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Una lesión al LCA es el estiramiento excesivo o el desgarro del ligamento cruzado anterior (LCA) en la rodilla. Esto puede ser una lesión extremadamente dolorosa y a menudo ocurre durante actividades físicas intensas, como los deportes. Puede volverse muy difícil caminar con la rodilla lastimada y puede ser que hasta ponerse de pie resulte muy doloroso. En algunos casos, es necesaria la cirugía para recuperarse completamente de una lesión al LCA. Sin embargo, tomando algunas medidas para prepararte para la operación, puedes hacer una transición relativamente sin dolor para volver a tener una rodilla completamente funcional.

Método 1
Método 1 de 4:

Prepararte en las semanas anteriores a la operación

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  1. Esto te ayudará a entender la verdadera naturaleza de tu estado de salud y te ayudará a tomar una decisión informada.
    • Haz tantas preguntas como sea posible. Hazle saber al médico cualquier preocupación o cualquier cosa que no te quede clara.
    • Durante la cirugía de LCA, se toma un tendón de algún otro lugar de tu cuerpo y se usa para reacomodar quirúrgicamente los dos ligamentos desgarrados. Esto es necesario porque incluso la cirugía no puede simplemente coser de nuevo el ligamento sin un tejido adicional.
    • La cirugía se realiza con el uso de un sigmoidoscopio de inspección angosto y de fibra óptica. El cirujano crea una pequeña incisión en la rodilla, y el sigmoidoscopio guía la colocación del injerto para el LCA.
  2. En la mayoría de casos, la cirugía es la última opción cuando se trata de lesiones al LCA. Por lo tanto, tú y tu médico ya deben haber explorado otras intervenciones médicas antes de recurrir a la cirugía.
    • Recuerda que no todos los desgarros de LCA necesitan cirugía. Las personas que solo se estiran o desgarran parcialmente el LCA pueden recuperarse fácilmente con terapia física y tratamientos no invasivos.
    • Generalmente, la cirugía para tratar un desgarro de LCA es necesaria para atletas que necesitan ligamentos más fuertes y estables para soportar movimientos intensos y repentinos. La cirugía de LCA también puede disminuir la posibilidad de que el desgarro vuelva a ocurrir.
    • Existen dos ligamentos cruzados, el anterior y el posterior. Junto a estos ligamentos están los ligamentos colaterales, posicionados a un costado. Cuando hay más de un ligamento lesionado y otras estructuras adyacentes de la rodilla han sido afectadas, es probable que la cirugía sea la mejor opción.
  3. Tómate un momento para pensar sobre el lugar en donde vives. Si necesitas subir o bajar escaleras para llegar a tu habitación, asegúrate de que tu cirujano lo apruebe. De otro modo, tendrás que hacer arreglos alternativos de vivienda.
  4. Suspende el uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Estos medicamentos diluyen la sangre, lo que puede resultar en complicaciones debido al sangrado después o durante la operación. A fin de reducir tus posibilidades de complicaciones, evita los siguientes medicamentos:
    • Aleve (naproxeno)
    • Advil (ibuprofeno)
    • Motrin
  5. Si consumes cualquier tipo de producto derivado del tabaco, suspende su consumo por lo menos 4 semanas antes (y por 8 semanas después) de la operación. Esto es importante porque los productos derivados del tabaco afectan negativamente la capacidad de tu cuerpo de curarse a sí mismo, lo que podría llevar a infecciones.
    • Hay muchos recursos en línea para ayudarte a dejar de fumar.
    • Adicionalmente, hay muchos productos disponibles comercialmente para ayudarte, como parches, goma de mascar de nicotina y más.
  6. Es probable que debas dejar de tomar medicamentos prescritos que se usan para diluir la sangre o prevenir la formación de coágulos 7 días antes de la operación. Estos medicamentos pueden ocasionar que sangres excesivamente durante la operación y deben evitarse.
    • Consulta con tu médico para determinar si esto se aplica para ti.
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Método 2
Método 2 de 4:

Realizar ejercicios en las semanas anteriores a la operación

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  1. La operación generalmente se programa con anticipación para darte suficiente tiempo para prepararte y trabajar en una rutina de ejercicios. Ejercitarte antes de la operación restaurará un poco la función de tu rodilla y asegurará que esté lo suficientemente fuerte para la operación.
    • Los principales objetivos de ejercitar el LCA son fortalecer los músculos secundarios y mejorar lo más posible el rango de movimiento.
    • La intensidad del ejercicio debe aumentarse gradualmente. Presta atención al dolor, lo que podría señalar que estás exigiéndote demasiado.
    • Cuando sientas dolor, detén el ejercicio inmediatamente y disminuye la intensidad.
    • Tu médico podría referirte a un fisioterapeuta que desarrolle un programa de ejercicios hecho especialmente para tu condición actual.
    • Habla con tu doctor antes de comenzar cualquier régimen de ejercicio.
  2. Este ejercicio te ayudará a fortalecer los músculos isquiotibiales, los glúteos (los músculos del trasero) y los músculos de las caderas. Realiza 3 tandas de 12 repeticiones de este ejercicio.
    • Recuéstate boca arriba con las manos entrelazadas sobre el estómago. Las rodillas y tobillos deben estar flexionados de tal manera que solo los talones estén en contacto con el suelo.
    • Aprieta los músculos abdominales y levanta las nalgas y caderas del suelo hasta que las rodillas, caderas y hombros estén todos en línea.
    • Mantén esta posición por 6 segundos, luego regresa a la posición en la que comenzaste y descansa por 10 segundos.
    • Repite todo el ejercicio.
  3. Estos ejercicios fortalecerán los músculos glúteos, los cuales son importantes al extender y rotar las piernas. Realiza 3 tandas de 12 repeticiones.
    • Recuéstate boca arriba con las rodillas estiradas y los tobillos a un ángulo de 90 grados perpendiculares al suelo.
    • Usa el codo para levantar el torso.
    • Aprieta las nalgas lo más fuerte que puedas y mantén la posición por 6 segundos. Relaja por 10 segundos y repite todo el procedimiento.
  4. Este ejercicio desarrollará los músculos en la parte trasera del muslo. Realiza 3 tandas de 12 repeticiones.
    • Recuéstate boca abajo con las manos cruzadas para sostener la cabeza.
      • Puedes colocar un paño sobre la rodilla si sientes dolor en la rótula o la sientes incómoda.
    • Flexiona la rodilla lesionada hacia el músculo isquiotibial.
    • Deja caer la rodilla lesionada de regreso a la posición inicial, pero, cuando la pierna esté a punto de tocar el suelo, "sujétala". Luego continúa llevándola hacia abajo otra vez.
    • Realiza el mismo procedimiento hasta llegar al número deseado de repeticiones.
  5. Este ejercicio mejorará la fuerza de los músculos de la pantorrilla. Realiza 3 tandas de 12 repeticiones.
    • Ponte de pie detrás del espaldar de una silla y sujétalo para apoyarte.
      • Tus pies deben estar separados a una distancia de 15 cm (6 pulgadas).
    • Levanta los talones del suelo lentamente. Mantén las rodillas rectas. Sostén la posición por 6 segundos y luego regresa lentamente a la posición inicial.
  6. Los levantamientos de la pierna recta fortalecerán tus cuádriceps.
    • Siéntate en el suelo o en una colchoneta con las piernas estiradas frente a ti.
    • Levanta los hombros usando los antebrazos para sostener esta posición.
    • Aprieta el músculo del muslo de la pierna donde se encuentra la rodilla lesionada.
    • Mantén el muslo apretado y la rodilla recta mientras levantas la pierna de 3 a 5 cm (1 a 2 pulgadas) del suelo o la colchoneta.
    • Realiza este ejercicio de 5 a 10 veces con cada pierna.
    • Mantén cada contracción por 5 segundos.
    • Con el tiempo, debes poder avanzar a 30 repeticiones con cada pierna y sostenener cada contracción por 10 segundos.
  7. Realizar aducciones de la cadera fortalecerá los músculos de la cadera y aumentará la estabilidad.
    • Recuéstate en el suelo o en una colchoneta con las piernas flexionadas.
    • Coloca una almohada entre las rodillas.
    • Aprieta las rodillas una contra otra.
    • Mantén esta posición por 5 segundos.
    • Descansa por 5 segundos.
    • Repite el ejercicio de 5 a 10 veces.
    • A medida que te vuelvas más fuerte, aumenta las repeticiones y el tiempo, llegando hasta 30 veces y sosteniendo cada repetición por 10 a 15 segundos.
  8. Los levantamientos de pantorrillas ayudan a desarrollar los músculos en la parte inferior de las piernas y te permiten sostener las piernas apropiadamente.
    • Ponte de pie mirando hacia una pared.
    • Separa los pies a la distancia de tus hombros.
    • Apunta los dedos de los pies hacia adelante.
    • Levanta los talones de forma que estés parado sobre los dedos de los pies.
    • Comienza con una tanda de 10, sosteniendo cada levantamiento por 5 segundos.
  9. Trata cualquier inflamación con elevación, compresas de hielo y algo para envolver la rodilla (un vendaje ACE). Si notas que la rodilla se inflama más o aumenta el dolor en la rodilla después del ejercicio, disminuye la inflamación envolviendo la rodilla en un vendaje ACE, elevándola y utilizando hielo.
    • Puedes dejar las compresas de hielo en la rodilla por 15 a 20 minutos.
    • Asegúrate de tener una barrera entre la piel y el hielo; de otro modo, podrías dañarte los tejidos.
    • Puedes usar hielo sobre la rodilla una vez cada hora.
    • Disminuir la inflamación en última instancia disminuirá el nivel de dolor.
    • Descansa la rodilla y contacta a tu fisioterapeuta o cirujano antes de volver a comenzar con tu rutina de ejercicios.
  10. Si tu cirujano te ordena que lo hagas, utiliza una rodillera o muletas para desplazarte. Evita cojear y así agravar la lesión a la rodilla.
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Método 3
Método 3 de 4:

Prepararte el día de la operación

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  1. Normalmente, se te ordenará que ayunes por lo menos por 12 horas antes de la hora prevista para tu operación. El ayuno reducirá las posibilidades de náuseas o vómitos durante la operación, que pueden desencadenarse por algunos tipos de anestesia.
    • El ayuno incluye la goma de mascar, mentas y otros productos pequeños.
    • Puedes cepillarte los dientes, pero no tragues nada del agua ni la pasta dental.
  2. Se te recomendará que no conduzcas después de la operación debido a efectos residuales de la anestesia. Consigue un conductor para que puedas llegar a casa sin ninguna demora después de que te den de alta.
    • Tu conductor también puede ayudarte a conseguir tus medicamentos de la farmacia de camino a casa.
  3. Intenta evitar colocar cualquier cosa en tu cuerpo que podría interferir inadvertidamente con el procedimiento quirúrgico. Esto incluye joyas, maquillaje, perfume, colonia, lociones, etc. También usa anteojos en lugar de lentes de contacto, ya que tus ojos pueden secarse durante la operación.
  4. Para acelerar el proceso de registro y asegurarte de estar listo para la operación a tiempo, asegúrate de llevar los artículos adecuados. Llevar estos artículos y tenerlos a la mano te ahorrará tiempo buscando entre tus bolsos o regresando a casa por ellos. Lleva:
    • Una identificación con fotografía (licencia de conducir o tarjeta de identificación del estado).
    • Tu tarjeta del seguro médico.
    • Una forma de pago si aún no has hecho otros arreglos.
    • Una lista de medicamentos que estés tomando, la dosis y hora del día en que los tomes.
    • También debes llevar una lista de los medicamentos a los que seas alérgico o hayas tenido alguna reacción.
    • Andador o muletas, si es necesario.
    • Lleva un estuche para tus anteojos, dentadura postiza o audífono, si aplica. Todos estos artículos se retirarán antes de la operación.
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Método 4
Método 4 de 4:

Comer alimentos que te ayudarán a curarte

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  1. Debes tomar nota de que, en algunos casos, el proceso de curación después de una operación se desacelera y hasta puede fracasar. Por lo tanto, debes ingerir la cantidad y tipos de alimentos adecuados antes de la operación para darte la mejor posibilidad de una recuperación saludable.
  2. Los aminoácidos son la base fundamental de las proteínas y, sin proteínas, el cuerpo no se puede curar. Obtener una cantidad suficiente de proteínas en tu dieta les permitirá a tus músculos reconstruirse adecuada y rápidamente.
    • Con esto en mente, come carne magra, legumbres y pescado, como el atún, el salmón, las sardinas y la trucha.
  3. Aunque los kiwis pueden parecer diminutos, están llenos de nutrientes que pueden ayudarte a recuperarte de la operación. Los kiwis tienen una asombrosa cantidad de vitamina C (el doble de la que contienen las naranjas). También contienen grandes cantidades de fibra, potasio, fitonutrientes, minerales, vitaminas y más.
    • Se sabe que las vitaminas, los minerales y el potasio ayudan en la formación de colágeno, esencial para la curación del injerto.
    • Apunta a comer por lo menos dos kiwis al día.
    • El kiwi tiene un mayor contenido de antioxidantes cuando está muy maduro.
  4. Las cerezas tienen un alto contenido de sustancias antiinflamatorias, las cuales ayudarán a desinflamar la actual lesión de tu rodilla. Además, después de la operación, las propiedades de las cerezas disminuirán el dolor y la inflamación que experimentes.
  5. Las guayabas son ricas en antioxidantes, licopeno y vitamina C. Estas sustancias ayudan en la curación apoyando la formación de colágeno, disminuyendo los radicales en el cuerpo y conteniendo la inflamación.
  6. Tu cuerpo no funcionará bien sin hidratación apropiada. El agua mantiene saludables a las células y, por lo tanto, contribuye a la curación adecuada.
    • Esto significa beber por lo menos 8 vasos de agua al día.
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Consejos

  • La cirugía de reconstrucción de LCA es un procedimiento menor, lo que significa que puedes irte a casa después de la operación.
  • Cuando vayas al hospital o consultorio donde se realizará la operación, lleva pantalones sueltos o cortos. Esto asegurará que el vendaje de la rodilla no se vea afectado.
  • Relájate antes y durante el procedimiento. Si tienes la presión arterial alta, el cirujano puede posponer la operación porque la hipertensión puede incrementar el riesgo de sangrado. Mira televisión, lee revistas o haz cualquier cosa que te ayude a relajarte.
  • Practica cómo usar muletas. Hay una gran probabilidad de que debas usarlas después de la operación.
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Advertencias

  • Evita las actividades poco saludables, incluyendo los vicios, la falta de sueño y participar en actividades de alto riesgo.
  • Fumar disminuye el nivel de oxígeno en tu cuerpo. Tus células necesitan oxígeno para que el cuerpo pueda curarse de una mejor manera.
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