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La harina de maíz es un sustituto grumoso y nutritivo de la harina común que puedes preparar en casa. Puedes preparar tu propia harina con granos de maíz enteros secos o granos de palomitas de maíz sin procesar. Por lo general, la harina de maíz casera se procesa menos que las versiones adquiridas en las tiendas, por lo que es más alta en calidad nutricional y más intensa en sabor. Debes deshidratar el maíz con un deshidratador y luego molerlo repetidamente con un molino de granos u otro dispositivo de molienda.

Parte 1
Parte 1 de 4:

Conseguir el maíz y un dispositivo de molienda

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  1. El maíz de campo o dentado es la variedad preferida para este método, pero también puedes utilizar maíz dulce. Puedes utilizar casi cualquier tipo de maíz, tan solo es necesario que seques por completo los granos de manera adecuada. Acude a un supermercado local y examina los diferentes tipos de maíz que ofrecen. También puedes comprar una variedad que sabes que tiene buen sabor. [1]
    • Si utilizas maíz congelado de una tienda de comestibles, vas a necesitar 1 bolsa de maíz congelado de grano entero de 450 g (16 onzas).
    • También puedes utilizar casi cualquier variedad de maíz de cosecha propia si te sientes más osado, pero el proceso puede tomarte más tiempo, ya que vas a necesitar secarlo sobre el tallo.
    • Sin embargo, la opción más sencilla sería utilizar granos de palomitas de maíz sin cocinar. No es necesario que deshidrates las palomitas de maíz, ya que se han secado adecuadamente.
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    Consigue un molino de granos para moler grandes cantidades de maíz. Los molinos eléctricos y manuales son probablemente tus mejores opciones, ya que te permiten un mayor grado de control. Ten en cuenta que el uso de molinos manuales puede requerir una fuerza considerable, en especial si vas a moler algo tan grande y grueso como el maíz.
    • Puedes conseguir un molino de granos en una ferretería grande, un minorista importante o a través de internet.
  3. Si no cuentas con un molino de granos real, las licuadoras de alta potencia (como Blendtec, Vitamix, etc.) también pueden funcionar. Las licuadoras estándar no son lo suficientemente potentes como para moler maíz deshidratado, por lo que debes evitar utilizar una para este procedimiento. [2]
    • Para preparar pequeñas cantidades de harina de maíz, también puedes utilizar un mortero y un pilón, un molinillo para especias o un molinillo de café. [3]
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Parte 2
Parte 2 de 4:

Deshidratar los granos de maíz

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  1. Abre 1 bolsa de 450 g (16 onzas) de granos de maíz congelados. Extiende el maíz sobre la bandeja del deshidratador, manteniéndolo en una capa uniforme. Si vas a deshidratar maíz fresco, debes cortar la mazorca y luego utilizar un cuchillo de cocina afilado para desgranarla. Coloca los granos en la bandeja del deshidratador. [4] Una mazorca grande equivale a 1 bolsa de 450 g (16 onzas) de harina.
    • Puedes secar directamente el maíz congelado. Sin embargo, si algunos de los granos se unen debido al hielo, debes golpear suavemente los pedazos de maíz sobre la encimera o la mesa para separarlos.
  2. Coloca la bandeja en el deshidratador y configura la temperatura para comenzar a secar el maíz. [5] Dado que la temperatura es realmente baja, lo mejor es que realices este procedimiento utilizando un deshidratador real en lugar de un horno.
    • La mayoría de los hornos no alcanzan temperaturas lo suficientemente bajas como para secar el maíz sin cocinarlo.
  3. Revisa los granos de maíz después de 8 horas. Sácalos del deshidratador cuando se sequen por completo. De lo contrario, debes continuar deshidratando el maíz según sea necesario, revisándolo cada 30 o 60 minutos. [6] Para verificar el estado del maíz, puedes tomar algunos granos e intentar manipularlos entre tus dedos. Los granos que se han secado de manera adecuada ya no deberían sentirse flexibles.
    • Si el maíz ya no se siente flexible, debes realizar una segunda prueba dejando caer algunos granos sobre una superficie dura (como una encimera o una mesa). Estos deben emitir un sonido de “clic” distintivo cuando están listos. [7]
  4. Si planeas preparar la harina de maíz de inmediato, simplemente debes transferir el maíz deshidratado a un tazón mediano y dejarlo a un costado. De lo contrario, coloca el maíz en una bolsa o un recipiente de plástico hermético. Las bolsas de plástico que puedes volver a sellar funcionan lo suficientemente bien si planeas preparar harina de maíz dentro de una semana o dos. Sin embargo, si deseas un almacenamiento más prolongado, puedes utilizar un frasco de conservas o un recipiente de plástico hermético. [8]
    • Puedes almacenar el maíz seco en condiciones secas, oscuras y a temperatura ambiente si planeas utilizarlo dentro de un mes. Para un almacenamiento más prolongado, considera la posibilidad de guardarlo en el refrigerador o el congelador.
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Parte 3
Parte 3 de 4:

Moler el maíz para preparar harina

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  1. Ajusta las placas o las piedras del molino en la configuración más gruesa y empieza a moles lotes de aproximadamente 2 tazas (170 g) de maíz deshidratado. Si planeas preparar grandes cantidades de harina de maíz, debes moler varios lotes. Coloca el maíz seco en la tolva y luego gira la manija para molerlo a través de la máquina. Asegúrate de colocar un tazón u otro recipiente debajo del molino de granos para recoger el maíz procesado.
    • El método exacto para ajustar las placas del molino puede variar según la máquina, por lo que debes consultar las instrucciones de tu molino de granos para determinar el procedimiento adecuado. Sin embargo, por lo general, puedes ajustar la aspereza con una perilla al costado de la máquina.
    • Si vas a utilizar un mortero y un pilón, llena el mortero con maíz hasta la mitad. Utiliza el pilón para moler el maíz en trozos pequeños aplastando los granos sobre los lados y el fondo del mortero.
    • Al utilizar un molino eléctrico o una licuadora de alta potencia, solo debes encender el dispositivo en lugar de girar la manija. Si tienes una licuadora, puedes ajustar la aspereza de la molienda al escoger entre las diferentes opciones que se encuentran en la base.
  2. Vuelca la harina molida gruesa en un colador de malla fina. Agita suavemente el colador de un lado a otro para separar los pedazos molidos finamente de los más gruesos. Lo ideal es que utilices un colador de malla con espacios que midan entre 1,5 y 0,7 mm (1/16 y 1/32 de pulgada). Los coladores de malla más grandes pueden dejar pasar pedazos demasiado gruesos como para que clasifiquen como harina.
    • Recoge los pedazos pequeños que ciernes en un recipiente separado ubicado debajo del colador. Regresa los pedazos más grandes atrapados en el colador a la tolva del molino de granos.
  3. Ajusta las placas del molino nuevamente a un nivel de aspereza de grado medio. Muele los pedazos grandes de maíz partido en el molino como lo hiciste anteriormente. Una vez que los hayas molido en esta configuración, los pedazos individuales de maíz deben tener un tamaño de aproximadamente 3 mm (1/8 de pulgada).
    • Es importante que cambies la aspereza a una configuración más fina durante este paso. De lo contrario, los pedazos más grandes no lograrán molerse más.
  4. Transfiere los pedazos de maíz recién molidos de nuevo al colador de malla fina. Agita el colador de un lado a otro, dejando que los pedazos más finos pasen al recipiente de recolección anterior para la harina de maíz.
    • Es probable que recojas más harina de maíz en este procedimiento que en el anterior. Sin embargo, en la mayoría de los casos, aún vas a detectar una notable cantidad de grano grueso atrapado en el colador.
  5. Ajusta el molino de granos una vez más, configurando el dispositivo en una consistencia de media a fina. Regresa los pedazos de maíz molido que aún se encuentran en el colador a la tolva. Luego, muélelos en la máquina por tercera vez. Al igual que con las rondas anteriores en el molino, debes recoger toda la harina.
    • Aunque debes configurar la máquina con un grado de aspereza más fino, es probable que tengas que evitar el uso de una configuración más fina. Incluso si tiene la consistencia de harina, el maíz molido puede ser demasiado grueso como para pasar por la configuración más fina de la mayoría de los molinos.
  6. Cierne el maíz molido en el colador de malla una vez más, recogiendo la harina fina en el tazón original y reteniendo los granos más gruesos en el colador. Estos granos serán los restos de maíz deshidratado que son demasiado gruesos como para atravesar el colador fino.
    • En este punto, debes contar con más harina de maíz que restos de sémola. Además, la cantidad de harina debe coincidir aproximadamente con la cantidad original de maíz seco con la que comenzaste.
    • Si aún no estás satisfecho con la cantidad de harina producida, puedes pasar los granos gruesos por el molino una vez más. Luego, ciérnelos de nuevo en el colador de malla. La cantidad de harina producida por una cuarta pasada probablemente será menor que la cantidad producida por las dos pasadas anteriores.
    • Si pasas los granos más de una cuarta vez, es probable que este procedimiento resulte aún menos beneficioso.
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Parte 4
Parte 4 de 4:

Utilizar y almacenar la harina de maíz

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  1. Si utilizas la harina de maíz el mismo día o al día siguiente, lograrás retener la cantidad máxima de nutrientes y sabor. Puedes utilizar la harina o la sémola que guardaste para preparar gachas de maíz, pan o tortas de Johnny.
    • También puedes utilizar tu harina casera para preparar cualquier receta que requiera harina de maíz (por ejemplo, el pudín de maicena y la masa de pescado a base de harina de maíz).
  2. De esta manera, evitarás que se vuelva rancia. [9] Vierte la harina de maíz en una bolsa de plástico con cierre de alta resistencia. Presiónala para extraer la mayor cantidad de aire posible. Luego, sella la bolsa, dejando solo 2 cm (1 pulgada) de espacio abierto a lo largo del sello.
    • Succiona el aire restante a través de una paja insertada en la abertura. Debes realizar este procedimiento con cuidado para evitar inhalar por accidente pedazos de harina. Cuando termines, debes retirar rápidamente la paja y sellar el resto de la abertura.
    • Puedes almacenar las bolsas selladas con harina en condiciones oscuras, secas y ligeramente frescas por hasta 12 meses. [10]
  3. Puedes transferir la harina de maíz que no planeas utilizar de inmediato a contenedores aptos para el congelador y almacenarlos en ese lugar. Vierte la harina en un frasco u otro recipiente apropiado, dejando aproximadamente 1 cm (½ pulgada) de espacio vacío. Cierra el frasco y colócalo en el congelador para almacenarlo por hasta 24 meses. [11]
    • Puedes utilizar la harina directamente del congelador sin descongelarla. Si vas a preparar una receta sensible a la temperatura, puedes descongelar la harina a temperatura ambiente durante 30 o 60 minutos antes de utilizarla.
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Consejos

  • También puedes preparar harina de maíz con una licuadora Vitamix, Blendtec u otro modelo de alta potencia. Las instrucciones exactas pueden variar según el dispositivo, pero en general, es necesario que hagas funcionar la licuadora a alta velocidad durante aproximadamente 50 o 60 segundos para moler el maíz y volverlo harina. [12]
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Cosas que necesitarás

  • un cuchillo de cocina afilado
  • un deshidratador
  • la bandeja del deshidratador
  • un tazón mediano
  • un molino de granos o una licuadora de alta potencia
  • un mortero y un pilón (opcional)
  • un filtro de malla fina con malla entre 1,5 y 0,7 mm (1/16 y 1/32 de pulgada)
  • 3 tazones medianos
  • frascos herméticos
  • bolsas de plástico con cierre hermético (opcional)

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