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Coleccionar piedras puede ser un pasatiempo entretenido tanto para adultos como para niños. No es costoso y te da la oportunidad de salir y disfrutar de la naturaleza. Además, si tienes niños pequeños, también puedes aprovechar para enseñarles temas de ciencia. En el caso de que ya hayas recolectado varias piedras suaves, quizá sea buena idea pulirlas para resaltar sus colores naturales. La forma de pulir piedras es bastante sencilla: al igual que en la naturaleza, la idea es frotar una piedra más resistente (en forma de lija o polvo) contra una más suave a fin de gastar la capa exterior de la segunda piedra. Si no tienes ninguna herramienta especial o una máquina para pulir piedras, puedes hacerlo a mano y conseguir los mismos resultados maravillosos.

Método 1
Método 1 de 3:

Reunir las piedras para pulir

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  1. Puedes salir y buscar piedras tú mismo. En este caso, procura conseguir unas pequeñas (del tamaño de tu pulgar) que no sean ásperas (las piedras de arena nunca son una buena opción) ni estén quebradas o rotas. Asimismo, evita las que tengan muchos hoyos pequeños en la superficie, ya que estas son mucho más difíciles de pulir. [1]
    • Si es la primera vez que vas a pulir piedras, es posible que te resulte difícil conseguir ejemplares de buena calidad por tu cuenta. En este caso, puedes comunicarte con algún grupo de coleccionistas de tu localidad y pedirles ideas sobre dónde encontrar piedras para pulir.
    • También existen muchas páginas de Internet donde puedes conseguir ayuda y consejos sobre lugares para recolectar piedras, así como otras donde se venden piedras irregulares y sin pulir al por mayor. [2]
  2. Es mejor empezar con las más suaves, ya que será más sencillo darles forma y pulirlas. Además, estas requieren menos tiempo y esfuerzo. Entre las piedras más suaves se encuentran el ónice, la calcita, la caliza, la dolomita y la fluorita. [3]
    • Las piedras se clasifican según su dureza en la escala de Mohs (o escala de dureza de Mohs), que va del 1 (muy suave) al 10 (muy duro). La mayoría de piedras antes mencionadas se encuentran entre el 3 y 4 de la escala.
  3. De esta manera, podrás determinar si la piedra es lo suficientemente dura como para pulirla. [4] Si la marca es áspera o blanca, es muy suave. Sí podrás pulirla, pero su apariencia no mejorará.
    • Si la navaja crea una marca metálica en la piedra, quiere decir que es lo suficientemente dura como para pulirla.
    • Ten cuidado al utilizar una navaja y siempre raya la piedra con un movimiento en dirección opuesta a tu cuerpo. Ten en cuenta que no es necesario utilizar demasiada fuerza para rayar la superficie de la piedra. Aplica solo un poco de presión en la navaja al empezar e increméntala según sea necesario.
  4. Las piedras suelen tener formas extrañas o difíciles de manejar. A fin de volverlas simétricas y redondeadas, tendrás que utilizar un martillo y cincel. [5] Quizá sea mejor quitar cualquier protuberancia grande, sobre todo si planeas pulir una piedra grande.
    • Se recomienda utilizar gafas de seguridad y un respirador mientras le das forma a las piedras, ya que el polvo que desprenden puede ser dañino para tus pulmones y ojos. [6]
    • Una vez que termines de esculpir la piedra para darle la forma deseada, frota los bordes ásperos contra una superficie de concreto para alisarlos ligeramente.
  5. Para hacerlo, puedes simplemente colocar todas las piedras en una cubeta con agua jabonosa caliente y dejarlas remojar por alrededor de 30 minutos. De esta manera, la tierra y otros materiales que tengan pegados se ablandarán.
    • Una vez que terminen de remojarse, enjuágalas.
    • Es necesario limpiar el exceso de tierra de las piedras antes de pulirlas. De lo contrario, la lija o máquina pulidora se llenará de residuos y no podrás pulir tus piedras.
  6. Lo más recomendable es elegir la más suave y pequeña para la primera vez que lo intentes. Esto se debe a que un ejemplar de este tipo será más rápido y sencillo de pulir.
    • Una vez que veas el resultado final, te sentirás motivado a continuar con este pasatiempo.
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Método 2
Método 2 de 3:

Pulir las piedras a mano

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  1. Esta lija de grano grueso y áspero no servirá para pulir en un inicio, pero te permitirá darle un poco de forma a la piedra suave. [7] Si lo que quieres es tener una piedra redondeada, empieza por las esquinas y frótalas de manera uniforme. Una vez que tenga la forma que desees, estarás listo para utilizar una lija de grano más fino.
    • Sumerge la piedra periódicamente en la cubeta con agua para mantenerla húmeda.
    • Puedes conseguir lijas de grano 60, 160 y 360 en una ferretería de tu localidad.
  2. Luego, utiliza una lija de grano 160 y frótala sobre los raspones que haya dejado la lija más áspera. [8] Conforme trabajes, notarás que esta lija raya la piedra pero alisa las marcas más grandes de la superficie.
    • Recuerda mantener la piedra húmeda. Para hacerlo, sumérgela en la cubeta con agua periódicamente. Una vez que te deshagas de las marcas más grandes, continúa con el siguiente paso.
  3. Al igual que en el paso anterior, la idea es alisar la piedra incluso más. [9] Cada lija, de grano cada vez más liso, ayudará a alisar las marcas más grandes creadas por la lija anterior y dejará sus propios raspones más pequeños.
    • Continúa enjuagando la piedra periódicamente. Es importante que la superficie esté húmeda mientras la lijas.
    • Una vez que todos los raspones creados por la lija anterior estén lisos, habrás terminado.
  4. Si no tienes el tiempo o las ganas de pulir las piedras a mano, puedes utilizar una máquina especial para pulir piedras. Esta funciona bajo el mismo principio, pero en lugar de utilizar una lija, tendrás que agregar una gravilla cada vez más fina (mientras las piedras se encuentran en el barril). [10]
    • Si bien utilizar una máquina pulidora requiere mucho menos esfuerzo físico que hacerlo a mano, el proceso puede demorar bastante. Tendrás que pulir las piedras tres veces (con una gravilla cada vez más fina) y cada una de estas sesiones durará aproximadamente 7 días. Los pasos finales también pueden tomar otros 7 días.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA

    Puedes pulir varias rocas en un vaso, siempre y cuando todas tengan relativamente la misma dureza.

    Kennon Young

    Joyero certificado
    Kennon Young es un Gemólogo graduado del Instituto Gemológico de América (GIA, por sus siglas en inglés), un Evaluador Gemólogo Maestro de la Sociedad Americana de Tasadores (ASA, por sus siglas en inglés) y un Técnico Joyero Artesano Certificado por Jewelers of America (JA). Recibió la credencial más alta en la industria de tasación de joyas, el ASA Master Gemologist Appraiser, en 2016.
    Kennon Young
    Joyero certificado
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Método 3
Método 3 de 3:

Darle el acabado a las piedras

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  1. Empieza a pulir la piedra con el paño hasta lograr el resultado deseado. El pulidor quitará todas las marcas que haya dejado la lija de grano más fino y le dará brillo a la piedra. [11]
    • No es necesario colocar mucho pulidor en el paño. Lo mejor es empezar con una cantidad pequeña (por ejemplo, ½ cucharadita) y añadir más si fuera necesario.
    • Lo más probable es que puedas conseguir este producto en una ferretería de tu localidad. [12] El pulidor en polvo suele utilizarse con máquinas multiherramientas, como las de la marca Dremel, así que si tienes problemas para encontrarlo, pregúntale a un empleado de la tienda si ofrecen este tipo de productos.
    • Si no lo consigues, puedes buscarlo también en alguna tienda de pasatiempos relacionados con piedras o gemas.
    • Ten en cuenta que los productos pulidores con colores pueden afectar el color de la piedra.
  2. Puedes hacerlo luego de utilizar el paño de mezclilla con el pulidor en polvo o en lugar de ello. El cuero le proporcionará un brillo más suave a la piedra, además de dejarla lisa y suave al tacto.
    • Puedes añadirle pulidor en polvo al paño de cuero para darle un acabado incluso más liso y suave a la piedra. [13]
  3. Los joyeros suelen utilizar este producto para darle un toque final a la joyería fina, pero también puede emplearse para pulir piedras. Coloca un poco del polvo en el paño de mezclilla o de cuero y frótalo en las piedras pulidas.
    • Ten en cuenta que este paso es opcional. El óxido de hierro suele tener un color rojizo que puede manchar el tono de la piedra. Si lo vas a aplicar, procura que sea de un color similar al de la piedra. [14]
    • Si tienes problemas para conseguir el producto en una ferretería, ve a una tienda de pasatiempos relacionados con piedras y gemas. Si tampoco lo encuentras ahí, ve a una joyería.
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Consejos

  • Empieza a pulir las piedras pequeñas primero. Una vez que te acostumbres y mejores en la tarea, puedes elegir piedras más grandes y duras (si lo deseas).
  • No utilices demasiado polvo pulidor; bastará con una pequeña cantidad.
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Cosas que necesitarás

  • lija de grano 60
  • lija de grano 160
  • lija de grano 360
  • paño de mezclilla
  • paño de cuero para dar el acabado
  • cubeta con agua
  • pulidor para piedras en polvo
  • gafas de seguridad (opcional)
  • respirador o máscara (opcional)

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