentarte.
    • Cierra los ojos como señal de que dejas ir todo lo que esté pasando a tu alrededor.
    • Introduce la palabra secreta en tu interior con tanta suavidad como si acomodaras una pluma sobre un trozo de algodón absorbente.
    • Si te quedas dormido, continúa con la plegaria ni bien despiertes.
    • Cuando te pierdas en tus pensamientos, retoma muy lentamente la palabra sagrada.
    • Ten presente que la palabra "pensamientos" es un término general para cualquier tipo de percepción, incluyendo a las sensoriales, los sentimientos, las imágenes, los recuerdos, los planes, las reflexiones, los conceptos, los comentarios y las experiencias espirituales.
    • Los pensamientos son una parte inevitable, integral y normal de la oración centrante.
    • La recomendación de "volver muy lentamente a la palabra sagrada" se refiere a que hagas un esfuerzo mínimo por regresar a ella. Esta es la única actividad que realizarás durante el tiempo que le dediques a la oración centrante.
    • Ten presente que durante el curso de la oración centrante, la palabra sagrada podría volverse vaga o desaparecer.
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    Al final del periodo de plegaria, permanece en silencio y con los ojos cerrados por un par de minutos.
    • Estos 2 minutos adicionales te permitirán regresar de la atmósfera de silencio en la que estás sumido a la vida cotidiana.
    • Si haces esta oración en grupo, el líder podría recitar lentamente una plegaria, como el Padre Nuestro, mientras los demás escuchan.
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Consejos

  • La oración centrante nos familiariza con el idioma primordial de Dios, que es el silencio.
  • Lo que es y no es la oración centrante:
    • No es una oración reflexiva o espontánea, simplemente es descansar en Dios.
    • No es una experiencia parapsicológica, sino un ejercicio de fe, esperanza y de amor incondicional.
    • No está limitada a sentir la presencia de Dios, sino que más bien es profundizar la fe en la presencia constante de Dios.
    • No es un don carismático, sino un camino de transformación.
    • No es una técnica, sino una manera de cultivar una relación con Dios.
    • Ofrece una oportunidad para apoyar y compartir el viaje espiritual.
    • Propicia la introducción regular de otras actividades, a través de grabaciones, lecturas y discusiones.
  • En todos los casos en los que dejes de prestar atención, regresa suavemente a la palabra sagrada.
  • El tiempo mínimo para practicar esta oración es de 20 minutos. Se recomiendan dos periodos al día: uno en la mañana, ni bien despiertes, y el otro en la tarde o en las primeras horas de la noche. Con la práctica, se puede extender el tiempo a 30 minutos o más.
  • Ten presente que los principales frutos de la oración se experimentan en la vida diaria y no durante el periodo de oración.
  • Alienta a los miembros del grupo a perseverar en sus prácticas individuales.
  • Selecciona una o dos prácticas específicas para la vida diaria, tal como sugiere el libro Open Mind, Open Heart en el capítulo 12.
  • Puedes programar un temporizador que no produzca un sonido audible y que no tenga una alarma estridente, para que te avise cuando acabe el periodo de oración.
  • Cuando te distraigan otros pensamientos, regresa suavemente a tu palabra sagrada.
  • La oración centrante no es un ejercicio de relajación, pero puede ser revigorizante.
  • Únete a un grupo de oración centrante.
  • Ten presente que no es un método de autohipnosis, sino una manera de aquietar la mente mientras mantienes la consciencia.
  • Puntos para un mayor desarrollo:
    • Durante el periodo de oración pueden surgir varios tipos de pensamientos.
  • Los posibles síntomas físicos durante la oración podrían ser:
    • Pequeños dolores, comezón o tirones en varias partes del cuerpo o un sentimiento generalizado de inquietud. Por lo general, esto se debe a la disolución de pequeños nudos emocionales en el cuerpo.
    • Una sensación de pesadez o liviandad en las extremidades. Esto generalmente se debe a un nivel profundo de atención espiritual.
  • Algunas de las percepciones y avances psicológicos que se logran son:
    • Autorreflexiones tales como "¿Cómo estoy?" o "¡La paz que siento es grandiosa!".
    • Pensamientos y sentimientos que surgen de la liberación del subconsciente.
  • Las desviaciones normales de la imaginación o la memoria:
    • Pensamientos y sentimientos que hacen surgir atracciones o aversiones.
  • Durante la oración, evita analizar tu experiencia, tener expectativas o establecer un objetivo específico, como por ejemplo:
    • Repetir constantemente la palabra sagrada
    • No pensar
    • Vaciar la mente
    • Sentirte en paz o consolado
    • Lograr una experiencia espiritual, tal como recomienda el libro Open Mind, Open Heart , en los capítulos de 6 a 10
    • Manera de profundizar tu relación con Dios
  • Practica la oración centrante en dos periodos de entre 20 y 30 minutos al día.
  • Escucha la Palabra de Dios en las Sagradas Escrituras y estudia el libro Open Mind, Open Heart .
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Referencias

  1. Contemplative Outreach Ltd. [1]

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