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La anodización es el proceso de cargar eléctricamente un metal para que cambie su color y cree una cubierta protectora. Por lo general, esto se hace con pequeños objetos de aluminio, acero y titanio a fin de evitar que se doblen o rompan con el paso del tiempo. Puedes encontrar metal anodizado en partes de computadora, juguetes, tornillos, soportes y pequeños componentes de vehículos. Debido al hecho de que la anodización protege el metal y lo refuerza, la única buena razón para eliminar una capa anodizada es para cambiar su aspecto.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Preparar todo

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  1. Los metales anodizados son más fuertes y resistentes que sus contrapartes sin acabar. Para retirar la anodización, es necesario utilizar un químico cáustico y, sin duda, este proceso debilitará la superficie metálica. Teniendo esto en cuenta, la única razón para retirar la anodización es si te gusta la apariencia el metal expuesto. A menos que te encante la forma en que el metal expuesto se ve, no existe ninguna razón real para hacerlo. [1]
    • Si quieres retirar la anodización en un tornillo, cojinete, tuerca o parte de computadora, reconoce que probablemente haya una razón por esta parte estaba anodizada en primer lugar. A menos que el objeto sea complemente ornamental, probablemente sea mejor dejarlo tal y como está.
  2. No es posible quitar la anodización sin utilizar un químico cáustico, así que ponte unos guantes de goma gruesos para protegerte las manos. Ponte una máscara antipolvo o un respirador para proteger tus pulmones. Utiliza gafas protectoras para proteger tus ojos de salpicaduras y vapores. [2]
    • Lleva a cabo este proceso en exteriores si es posible. Si quieres hacerlo en interiores, hazlo cerca de una ventana abierta y enciende un ventilador.
  3. Cualquier limpiador que contenga ácido clrhídrico o sulfámico como ingrediente puede servir para eliminar la anodización. Los dos limpiadores más comunes que contienen estos ingredientes son los removedores de óxido y los limpiadores para horno. Si no tienes ninguno de estos productos en casa, elige uno en la tienda de artículos de limpieza de tu localidad. [3]

    Variación: puedes utilizar una versión en aerosol de estos productos si así lo prefieres, pero probablemente necesites múltiples intentos para eliminar toda la anodización. Remojar el artículo en un líquido es mucho más sencillo y no tomará tanto tiempo en hacerlo. [4]

  4. Consigue un tazón grande de vidrio o plástico que sea más grande que el objeto al cual vas a retirar la anodización. Puedes utilizar un vaso si el objeto en cuestión es lo suficientemente pequeño como caber en él. Vierte el limpiador para horno o el removedor de óxido en el tazón o vaso. Llénalo con suficiente líquido como para sumergir por completo el objeto. [5]
    • Si utilizas un limpiador en aerosol, rocía la parte inferior del vaso o el tazón con una capa delgada del limpiador para horno o el removedor de óxido.
  5. Si el objeto anodizado está unido a un objeto más grande, como un tornillo en una computadora, retíralo. Retira las arandelas, piezas de goma o sujetadores a los que no necesite quitar el revestimiento. Si el objeto anodizado puede desarmarse, como en el caso de un juguete pequeño, hazlo de la mejor manera posible. El limpiador no penetrará en las superficies herméticas y podría destruir los objetos no metálicos, así que retira las piezas no anodizadas o desarma el objeto si es posible. [6]
    • Si no necesitas desarmar nada, continúa y omite este paso.
    • Si la superficie anodizada está unida a otro objeto y no puedes retirarlo, no existe una forma consistente de quitar la anodización sin dañar dicho objeto. Puedes tratar de limpiar la superficie con una toalla empapada en limpiador, pero es muy probable que termines dañando la superficie alrededor del metal anodizado.
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Pelar el metal anodizado

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  1. Sujeta el objeto anodizado entre 2,5 y 7,5 cm (1 y 3 pulgadas) de distancia sobre la superficie del tazón o la taza. Baja el objeto con suavidad y suéltalo en el líquido. Aleja rápidamente las manos del recipiente para evitar salpicaduras en tu piel. [7]
    • Si utilizas un agente decapante en aerosol, sujeta la boquilla de 15 a 20 cm (6 a 8 pulgadas) de distancia de la superficie del objeto y rocíalo hasta cubrirlo por completo con el limpiador.
  2. El ácido presente en el limpiador comenzará a chisporrotear a medida que empieza a eliminar la anodización. Deja el objeto en el líquido durante al menos 15 minutos. Si el limpiador es transparente, verás que la anodización lo cambiará de color. Esto es normal y no es nada de qué preocuparte. [8]
    • No es necesario que mezcles el agente decapante mientras el objeto está sumergido. Simplemente déjalo así y espera a que la anodización desaparezca.
  3. Con los guantes de goma puestos, mete la mano en el limpiador y retira el objeto. Colócalo sobre una toalla limpia e inspecciona el metal para ver si el color ha desaparecido por completo. Si esto ha ocurrido, significa que el metal ya no está anodizado. Si aún queda una tonalidad de anodización en el objeto, vuelve a colocarlo en el limpiador y déjalo reposar por otros 15 minutos. [9]

    Advertencia: puedes utilizar unas tenazas o una cuchara para sacar el objeto si así lo quieres, pero en realidad hay más probabilidades de que derrames ácido si lo haces. En verdad, esto puede ser más peligroso que levantarlo físicamente del líquido. Los guantes mantendrán tus dedos seguros.

  4. Lleva el objeto metálico a un fregadero cercano o colócalo en la acera o el césped, y usa una manguera. Enjuaga bien el metal con agua durante 2 a 3 minutos. Gira el objeto en tus manos mientras lo enjuagas para limpiar por completo el agente de limpieza. Deja que se seque al aire o límpialo utilizando una toalla seca. [10]
    • No te quites los guantes mientras lo haces. Incluso los limpiadores diluidos en agua pueden irritar tu piel.
  5. Puedes verter el limpiador para horno o el removedor de óxido en el fregadero si lo diluyes con agua. Coloca el tazón o la taza en el fregadero y abre el grifo del agua. Llena el recipiente con agua y viértelo en el fregadero. Mantén el agua corriendo y enjuaga bien los guantes para eliminar el limpiador antes de sacártelos. Para terminar, lávate las manos, los guantes y el tazón utilizando un detergente lavavajillas y agua. [11]
    • Si quieres neutralizar el ácido presente en los guantes antes de quitártelos, vierte bicarbonato de sodio en ellos y frótalo alrededor. Luego, enjuaga el bicarbonato antes de quitarte los guantes. No obstante, esto solo será necesario si provocaste un derrame o salpicadura. [12]
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Advertencias

  • Puedes eliminar la anodización mezclando lejía en el agua y sumergiendo el metal, pero es mucho más peligroso que utilizar un limpiador para horno o un removedor de óxido. Remojar el metal por demasiado tiempo también tarda más y puede dañarlo. Además de eso, si la lejía entra en contacto con tu piel, puede provocarte una quemadura química. También es un irritante pulmonar grave y podría cegarte si ingresa en tus ojos. Es mejor que uses un limpiador para hornos o un removedor de óxido. [13]
  • Nunca te quites los guantes, la máscara antipolvo y las gafas protectoras mientras realizas esta tarea. [14]
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Cosas que necesitarás

  • guantes de goma
  • gafas protectoras
  • máscara antipolvo o respirador
  • limpiador para horno o removedor de óxido
  • tazón o vaso
  • agua

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