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Quedarte en casa y faltar a la escuela requiere esfuerzo. Si planeas fingir que estás enfermo, un día “libre” de la escuela requiere preparación y habilidades de actuación sólidas. Incluso si no vas a la escuela por un buen motivo, las tareas se acumularán. No obstante, ¡algunos días no podrás aguantarlo! Te brindaremos consejos para esos días, los cuales te ayudarán a convencer a tus padres de que te dejen quedarte en casa por motivos reales y también inventados.

Método 1
Método 1 de 4:

Fingir

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  1. Si sientas las bases la noche anterior, será más probable que tus padres te crean cuando despiertes y les digas que te sientes enfermo. [1]
    • Mientras más pronto puedas empezar a actuar, más tiempo tendrás para proseguir. Muestra un poco de fatiga la tarde anterior a tu plan, así fingirás tu enfermedad. Por ejemplo, en lugar de corretear fuera de casa al llegar de la escuela, permanece dentro de tu habitación y descansa en ella.
    • Compórtate de forma aletargada cerca de tus padres. Debes darles la impresión de que estás cansado o “te sientes mal”. Por la mañana, no sigas tu rutina normal. Si vas a ver televisión por un rato, recuéstate, y luce desinteresado y desganado. Asimismo, debes ir a la cama temprano y cerciorarte de que tus padres lo noten.
    • Puedes intensificar tu acto comiendo menos en la cena o fingiendo que intentas comer, luego sujeta tu vientre y luce como si sintieras dolor. Diles que te sientes mal. Evidentemente, no debes comer postre. También podrías pedirle a tu padre un poco de té caliente para “aliviar tu estómago”.
    • Diles a tus padres que un chico en la escuela había vomitado o que un amigo no había asistido. Este chico debe ser un amigo que tus padres no conozcan. Esta información les indicará que algo está ocurriendo.
  2. Los síntomas exteriores que son visibles (como una erupción) pueden ser difíciles de fingir de forma convincente, así que por lo general, debes centrarte en mostrar signos externos de dolores y malestares interiores.
    • Si vas al baño con frecuencia, esto puede dar la impresión de que tienes una afección estomacal. Si sales disparado hacia el baño con rapidez de vez en cuando y jalas la cadena del inodoro con mucha frecuencia, esto les indicará a tus padres que tienes diarrea o una intoxicación por alimentos.
    • Si optas por fingir que tienes migraña, deberás actuar como si fueras sensible a la luz y el sonido, y tendrás que indicar que sientes punzadas en la cabeza y náuseas. [2] No debes ver televisión ni escuchar música.
    • Para fingir que tienes dolor de garganta, actúa como si sintieras dolor al ingerir alimentos y pídeles a tus padres un té tibio o alimentos fríos. [3] Chupa algunos caramelos contra la tos y evita hablar en la medida de lo posible. Si te preguntan por qué estás tan callado, indica que te duele la garganta al hablar. También puedes fingir algunos ataques de tos.
    • Indica que tus síntomas se han desarrollado en el transcurso de la noche. Debes empezar tus ataques de tos o tus visitas al baño en algún momento entre la medianoche y las 6:00 a. m.
  3. Uno de los mayores errores que puedes cometer es exagerar tu actuación. Si eres demasiado dramático al fingir tu enfermedad, será más probable que tus padres te descubran.
    • Por lo general, es una mejor idea fingir una enfermedad sencilla en lugar de una que requiera evidencia. Por ejemplo, si imitas el sonido o la apariencia del vómito, este será un movimiento riesgoso, ya que tus padres podrían descubrirte justo cuando deposites la evidencia falsa. Asimismo, si finges una temperatura elevada colocando el termómetro en algo caliente, esto puede ser igual de contraproducente.
    • No protestes demasiado si tus padres te recomiendan quedarte en casa y faltar a la escuela. Podrías creer que lucir preocupado por faltar a clase hará que tu actuación sea más convincente, ya que podrían sospechar de ti si luces demasiado ansioso por quedarte en casa. No obstante, si en verdad te sientes tan mal como finges estarlo, es probable que tus padres no tengan que convencerte para que te quedes en casa. Duda antes de aceptar, pero no te comportes como si de un momento a otro te preocupara faltar a clase, en particular si esa preocupación no va contigo.
  4. Nunca olvides que tus padres pueden llevarte a la escuela tarde si creen que te has recuperado de forma súbita o si descubren que has fingido tu enfermedad. Si planeas faltar a la escuela fingiendo estar enfermo, tendrás que mantener esa enfermedad fingida durante todo el día escolar.
    • Debes recuperarte poco a poco en el transcurso del día. Descansa y tómate las cosas con calma. Por la tarde, deberás decir que estás empezando a sentirte mejor, pero que aún no te has recuperado por completo. Por la noche, tu recuperación deberá haberse completado.
  5. Si mientes con demasiada frecuencia diciendo que estás enfermo, tus padres podrían no creerte cuando en verdad lo estés, y requieras quedarte en casa y no asistir a la escuela. Piensa en la fábula del pastorcillo que daba falsas alarmas de que "venía el lobo".
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Método 2
Método 2 de 4:

Lograrlo sin fingir

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  1. Este es el motivo más común por el que los estudiantes faltan a la escuela. Si en verdad te sientes mal o crees estar enfermo, díselo a tus padres y pídeles que te dejen quedarte en casa.
    • Muchas escuelas solicitarán que los alumnos permanezcan en casa si tienen una enfermedad u otra condición que podría ser contagiosa. Si te quedas en casa, podrás recuperarte y además no propagarás la enfermedad en la escuela.
    • Por lo general, debes quedarte en casa si tienes fiebre, escalofríos, vómitos, diarrea, náuseas, dolor de garganta, dificultad para ingerir, erupciones, heridas o manchas inusuales, dolor de oído, dolor de cabeza moderado o grave, dolor muscular moderado, malestar muscular, sibilancias, dificultad para respirar, ojos enrojecidos o con quemazón, o piojos. [4]
    • Asimismo, quizás debas quedarte en casa si presentas tos, estornudos o congestión nasal.
    • Quédate en casa hasta estar libre de síntomas sin consumir medicamentos por un periodo de 24 horas, si es posible.
  2. [5] Por ejemplo, si hace poco has perdido a un familiar, amigo u otra persona cercana a ti, tu pena será un motivo válido para quedarte en casa y no asistir a la escuela. Sé sincero con tus padres sobre lo mucho que la pérdida te ha afectado.
    • Si la tragedia te ha afectado a ti, pero no a tus padres, podría preocuparte que no comprendan tu pena. No obstante, la pena es un sentimiento universal, y la mayoría de las personas al menos pueden identificarse con ella lo suficiente como para permitir que una persona triste tenga un tiempo para superarla.
    • Ten en cuenta que, por necesidad, tu periodo de pena inicial tendrá un final. La pena intensa podría durar por mucho tiempo, y quizás no puedas remediarla por tu cuenta. No obstante, si sientes que no eres capaz de ir a la escuela luego de una semana, deberás contemplar la opción de conversar con un consejero para que te ayude a superar tu pena.
  3. Si eres víctima de un acosador o un grupo de acosadores en la escuela, conversa con tus padres o tutores legales sobre ello. [6] Explica lo difícil que se ha vuelto la vida escolar debido al acoso y pide permiso para descansar uno o dos días mientras se solucionan los problemas.
    • Muchos estudiantes cometen el error de no hablar sobre su problema de acoso. Podría preocuparte que luzcas como un débil, que te tilden de “soplón” o que las cosas empeoren si hablas de ello. Nada mejorará si no adoptas medidas para acabar con el acoso; además, si en tus años de adolescencia obtienes la ayuda de tus padres, profesores u otros adultos que conozcas, esta será una de las cosas más eficaces que podrás hacer para detener el acoso. [7]
    • El acoso puede tener efectos a largo plazo, como la ansiedad, la depresión y el insomnio. [8] Cuida tu bienestar futuro hablando sobre el acoso cuando ocurra.
  4. Dile a tu madre o tu padre que te gustaría pasar un día especial con ellos, y pídeles que informen en sus trabajos que están enfermos. Este plan podría funcionar muy bien si pronto vas a graduarte y mudarte a la universidad, o si es un día de trabajo leve para ti y tu padre (p. ej., no tienes ningún examen o tarea pendiente y tu padre no tiene un plazo límite por cumplirse).
  5. Es importante que hables con tus padres sobre el estrés y la ansiedad. En ocasiones, los adultos olvidan lo estresante que puede ser la vida escolar; sin embargo, la verdad es que esta puede ser muy difícil. Si tienes problemas con el estrés común relacionado con la escuela, podría ser más beneficioso para ti que te fuerces a aceptarlo. No obstante, si el estrés, la ansiedad y la depresión se han vuelto problemas más graves, indícaselo a tu padre o tutor legal, y pídele un día de descanso. [9]
    • Si crees que podrías tener un problema de salud mental grave (como la depresión o un trastorno de ansiedad), también pídeles a tus padres que reserven una cita con un doctor. Esto puede destacar la gravedad de tu estrés ante tus padres; además, si en verdad tienes un trastorno, una visita al doctor podrá ayudarte a controlarlo.
  6. El sistema escolar podría cancelar las clases del día si hay una tormenta de nieve masiva, una inundación considerable u otras circunstancias que hagan que corras peligro al ir a la escuela. No obstante, si las condiciones son peligrosas y la escuela no cierra, puedes quedarte en casa.
    • Por lo general, tu padre o tutor legal podrá determinar si las condiciones son lo suficientemente graves como para justificar que te quedes en casa, así que es probable que no puedas hacer mucho para convencerlo. Si tus padres no irán al trabajo debido al clima, es probable que sean más receptivos con la idea de que también te quedes en casa y no asistas a la escuela.
  7. Unas vacaciones familiares o la visita de un familiar que viva lejos podrían darte un motivo para no asistir a la escuela. Sin embargo, no debes faltar a la escuela con demasiada frecuencia por estos motivos. Ten en cuenta qué podrías perder si vas a la escuela y no te quedas en casa, y viceversa; luego conversa con tus padres para determinar si quedarte en casa es una opción válida.
    • Ten en cuenta que muchas escuelas no aceptarán este tipo de razones como excusas válidas. Si este es el caso en tu escuela, tendrás que indicárselo a tus padres para informar a la escuela que faltarás sin brindar un motivo.
    • Por lo general, si sabes con anticipación que te quedarás en casa, tu padre o tutor legal deberá escribir una nota para que la lleves uno o dos días antes de tu ausencia planeada. Esto permitirá que los profesores tengan tiempo para alistar el trabajo que llevarás a casa para cubrir tu ausencia.
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Método 3
Método 3 de 4:

Hacer las cosas con lentitud

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  1. Planifica un “tiempo de retraso” en tu rutina matinal, así habrás tardado algunos minutos suficientes como para no poder llegar a la escuela a la hora adecuada. [10]
    • Vístete con mucha lentitud. Derrama tu desayuno sobre ti para que tengas que cambiarte. Vuelve a vestirte, pero con mucha lentitud.
    • Finge que no puedes encontrar algo que en verdad necesitas, como uno de tus zapatos o tus pantalones cortos de gimnasia. Demórate de 5 a 10 minutos para encontrarlos.
    • Quéjate en voz alta sobre el mal día que tienes; empieza a llorar si es necesario. Si tienes suerte, tu padre podría mostrar empatía por ti y dejar que te quedes en casa.
    • Ten en cuenta que tu tardanza afecta a otros (como a tus padres), quienes podrían tener que llegar al trabajo a una hora determinada. Ten en cuenta que podrías poner en peligro su trabajo, y determina si faltar a la escuela vale la pena.
  2. Podrías perder el autobús por accidente, o podrías planear hacerlo. De cualquier modo, perder el autobús podría permitirte faltar a clases si tus padres se van al trabajo temprano por la mañana o si no tienen tiempo para llevarte a la escuela. [11]
    • Ve a la parada del autobús justo después de la hora en la que este suela partir. No debes ser muy obvio con los planes de perder el autobús. No obstante, debes tomarte un buen tiempo para regresar a casa caminando desde la parada. Si tienes suerte, tus padres no tendrán tiempo de llevarte a la escuela a la hora a la que llegues a casa. [12]
    • Si tus padres no están en casa cuando pierdes el autobús, deberás contarles lo ocurrido cuando ya no puedan recogerte para llevarte a la escuela. Habla como si estuvieras un poco decepcionado por faltar a clases, así no sospecharán que has perdido el autobús a propósito. Por ejemplo, podrías indicar que es muy malo que vayas a perderte el experimento genial que ibas a probar en la clase de ciencias.
    • Si uno de tus padres aún está en casa luego de que hayas perdido el autobús, podría ofrecerse a llevarte a la escuela de camino a su trabajo. Enfatiza que no deseas que llegue tarde al trabajo. Dile que estás listo para lidiar con las consecuencias de llegar tarde, pero que no deseas que tu tardanza afecte su rutina. Sin embargo, no suenes muy exagerado. Es probable que tus padres puedan detectar tus mentiras con mucha eficacia.
  3. No puedes ir a la escuela sin tus libros o la memoria USB que tiene tu tarea, ¿no es así? Busca por todas partes lo que hayas perdido. Mientras más desordenada suela estar tu casa, más fácil será demorar tu búsqueda para pasarte de la hora en la que debas partir a la escuela.
    • Los objetos más pequeños serán más fáciles de “perder”. Por ejemplo, tu mamá podría no creerte si le indicas que has perdido tu mochila o tu laptop.
    • Mientras más importante sea el objeto, mayor será la probabilidad de que tengas que faltar a la escuela si no puedes encontrarlo. Por ejemplo, si pierdes tus gafas o tus lentes de contacto, esto será más relevante que perder tu cuaderno, ya que afectará tu capacidad de aprender en el transcurso del día escolar. Además, según lo mala que sea tu visión, esto también podría afectar a tu capacidad de no tropezarte.
    • Si conduces para ir a la escuela, podrías perder tus llaves. No obstante, si adoptas este hábito, podrías sufrir consecuencias graves (como que tu padre suspenda tus privilegios con el auto y te haga tomar el autobús).
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Método 4
Método 4 de 4:

Crear evidencia que te respalde

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  1. Este es un procedimiento estándar. Tu padre o tutor legal tendrá que llamar a la escuela y explicar que no podrás asistir ese día.
    • La mayoría de las escuelas solo solicitan que tu padre o tutor legal indique que no asistirás ese día. No obstante, algunas escuelas más estrictas podrían solicitar una excusa específica, por lo que tendrás que revisar el manual de tu escuela. El objetivo de esta práctica es disminuir la cantidad de ausencias no justificadas y mantener un control de los tipos de enfermedades contraídas en los alrededores.
  2. Muchas escuelas solicitan que uno de los padres o un tutor legal del estudiante llame sin importar la edad de este último; sin embargo, algunas permiten que un estudiante considerado mayor de edad según la ley (de 18 años en adelante) haga la llamada en su nombre.
  3. En el caso de los periodos largos de enfermedad, tu escuela podría solicitar que uno de tus padres, un tutor, un familiar o tú lleven una nota firmada por un doctor y en la cual se indique que en verdad estás enfermo y necesitas más tiempo para recuperarte.
    • Se requerirá una nota de un doctor si tu enfermedad ha excedido un determinado periodo de tiempo. La cantidad exacta de tiempo puede variar por distrito, por lo que tendrás que revisar las reglas de tu escuela para saber en qué punto requerirás esta nota. Esta cantidad de tiempo suele variar entre 3 y 10 días, siendo lo más común que el estudiante se tome 10 días.
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Advertencias

  • Confronta el problema real. Reflexiona sobre el motivo por el que desees quedarte en casa y no ir a la escuela. Si intentas evitar a un acosador u otro problema grave, busca ayuda para solucionar el problema en lugar de huir de él. Esto hará que tu vida sea más feliz y saludable a largo plazo.
  • No faltes a la escuela. Explora todos los canales legítimos que tu escuela haya establecido en torno a las ausencias. Si faltas a clases y no tienes una excusa, o uno de tus padres o tu tutor legal no llama a la escuela, lo considerarán como una ausencia sin justificación y podrías meterte en problemas graves.
  • Averigua qué te has perdido. Algunas lecciones y tareas son más difíciles que otras. Antes de quedarte en casa y faltar a la escuela, reflexiona sobre la dificultad que podrías tener para ponerte al día cuando regreses, y determina si faltar a la escuela en verdad vale la pena. Es muy importante tenerlo en cuenta en particular si vas a fingir una enfermedad o si vas a quedarte en casa por un motivo de poca importancia.
  • Ten en cuenta las consecuencias. Podrías quedarte en casa por una razón válida o podrías fingir una enfermedad para faltar sin ningún motivo. En cualquier caso, si faltas a la escuela por un día o más, esto puede hacer que tengas dificultades a largo plazo.
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