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Las espinacas son una verdura increíblemente versátil. Las espinacas congeladas son baratas, se venden en casi todo lugar y pueden recalentarse fácilmente a la perfección en la estufa o en el microondas. Además, también puedes agregarlas a casi cualquier platillo salado para mejorar sus propiedades nutricionales. Solo recaliéntalas, escúrrelas bien y échalas a tus receta favorita justo antes de servir.

Método 1
Método 1 de 3:

Recalentar las espinacas en la estufa

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  1. Primero, pon una sartén grande a fuego bajo o medio bajo. La sartén debe tener el tamaño suficiente para que entre fácilmente toda las espinacas congeladas. Cuando la sartén esté caliente, añádela. Esta producirá un ligero silbido y despedirá un poco de vapor.
    • Si las espinacas despiden una gran cantidad de vapor o producen sonidos demasiado fuertes, es porque la sartén está demasiado caliente. Baja el fuego.
  2. Revuelve el bloque de las espinacas congeladas en la sartén hasta que se pongan tiernas. Cuando estén tiernas, usa el utensilio de cocina para romper el bloque en trozos más pequeños. [1] A medida que se calienten, sigue rompiéndola para que se recaliente más rápido. Todo el proceso tomará de unos 4 a 6 minutos. Las espinacas habrán terminado de descongelarse cuando estén blandas y muy calientes.
    • No te preocupes si queda mucho líquido en la sartén. Tendrás que escurrir el agua después.
    • No cocines las espinacas en exceso. Las espinacas quemadas tienen un sabor muy particular.
  3. Pon un colador resistente al calor en el fregadero limpio. Vierte las espinacas recalentadas en el colador. Mientras las escurres, usa una cuchara grande para presionar y quitar la mayor cantidad de líquido posible. [2]
    • Si quieres reservar los jugos de la cocción, pon el colador en un tazón grande o cacerola antes de escurrir las espinacas.
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Método 2
Método 2 de 3:

Hacer espinacas congeladas al vapor en el horno microondas

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  1. Evita usar tazones de papel, táperes de plástico o tazones con pintura metálica o bordes. Más bien, escoge un tazón de vidrio o cerámica. [3] Además, el tazón debe tener el tamaño suficiente para que entren fácilmente todas las espinacas congeladas.
    • En algunos paquetes de espinacas congeladas se indica que hay que dejarlas en la bolsa mientras se recalientan. Si la bolsa que tienes dice esto, ponla en un plato de cerámica o vidrio antes de ponerla en el microondas. [4]
  2. Sigue las instrucciones de la bolsa. Si no las encuentras, primero caliéntalas durante 1 minuto a potencia máxima. Si las espinacas no están complemente recalentadas, ponlas de nuevo en el microondas y caliéntalas de nuevo en intervalos de 30 segundos. [5]
    • Revuelve las espinacas entre intervalo e intervalo para distribuir el calor de manera uniforme.
    • Revisa si están listas tocándolas. Las espinacas completamente recalentadas son fáciles de revolver y están calientes.
  3. Pon un secador limpio en un tazón grande de cerámica. Luego, echa las espinacas encima. Sostén los bordes del secador y levanta las espinacas del tazón. Estrújalas firmemente dentro del secador para escurrir todo el líquido de cocción. [6]
    • Déjalas enfriando un poco antes de realizar este paso, si no podrías quemarte las manos.
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Método 3
Método 3 de 3:

Servir las espinacas recalentadas

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  1. Sazónalas con sal, pimienta o cualquiera de tus mezclas de especias favoritas al gusto. Para que sean una guarnición más cremosa, agrega 1 cucharada de mantequilla a las espinacas calientes y deja que se derrita. Luego, sazónalas con sal, pimienta y jugo de limón. Otras opciones deliciosas para condimentar son:
    • mezcla de especias para carnes blancas
    • pimienta de limón
    • sal de ajo
    • curry en polvo [7]
  2. Puedes añadirlas a otras recetas para que sean más nutritivas. Las espinacas combinan bien con sopas sustanciosas, chile con carne, cualquier curry, pastas de tomate y más. [8] Añádelas justo antes de servir el platillo para no cocinarlas demasiado.
    • Asegúrate de que las espinacas estén completamente recalentadas y escurridas antes de añadirlas a otra receta. De lo contrario, los jugos de las espinacas pueden aguarla.
  3. . En la mayoría de las salsas de espinacas al horno se piden espinacas congelada. [9] Si usas espinacas frescas en este tipo de receta, la salsa saldrá aguada y sosa. Pero, puedes escurrir las espinacas congeladas mientras se descongelan, con lo cual podrás controlar la cantidad de líquido en la salsa al horno.
    • Reserva el líquido de la cocción después de escurrir las espinacas. En muchas de estas recetas se pide agregar unas cuantas cucharadas de nuevo en la salsa.
  4. Puedes añadir espinacas congeladas recalentadas a cualquier receta en que se pida espinacas blanqueadas. De hecho, las espinacas recalentadas suelen ser una mejor opción, ya que no aguarán la receta. [10] Algunos ejemplos de recetas con espinacas blanqueadas son:
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Consejos

  • Algunos creen que no es saludable recalentar las espinacas porque puede formar nitratos no digeribles, pero este es un mito.
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