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La habilidad de hablar sin mover los labios es una técnica muy útil si quieres practicar ventriloquía o si quieres hacer un buen truco delante de tus amigos. Esta técnica depende de la habilidad para hablar de forma que tu voz suene distante y de la habilidad para evitar que los labios y la mandíbula se muevan innecesariamente. También necesitarás estrategias no verbales para desviar la atención de los oyentes hacia algo que no sea tu voz. Aquí tienes todo lo que necesitas saber sobre esta técnica.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Practicar el efecto distante

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  1. Inhala profundamente, tomando todo el aire que puedas.
    • La acción de hablar sin mover los labios también se conoce como "efecto distante", ya que hace que tu voz suene como si fuese lanzada desde cierta distancia.
    • Para hablar sin mover los labios, tendrás que valerte de la presión resultante de expulsar una gran cantidad de aire a través de una vía estrecha. Por lo tanto, es fundamental llevar una gran cantidad de aire hacia los pulmones para dar el primer paso.
    • Practica inhalando profundamente sin que se note ni se escuche descaradamente lo que haces. Inhala profundamente a través de la nariz para evitar el sonido de jadeo que se produce al hacerlo a través de la boca. [1]
  2. Coloca la parte de atrás de la lengua de forma que casi toque el paladar blando.
    • El paladar blando es la parte blanda del cielo de la boca, localizada cerca de la garganta.
    • Utiliza la parte de atrás de la lengua en lugar de la punta. La lengua deberá quedar cerca del paladar blando sin llegar a tocarlo.
    • Mediante esta acción, cerrarás la mayor parte del acceso a la garganta. Deberás estrechar la entrada a la garganta de esta forma para producir el efecto de voz ahogada necesario para esta técnica.
  3. Contrae el estómago para apretar el diafragma y ejercer presión por debajo de los pulmones.
    • El diafragma es un músculo situado justo debajo de los pulmones. Este músculo juega un papel fundamental en la inhalación y la exhalación, así como en las respiraciones profundas.
    • Dado que el diafragma se sitúa justo debajo de los pulmones y alrededor de la parte superior del estómago, también se contraerá al ejercer presión sobre los músculos abdominales.
    • La presión ejercida por debajo de los pulmones estrecha la vía de paso que va desde los pulmones hasta la boca y las cavidades nasales. Este estrechamiento te garantizará un mejor control de la voz y es fundamental para atrapar el sonido dentro de la garganta.
  4. Exhala lentamente, produciendo un gemido mientras el aire abandona la garganta.
    • Al mantener las vías respiratorias estrechadas, el aire quedará atrapado alrededor de la laringe. El gemido resultante se quedará atrapado dentro de la garganta, por lo que su sonido será distante.
    • Practica gimiendo de esta forma varias veces hasta que te sientas cómodo con el sonido ahogado o distante emitido. Inhala profundamente cada vez que lo hagas y contrae los músculos de la misma forma, descansando cuando empiece a molestarte o dolerte la garganta.
  5. Repite las técnicas de inhalación y contracción utilizadas para controlar los gemidos. En lugar de gemir, emite un sonido sencillo y abierto como "ahh".
    • El sonido "ahh" debe ser largo. Empieza a emitir el sonido en cuanto empieces a exhalar, y continúa hasta que expulses todo el aire de los pulmones.
    • Ten en cuenta, sin embargo, que el sonido no tiene que ser fuerte. Por el contrario, el sonido debe parecer ahogado, ya que esta característica es, en parte, la que hace que resulte distante. Con la práctica, podrás trabajar para que suene más fuerte. Para empezar, sin embargo, será mejor que te concentres únicamente en conseguir que el sonido quede atrapado en la garganta.
    • Continúa practicando esta técnica, emitiendo el sonido "ahh" hasta que te sientas cómodo con él. Para en cuanto sientas dolor o irritación en la garganta.
  6. Cuando te sientas cómodo emitiendo el sonido "ahh", sustitúyelo por una palabra más larga como "ayúdame", repitiendo las técnicas de respiración y contracción.
    • "Ayúdame" es una palabra recurrente en la técnica de la ventriloquía, ya que el método de hablar sin mover los labios se utiliza muchas veces para simular que hay una marioneta atrapada en una caja o un baúl. Sin embargo, puedes utilizar otras frases como: "déjame salir" o "¡estoy aquí!". Puedes elegir las palabras que quieras, pero es mejor optar por las más sencillas, ya que hablar sin mover los labios requiere mucha tensión muscular.
    • Repite esta frase tantas veces como necesites hasta que te sientes cómodo con el sonido resultante.
  7. Las prácticas no deberán durar más de 5 minutos.
    • Detente apenas sientas dolor, irritación o tensión en la garganta o los pulmones.
    • En esta técnica, la laringe, las cuerdas vocales y la garganta en general se utilizan de forma inusual. Para no dañar ni irritar en exceso estos órganos, las sesiones de práctica deberán ser cortas y eficientes.
    • Conforme vayas ganando experiencia, tal vez puedas prolongar un poco las sesiones de práctica, pero lo aconsejable es que sean siempre bastante cortas.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Ocultar el movimiento de la boca

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  1. Las tres posiciones básicas de los labios que se utilizan para hablar sin moverlos son: la posición relajada, la posición de sonrisa y la posición abierta. [2]
    • Crea una posición relajada separando ligeramente los labios. Mantén la mandíbula relajada de forma que los dientes de arriba y los de abajo queden ligeramente separados en lugar de tocarse.
    • La posición de sonrisa es muy recurrente en la ventriloquía, pero no se utiliza tanto como las posiciones relajada y abierta para producir el efecto distante. Crea la posición de sonrisa manteniendo la mandíbula y los labios separados, como en la posición relajada. Activa los músculos de las comisuras de los labios, dibujando una leve sonrisa. El labio inferior se extenderá un poco más que en una sonrisa normal.
    • La posición abierta es estupenda para expresar sorpresa o conmoción, pero algunos movimientos de la lengua se verán limitados. Mantén la boca abierta de forma que sea evidente la separación entre el labio superior y el inferior. Mantén las comisuras de los labios ligeramente dirigidas hacia arriba, formando, básicamente, una versión más abierta de la posición de sonrisa.
  2. Los sonidos más sencillos se pueden emitir con un movimiento muy leve o nulo de la mandíbula. Practica cada uno de estos sonidos frente a un espejo hasta que te sientas cómodo emitiéndolos sin mover excesivamente la boca.
    • Las versiones largas y cortas de las cinco vocales ( A, E, I, O y U')' se encuentran entre estos sonidos.
    • Las versiones fuertes y suaves de las letras C y G también se encuentran entre los sonidos sencillos.
    • Otros sonidos sencillos son: D, H (aspirada), J, K, L, LL, N, Q, R, S, T, X y Z .
  3. Los sonidos más complicados, también llamados "labiales", se producen mediante una posición modificada de la lengua llamada "posición de presión frontal".
    • Los sonidos como el de la B y la M normalmente se producen cerrando los labios momentáneamente, pero este movimiento es evidente y hace que resulte más difícil convencer a los demás de que el discurso no procede de tu boca.
    • Utilizando la posición de "presión frontal", la lengua actúa como sustituta del labio.
    • Toca de forma breve la parte de atrás de los dientes con la lengua, aplicando una ligera presión. Haz este movimiento cada vez que quieras producir uno de los sonidos que normalmente requieren que cierres los labios.
    • Utiliza esta técnica para emitir los sonidos B, M, P, F y V . Ten en cuenta que la pronunciación de estas letras no sonará de forma normal, pero las versiones modificadas producidas mediante esta técnica son las más cercanas a las originales que podrás emitir sin mover los labios.
    • No apliques demasiada presión ni toques el paladar con la lengua. Si lo haces, la B sonará como una D y la M sonará como una N .
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Engañar al público a través de la distracción

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  1. Una forma de distraer a los oyentes consiste en fingir que buscas la fuente del sonido de la misma forma en que, probablemente, ellos lo estén haciendo.
    • Por el contrario a lo que pueda parecer, hablar sin mover los labios no significa que puedas "enfrascar" tu voz y hacer que suene como si procediera de un lugar específico. Cualquier observador cercano descubrirá fácilmente que se trata de tu voz, por mucho que domines la técnica. [3]
    • Hablar sin mover los labios se basa en la habilidad para convencer al público momentáneamente o a un oyente cualquiera de que busque de dónde procede el sonido de tu voz mirando, desviando la atención.
    • La gente tiene tendencia natural a mirar en la dirección en la que otros miran. Al fingir que estás buscando la fuente que origina tu voz, podrás hacer que muchas personas te sigan la mirada, acompañándote en la supuesta búsqueda.
  2. Una vez que dejes de fingir que buscas la fuente que origina la voz, una buena forma de mantener al oyente distraído consiste en mantener la mirada dirigida hacia la fuente falsa.
    • Esta acción se basa en el mismo principio de distracción utilizado para buscar la fuente falsa. La curiosidad humana hace que la gente mire en la misma dirección que los demás. Al fijar la mirada sobre un objeto o un punto concreto, los oyentes la seguirán y se quedarán mirando el mismo punto u objeto. Cuanto más dure el truco, mayor será la probabilidad de que dejen de mirar hacia la fuente falsa, pero la reacción inicial será seguir tu mirada.
  3. Para darle más veracidad al truco, responde a tus propias frases emitidas sin mover los labios como si fueras otra persona.
    • Si dices algo sorprendente, haz gestos que indiquen tu sorpresa. Levanta las cejas, tápate la boca con la mano emitiendo un sonido de asombro, o llévate la mano a la cabeza como gesto exagerado de incredulidad.
    • De forma similar, si escuchas palabras que te puedan enfadar, cruza los brazos, gira la cabeza hacia la fuente falsa, o utiliza otros gestos para simular una reacción de enfado o ira.
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