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El estadounidense promedio puede caminar aproximadamente 120.000 kilómetros (75.000 millas) durante los primeros 50 años de su vida, eso somete a los pies a un gran esfuerzo. Nuestros pies son una de las partes del cuerpo que más trabaja, así que es buena idea cuidarlos muy bien. [1] Puedes hacer varias cosas para mantenerlos bien arreglados, como por ejemplo, quitarles la piel muerta y las callosidades. Sin embargo, es importante señalar que usar una cuchilla cortacallos o algún otro instrumento filoso a fin de facilitar la tarea podría ser peligroso. [2] En general, lo más recomendable para quitar la piel muerta y reseca de los pies es usar instrumentos tales como piedras pómez y limas, en lugar de cuchillas cortacallos.

Método 1
Método 1 de 3:

Cuidar tus pies en casa

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  1. Ten en cuenta que remojar los pies en jugo de limón por alrededor de 10 minutos es una gran manera de eliminar el exceso de piel muerta que se haya acumulado en ellos, ya que el ácido que contiene te ayudará a que esta sea más fácil de quitar. Una vez que los hayas remojado en jugo de limón durante 10 minutos, usa una piedra pómez o una lima para quitarte la piel muerta y reseca de los pies. [3]
    • Puedes comprar cuchillas cortacallos y navajas para pies en muchas farmacias y tiendas departamentales, pero los médicos no las recomiendan. Considera que, en muchos estados de los Estados Unidos, es ilegal usarlas en los spas, debido a que pueden causar cortaduras y rasgaduras que se podrían infectar con facilidad, especialmente en el ámbito de un spa. [4]
  2. En un frasco chico con tapa, pon una cucharada de aceite de oliva. Añade unas gotas de aceite de limón o de lavanda. Cierra bien la tapa del frasco y agita hasta que el líquido en su interior esté espeso y lechoso. Aplícate el aceite en los pies, especialmente sobre el área de los talones, para promover la humectación de la piel. Puedes guardar el resto para usarlo luego, solo recuerda agitar el frasco antes de cada aplicación. [5]
  3. Comienza por darte un baño o una ducha o lávate solo los pies. Sécalos bien con una toalla, incluyendo las áreas entre los dedos. Aplícate una capa de aceite vegetal en los pies y luego ponte un par de calcetines gruesos. Duerme con los calcetines puestos. Es muy probable que descubras que la piel reseca de tus pies mejora mucho en solo unos pocos días. [6]
    • Ten presente que el aceite puede manchar las telas, como por ejemplo, tus calcetines, así que escoge un par que no te importe arruinar. Los calcetines también te ayudarán a no manchar las sábanas con aceite.
  4. Pon una cucharada de vaselina, o de un producto similar, y el jugo de 1 limón en un recipiente y mezcla bien. Date un baño, una ducha o lávate solo los pies. Sécalos bien con una toalla, aplícate TODA la mezcla en los pies y ponte un par de calcetines gruesos de lana. Acuéstate a dormir. A la mañana siguiente, sácate los calcetines y frota tus pies para quitar el exceso de piel muerta. [7]
    • En este caso, se usan los calcetines de lana porque estos no permitirán que la mezcla se escurra y manche las sábanas. Escoge un par que no te importe manchar con la mascarilla.
  5. Primero, derrite la cera en un recipiente grande, ya sea en el microondas o a baño María. Cuando la parafina se haya derretido, añade una cantidad igual de aceite de mostaza. Sumerge un pie en el recipiente y cúbrelo con la mezcla. Saca el pie y deja que la cera se enfríe. Vuelve a sumergir el mismo pie. Sácalo y envuélvelo en envoltura plástica o ponlo adentro de una bolsa de plástico. Repite el mismo procedimiento con el otro pie. Permanece sentado por alrededor de 15 minutos y luego retira el plástico y la cera. [8]
    • El aceite de mostaza ayuda a fortalecer y humectar la piel de tus pies.
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Método 2
Método 2 de 3:

Hacer una pedicura

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  1. Primero tendrás que conseguir o comprar un recipiente lo suficientemente grande y profundo como para acomodar y sumergir tus pies totalmente. Añade unas gotas de un jabón suave al recipiente y llénalo de agua tibia hasta la mitad. También puedes agregar algunas gotas de tu aceite esencial favorito, a fin de disfrutar de una aromaterapia mientras te relajas. Siéntate en una silla cómoda y remoja tus pies en el agua por 10 minutos. [9]
    • Usa 1/2 taza de sales de Epsom en lugar de jabón. Las sales de Epsom en realidad son un compuesto mineral elaborado con magnesio y sulfato. Tanto el magnesio como el sulfato aportan excelentes beneficios para la salud y se absorben rápidamente a través de la piel. Esto convierte a un baño de pies con sales de Epsom en una gran manera de darle a tu cuerpo magnesio y sulfato y de obtener beneficios tales como la mayor producción de serotonina, el aumento de la energía, la reducción de las inflamaciones, la eliminación del mal olor en los pies y la mejor circulación de la sangre. [10]
    • Usa 1/4 de taza de vinagre blanco en lugar del jabón. El vinagre tiene beneficios que muchos desconocen y una gran parte de ellos están fuera de la cocina. Remojar tus pies en una solución con vinagre ayuda a eliminar el mal olor y a reducir el peligro de contraer hongos, tales como el pie de atleta. Si remojas tus pies en esta solución, el ácido del vinagre ablandará la piel reseca o muerta y esto te facilitará la tarea de quitarla. [11]
  2. Usa una piedra pómez o una lima a fin de quitar la piel muerta y las callosidades de las plantas de tus pies. [12] Tal vez tengas que flexionar las piernas hacia atrás a fin de alcanzar toda la zona de los talones. No olvides revisar tus dedos en busca de callos y piel muerta.
    • Recuerda mojar la piedra pómez antes de usarla. [13]
    • Ten en cuenta que las piedras pómez, las cuchillas cortacallos, las limas, etc., son grandes opciones para quitarte la piel muerta o reseca de los pies después de haberlos remojado. Sin embargo, considera que aunque puedes comprar una cuchilla cortacallos en muchas farmacias y tiendas departamentales, los médicos no recomiendan su uso. Desafortunadamente, con esta herramienta podrías cortarte o rasgarte la piel de los pies y contraer una infección con mucha facilidad. [14]
  3. Usa un palillo de naranjo para empujar las cutículas de cada uno de los dedos de los pies. Luego, usa un cortaúñas grande o especial para cortarte las uñas. Si decides dejarlas un poco más largas, asegúrate de que no superen el borde del dedo. Además, corta tus uñas rectas, a lo largo de todo el ancho de las mismas, no de manera tal que los bordes se curven hacia adentro o hacia abajo. Ten en cuenta que las uñas mal cortadas se pueden encarnar y que este problema es muy doloroso. [15] Límate los bordes de las uñas con una lima de cartón o de esmeril después de habértelas cortado. [16]
  4. Hazte un masaje en cada pie, incluyendo los dedos y uñas, con un humectante de buena calidad. Considera la posibilidad de usar un rodillo o masajeador de pies antes o después de haberte aplicado el humectante, a fin de masajear tus pies aún mejor. [17] Siéntete libre de usar una cantidad generosa de humectante en este paso, pero ten cuidado cuando camines si tus pies no absorbieron toda la crema.
  5. Si quieres pintarte las uñas de los pies, comienza por usar una pequeña cantidad de quitaesmalte, a fin de eliminar cualquier exceso de humectante que pueda haber quedado sobre ellas. Luego aplica una base transparente sobre cada uña y déjala secar antes de aplicar la siguiente capa. Aplica 1 o 2 capas de esmalte de color dejando que se seque la primera antes de pasar a la segunda. Por último, usa una capa de esmalte transparente para darle el acabado final a cada uña. [18] Una vez que hayas terminado, deja que el esmalte se seque por el mayor tiempo posible antes de ponerte calcetines o zapatos. Lo mejor sería que no te pongas zapatos o que uses unas sandalias abiertas hasta que tengas la seguridad de que el esmalte está seco.
    • Puedes comprar quitaesmalte con o sin acetona. El que contiene acetona es mejor para quitar el esmalte, pero también podría ser más dañino para tu piel y tus uñas. Si tienes propención a las uñas secas y quebradizas y te las pintas con frecuencia, tal vez quieras usar un quitaesmalte sin acetona, que maltratará menos tu piel y tus uñas, aunque te podría costar más trabajo quitarte todo el esmalte. [19]
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Método 3
Método 3 de 3:

Cuidar tus pies

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  1. Una de las mejores cosas que puedes hacer por tus pies es comprar y usar los zapatos apropiados. Ten en cuenta lo siguiente para asegurarte de comprar los adecuados: [20]
    • Haz que te midan AMBOS pies. Es probable que tengas un pie más grande que el otro, por lo que tendrás que encontrar zapatos que te queden bien en el que tengas más grande.
    • Cómprate los zapatos en la tarde, ya que es entonces cuando los pies están más hinchados. Por lo tanto, si te pruebas los zapatos en las últimas horas de la tarde tendrás la seguridad de que no te ajustarán durante el día, a medida que se te hinchen los pies.
    • No confíes en la talla especificada por el fabricante. Basa tu elección en lo cómodos que te queden los zapatos.
    • Busca zapatos que tengan la misma forma que tus pies. Ten en cuenta que lo más probable es que el calzado con formas extrañas te cause problemas.
    • No asumas que los zapatos se estirarán después de usarlos por un tiempo.
    • Asegúrate de que el área metatarsiana de tus pies quepa cómodamente en la parte más ancha del zapato y de que este sea lo suficientemente largo como para que tus dedos tengan el espacio necesario.
    • Revisa que haya entre 90 milímetros (3/8 de pulgada) y 1,25 centímetros (1/2 pulgada) de espacio entre la punta de tu dedo gordo y la punta del zapato cuando estés de pie. A fin de calcular el espacio guíate por el ancho de tu dedo pulgar.
  2. Trata de usar solo calcetines de algodón suaves con tus zapatos, especialmente cuando hagas ejercicio. Después de realizar una actividad física durante la cual tus pies hayan sudado en exceso, deja que tus zapatos se sequen completamente. No uses los mismos calcetines dos días seguidos y cámbiatelos cada vez que se mojen o estén sudados. Lávate los pies todos los días, incluyendo entre los dedos, a fin de evitar problemas tales como el pie de atleta. Sécate muy bien los pies antes de ponerte los calcetines. [21]
    • También es buena idea usar chinelas u otro tipo de sandalias cuando estés en áreas públicas tales como albercas o duchas. [22]
  3. La mejor manera de evitar que tus pies se resequen y se agrieten es tener la constancia de aplicarte un humectante para pies de buena calidad todos los días. [23] Humectarte los pies es especialmente importante en los meses de invierno, cuando el aire está seco y frío. [24] No intentes caminar descalzo sobre un piso de baldosas o de madera después de aplicarte el humectante. Probablemente descubrirás que humectarte los pies antes de dormir es el hábito más sencillo y más seguro que podrías adquirir.
    • Aprovecha el momento en el que te apliques el humectante para darte un masaje en los pies. Ten en cuenta que masajearte los pies no solo es agradable, sino que puede mejorar la circulación de la sangre.
    • Evita ducharte o bañarte con agua muy caliente, ya que esta puede resecar tu piel con más rapidez. [25]
    • Usa un humectante específicamente elaborado para los pies, ya que hay algunos que contienen alcohol y podrían resecarte la piel con mucha rapidez.
  4. Es interesante señalar que la mayoría de los problemas en los pies no son ocasionados por caminar, sino por el calzado. Los callos se forman cuando los dedos se frotan contra la parte interior del zapato, generalmente porque el calzado o los calcetines no son de la talla correcta. Los tacones altos también causan callos debido a que su forma ejerce una presión extra en los dedos y la parte delantera del pie, lo que a su vez hace que los dedos se compriman en la punta del zapato. Puedes prevenir y tratar los callos en casa, pero si el problema es grave tendrás que ver a un médico. [26]
    • Remoja tus pies en agua tibia y usa una piedra pómez o una lima para quitarte la piel muerta, las callosidades y los callos de los dedos con frecuencia.
    • Usa parches para callos en los dedos de los pies a fin de evitar el roce con el interior de tu calzado. No es recomendable usar parches para callos medicinales.
    • Cambia tu calzado por zapatos que se ajusten a tu pie adecuadamente y que tengan espacio suficiente para los dedos. De ser posible, reduce el uso de tacones altos.
  5. De hecho, los médicos lo recomiendan, así que levanta tus pies cada vez que puedas. Dicho lo anterior, si permaneces sentado por mucho tiempo, tómate unos momentos para ponerte de pie y caminar un poco. Si tienes el hábito de cruzar las piernas cuando te sientas, cambia la pierna que cruzas con frecuencia. Todos estos consejos son una gran manera de mejorar la circulación en tus pies y piernas. [27]
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Advertencias

  • Las personas con diabetes deben ser extra cuidadosas con sus pies. Si eres diabético, por favor sigue las indicaciones de tu médico para cuidarlos adecuadamente.
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