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La prisión y la cárcel son dos instituciones distintas. Las prisiones suelen administrarlas los alguaciles o los gobiernos locales y están hechas para las personas que esperan un juicio o que cumplen condenas menores de un año. Las cárceles las administran los gobiernos estatales y federales, y son para las personas condenadas por delitos y con sentencias mayores de un año. Ambas instituciones prestan servicios especializados, pero según el lugar a donde irás, los servicios serán distintos. La lista podría continuar, pero lo cierto es que una preparación básica será de ayuda en cualquier situación. [1] Así que antes de que vayas a prisión, deberás informarte lo más que puedas sobre la institución y los reclusos. Piensa que eres un antropólogo y quieres conocer las reglas de una nueva sociedad. Si puedes hacerlo y mantener la calma, el tiempo que tengas que cumplir será más fácil para ti.

Parte 1
Parte 1 de 4:

Ocuparte de tus obligaciones fuera de la prisión

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  1. Sin importar si estarás en prisión durante un par de días, un par de semanas o por más tiempo, debes ser sincero con tu empleador. Infórmale por qué te irás. No es necesario que seas muy explícito, sobre todo si los detalles son delicados, pero no deberás dejarlo a él y a tus compañeros con la incertidumbre, ya que necesitarán tiempo para cubrirte mientras no estés. [2]
  2. Habla con las empresas de tus tarjetas de crédito. Pon en espera el plan de tu teléfono celular para prevenir los cargos innecesarios mientras estés en prisión. Al descuidar algo tan sencillo como esto, podría arruinarse tu crédito al salir. Si tienes un auto financiado, intenta venderlo. Muchos expresidiarios se enfrentan a la quiebra al salir de prisión porque no se preocupan por estos aspectos con antelación. [3]
    • Según el lugar donde te encuentres, el banco podría proporcionarte una línea de crédito para cubrir el tiempo que estés en prisión. Esto podría aplicarse a la hipoteca, a los pagos del auto y a muchos otros asuntos financieros. Consulta con el banco para ver si hay algo que se pueda hacer para facilitar la transición al ir y salir de prisión.
  3. Al ir a prisión, tendrás una cuenta flexible que podrás usar para comprar algunas cosas básicas en el economato. Asegúrate de tener un excedente de efectivo por si acaso. Será de utilidad mientras estés adentro. [4]
  4. Si tienes una sentencia de 12 meses, puedes solicitar que se revise tu caso cuando hayan pasado un par de meses. Si te has portado bien en prisión y el abogado prepara un buen caso para liberarte, quizás puedas salir antes. [5]
  5. Los derechos de los padres condenados a prisión cambian dependiendo del delito cometido, la región donde se recibió la sentencia y la penitenciaría donde estés detenido. Por lo general, la custodia de protección se transfiere del padre o madre al pariente más cercano (para tu hijo). Esto quiere decir que, si te encierran, pero tu pareja está libre, lo más probable es que reciba la custodia. Después de los padres, la custodia puede transferirse de forma temporal a las tías, a los tíos, a los hermanos o a los abuelos. En estos aspectos, el juez y los servicios de protección de menores formarán parte del proceso de decisión.
    • Si tu hijo no tiene ningún familiar que se haga cargo de él, irá a un hogar temporal mientras cumplas la sentencia. Cada caso dependerá del delito cometido. Si se trata de un delito de violencia, quizás pierdas por completo la custodia, en cuyo caso es posible que tu hijo sea dado en adopción. [6] Si puedes averiguar todo esto antes de ir a prisión, tu posición será mucho mejor. Presentar demandas, hablar con los jueces y hacer los trámites al estar tras las rejas será más difícil.
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Parte 2
Parte 2 de 4:

Informarte sobre la prisión a donde irás

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  1. Cada cárcel o prisión permite las visitas de una forma diferente. Las visitas solo se permiten a ciertas horas y días. Averigua estos aspectos con antelación para programar los momentos en que recibirás a las visitas. Trata de organizar a tu familia y a tus amigos para que te visiten en días distintos. Dispérsalos para tener algo qué esperar con ansias.
    • Averigua también qué se puede hacer durante las visitas. Podría ser simplemente conversar o jugar algunos juegos de mesa. En otros lugares se permiten las visitas conyugales. Contacta a la prisión antes de que te encierren para preguntar lo que permiten. [7]
  2. En la mayoría de los lugares, tendrás un resguardo para no perder el dinero ni que te lo roben. Debes averiguar cómo podrás acceder a tu dinero. En la mayoría de los lugares, habrá un economato donde podrás gastar tu dinero.
    • Además, pregunta cómo puedes depositar dinero en tu cuenta. En la mayoría de los lugares te pedirán un cheque, pero en algunos te permitirán depositar el dinero en línea. Esta es una opción excelente para los familiares que estén en el exterior, ya que evitarán hacer el viaje hasta la oficina de la prisión. [8]
  3. Muchas de las sentencias en prisión o en la cárcel pueden reducirse por buena conducta. Pregunta con antelación para saber qué buscan específicamente. El simple hecho de preguntar incluso podría ayudarte a tener una buena relación con los guardias y con el personal. Evita usar drogas y cometer otros delitos sexuales o de violencia. [9]
    • Ten en cuenta que, sobre todo en los EE. UU., las prisiones están muy llenas, así que existe la posibilidad de que te liberen antes por buena conducta. Incluso podrían acortarte la sentencia a un tercio por buena conducta en algunas prisiones. [10]
  4. En la mayoría de las prisiones se ofrecen servicios educativos, programas laborales y opciones médicas o de desintoxicación. Para aprovechar tu tiempo al máximo, deberás saber lo que se ofrece. No pierdas el tiempo al estar tras las rejas, sino aprovéchalo para educarte, aprender un oficio o dejar las drogas. La mayoría de estos servicios se ofrecen de forma gratuita mientras cumples tu tiempo. [11]
    • La mayoría de las prisiones también tienen capillas de varias denominaciones. Podrían ser santuarios excelentes, en sentido figurado y literal, mientras cumples tu tiempo. Pregunta con antelación si puedes llevar tus propios textos o accesorios religiosos. Algunos reclusos afirman que una regla sobrentendida es no molestar a las personas religiosas en prisión.
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Parte 3
Parte 3 de 4:

Comportarte de la forma adecuada

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  1. No trates de destacarte. Debes ser tú mismo porque vivirás contigo mismo al estar en prisión, pero esto no quiere decir que tengas que ser el centro de atención. No seas muy franco. No grites si puedes hablar con una voz suave. No finjas ser “rudo” o alguien que no eres. Los demás internos percibirán que eres falso y encontrarán motivos para molestarte.
  2. Los condenados injustamente, y los escritores y oradores liberados recientemente afirman que debes establecer una reputación como individuo. Los amigos son importantes, pero una amistad que te cueste un ojo de la cara no es favorable para ti. Las peleas suelen surgir debido a las asociaciones o la presión de las pandillas. Cuando una persona tiene un problema con otra, llama a sus amigos para ajustar cuentas. Si no formas parte de este pacto en prisión, no te llamarán para pelear.
  3. Si te muestras enojado, podrías meterte en un lío con tus compañeros de celda. Las malas actitudes se convierten en resentimientos. No hagas enemigos solo porque te sientas resentido contigo mismo, con otra persona o con el sistema. No seas un bocón. Los juegos de palabras o intercambios de insultos solo crearán resentimientos. No te sorprendas si los reclusos tienen una autoestima baja. Un comentario particularmente emotivo podría hacer la diferencia entre una charla juguetona y una paliza dolorosa.
  4. “¿Por qué estás aquí?”. Debes responder de forma imprecisa y con amabilidad. No debes ignorar las preguntas, porque es posible que tus compañeros de celda te presionen más. La parte más difícil de estar en prisión es el aburrimiento. Conocer nuevas personas significa que tendrás nuevas distracciones. No los dejes con la expectativa ni crees una sensación de misterio al negarte a contestar. Simplemente sé impreciso.
    • No uses jerga. Algunos reclusos alardearán de sus proezas, pero no te unas, sobre todo si no te han acusado por otros delitos. Lo último que querrás es que alguien encontrara un motivo para encerrarte por más tiempo.
    • No reveles un delito que pueda meterte en problemas. Incluso los demás reclusos te juzgarán por tu pasado. Por ejemplo, no es buena idea contarles a todos que te sentenciaron por un crimen de odio, abuso de menores o algún otro delito que se consideraría horrible. Si lo revelas, es probable que te molesten más porque sentirán que tienen una justificación para hacerlo.
  5. Si te tropiezas con alguien más, pídele disculpas y continúa. Si no acepta tu disculpa, trata de ofrecerla una vez más y vete de inmediato. No toques las cosas de los demás (los libros, los lápices o la ropa) sin su permiso. Esto también incluye la comida. Tendrás muy pocos lugares personales al estar en prisión. La mayoría de las personas guardarán sus cosas de una forma mucho más rigurosa y con llave.
    • Esto nos conduce al mito erróneo de las violaciones en prisión. Las violaciones son poco frecuentes. En realidad, no te acorralarán en las duchas ni se aprovecharán de ti. Son mucho más comunes las relaciones sexuales consentidas que el sexo forzado. El tiempo en prisión es solitario y aburrido. Algunos hombres usan las relaciones sexuales para pasar el tiempo. Estos mismos hombres se consideran heterosexuales al estar fuera de prisión. La sexualidad es variada y el tiempo en prisión lo demuestra. Si no te interesa, asegúrate de no dar ninguna señal que demuestre lo contrario.
  6. Es probable que hayas escuchado el dicho “los soplones reciben su merecido”. Esta afirmación es cierta y, desafortunadamente, el sistema en las prisiones y cárceles funciona de tal forma que convertirte en soplón es muy tentador. Los guardias te ofrecerán un trato especial, mejores comidas, mayores derechos de visitas y protección, a cambio de información sobre fulano o mengano. Es posible que aceptes dar información porque aún no te has acostumbrado a la comida o extrañas mucho a tu familia. Por otro lado, si se llega a saber que eres un soplón o que los guardias te dan un trato especial, los demás reclusos buscarán motivos para acosarte.
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Parte 4
Parte 4 de 4:

Hacer que tu estancia sea más tolerable

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  1. Las comidas son escasas y distantes entre sí; además, los minutos parecen horas al estar en prisión. No regales tu comida, porque podría parecer favoritismo. La comida es de lo peor, pero no será el momento de ser quisquilloso. Ahorra un poco y compra fideos ramen en el economato. [12]
  2. Si hay equipo de gimnasio en la prisión, úsalo. No tienes nada más que tiempo. En muchas prisiones de los Estados Unidos, ya no se ofrece este tipo de equipo. Algunos rumores afirman que se debe a que los reclusos adquirían más fuerza que los guardias. Lo más probable es que se deba a los costos de compra y mantenimiento del equipo. De cualquier forma, aún puedes ejercitarte. Haz flexiones, estocadas, abdominales y otros ejercicios en el interior de tu celda. Trota o corre en el campo de recreo. [13] Un cuerpo saludable produce una actitud saludable, lo cual hará que tu estancia sea más tolerable.
  3. La lectura es la forma más fácil y económica de entretenerte y educarte en prisión. Quizás haya un televisor disponible, pero los reclusos muy pocas veces se ponen de acuerdo sobre qué ver, así que mejor lee. Tendrás mucho tiempo disponible en prisión y, por lo general, leer un libro te llevará mucho tiempo. Elige algunos libros motivadores, interesantes o informativos, lo que sea que te levante el ánimo o te mantenga ocupado. Podrías probar con El conde de Montecristo de Dumas. [14]
  4. Llama y escríbeles a tus amigos y familiares con frecuencia. De esta forma, tendrás una sensación de conexión con el exterior. Las llamadas telefónicas son diferentes según el lugar donde estés. En algunas prisiones y cárceles puedes comprar tarjetas telefónicas en el economato (una tienda general en las prisiones). Lo mismo sucede con las estampillas. Solo ten en cuenta que todo tipo de comunicación dentro y fuera de la prisión está sujeta a vigilancia. No llames para decirles a tus seres queridos donde está enterrado el cuerpo o el dinero, ya sea en sentido figurado o literal. [15]
  5. Según el caso, es posible que el abogado necesite que le des información. Para poder trabajar a tu favor, será necesario que cooperes lo más que puedas. Además, hablar con tu abogado sobre el caso y el tiempo que has estado encerrado podría ser una forma excelente de pasar el tiempo. Quizás te dé esperanzas si recibes buenas noticias, pero al menos, te mantendrás informado. Muchas veces, los abogados pueden ayudarte a resolver los problemas relacionados con el tiempo en prisión. Con frecuencia, podrás tratar algunos asuntos, como la custodia de tus hijos y el pago de las facturas, por medio de tu abogado. [16]
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