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Si tu clase incluye a estudiantes que tienen discapacidades físicas, de comportamiento y de aprendizaje, deberás tener un cuidado especial. Para promover la inclusión, necesitarás conocer las necesidades de tus estudiantes y crear un entorno que esté preparado para abordarlas. También es posible que necesites reestructurar algunas de las clases y actividades según sea necesario.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Parte uno: Desarrollar un entorno inclusivo

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  1. Conoce a cada estudiante de manera individual. Tu salón de clase puede incluir estudiantes que tengan alguna discapacidad y aquellos que no la tengan; además, las discapacidades específicas pueden variar entre los estudiantes que las padecen. Para promover un entorno inclusivo, necesitarás conocer qué necesidades existen y deben cumplirse.
    • Ten en cuenta que muchas discapacidades se producen a lo largo de un espectro y podrías no notar en qué punto se encuentra un estudiante si no hablas primero con él y con su familia.
  2. Si quieres cumplir con las necesidades de los estudiantes en tu salón de clases, necesitarás utilizar las herramientas adecuadas. Un entorno físico que está “fuera de los límites” para algunos de tus estudiantes hará que les sea imposible aprender o sentirse bienvenidos
    • Las herramientas exactas variarán en base a las necesidades de los estudiantes. Por ejemplo, los estudiantes con una discapacidad visual podrían necesitar materiales en letra grande o en Braile. Aquellos que tienen impedimentos del habla podrían beneficiarse con sintetizadores de voz. Los que tienen discapacidades auditivas podrían necesitar un intérprete de lenguaje de señas y vídeos instructivos subtitulados. [1]
    • Algunos estudiantes tendrán necesidades que no se evidencian de inmediato. Por ejemplo, algunos estudiantes con un trastorno del espectro autista pueden tener sensibilidad a la luz y al sonido, de modo que los salones con una luz tenue y un mínimo de ruido crearán un entorno de aprendizaje adecuado.
  3. Por desgracia, incluso las personas con buenas intenciones pueden llegar a etiquetar a los estudiantes discapacitados por sus discapacidades. En lugar de fijarte en las cosas que tus estudiantes no pueden hacer, concéntrate en sus habilidades y logros individuales.
    • Ver a los estudiantes discapacitados con lástima o culpa no los fortalece. En lugar de ello, podrías enviarles accidentalmente el mensaje de que son menos capaces.
  4. Las suposiciones mezquinas no son las únicas a las que hay que estar atento. De hecho, las suposiciones bien intencionadas pueden ser tan perjudiciales y más difíciles de prevenir.
    • Si uno de tus estudiantes parece necesitar ayuda con algo, pregúntale si la necesita en lugar de ayudarlo de manera automática. Algunos estudiantes preferirían superar las dificultades por sí mismos. Otros podrían apreciar tu ayuda, pero también podrían querer que los ayudes utilizando un método en el que no hayas pensado.
  5. El lenguaje es importante cuando se trata de crear la actitud correcta. Como regla general, utiliza un lenguaje que afirme la identidad de cada estudiante y evita aquel que se considere despectivo o que se enfoque en la discapacidad en lugar de en la persona. [2]
    • Refiérete a las discapacidades en un lenguaje simple y libre de juicios emocionales. En otras palabras, en lugar de decir que alguien “sufre de” o “padece de” una discapacidad determinada, sería mejor indicar simplemente que es “una persona con” dicha discapacidad.
    • La sensibilidad excesiva también puede llegar a ser perjudicial. Sentir incomodidad con frases comunes puede atraer la atención no deseada hacia una discapacidad y hacer que un estudiante se sienta más excluido. Si tales frases aparecen, es mejor pasarlas por alto sin hacer ningún alboroto por ellas.
      • Por ejemplo, si tú u otro estudiante le dice por accidente “te veo luego” a un estudiante ciego, es mejor no señalar la torpeza de dicha frase a menos que el estudiante ciego indique que está molesto por el comentario.
  6. Como instructor, debes guiar a los estudiantes no discapacitados en tu salón de clases a medida que interactúen con sus pares discapacitados. Fomenta una actitud positiva y cooperativa entre todos los compañeros de clase que están bajo tu cuidado.
    • Presta atención a tus propios prejuicios e ideas preconcebidas, luego corrige esos errores lo más pronto posible. Serás un modelo a seguir para tus estudiantes y, si demuestras una mala conducta, aprenderán de ella. [3]
    • Establece normas básicas en relación con la discusión y el comportamiento del salón de clase. Cuando alguien viole estas normas y se comporte de manera inadecuada con otro estudiante, señala la trasgresión y establece una consecuencia apropiada. Mantén la consistencia independientemente de si los estudiantes discapacitados están involucrados y, si es así, independientemente de en qué posición se encuentren (es decir, el atacante o la víctima).
  7. En la mayoría de los casos, otras personas estarán involucradas activamente en el cuidado y la educación de los estudiantes discapacitados en tu salón de clase. Trabaja directamente con estos tutores, consejeros y asesores cuando abordes las necesidades de dichos estudiantes.
    • Discute las necesidades de tus estudiantes con sus tutores. Es posible que tengas una visión que compartir con ellos y es casi seguro que ellos también tengan una que compartir contigo.
    • Dependiendo de las circunstancias, los estudiantes con discapacidades podrían necesitar terapia por parte de un especialista externo. Estos especialistas podrían ser miembros de la escuela o venir de otra fuente. De cualquier modo, comunicarte con dichos especialistas al momento de determinar la mejor manera de organizar las actividades de clase y la enseñanza puede ser beneficioso para todos.
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Parte dos: Explorar las actividades para promover la inclusión

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  1. Las buenas actividades para romper el hielo les permitirá a los estudiantes presentarse ante todos de una manera amistosa. A través de estas actividades, los estudiantes pueden relacionar las similitudes que comparten y, como resultado, apreciar las diferencias entre ellos con mayor eficacia.
    • En el caso de los estudiantes más jóvenes, considera la posibilidad de utilizar una actividad simple para romper el hielo que requiera que cada estudiante compare y contraste sus cosas favoritas con el resto del grupo. Pídeles a todos que escriban sus cosas favoritas (un color, animal, alimento, etc.). Cada estudiante deberá firmar con su nombre y su mano en el papel. Lee las respuestas frente a todo el grupo sin revelar el nombre y pídeles a los estudiantes que adivinen cuál de sus compañeros la escribió. [4]
    • En el caso de los estudiantes mayores, forma grupos de tres a cinco personas e instruye a cada grupo para que encuentre similitudes que todos los miembros compartan. Para fomentar el debate entre los miembros del grupo, estas similitudes deben ser bastante distintivas (por ejemplo, todos los estudiantes tienen dos hermanos) en lugar de generales (p.ej. todos los estudiantes son chicas).
  2. Cuando presentes un material nuevo a los estudiantes, divídelo en partes más pequeñas y enseña la habilidad paso a paso. Hacerlo de este modo hará que parezca menos abrumador y más accesible para todos.
    • Por ejemplo, al enseñar una habilidad nueva que se desarrolle a partir de información o habilidades enseñadas previamente, tal vez necesites pasar tiempo para recordárselas a tus estudiantes antes de presentar el material nuevo. Mientras presentas el material nuevo, demostrarás la manera en la que se relaciona con la información que tus estudiantes ya saben.
  3. Desarrolla algunos de tus planes para la clase de un modo que incluyan actividades y técnicas que aborden específicamente las diversas necesidades de los estudiantes discapacitados en el salón de clases. [5]
    • Para los estudiantes que tiene retrasos en el habla, quizás necesites hablar más mientras desarrollas diversas actividades e incluyes aquellas que estimulen a los niños a desarrollar sus habilidades del habla (canto, actividades con enseñanzas verbales, etc.).
    • Para los estudiantes con una discapacidad visual, quizás necesites describir verbalmente lo que todos hacen durante una actividad y jugar juegos que involucren los otros sentidos (tacto, gusto, oído, olfato).
    • Para los estudiantes con discapacidades auditivas, quizás necesites proporcionar instrucciones escritas para cada actividad e incluir algunas que se basen en los otros sentidos.
    • Al lidiar con estudiantes que tengan problemas de conducta, elabora rutinas y espera hasta que todos los estudiantes estén descansados o relajados de manera natural antes de presentar las habilidades y desafíos nuevos.
  4. Asegúrate de que las lecciones que enseñes abarquen a todos los estudiantes en tu salón de clases, entre ellos a los que tienen discapacidades y los que no. Un salón de clases que se enfoque en los estudiantes con discapacidades no es realmente inclusivo, pues deja de lado las necesidades de los que no las tienen.
    • Dependiendo de las circunstancias, eso puede significar que necesitarás establecer diferentes normas y parámetros para cada estudiante del salón de clase. Involucra a todos los estudiantes en una actividad o lección cada vez que sea posible, pero considera la posibilidad de modificar la manera en la que deben completar la lección los estudiantes cuyas discapacidades les impedirían realizarlas de la misma forma que el resto de la clase. De esta manera, podrás desafiar y alentar adecuadamente a todos los estudiantes en base a sus propias capacidades.
  5. Observa los resultados de cada actividad y lección. Prepárate para realizar cambios “según sea necesario”. Asegúrate de modificar las actividades de una forma que las haga más eficaces y que al mismo tiempo preserve la integridad de toda la lección. [6]
    • Considera la posibilidad de reducir la cantidad de elementos que cada estudiante debe aprender o completar durante una tarea para adaptar mejor sus capacidades.
    • Otra opción factible bajo algunas circunstancias sería aumentar la cantidad de tiempo que los estudiantes tienen para una determinada tarea de aprendizaje o evaluación. Quizás necesites desarrollar un programa individual para cada estudiante en base a sus necesidades.
  6. En algunos casos, quizás necesites cambiar la manera en la que abordas la enseñanza y la evaluación dentro del salón de clases. Además, debes hacerlo “según sea necesario”.
    • Para los estudiantes que tienen dificultades de aprendizaje, quizás necesites aumentar la cantidad de enseñanza personalizada que reciban de tu parte y de los tutores del salón de clase. Sin embargo, asegúrate de estar disponible para los demás estudiantes en el salón de clase siempre que te necesiten.
    • Considera la posibilidad de cambiar la manera en la que brindas la enseñanza durante las clases. Prueba diferentes ayudas visuales, auditivas y actividades prácticas.
    • Los estudiantes que tienen dificultades con diversas formas de producción podrían necesitar una oportunidad para expresarse de una manera no estándar. Por ejemplo, los estudiantes con discapacidades del habla podrían necesitar una oportunidad para escribir un informe en lugar de dar una presentación oral.
  7. Incluye actividades que alienten a los estudiantes con discapacidades y aquellos que no las tienen a trabajar en conjunto. Ambos grupos de estudiantes deben ser capaces de ayudarse entre sí.
    • Considera la posibilidad de trabajar con otros instructores y administradores de la escuela para establecer programas de tutoría entre pares. Dales a los estudiantes mayores que no posean una discapacidad una oportunidad para enseñar o a los más jóvenes que tengan alguna discapacidad. Del mismo modo, dales a los estudiantes mayores con discapacidades la oportunidad para enseñar a los más jóvenes con y sin ninguna discapacidad. En todas las circunstancias, asegúrate de que todos los estudiantes involucrados se beneficien con el programa.
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