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Si tienes un gato, es muy probable que este necesite cirugía por lo menos una vez en su vida: para la esterilización. Sin embargo, entre la esterilización, una cirugía por golpes o trauma, o una para extirpar bultos o tumores, existen muchas ocasiones en las que tu mascota podría necesitar un procedimiento quirúrgico. Preparar a tu gato de la manera más apropiada es esencial para minimizar los riesgos que podrían existir en ese día.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Preparar al gato antes de la operación: la noche anterior

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  1. Si tu gato joven o adulto saludable va a estar bajo sedación o anestesia general, no debe comer por lo menos durante las 12 horas previas a la operación. Si tu gato tiene menos de 4 meses, tiene alguna enfermedad o problema de salud, o toma medicamentos regularmente, consulta con el veterinario antes de retirarle los alimentos. [1]
    • Esto se debe a que cuando los animales están bajo los efectos de la anestesia, ya no pueden tragar. Por lo tanto, si el esfínter o válvula que regula la entrada al estómago se relaja por la anestesia, el gato podría vomitar mientras está dormido y aspirar el vómito por la garganta.
    • Esto podría provocar un caso serio de neumonía y se puede evitar por completo si te aseguras de que su estómago esté vacío antes del procedimiento.
  2. Si tu mascota va a ingresar a la clínica veterinaria la mañana siguiente, debes evitar darle de comer una vez que pase su hora de dormir (10 a 11 de la noche) el día anterior.
    • Puedes permitir que tome agua durante la noche, pero también tendrás que retirarla a la hora del desayuno (7 de la mañana) del día de la cirugía.
  3. En teoría, mantener al gato en ayunas suena sencillo: solo recoges el tazón y te aseguras de que nadie más de la familia lo alimente por error. Pero en la práctica, podría ser un poco más complicado.
    • Por ejemplo, si hay más de un gato en la casa, tus opciones son quitarle la comida a todos los gatos por una noche, o encerrar al que va a ser operado en un cuarto y dejarle solo su caja de arena.
    • Si crees que el gato se estresará al estar encerrado cuando normalmente puede caminar por donde quiere, considera preguntarle al veterinario si podrías dejarlo en la clínica desde la noche anterior al procedimiento.
    • Es posible que se adapte sin problemas, ya que se sentirá incómodo por no estar en su propio territorio. Además, no tendrá que movilizarse el mismo día de la cirugía, lo que también podría ser beneficial para su estado de ánimo.
  4. Un gato con hambre puede ser muy hábil para convencer a las personas de que lo alimenten. Asimismo, recuerda mantenerlo dentro de la casa para que no pueda ir a rogar a la casa del vecino.
  5. Es buena idea cerrar la puerta del gato la noche previa a la cirugía. Muchos veterinarios ya han oído la historia de que el gato se escapó por la puertecilla justo la mañana del procedimiento. [2]
    • Asegúrate de que todos sepan por qué está cerrada la puerta, para que nadie se deje convencer por el llanto del gato a primera hora de la mañana.
    • Otro de los factores que debes considerar es si el gato es cazador. Si es posible que salga y cace su propia comida, entonces tendrás que mantenerlo adentro de la casa durante toda la noche para evitar que esto suceda.
    • Nuevamente, si tienes más de un gato en casa, esto podría significar que debes evitar que todos salgan por la noche. Si es una tarea imposible, conversa con el veterinario para ver si sería posible dejar a tu mascota en la clínica desde la noche anterior a la operación.
    • Si bien uno de los gatos estará estresado, de esta manera evitarás que los otros también se vean afectados.
  6. Si es posible, prepara su jaula el día previo a la cirugía (o incluso antes). De esta manera, podrás asegurarte de que esté en buen estado y podrás arreglar las correas o bisagras que estén dañadas antes del día en que la necesitas.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Preparar al gato antes de la operación: la mañana de la cirugía

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  1. Planea hacerlo a primera hora de la mañana, alrededor de las 7. El agua se elimina del organismo mucho más rápido que la comida y no presenta el mismo riesgo si solo se limita su consumo 2 o 3 horas antes del procedimiento.
    • No hay ninguna ventaja si lo haces desde la noche anterior. Es más, esto no se aconseja porque podría provocar que el gato entre a cirugía ligeramente deshidratado, lo que puede disminuir el flujo de sangre a los riñones y causar daño.
  2. No todos los gatos tienen una experiencia placentera cuando van de paseo, así que prepárate para posibles “accidentes” y cubre la base con un material absorbente, como un paño para cachorros o periódicos.
    • Coloca una manta o camiseta dentro de la jaula para que el gato pueda acurrucarse. Será incluso mejor si el material tiene un olor familiar y reconfortante, como una prenda que hayas usado.
  3. Este producto es una versión sintética de las feromonas felinas que hacen que los gatitos se sientan seguros y tranquilos. Se puede conseguir como difusor para el ambiente o como aerosol para rociar en una manta. [3]
    • Al respirarlo, el gato se sentirá cada vez más tranquilo y comprenderá que está en un lugar seguro y que no hay de qué preocuparse.
    • Considera rociar la manta con Feliway antes de empezar el traslado para reducir el nivel de estrés de tu mascota.
  4. Lo ideal es que dejes la jaula en un lugar accesible las semanas previas a la operación, como si fuera un lugar para que duerma. Sin embargo, si no consigues que el animal se sienta cómodo en la jaula, tendrás que insertarlo manualmente, lo que puede ser complicado. [4]
    • El factor sorpresa es una buena herramienta. Deja la puerta de la jaula abierta como preparación, carga al gato, colócalo en la jaula rápidamente y cierra la puerta. Considera que si el gato sabe lo que viene, es más probable que se resista.
    • Algunos gatos se rehúsan a entrar hacia adelante (con la cara primero), porque lo perciben como que se les fuerza a ingresar a un lugar oscuro. Prueba insertar a tu mascota al revés (con la parte trasera primero). Para hacerlo, si eres diestro, coloca el brazo izquierdo bajo la panza del animal de tal manera que su cabeza quede cerca de tu codo y la cola cerca de tu mano.
    • Con cuidado, sujeta ambas patas posteriores con la mano izquierda, para que no pueda estirarlas, y muévelo hacia atrás a través de la puerta (en el caso de que sea una jaula con puerta frontal). Esta técnica funciona bien para la mayoría de los gatos.
  5. Asegura bien la jaula en el interior de tu auto sujetando el mango con el cinturón de seguridad. Conoce la ruta que debes tomar para llegar a tu destino y sal con anticipación, considerando el tiempo adicional en caso de que haya tráfico, como en el caso de que sea la hora pico de traslado a la escuela, entre otras cosas. Es mejor llegar temprano y con calma que tarde y estresado, ya que tu gato puede interiorizar el sentimiento de ansiedad. [5]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Considerar otros factores

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  1. Si tu gato está tomando medicamentos en ese momento, ya sea como parte de un tratamiento a largo plazo, como para manejar el dolor, o a corto plazo, como antibióticos, pregúntale al vetarinario si debes administrarla o no la mañana misma de la cirugía. [6]
  2. Algunos medicamentos, como los analgésicos antiinflamatorios no esteroideos, por ejemplo el metacam, no deben tomarse con el estómago vacío. Por lo tanto, no deberías dárselo a tu mascota el día del procedimiento, ya que esto significa que está en ayunas.
    • Sin embargo, estos medicamentos suelen ser efectivos por 24 horas, por lo que si el gato tomó la última dosis la noche anterior, es mejor que se lo digas al veterinario.
    • Es importante tener esto en cuenta, ya que los analgésicos constituyen una gran parte de la anestesia moderna y muchas clínicas administran un medicamento para el dolor en forma de inyectable como parte del protocolo previo a un procedimiento.
    • Es posible que los médicos de la clínica sepan que el gato toma medicamentos, pero no está de más recordárselos, ya que una dosis adicional podría tener efectos adversos.
  3. Por ejemplo, si tienes que darle un antibiótico el mismo día de la cirugía, dile al veterinario que lo atenderá que no ha tomado la pastilla. De esta manera, el médico podrá darle la dosis que necesita como inyectable si fuera necesario.
  4. Pregúntale si tu mascota necesita un tratamiento especial o si deberías continuar dándole los alimentos e insulina como de costumbre. La clínica debe proporcionarte instrucciones específicas sobre la comida, agua e insulina que el gato debe consumir el día de la cirugía. [7]
  5. La clínica te pedirá un número de contacto. Tienes que estar disponible para contestar en todo momento.
    • El veterinario podría preguntarte algo sencillo, como si estás de acuerdo en que le coloquen un chip de identificación, o comunicarte algo importante, como información que ha descubierto durante el procedimiento:
    • Si el veterinario no puede comunicarse contigo, no podrá tomar acción. Si no estás disponible, el médico no tendrá consentimiento para realizar procedimientos que no están especificados en el formulario que firmaste.
    • Esto podría significar que el gato despertará y le tendrán que aplicar otra dosis de anestesia en otra fecha para realizar un procedimiento que podría haberse realizar el mismo día.
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Consejos

  • Una cirugía electiva de esterilización se suele realizar en animales saludables y jóvenes, pero existen otros procedimientos, como la extirpación de tumores, que se pueden llevar a cabo en gatos más viejos que toman medicamentos regularmente.
  • No bañes a tu gato inmediatamente después de la cirugía.
  • No permitas que tu gato lama la costura de la herida, ya que podría crear una llaga o hasta quitar las costuras.
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