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Preparar un discurso no es tan difícil si tienes un procedimiento que puedas seguir. Existen pasos de probada eficacia que te ayudarán a poner las ideas en orden para lograr una disertación eficaz, así que relájate y lee cómo mantener tu ansiedad a raya y dar un buen discurso frente a tu audiencia.

Método 1
Método 1 de 5:

Comienza por tu Audiencia

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  1. Es importante saber qué tipo de discurso vas a exponer y por qué se reunió esa audiencia para comenzar con el pie derecho. Discierne si el discurso ha de ser del tipo narrativo, informativo, persuasivo o ceremonial.
    • Narrativo personal. Una narración es otra forma de decir una historia. Si se te ha pedido contar algo sobre ti mismo, averigua si lo que se pretende es que cuentes una experiencia personal para enseñar una lección, reforzar una moraleja, inspirar al auditorio o simplemente entretenerlo.
    • Discurso informativo. Hay dos clases de discursos informativos: proceso y exposición. Si se te ha encargado un discurso informativo sobre un procedimiento, la idea es que expliques cómo se hace, cómo se fabrica o como funciona algo. Tendrás que llevar a la audiencia paso a paso por todo el proceso. Si el discurso es una exposición, tu tarea será tomar lo que puede ser un asunto complicado y dividirlo en secciones para que tu audiencia lo comprenda por completo. Se trata de educarlos sobre el asunto.
    • Discurso persuasivo. Si el objetivo es persuadir, debes convencer al auditorio para que adopte cierta forma de pensar, una creencia o un comportamiento que tú defiendes.
    • Discurso ceremonial. Este tipo de discursos abarcan desde brindis en bodas a elogios en funerales, pasando por discursos de graduación o despedidas. Se espera que sea breve y se enfoque en entretener, inspirar, o aumentar el aprecio de los asistentes por algo o alguien.
  2. Si puedes elegir, elige lo que tu audiencia encuentre interesante o agradable. A veces no tienes la opción de escoger el tema, sino que se te asigna uno en particular. En ese caso, debes encontrar la manera de despertar la atención y mantenerla.
  3. Escribe una frase que resuma cual es el objetivo del discurso. Puede ser algo tan simple como "Quiero que mi audiencia aprenda las cuatro cosas que deben observar a la hora de comprar un diamante" o "Quiero convencer al auditorio de que no coma comida rápida durante un mes." Puede sonar simple, pero ponerlo por escrito logra dos cosas: Te ayudará a que no te vayas por las ramas cundo unifiques las ideas, y te ayudará a recordar que debes enfocarte en tus oyentes mientras avanzas en la preparación de tu disertación.
  4. Sería una pérdida de tiempo y esfuerzo preparar un discurso, y que después tu audiencia no te prestara atención o no pudiera recordar ni una palabra de lo que dijiste. Debes estar bien pendiente de que lo que digas resulte interesante, significativo, relevante y memorable para tu audiencia.
    • Lee el periódico. Si puedes conectar tu discurso con una noticia importante o curiosa, destacarás la relevancia de lo que vas a decir.
    • Traduce los números. Usar estadísticas puede causar impacto, pero serán más fáciles de entender y causarán mayor impresión si las traduces de forma que se entiendan mejor. Por ejemplo, puedes decir que cada año 7.6 millones de personas mueren de cáncer alrededor del mundo, pero puedes hacer el dato más interesante e impactante diciendo que ese número representa la población completa de un país como Suiza.
    • Expresa los beneficios. Es buena idea hacer que la audiencia sepa exactamente qué conseguirá si escucha tu discurso, de esa forma mantendrá su atención. Si aprenderán a ahorrar dinero, díselo desde el principio. Si la información que vas a presentarles le hará la vida más fácil de alguna forma, déjalo claro. Si van a lograr conocer o comprender mejor algo o a alguien, que lo sepan.
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Método 2
Método 2 de 5:

Investiga y Escribe tu Bosquejo

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  1. En algunos casos solo te hará falta sentarte tranquilamente, poner en orden tus ideas y ponerlas por escrito. Otras veces, el tema será poco conocido para ti y deberás hacer una investigación para hablar con sentido y propiedad. La mayoría de las veces te encontrarás entre los dos extremos.
  2. Internet puede ser una excelente fuente de información sobre una gran variedad de asuntos, pero no te conformes con unos pocos clicks. Si eres un estudiante, usa tus libros de texto o bases de datos de las bibliotecas a tu disposición. Muchas bibliotecas públicas disponen de bases de datos de miles y miles de artículos. Si eres miembro de ella, estos datos están a tu disposición. Piensa en entrevistarte con algún experto en la materia o hacer una encuesta. Cuanto más investigues, más posibilidades de éxito tendrás. A demás, al usar varias fuentes de información podrás hablar más ampliamente del tema.
  3. Si citas de alguna fuente, asegúrate de decir de dónde sacaste la información o quien la publicó. Para hacerlo, anota las fuentes para seguirles el rastro en caso de que finalmente emplees esa información en el discurso.
  4. Los discursos narrativos, informativos o persuasivos quedan mejor si los expones con tus propias palabras, mientras que es mejor escribir completamente los ceremoniales.
    • Bosquejo. Al usar bosquejo, simplemente organizas las ideas y estructuras el discurso sobre una serie de puntos principales. Por ejemplo, usando el ejemplo anterior: "Quiero que mi audiencia aprenda las cuatro cosas que hay que observar al comprar un diamante", designarías un punto principal como "Corte," otro como "Color," otro como "Claridad" y otro como "Quilates." Bajo cada uno de esos puntos, darías información detallada a la audiencia.
      • Los bosquejos pueden ser escritos con frases completas o con una serie de abreviaturas y recordatorios. Otra forma de hacerlo es escribiendo el discurso palabra por palabra y después abreviar las frases usando palabras que te recuerden las ideas de cada fase del discurso.
    • Escrito. Una razón lógica parea escribir palabra por palabra un discurso ceremonial, es que usar las palabras exactas para un discurso así es muy importante. Se trata de hacer un homenaje e inspirar algo concreto en la audiencia, y hacerlo con brevedad, así que decir exactamente lo que preparaste aumenta tus oportunidades de lograrlo.
      • Saca tus viejos libros de lengua y revisa cosas como símiles, metáforas, comparaciones y otros tipos de lenguaje figurado. Este tipo de recursos añaden impacto a un discurso ceremonial.
      • Cuidado con los peligros de un discurso leído: Tener una página escrita enfrente de ti puede hacerte caer en la trampa de leer sin mirar a la audiencia, lo que te haría perder fuerza y contacto visual, y no atrapar la atención del auditorio. Los ensayos concienzudos te ayudarán a no equivocarte con esto.
  5. Un discurso incluye tres piezas básicas: introducción, cuerpo y conclusión. No descuides ninguno de los tres elementos.
    • Introducción. Hay dos cosas que debe tener una buena introducción: Algo que capte la atención y un resumen de lo que se va a decir.
      • Pon algo que capte la atención. Lo más importante del inicio de un discurso es que enganche al auditorio. Puedes hacerlo de varias formas: Plantea una pregunta o serie de preguntas, di algo inesperado, lee una estadística llamativa, usa una cita o un proverbio famoso, o cuenta una historia breve. Tómate tiempo para hacerte una idea de cuál será la mejor forma de captar la atención; es más fácil hacerlo al principio que tratar de engancharlos a medida que se desarrolla el discurso.
      • Ofrece una vista previa. Piensa en que vas a dar un vistazo a lo que viene a continuación. Planea decir a la audiencia los puntos principales de tu disertación. No hay que entrar en detalles todavía; eso lo harás en el cuerpo del discurso. Puedes escribir en una sola frase corta un resumen de cada uno de los puntos que abarcarás después.
    • Cuerpo. El cuerpo es la "carne" de tu discurso. Los puntos que bosquejaste o la información que escribiste forman el cuerpo. Hay muchas formas de organizar esta información: secuencial, paso a paso, de más importante a menos, problema-solución, por mencionar algunas. Escoge un esquema que tenga sentido, acorde con el propósito de tu discurso.
    • Conclusión. Hay dos cosas que quieres lograr con la conclusión: No es el momento de dar información nueva; más bien se trata de resumir lo dicho y hacer que se recuerde.
      • Haz un sumario. Una forma de hacer que la audiencia recuerde el discurso es mediante la repetición intencional. En la introducción mencionaste lo principal, en el cuerpo lo ampliaste y en la conclusión lo recalcaste de nuevo. Al simplemente remarcar esos puntos en la conclusión, lograrás que tu discurso sea recordado.
      • Termina con una frase bien pensada. Una afirmación memorable y definitiva da a tu discurso un sentido de cierre. Una forma sencilla de hacerlo es refiriéndose a una frase que mencionaste en la introducción. Esto ayuda a cerrar el círculo y dar sentido a todo el conjunto.
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Método 3
Método 3 de 5:

Escoge Ayudas Visuales

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  1. Hay muchas razones para hacerlo: Pueden ayudar a entender las cosas, ayudan a reforzar la memoria sobre lo que has dicho, llaman la atención de los que aprenden visualmente, y la audiencia te percibe como más persuasivo. Asegúrate de aclarar por qué usas cada una de las ayudas visuales que incorpores al discurso.
  2. Aunque es una idea genial mostrar algo visual, escoge algo que tenga sentido. Por ejemplo, en el ejemplo del discurso del diamante, tendría sentido mostrar un diagrama de un diamante preparado para cortarlo y hacer una joya. También ayudaría mostrar diferentes fotos de diamantes claros, rosados o amarillos para mostrar a la audiencia cómo reconocerlos. Por otro lado, también puede ayudar a poner en contexto el discurso mostrando el exterior de una joyería.
  3. PowerPoint puede ser un instrumento muy útil de comunicación visual. Puedes usarlo para mostrar fotos, cuadros y gráficos fácilmente. Pero hay algunos errores comunes que los discursantes suelen cometer cuando usan PowerPoint. Aquí tienes algunos de ellos para que tengas cuidado:
    • No escribas todo lo que quieras decir en la propia imagen. Todos hemos sufrido presentaciones en las que el discursante hace poco más que leer lo que ya estamos viendo. Esto es muy aburrido y muy pronto se desvanece la atención. En lugar de eso, usa la presentación para introducir, repasar o subrayar información clave. Recuerda, la presentación de PowerPoint debe ser un añadido extra de lo que vas a decir, no una copia exacta del discurso.
    • Prepara presentaciones fáciles de leer. Usa fuentes y tamaños fáciles de leer y no pongas demasiada información en cada diapositiva. Si la audiencia no consigue leerlas o captarlas, no sirven para nada.
    • Usa animaciones con moderación. Tener gráficos que floten alrededor, se acerquen y se alejen, cambien de color, etcétera, pueden ser atractivos, pero también pueden distraer. Ten cuidado de no usar demasiados efectos especiales. La presentación de diapositivas debe ser una ayuda, no la estrella del show.
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Método 4
Método 4 de 5:

Practica tu Discurso

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  1. Cuanto más tiempo tengas para preparar tu discurso, más preparado te sentirás y por lo tanto, menos nervioso. Una regla que da resultado es que ensayes una o dos horas por cada minuto de que tengas que hablar. Por ejemplo, para una disertación de 5 minutos, deberías ensayar de 5-10 horas. Por supuesto, esto incluye TODA tu preparación de principio a final; los ensayos de práctica son solo una porción de este tiempo.
    • Date tiempo para practicar. Si tienes tendencia a dejar las cosas para después, podrías darte cuenta que te quedaste sin tiempo para ensayar antes de pronunciar tu discurso, y por lo tanto poco preparado, más ansioso y nervioso.
  2. Siempre que sea posible, di tu discurso frente a tu familia o amigos. Si quieres que te aconsejen, dales algunas pistas de lo que tratas de lograr y lo que te causas más dudas, para que se enfoquen en lo que puedes mejorar.
    • Mira a la audiencia. No hay nada más atractivo para un auditorio que el contacto visual con el discursante. Mientras ensayas, asegúrate de mirar a tus amigos o familiares a la cara. Requiere algo de práctica ser capaz de hablar sin mirar continuamente las notas y levantar la cabeza hacia el auditorio. Trata de captar una o dos ideas en un vistazo rápido a las notas y explícalas con tus propias palabras mientras miras a tus oyentes. Esta es una de las razones por las que es tan importante ensayar.
    • Si no tienes la oportunidad de ensayar frente a alguien, al menos trata de ensayar en voz alta. No querrás que el día del discurso sea la primera vez que esas palabras salen de tu boca. A demás, hablar en voz alta te da la oportunidad de comprobar si eres capaz de pronunciar correctamente todas las palabras, practicar la articulación y confirmar el tiempo exacto que durará el discurso (hablamos más rápido en la mente que en voz alta).
  3. Una vez que escuches tu discurso, verás que hay cosas que modificar. Si es demasiado largo, deberás recortarlo. Si se quedó corto o alguna sección es escasa, añade algo. No solo eso, sino que cada vez que lo pronuncies en voz alta, verás que te sale algo diferente. Esto es perfectamente normal. No eres un robot, sino una persona. No necesitas memorizar tu discurso palabra por palabra, lo importante es exponer las ideas de forma clara y atractiva.
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Método 5
Método 5 de 5:

Reduce la Ansiedad

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  1. Es muy común exteriorizar el nerviosismo: palpitaciones, respiración acelerada y manos sudorosas. Esta es una respuesta normal debida al aumento de adrenalina en la sangre, lo cual sucede cuando nos sentimos amenazados. La clave está en moverse, hacer ejercicio para mover la adrenalina en el organismo y que se disipe.
    • Aprieta y afloja. Aprieta tus puños muy, muy fuerte, mantenlos unos segundos y suéltalos. Repítelo unas cuantas veces. Puedes lograr el mismo resultado tensando y relajando los músculos de las pantorrillas. Con cada relajación notarás una ligera reducción de los síntomas del nerviosismo.
    • Respira profundamente. La adrenalina hace que tu respiración se vuelva entrecortada y que el sentimiento de ansiedad se eleve. Tienes que romper el círculo vicioso. Toma aire por la nariz y llena completamente tus pulmones y tu estómago. Deja que se expanda tu caja torácica. Luego deja salir el aire poco a poco por la boca. Repite ese ciclo de inhalación y exhalación cinco veces.
  2. Aunque sea difícil de creer, un buen discurso no lo hace el orador, sino la audiencia. Enfócate por completo en tu audiencia y concéntrate en ella durante todo el discurso, pero especialmente en la introducción. ¿Realmente están captando el mensaje no verbal que les estás transmitiendo? ¿Están entendiendo lo que dices? ¿Debes ir más despacio? ¿Están de acuerdo con lo expones? ¿Se están abriendo y acercándose a ti y a lo que les estás explicando? Si pones tu atención en lo que ellos sienten, no tendrás tiempo para pensar en tus propios nervios o ansiedad.
  3. Seguramente ya has planeado usar alguna ayuda visual, pero si no, tal vez debas replantearte el asunto. Para algunos oradores, usar ayudas visuales reduce su ansiedad, ya que les hace sentir que no son el único centro de atención, sino que están compartiendo los focos con algo más.
  4. Crea una imagen mental de ti mismo pronunciando el discurso exitosamente. Cierra tus ojos e imagínate sentado antes de que te den paso a la plataforma. Escucha tu nombre cuando te presentan. Visualízate de pie frente al público con confianza, con tus notas frente a ti y dispuesto a comenzar a hablar. Luego imagina que ya estás hablando y observa cómo pronuncias lo que has preparado con tanto esmero, mientras miras a la audiencia en silencio y prestándote toda su atención. Luego mírate diciendo "Gracias" y regresando a tu asiento.
  5. Incluso si te sientes nervioso, haz tu mejor esfuerzo para no hablar negativamente del discurso. En lugar de decir "Este discurso va a ser un desastre" esfuérzate por decir "Hice todo lo que pude para prepararlo concienzudamente." Reemplaza "Soy un manojo de nervios" por "Estoy nervioso, pero es lo normal antes de un discurso, no voy a permitir que esto me impida dar lo mejor de mí mismo."
    • Los pensamientos negativos son increíblemente poderosos. Se dice que necesitas cinco pensamientos positivos para contrarrestar uno negativo y hacer que desaparezca.
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Consejos

  • Usa tu propio estilo de lenguaje. No uses palabras que nunca has pronunciado en tu vida. Póntelo fácil.
  • Cuando ensayes, habla claro y en voz alta, de forma que cualquiera en el auditorio pueda escucharte con claridad.
  • Viste apropiadamente. La vestimenta puede marcar la diferencia.
  • Si necesitas notas, úsalas, pero eso no anula los ensayos. Practica el discurso frente a tu madre, tu esposa, tu hermana, tu gato o tu espejo.
  • Asegúrate de que el discurso tenga cohesión y sentido.
  • Haz preguntas retóricas a la audiencia. Digamos que estás discursando acerca de teléfonos celulares. Puedes preguntar: "¿Han visto el último teléfono de Apple?" o "¿Alguien vio cómo funciona el GPS del LG 223?". No esperes respuesta, solo sirven para conectar con el público e implicarlo en la disertación.
  • Mantén la viveza y la naturalidad; no leas directamente del bosquejo.
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